jopepe
Freak
- Registro
- 3 Nov 2006
- Mensajes
- 6.556
- Reacciones
- 1.911
Nunca se me había pasado por la cabeza la posibilidad de rendirme, caer en la desesperación y mandar a la mierda todo cuanto me rodea.
Hoy me he despertado con sensaciones desconocidas y desagradables, inmediatamente se me han venido a la mente varios sueños extraños y descorazonadores que he tenido durante la noche, mas bien pesadillas y me ha producido un sabor extraño y desagradable que me ha perdurado toda la mañana.
Ni una hora de bici estática, una larga ducha y una cagada bastante decente han podido borrar el malestar y la malaleche que tengo, y ha sucedido lo inevitable cuando compartes vida y casa con otra persona durante un mes.
Primero el desayuno, que vaya mierda café has hecho, que te tengo dicho que ese pan de picos es para comer al medio día, que para desayunar son los bollos de cereales COJONES!! ¿Y qué pollas quieres, que me queme la puta garganta y el esófago con la leche hirviendo?. Después que salgo a la terraza como me parece y si me resfrío es cosa mía y haz de comer lo que te salga del coño, a mi qué pollas me preguntas si demás no tengo ninguna gana de comer, que estoy hasta la polla y todas esas cosas que se dicen cuando andas cabreado
Esto no le ha gustado y mi mujer, ha echado un llanto, se ha vestido y se ha ido –ella sabrá donde- y me he quedado sólo y aún mas negro.
Me he tomado un ibuprofeno 600 y he llamado a un cliente, a dos amigos y a mi hermano y los he mandado a tomar por culo a todos. Después he llamado a mi cuñada y le he preguntado por mi mujer y no sabía nada y se ha quedado preocupada.
Poco a poco se me ha pasado el rebote y he tomado consciencia del follon que he armado por unas putas pesadillas y por este asqueroso confinamiento -con lo contento que me puse al principio de estar holgazaneando en casa sin nada que hacer- así que me he guardado los cojones -el amor propio- en el bolsillo y finalmente, a eso de las tres he llamado a mi mujer, he reculado, le he pedido perdón, que la quiero mucho, que no sé que haría sin ella y que venga a casa.
Hace un rato ha llegado, con su carro de la compra lleno de mierdas del mercadona y como si tal cosa, unos besos casi de hermanos y andando.
Incendio sofocado y ya mañana os diré si ha habido folleteo de reconciliación.
No me siento contento sino mas bien avergonzado de lo ocurrido, de haberme dado cuenta que ya no quiero estar sólo, que me he acostumbrado a una vida y a unas circunstancias a las que no quiero renunciar y de las que parece que ya soy exclavo el resto de mis días.
Hoy me he despertado con sensaciones desconocidas y desagradables, inmediatamente se me han venido a la mente varios sueños extraños y descorazonadores que he tenido durante la noche, mas bien pesadillas y me ha producido un sabor extraño y desagradable que me ha perdurado toda la mañana.
Ni una hora de bici estática, una larga ducha y una cagada bastante decente han podido borrar el malestar y la malaleche que tengo, y ha sucedido lo inevitable cuando compartes vida y casa con otra persona durante un mes.
Primero el desayuno, que vaya mierda café has hecho, que te tengo dicho que ese pan de picos es para comer al medio día, que para desayunar son los bollos de cereales COJONES!! ¿Y qué pollas quieres, que me queme la puta garganta y el esófago con la leche hirviendo?. Después que salgo a la terraza como me parece y si me resfrío es cosa mía y haz de comer lo que te salga del coño, a mi qué pollas me preguntas si demás no tengo ninguna gana de comer, que estoy hasta la polla y todas esas cosas que se dicen cuando andas cabreado
Esto no le ha gustado y mi mujer, ha echado un llanto, se ha vestido y se ha ido –ella sabrá donde- y me he quedado sólo y aún mas negro.
Me he tomado un ibuprofeno 600 y he llamado a un cliente, a dos amigos y a mi hermano y los he mandado a tomar por culo a todos. Después he llamado a mi cuñada y le he preguntado por mi mujer y no sabía nada y se ha quedado preocupada.
Poco a poco se me ha pasado el rebote y he tomado consciencia del follon que he armado por unas putas pesadillas y por este asqueroso confinamiento -con lo contento que me puse al principio de estar holgazaneando en casa sin nada que hacer- así que me he guardado los cojones -el amor propio- en el bolsillo y finalmente, a eso de las tres he llamado a mi mujer, he reculado, le he pedido perdón, que la quiero mucho, que no sé que haría sin ella y que venga a casa.
Hace un rato ha llegado, con su carro de la compra lleno de mierdas del mercadona y como si tal cosa, unos besos casi de hermanos y andando.
Incendio sofocado y ya mañana os diré si ha habido folleteo de reconciliación.
No me siento contento sino mas bien avergonzado de lo ocurrido, de haberme dado cuenta que ya no quiero estar sólo, que me he acostumbrado a una vida y a unas circunstancias a las que no quiero renunciar y de las que parece que ya soy exclavo el resto de mis días.
Última edición: