Partimos de la base de que todas putas. Lo que pasa es que las prestitutas tienen el estigma social y religioso. A nadie le da reparo ir al fisioterapeuta cuanto tiene tortícolis y que una joven y eficaz zagala le meta unas sobas hasta que se queda uno nuevo. Pagas y todo son agradecimientos y recomendaciones del gabinete clínico. Pero ir a que una profesional te alivie el estrés es malo. Y es malo porque la sociedad lo dice. Y lo dice porque no interesa que el precio del chocho se devalúe. Tiene que hacer una vinculación sentimental para disfrutar del sexo, un compromiso para mantener a los posibles hijos que salgan. Sin amor no hay magia, etc. Todo gilipolleces, follar con una puta es como tener sed y entrar a un bar a tomarte un agua con gas. Sí, se vas por ahí dando pena y pidiendo agua, seguro que alguien se apiada de ti y te baja un vaso de su casa. ¿Pero para qué tanto arrastrarse?