cuellopavo
Frikazo
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En el año 1965 apareció en Broadway una trascendente obra de teatro llamada “El Hombre de la Mancha”. Esta obra era una reinvención de nuestro Don Quijote de la Mancha, en la que se pretendía (y se logró) quitarle a don Alonso Quijano el aura de loco a cambio de una de gran filósofo.
En el momento culminante de esta obra, se ve a Cervantes como un paisano que observaba como Don Quijote argumentaba algo a la gente del pueblo que lo tildaba de loco. Tras de escuchar un rato las palabras de nuestro héroe, Cervantes se pregunta a sí mismo: "¿Realmente está loco este hombre?"
En efecto, los planteamientos del Quijote de la obra original como los de la obra de Broadway pueden interpretarse de dos maneras: orate de encerrar o genio de la filosofía.
Ahora que millones de personas estamos inmersos en este maravilloso medio de comunicación humana (increíble, genial, insustituible) de la Internet, estamos todos entrando en contacto con tantas formas de vida y de pensar, y se me ocurre concluir que una de las grandes cosas de la modernidad es que nos estamos desestandarizando mentalmente.
Al hacerlo, estamos entrando, sin darnos cuenta, en un proceso de aceptación de mentalidades que la anterior generación rechazaba plenamente o ni siquiera imaginaba.
¿Qué es la locura? ¿Cuál es la diferencia entre la locura o una forma muy diferente de enfrentar el mundo?
Hace tres años decidí probar el peyote, una droga sagrada que usan ciertos indios mexicanos para acercarse a Dios. Como buen no creyente que soy, no pude acercarme a él, pero sí entendí por qué usan el peyote. Efectivamente, el cerebro es transportado a una dimensión mágica que simula otra existencia, más pausada, más colorida, más inteligente. Esta droga nos permite entender la Naturaleza (con mayúscula) y el Plan Universal.
Los mundos alternos, como el del Quijote y el de los indios del peyote, existen definitivamente, como muchísimos otros. Y también existen las herramientas tecnológicas para conocerlos y convivir con ellos.
¿Qué es la fantasía de los niños sino un mundo alterno?
Algo me dice que la humanidad va volando hacia la aceptación y la adopción de una enorme y rica diversidad de mundos mentales que ya tenemos a nuestra disposición.
Esperemos que sea para bien.
En el momento culminante de esta obra, se ve a Cervantes como un paisano que observaba como Don Quijote argumentaba algo a la gente del pueblo que lo tildaba de loco. Tras de escuchar un rato las palabras de nuestro héroe, Cervantes se pregunta a sí mismo: "¿Realmente está loco este hombre?"
En efecto, los planteamientos del Quijote de la obra original como los de la obra de Broadway pueden interpretarse de dos maneras: orate de encerrar o genio de la filosofía.
Ahora que millones de personas estamos inmersos en este maravilloso medio de comunicación humana (increíble, genial, insustituible) de la Internet, estamos todos entrando en contacto con tantas formas de vida y de pensar, y se me ocurre concluir que una de las grandes cosas de la modernidad es que nos estamos desestandarizando mentalmente.
Al hacerlo, estamos entrando, sin darnos cuenta, en un proceso de aceptación de mentalidades que la anterior generación rechazaba plenamente o ni siquiera imaginaba.
¿Qué es la locura? ¿Cuál es la diferencia entre la locura o una forma muy diferente de enfrentar el mundo?
Hace tres años decidí probar el peyote, una droga sagrada que usan ciertos indios mexicanos para acercarse a Dios. Como buen no creyente que soy, no pude acercarme a él, pero sí entendí por qué usan el peyote. Efectivamente, el cerebro es transportado a una dimensión mágica que simula otra existencia, más pausada, más colorida, más inteligente. Esta droga nos permite entender la Naturaleza (con mayúscula) y el Plan Universal.
Los mundos alternos, como el del Quijote y el de los indios del peyote, existen definitivamente, como muchísimos otros. Y también existen las herramientas tecnológicas para conocerlos y convivir con ellos.
¿Qué es la fantasía de los niños sino un mundo alterno?
Algo me dice que la humanidad va volando hacia la aceptación y la adopción de una enorme y rica diversidad de mundos mentales que ya tenemos a nuestra disposición.
Esperemos que sea para bien.