Recordando a Cajal

cuellopavo

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23 Abr 2006
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Mañana -25 de octubre- se cumple el primer centenario de la concesión del Nobel de Medicina a Santiago Ramón y Cajal, personaje que siempre me ha causado curiosidad.

Hace unas semanas seguí, con interrupciones, una serie de TV que narraba su vida y saqué la conclusión de que era más raro que un perro verde -quizá por ser muy escéptico- y tan machista como la mayoría de los varones de su época.

Hoy he leído en el ABC un artículo donde se dice que escribió "cosas" no científicas y entre ellas destacan tres obras: "Cuentos de vacaciones", El mundo visto a los 80 años -memorias de un arterioesclerótico" y "Charlas de café". No he leído nada de esto, aunque tengo en casa un libro de histología firmado por él y editado a finales de los años veinte, por lo que he de buscarlo y leerlo.

En el mismo artículo se pone en boca de Cajal las siguientes frases:

"Se debe preferir la mujer hermosa antes que la fea con tal de que sea medianamente discreta, porque si te sale casquivana y coqueta de ella te librará cualquier don Juan callejero, mas de la fea, ni el propio diablo".

Reflexionando sobre la mujer y el amor, dice: "Las jóvenes enamoradas se suicidan alguna vez por un novio esquivo; nunca, por el esposo fallecido".

Sobre el matrimonio dice: "El hombre casado es el más paciente de los animales domésticos".

Sobre la mujer y la familia dice: "La mujer venera a sus padres, estima y admira, a veces, a su esposo, pero verdaderamente, sólo admira a sus hijos".

Quzá de estas frases suyas se pueda deducir ese mantenerse al margen lleno de escepticismo. ¿O no?
 
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