drewsyduck
Forero del todo a cien
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- 19 Oct 2006
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Carta aparecida hoy en un semanario....no he podido evitar ponerla aquí...
No seamos hipócritas
Parece que la vida de las mujeres es un valle de lágrimas y no entiendo por qué extraña razón nos unimos a hombres tan malvados. Mi experiencia en el trabajo es que las mujeres exigimos igualdad de sueldo, pero cuando hay que coger peso, pedimos ayuda a los hombres. Queremos ser camioneros, mineros, guardia civiles...Pero nos quedamos embarazadas y enseguida queremos trabajos de oficina y preferimos que, por necesidades de servicio, no nos manden a misiones en el extranjero.
Nos pasamos la vida exigiendo la igualdad, pero cuando nos separamos dejamos a los maridos en la indigencia y, como los jueces apoyan más a la mujer, ésta se queda con la casa y con los niños e incluso le niega al padre que pueda verlos cuando lo desea. Se repite la misma historia de que las mujeres no están en los puestos de decisión y se olvida que las mujeres no queremos tantas horas de responsabilidad, de viajes, de reuniones.No seamos hipócritas: la que trabaja en casa tiene todas las comodidades. Hacemos nuestras cosas cuando queremos y nos apetece; es más reconfortante y relajado que aguantar un trabajo fuera. Hay que ser coherente: no se pude ser madre y camionero o irse al Líbano: Jamás hemos sido iguales y nuestra naturaleza pone las cosas es su sitio. Para mí es un lujo quedarme en casa porque mientras mi marido trabajo 8 horas, yo en dos o tres ya he terminado todo.
Blanca C V Madrid
No seamos hipócritas
Parece que la vida de las mujeres es un valle de lágrimas y no entiendo por qué extraña razón nos unimos a hombres tan malvados. Mi experiencia en el trabajo es que las mujeres exigimos igualdad de sueldo, pero cuando hay que coger peso, pedimos ayuda a los hombres. Queremos ser camioneros, mineros, guardia civiles...Pero nos quedamos embarazadas y enseguida queremos trabajos de oficina y preferimos que, por necesidades de servicio, no nos manden a misiones en el extranjero.

Nos pasamos la vida exigiendo la igualdad, pero cuando nos separamos dejamos a los maridos en la indigencia y, como los jueces apoyan más a la mujer, ésta se queda con la casa y con los niños e incluso le niega al padre que pueda verlos cuando lo desea. Se repite la misma historia de que las mujeres no están en los puestos de decisión y se olvida que las mujeres no queremos tantas horas de responsabilidad, de viajes, de reuniones.No seamos hipócritas: la que trabaja en casa tiene todas las comodidades. Hacemos nuestras cosas cuando queremos y nos apetece; es más reconfortante y relajado que aguantar un trabajo fuera. Hay que ser coherente: no se pude ser madre y camionero o irse al Líbano: Jamás hemos sido iguales y nuestra naturaleza pone las cosas es su sitio. Para mí es un lujo quedarme en casa porque mientras mi marido trabajo 8 horas, yo en dos o tres ya he terminado todo.
Blanca C V Madrid