Piscinas municipales, nuevo hogar de los desheredados en verano

Torquemada2.0

El calzonazos del Xanadú
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5 May 2008
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Qué tal shavales?

El otro día me acordé de vusotros. Desgraciadamente por quedar con unos amigos, antiguos vecinos, nos propusieron ir a la piscina municipal de Bronxtoles. La verdad es que no me hacia ni puta gracia, no bajo ni a la de mi urbanización por no compartir conversaciones insustanciales con vecinos medio gilipollas, ir a una municipal se me antojaba como un Via Crucis.

Y no me confundí. Otrora, la piscina municipal era uno de los lugares donde la mocedad disfrutaba con alborozo y alegría, lugar de obligado peregrinaje de todos los veranos. Tocar carne haciendo aguadillas a la tetuda, darte el lote tumbado en la toalla, jugar a las cartas con un bocadillo de tortilla. Esos recuerdos debían haber quedado inmaculados en la memoria. Hasta un día de hace dos semanas.

No sé por qué, pero ahí me vi, sacando entradas para la piscina municipal del Soto.

Los vestuarios ya olían raro, una mezcla entre orín y sobaca mora. Dejas tu ropa con la inquietud de si vas a volver a verla.

Pasamos y de pronto el puto horror. Si mirabas a un lao veías a 20 panchitos alrededor de altavoz oyendo reggeaton o como se diga, al otro unos moros dando toques con chanclas a un balón que regalaban con las galletas, eso cuando no había unos gitans fumando canutos mientras sus desechos genéticos sembraban el pánico. Y lo más descorazonador eran la gente normal, españoles de bien que antes iban a la piscina. Ya no hay. El remanente que queda es familias pauper que no difiere mucho de la jauría multicultural que he descrito antes.

Con la esperanza de no seguir viendo semejante panorama decidí echarme al agua. Las piscinas son las mismas que hace 40 años, la olímpica, la L y la chocolate, esta última debe el nombre a qué se dice que no era raro ver zurullos torpederos flotando en el agua.

Al agua que fui, y tampoco mejoró la cosa. Nada más meterme en laLhabía unos negros pegando unos alaridos en la zona donde no cubría, nunca les vi abandonar esa zona de seguridad. Me fui a la olímpica que hay siempre cubre, no había negros, pero si gitans bañándose con algo que no padecían bañadores porque obviamente no lo eran, encima el más choto lanzándose a bomba. Me meto a donde más cubre y me pasa uno como un motobarco pegando unas brazadas que salpicaban hasta el pueblo de Cocreto. Yo no sabía si estaba en una piscina o Twin Peaks summer Edition.

El colofón fue la comida que entra la amiga y mi mujer, hicieron unas viandas que no se las come ni el conde de Montecristo. Una hizo una tortilla de patatas más sosa que su Puta madre y mi mujer una kitsch que después de unas cuantas horas era un chicle boomer. Menos mal que había unos nachos sabor guacamole del Mercadona, que con tinto de verano Don Simón me permitieron comer algo.

Yo intenté echarme alguna siesta, pero entre el escándalo y las desechos genéticos gitans merodeando no consegui pegar ojo.

No veía el final de aquello. Me metí otra vez y esta vez hubo lol porque tuvieron que sacar a un viejo que le estaba dando un vahído. Esperanzado que iba a ver algo, al final sólo fue una bajada de tensión.

Nada más montarme en el coche, le dije a mi mujer que ni una más, cosa que ella reafirmó.

Piede que la piscina municipal sea de cierto interés para el pauper talaverano y ver mocitas marcando pezoncillos mientras el se bebe una lata de cerveza del ALDI y se come cacahuetes alesto, pero es que por lo demás es muy marrón todo.

puede que yo tenga idealizado el recuerdo del piscineo adolescente, puede que me estoy haciendo muy mayor, puede que sea un pobretaco burgués, pero es que aquello fue demencal.

Contar vuestras experiencias pisciniles y si últimamente habéis ido a alguna como la descrita por mi
 
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La última vez que estuve en una piscina fue en 2017 en el pueblo de @DeusVult y porque era el socorrista.
 
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En las piscinas lo que se puede comprobar, además, es lo siguiente:

  • El porcentaje de PUTOS GORDOS es simple y llanamente BRU-TAL. Y de gordas, lo mismo.
  • El porcentaje de gente que luce tatuajes horripilantes, de mal gusto, chabacanos, soeces, ridículos y repugntantes es abrumador. Entre la gente menor de treinta años es casi imposible ver a quien luzca la piel limpia, la grandísima mayoría de tíos tienen pintarrajos y la práctica totalidad de las tías los tienen también. A partir de los treinta años, y hasta los cincuenta y pico, baja un poco, pero ahí están también, todos pintarrajeados.

Y no es que sea o gordo o con tatuajes repugnantes, es que lo normal es que la mayoría de la gente sea ambas cosas. El horror.
 
Jamás he ido a una piscina a pasar el día o la tarde y mucho menos a comer allí estilo cateto. Jamás. La primera vez que pisé una puta piscina fue una noche que nos saltamos en la piscina de mi pueblo y nos bañamos en pelotas todos fumaos. He ido, en mi juventud, durante algunos veranos a nadar una vez se cerraba al público a las 20:30 y se ponían las calles para los cursos de perfeccionamiento de natación. He ido a piscinas de muchos pueblos cuando por el trabajo tenía que desplazarme, pero solo un rato, lo justo para darme el chapuzón, matarme a nadar un rato para relajar el cuerpo y meter la cabeza debajo del agua para olvidarme de la jornada laboral y desconectar. Pero nunca, repito, nunca he ido a una puta piscina a pasar el día, Ja Más.
 
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Me encanta la publi del foro. :lol:

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Yo de adolescente iba a la piscina municipal. Dejé de ir cuando empezó a llenarse de gitanos. Desde entonces solo piscinas de camping algún verano que otro.
 
Salvo unos pocos años de mierda en los que tuve que compartir una piscina comunitaria, siempre he tenido una privada. Bueno, lo cierto es que durante bastantes años tuve hasta tres. Hoy en día tengo una solamente. En eso he sido un hombre afortunado.

Ni que decir tiene que yo jamás he pisado una mierda de piscina municipal de esas. Qué puto asco, llenas de meaos, sudores, costras reblandecidas, mocos, mierda de las uñas, lapos, pelos de nariz, pelotillas de los pies...todo eso en un caldo recalentado lleno de mierdas de gentes repugnantes y feas dando berridos y todo lo que ha dicho Gingueltonic.

Un asco verdadero, la mierda pura en forma de remojada y apestosa aglomeración humana de mierda. Me dan arcadas. Un día fui a la mierda esa de los toboganes y menuda peste a agua enmierdada en sudores y pises.

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blllgrf...para ya, tío...bggllllll...
 
Yo de niño me pasaba los veranos en la piscina municipal. Entonces era nueva y estaba bastante bien, sobre todo porque no había alternativa ninguna.

El problema era la gente. Porque cuando juntas en un sitio a las clases medias y bajas van a aparecer gilipollas por doquier. En una ocasión me rajé la planta del pie entera porque algún subnormal se había comido un melocotón y tiró la pipa al césped.

Los gitanos eran el gran problema. No sólo por su ausencia de civismo, sino porque la desaparición de bienes era habitual. Cuando volvías del agua había desaparecido el reloj, la Game Boy del chiquillo, las zapatillas...

Acabaron por ponerle un precio prohibitivo y casi indignante a la entrada del día para filtrar chusma. A los gitanos les salía demasiado barato entrar solo para vaciar mochilas y bolsos.
 
Cuando la escoria abunda el ciudadano de bien se aparta.

Lo mismo en las playas, en muchos países como Italia hay zonas privadas donde pagas por entrar porque las publicas son un contenedor humano.

Tampoco se puede pasear en muchos parques.

Una gota en el océano de la degradación y pérdida del calidad de vida que conlleva la inmigración.

Disfrutad lo votado.
 
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Me ha pisado el vídeo el conforero de arriba.

Los fines de semana de verano, en las piscinas privadas de las urbanicaciones hay una plaga de gorrones: ya sean familiares, amigos o meramente conocidos intentan ir un rato a bañarse y aprovechar las ventajas de una piscina sin tener piscina, y sin agobios de playa, arena y proletariado. Si en urbanizaciones grandes ya agobia la purria que se junta (hablando siempre de gente aria y clase media), no quiero ni pensar lo que puede ser ir a una piscina municipal a pasar el día rodeado de multiculturalidad y lumpen.
 
En mi niñez y primera juventud éramos piscineros en verano, habiendo tres piscinas en la ciudad y ordenadas en bronce, plata y oro en cuanto a gentuza, por aquel entonces solamente gitanos. Íbamos a la bronce, donde podías volver con las mismas zapatillas con las que habíamos entrado. Pero poco a poco las tres categorías se han ido igualando con el Enrique Cimiento cultural y ni se me ocurre llevar allí a los críos a ver semejante espectáculo tercermundista.

La piscina de la comunidad es un catálogo de cuerpos escombreros delirantes. Un vecino de más de 130 kg con la cola de una serpiente asomando por la parte delantera del bañador barriga arriba, no quiero imaginar dónde lleva la cabeza del ofidio. Y su mujer tan contenta.
 
Yo de niño me pasaba los veranos en la piscina municipal. Entonces era nueva y estaba bastante bien, sobre todo porque no había alternativa ninguna.

El problema era la gente. Porque cuando juntas en un sitio a las clases medias y bajas van a aparecer gilipollas por doquier. En una ocasión me rajé la planta del pie entera porque algún subnormal se había comido un melocotón y tiró la pipa al césped.

Los gitanos eran el gran problema. No sólo por su ausencia de civismo, sino porque la desaparición de bienes era habitual. Cuando volvías del agua había desaparecido el reloj, la Game Boy del chiquillo, las zapatillas...

Acabaron por ponerle un precio prohibitivo y casi indignante a la entrada del día para filtrar chusma. A los gitanos les salía demasiado barato entrar solo para vaciar mochilas y bolsos.

De mayorcito estuviste fotoninjeando en la de mi pueblo, eh piratón?, que has puesto las fotos por aquí alguna vez.

De momento en la de mi pueblo estamos exentos de chusma inmigrante y gitans, y no será por falta de ellos. La verdad es que hay que darle las gracias a Paco Pantanos y a las pesqueras que se hacen en los ríos.

Ahora lo que se lleva es el Airbnb de piscinas para evitarse a toda la chusma, aunque supongo que será en piscinas privadas y no municipales.

 
Mi última y única experiencia hasta ahora de piscina municipal ha sido justo este verano en un pueblo abulense llamado La Adrada. Un lugar muy majo entre pinares en un pueblo que aún conserva la pureza de raza española. Todos blanquitos y de por la zona. ¿Paletez? Mucha, como corresponde a un pueblo del Valle del Tiétar, pero compensaba con un +100 en españolidad y con que el sitio estaba de puta madre.
 
Es lo que tiene el vivir en las zonas masificadas.
Servidor es como mi amigo @Perrino Chico
Voy a la piscina municipal en verano todos los días que puedo. Sin duda es lo que más me gusta del verano, y casi del año en general. En septiembre cuando cierran la piscina me entra una morriña del copón.

Aquí , pues al contrario que en Bronxtoles y demás sitios de mal vivir, es al revés: algún panchi, unos cuantos adolescentes moros, pero la gran mayoría son gente normal. Familias, matrimonios de viejos, chavales, chavalas y tal. Agua limpia, instalaciones limpias y cuidadas, socorristas del pueblo, las taquilleras también del pueblo, nos conocemos todos, todo ok.
Además el bono de 10 baños cuesta 9€, baratito.
 
Cuando entrenaba en santa eugenia, vallecas, el polideportivo era normal, con sus clubs deportivos compuestos prácticamente por niños blancos. Hasta que llegaba el verano, abrían las piscinas y eso se convertía en las favelas brasileñas, con los topboxes todo el dia metidos ahi por peleas y robos de los de siempre.


En el pueblo cercano, ya hablo de castilla-león profunda. Cero gitanos, moros y sudacas. 0 problemas multiculturales y se puede disfrutar.
 
Y no me confundí. Otrora, la piscina municipal era uno de los lugares donde la mocedad disfrutaba con alborozo y alegría, lugar de obligado peregrinaje de todos los veranos. Tocar carne haciendo aguadillas a la tetuda, darte el lote tumbado en la toalla, jugar a las cartas con un bocadillo de tortilla. Esos recuerdos debían haber quedado inmaculados en la memoria. Hasta un día de hace dos semanas.

Exactamente esos son los recuerdos de ir a la piscina de chaval, pasarlo bien, aunque ahora de mayor, puedes pensar que esos chavales que se lo pasan bien, pero a la vez te joden la tranquilidad que buscas, eras tú hace 225 años dando por culo.

Aunque ahora es peor, gracias a las cucarachas invasoras. Las probabilidades de robo son enormes, no recuerdo de chaval tener que preocuparme de que me robaran la cartera con 500 pesetas como mucho, ahora la preocupación aumenta porque a la piscina la gente lleva un móvil, unas ray-ban y más cosas, éramos más pobres. No había peligro de acabar hecho un kebab, porque la gente de antes no tiene las costumbres de matar al otro importadas del tercer mundo.

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La higiene qué decir, la gente antes era mucho más educada, estaba la leyenda de la mancha roja que te persigue si te haces pis, ahora ya saben que eso es falso, y seguro que la mayoría de esos seres se mean nada más entrar por no ir al baño. Entonces la solución es volver el agua en un potaje químico, que no te de el dengue, recuerdo notar el agua de la penúltima vez que fui a una piscina pública, la de Mislata, como algo viscoso.

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A parte, ¿ahora hay que ir con mascarilla?
Justo ayer la churri me decía que quería ir a una piscina, y yo me niego, y tampoco voy a pedirle a nadie de los que conozco con piscina ir a su piscina a gorronear, por que además me la suda. Pero he recordado que en Valencia hay una piscina, la de la Hípica, que es de pijos, ahí no tengo recuerdos de gente mugre y eso, al ser de un club, suele ir la gente pija, que es obviamente más educada, incluso los chavales al ir con el pase del padre, mantienen las formas pues les llaman la atención.

Es pequeña, con cesped, sombra, y tengo curiosidad por ver si se ha convertido en un estercolero multicultural, o el precio de la entrada como en todo, hace de filtro de lumpenes.
 
Una vez a la de mi pueblo que ni estaba masificada, ni vi panchis, gipsis, morería ni negritud. Todo español y muy español. Hasta gente de Salamanca había ese día. En los 80. Una mierda de triceratops. No he vuelto a ir. Y por lo que contáis muy bien que he hecho.
 
Me ha pisado el vídeo el conforero de arriba.

Los fines de semana de verano, en las piscinas privadas de las urbanicaciones hay una plaga de gorrones: ya sean familiares, amigos o meramente conocidos intentan ir un rato a bañarse y aprovechar las ventajas de una piscina sin tener piscina, y sin agobios de playa, arena y proletariado. Si en urbanizaciones grandes ya agobia la purria que se junta (hablando siempre de gente aria y clase media), no quiero ni pensar lo que puede ser ir a una piscina municipal a pasar el día rodeado de multiculturalidad y lumpen.
En las urbanizaciones serias hay control de acceso y carnets o pulseras de invitados. Donde no sí es fácil que haya cachondeo y algún listillo invite a 15 colegas, pero vamos, tiene fácil solución. También es verdad que los picos de gente son al abrir la piscina (primera quincena de junio) y al cerrar (primera/segunda semana de septiembre)
 
Qué tal shavales?

El otro día me acordé de vusotros. Desgraciadamente por quedar con unos amigos, antiguos vecinos, nos propusieron ir a la piscina municipal de Bronxtoles. La verdad es que no me hacia ni puta gracia, no bajo ni a la de mi urbanización por no compartir conversaciones insustanciales con vecinos medio gilipollas, ir a una municipal se me antojaba como un Via Crucis.

Y no me confundí. Otrora, la piscina municipal era uno de los lugares donde la mocedad disfrutaba con alborozo y alegría, lugar de obligado peregrinaje de todos los veranos. Tocar carne haciendo aguadillas a la tetuda, darte el lote tumbado en la toalla, jugar a las cartas con un bocadillo de tortilla. Esos recuerdos debían haber quedado inmaculados en la memoria. Hasta un día de hace dos semanas.

No sé por qué, pero ahí me vi, sacando entradas para la piscina municipal del Soto.

Los vestuarios ya olían raro, una mezcla entre orín y sobaca mora. Dejas tu ropa con la inquietud de si vas a volver a verla.

Pasamos y de pronto el puto horror. Si mirabas a un lao veías a 20 panchitos alrededor de altavoz oyendo reggeaton o como se diga, al otro unos moros dando toques con chanclas a un balón que regalaban con las galletas, eso cuando no había unos gitans fumando canutos mientras sus desechos genéticos sembraban el pánico. Y lo más descorazonador eran la gente normal, españoles de bien que antes iban a la piscina. Ya no hay. El remanente que queda es familias pauper que no difiere mucho de la jauría multicultural que he descrito antes.

Con la esperanza de no seguir viendo semejante panorama decidí echarme al agua. Las piscinas son las mismas que hace 40 años, la olímpica, la L y la chocolate, esta última debe el nombre a qué se dice que no era raro ver zurullos torpederos flotando en el agua.

Al agua que fui, y tampoco mejoró la cosa. Nada más meterme en laLhabía unos negros pegando unos alaridos en la zona donde no cubría, nunca les vi abandonar esa zona de seguridad. Me fui a la olímpica que hay siempre cubre, no había negros, pero si gitans bañándose con algo que no padecían bañadores porque obviamente no lo eran, encima el más choto lanzándose a bomba. Me meto a donde más cubre y me pasa uno como un motobarco pegando unas brazadas que salpicaban hasta el pueblo de Cocreto. Yo no sabía si estaba en una piscina o Twin Peaks summer Edition.

El colofón fue la comida que entra la amiga y mi mujer, hicieron unas viandas que no se las come ni el conde de Montecristo. Una hizo una tortilla de patatas más sosa que su Puta madre y mi mujer una kitsch que después de unas cuantas horas era un chicle boomer. Menos mal que había unos nachos sabor guacamole del Mercadona, que con tinto de verano Don Simón me permitieron comer algo.

Yo intenté echarme alguna siesta, pero entre el escándalo y las desechos genéticos gitans merodeando no consegui pegar ojo.

No veía el final de aquello. Me metí otra vez y esta vez hubo lol porque tuvieron que sacar a un viejo que le estaba dando un vahído. Esperanzado que iba a ver algo, al final sólo fue una bajada de tensión.

Nada más montarme en el coche, le dije a mi mujer que ni una más, cosa que ella reafirmó.

Piede que la piscina municipal sea de cierto interés para el pauper talaverano y ver mocitas marcando pezoncillos mientras el se bebe una lata de cerveza del ALDI y se come cacahuetes alesto, pero es que por lo demás es muy marrón todo.

puede que yo tenga idealizado el recuerdo del piscineo adolescente, puede que me estoy haciendo muy mayor, puede que sea un pobretaco burgués, pero es que aquello fue demencal.

Contar vuestras experiencias pisciniles y si últimamente habéis ido a alguna como la descrita por mi
En esa piscina he estado, hasta habremos compartido agua con pis y vestuarios.
A primeros y mediados de los 90 ésa y las equivalentes de Alcorcón eran sitios bastante decentes. Si ibas de chaval con un bocata y 500 pelas el peligro de robo era despreciable. Podía haber algún grupo molesto pero entonces hasta los gypsis (debían ser en caso de Móstoles los que vivían cerca del campo de fútbol y se saltaban la valla) era grupetos controlados e iban a su bola. Por no hablar de que sin móviles y sin los putos altavoces bluetooth a lo único que se podía jugar era a las cartas, así que, el ruido era asumible.

De todas formas, lo razonable, cuando fallaba el colega con chalet con piscina, para estar tranquilo, era irse a la pisci municipal de un pueblo pequeño y/o con muchos chalets, donde había poca gente, y al menos entonces, civilizada. Villaviciosa de Odón o Humanes eran buenos sitios a 10-15 minutos en coche
 
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