maspapauniverso
Veterano
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- 12 Ene 2006
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A los 3 meses, más o menos, del fin de mi relación más larga , fue cuando , después de que mis amigos insistieran mucho, me vi con ganas de salir. Quieres estar lo más lejos posible de la fuente del dolor, quieres aislarte, no quieres ni ver ni oir ni mirar. Cuanto más sepas, veas o mires sobre tu expareja de tantos años solo te producirá dolor. Ahora pienso en aquellos días pasados y , en cierta forma no me culpo. Es un proceso por el que todos deberíamos pasar para apreciar más lo bueno de la vida. Sobre todo a disfrutar completamente de tu individualidad como persona.
Así pues, salí. Quedé con mis amigos en el bar de siempre para tomar las primeras copas. “El bar de siempre” que ya no pisabas desde hace tanto tiempo por tener otros planes de fines de semana con tu pareja. En aquellos días “tontos” envidias a tus amigos por tener pareja, como si eso fuera la panacea de la tranquilidad sentimental y psicológica. Tenemos la necesidad psicológica de tener pareja y no se muy bien por qué. Quizá sea antropológico, la necesidad de la procreación disfraza y disimulada con lo que llamamos “sentimientos”, miedo a la soledad, muchas cosas. Con el tiempo esa sensación de querer tener pareja sí o sí se ha ido difuminando como la credibilidad de un político corrupto. Ya no exíste esa necesidad. Pero tras ser dejado eres una especie de yonki con mono de cariño, amor, sexo…
El bar es el típico bar-pub de un amigo, que realmente ni te gusta, pero vas allí para ayudarle un poco económicamente. Te tomas un par de cervezas y ya estás mirando el reloj y pensando donde ir.
Recuerdo que fuimos a una discoteca de moda de la ciudad. Una discoteca de alto-standing pero con entrada libre. Muchas chicas (aunque siempre, como no, hay más chicos), copas caras, buena música, sala de baile muy espaciosa y esquinas más o menos oscuras para poder intimar o hablar con alguna moza , cuyo ego se multiplica por mil en éste tipo de establecimientos (el alcohol hace que se vea a todas las tias guapas y eso, irremediablemente hace que el ego de las feas se multiplique porque le entran tíos sin escrúpulos…faunas de la noche) . Fue cuando en una esquina vi a una larguirucha chica con otra más baja.
La verdad es que la actitud es muy importante para ligar , eso lo descubrí en esas circunstancias. Cuando fui a la chica para preguntarle su nombre , iba con la actitud del que realmente no tiene nada que perder. Tenía en mente a mi exnovia constantemente en la cabeza y ante un posible “NO”de la chica que pretendía conocer , la perspectiva del fracaso ya estaba muy alta desde el día en que la ex me dijo ADIOS. Así que te daba lo mismo que te siguiera el rollo, que bailara contigo como si te mandaba a la mierda. Suena a coña, chorrada, etc.. pero es así. Como digo : ahora pienso en mi estado mental de esos días y es motivo de vergüenza (aunque piense que era inevitable) .
Fui hacia ella de forma decidida. ¿Cómo la podría describir?. Esta chica es la definición de jaquetona, una especie de “garota” en miniatura. Unas caderas y unos muslos de infarto. Algo parecido a esto :
Le pregunté su nombre y me dijo : Me llamo Ana. Entonces llega el “se abre la veda” y te pones a bailar con ella. Compruebas in situ que no te rechaza, pero tampoco se te acerca en exceso, guardando las distancias. La larguirucha me dice al oído : uhhh mi amiga normalmente no baila con nadie, eso es que le gustas (como siempre si una tia te dice “no hago esto normalmente” , en realidad, es lo que más hace… véase el ejemplo de “soy muy escrupulosa” y después es una zorraca en la cama) .
Tras estar ya un rato bailando con la chica a media-distancia. Me dice que se va al servicio. Y aquí anduve listo. Se me ocurrió una idea. La idea era “ocultarme” entre unas sombras de la esquina de la discoteca. Yo veía dónde estábamos bailando previamente, pero ella no me veía a mi . Pensé : Si al llegar empieza a buscarme… buena señal… si no me busca y sigue a su rollo con su amiga … mala señal. Y así fue… llegó y se llevó como un par de minutos mirando en todas las direcciones, sin bailar, buscándome.
Volví a la escena. Seguimos bailando. A la hora de marcharme del lugar le pido el teléfono y me lo da. Espero los dos-tres días de rigor sin decirle absolutamente nada y acordamos la primera cita.
La primera cita se da en una localidad cercana a donde vivo, donde tengo una pequeña casa de Verano. Después de tomar los cafés de turno le ofrezco enseñarle esa casita que estaba muy cerca de donde estábamos en la cita. Accedió…
Fue cuando nos sentamos en el sofá y llegó la “mejor de las señales” …
Si a una chica le haces el gesto de quitarle el botón del pantalón y no dice-hace absolutamente nada … buena señal. Hoy follas. Con Ana no hubo ningún tipo de resistencia ni rechazo al potencial roce sexual . Se dejó quitar los pantalones. Me hizo mucha gracia. Estábamos por fechas navideñas. Tenía un tanga rojo con Papa-Noel y un Ho-ho-ho muy simpático. Dios mío que culazo.
No tenía condones. En esos momentos te da absolutamente todo igual (después llegan las desgracias, se que es jugar con fuego) . Pero si eso sorprende, más sorprende aún que una tipa se deje penetrar ante un tío en la primera cita, ya no solo por el hecho de “guardar” un mínimo su “dignidad” sino por la imagen que da siempre a pensar :
Si esta tía se acuesta con tipo en la primera cita … esto lo tendrá casi como por costumbre. Llamadme machista, retógrado o lo que queráis , no estoy de acuerdo con vosotros, son normas sociales basadas en la costumbre que yo no he inventado.
-Oye te importa que lo hagamos sin que yo tenga condones? – Le dije en una especie de arrebato de educación en un momento en el que sabes que la penetración es segura. Ella a cuatro patas, con ese culazo de garota y yo como Priapo con el pene como una roca.
-Da igual. Da igual - Dijo ella con voz baja.
El polvo fue impresionante. La postura no cambió, fue a cuatro patas. Unos 15 minutos de mete saca como hacía tiempo que no había tenido. Era distinto, raro pero a la vez muy placentero (es increíble cómo te mal-acostumbras al roce de una sola mujer…tanto que hacerlo con otra, a los pocos meses, te resulta tan extraño como gozoso, es como si estrenaras zapatos y son cómodos, pero siempre tienes en mente esos zapatos viejos que ya se habían adaptado a ti, tanto para lo bueno como para lo malo, entiéndase el símil).
Cuando acabamos nos sentamos de nuevo en el sofá para ver una película y empezamos a hablar un poco más de nuestras vidas.
Ella: Jóven (para las “edades” que se manejan en estos días), de 24 años. Sin estudios. Trabajo muy precario (de vez en cuando limpiaba alguna casa). Padre albañil en paro y madre “ama de casa” dominante. De barrio bajo. Su única dedicación diaria era ayudar a la madre en casa, trabajar en las pocas ocasiones que se le ofrecía y matarse todos los días en un gimnasio (esto del gimnasio tiene su sentido como veréis)
Yo: Diez años más. Dos licenciaturas, tres másteres. Empleo autónomo pero muy estable. Con mi propia casa, un chalet en una localidad cercana. De buen porte físico y , aunque esté feo decirlo, bastante atractivo para las mujeres (modestia aparte).
La incultura de ésta chica chocaba a primera vista. Como decía estábamos sentados en el sofá del chalet en vistas de ver una película y surgió una curiosa conversación cuando hablamos de la familia de ambos.
Ella me comentó que tenía dos hermanos. Los dos casados y con hijos. Ella era la única chica de la familia y su mayor ilusión era ser madre (quizá por eso no le importara que no usara condón en el acto sexual). Me dijo que si ella se quedara embarazada no le importaría porque quería ser única y exclusivamente madre.
La conversación mosqueaba un poco pero no evolucionó a más de eso. Tienes que adaptarte al nivel cultural de una persona cuando hablas con ella. No estaba la cosa, como imaginareis, para hablar de algo interesante porque no daba para más.
Vimos la película. La dejé en casa y poco más.
La verdad es que los días posteriores me hice bastante el sueco aunque no podía olvidar el cuerpazo de la chica en cuestión y la satisfacción de haberte follado 15 minutos un pivón a cuatro patas.
Llegan las conversaciones surrealistas por Whatsapp.
- Ola que aces (no es coña, escribía así)
- Hola , buenas tardes, pues nada, trabajando.
- Aaaaa
- Bueno. Nos vemos luego por la tarde noche?
- Aaaaa kieres verme otrave no?
- Bueno. Sí. Venga a que hora te recojo?
- A las nuebe
La verdad es que es chocante que, con los tiempos que corren una persona hable de ésta manera. Y, desde luego, corría en mi un sentimiento de desvalorarización curioso.
La cita no tuvo mucha historia. Cenamos , nos besamos y para casa.
Llega el fin de semana y le propongo cena y peli en mi casa. Pasemos a la acción , lo que pasó por la noche. Nos acostamos desnudos en mi cama y tuve un polvazo de cuidado. Ésta vez sí con condón , pues no quería arriesgar dejar embarazada a una tipa que aun ni conocía. Fue la primera vez que me follé cuatro veces a una tia durante toda una noche. Pero era impresionante. La chica dormida, inconscientemente, me ponía el culo en pompa buscando, literalmente, mi miembro viril. Creo que casi en una de las cuatro veces me la follé mientras dormía. Al día siguiente me levanté temprano y para que se fuera de casa (y no tener que hacer yo el papelón) le dije que tenía un trabajo de urgencia y que la iba a dejar en su casa (un Domingo… já! Nunca he trabajado un Domingo en mi vida…simplemente quería que se fuera para tener yo un Domingo tranquilo en casa descansando).
Llegó el momento en que hasta, aunque parezca mentira, se convirtió en una monotonía quedar con ésta chica para solo y exclusivamente follar. Como decía : no tenía tema de conversación , las conversaciones por Whatsapp daban vergüenza ajena.
Es cuando te planteas. ¿Ésta chica con el cuerpazo que tiene y ha pasado ya por tres relaciones INFRUCTUOSAS? .
Llegó el día en que me dijo, por voluntad propia, que lo hiceramos sin condón y ya me mosqueé del todo. Lo hicimos con condón pero la tía se veía como frustrada. A FIN DE CUENTAS lo único que le interesaba a ella era ser madre por encima de todo.
Ésta chica es del tipo que yo llamo : Lo único que tengo es mi cuerpo.
Hay chicas que saben que tienen un nivel cultural muy bajo. Unas expectativas de vida que serían imposibles si las plantearan desde un punto de vista individual. Con el tiempo cuadró lo de matarse en el gimnasio. Son tías que ven que su única salida para “gustar” a un chico es su cuerpo y ser totalmente sumisas y “dispuestas” en la cama. Más adelante conocí a una vecina suya, que no era su amiga, pero sí que sabía los dimes y diretes en relación a Ana. La chica me dijo que Ana iba follándose a todo bicho viviente que se encontraba por delante, que tuviera más o menos algún oficio o beneficio (tipo con una nómina que de al menos para vivir o mantenerla). Que no le hacía ascos a nada, que estaba en plan me”a ver si me dejan embarazada y amarro al capullo en cuestión).
Ana no podía ofrecer nada más que su cuerpo. Tías como Ana son muy peligrosas. Tías como Ana son las que adulteran condones. Tías como Ana son de las que te envían fotos en pelotas para ponerte más salido que un sátiro. Tías como Ana son las que te arruinan la vida ya que, al conseguir su objetivo, solo querrán al niño en cuestión y que tu le mantengas. Tías como Ana tienen un ejemplo de vida familiar muy perjudicial del que toman como modelo, madre dominante, marido sumiso y callado… actitud a aplicar una vez amarren al gilipollas en cuestión. Tías como Ana, como le pasa a “Ana”, valga la redundancia, está ahora embarazada de un tipo de 58 años con una cara horrible , pseudoenáno, que vive de una pequeña pensión no contributiva (el tipo es para verlo…es un adefesio)… pero éste adefesio se está follando a una Venus, el pobre hombre debe estar viviendo una segunda juventud (ella 27, él 58… ).
Ahora entiendes por qué Ana no cuajaba en ninguna relación. Es una mujer que no ofrecía absolutamente nada. Solo sexo. Eso está muy bien pero no para plantearte una relación en serio , como casi exigía al mes y medio de estar follándomela una media de una vez al día.
Eso sí, de la misma forma que las putas no dan beso para salvaguardar alguna mínima dignidad en sus extraños códigos de prostitutas, Ana no la chupaba con la excusa de “tengo que dejar algo para cuando seamos pareja en serio y no te aburras de mi”. La única vez que me la chupó solo hizo el gesto de abrir la boca y yo introducirla y sacarla sin mucho ánimo al ver la estampa de su cara hierática y falta de expresión .
Creo que hay muchas tias como Ana por ahí. Más de lo que creéis.
Os habéis encontrado con algún caso similar?
Así pues, salí. Quedé con mis amigos en el bar de siempre para tomar las primeras copas. “El bar de siempre” que ya no pisabas desde hace tanto tiempo por tener otros planes de fines de semana con tu pareja. En aquellos días “tontos” envidias a tus amigos por tener pareja, como si eso fuera la panacea de la tranquilidad sentimental y psicológica. Tenemos la necesidad psicológica de tener pareja y no se muy bien por qué. Quizá sea antropológico, la necesidad de la procreación disfraza y disimulada con lo que llamamos “sentimientos”, miedo a la soledad, muchas cosas. Con el tiempo esa sensación de querer tener pareja sí o sí se ha ido difuminando como la credibilidad de un político corrupto. Ya no exíste esa necesidad. Pero tras ser dejado eres una especie de yonki con mono de cariño, amor, sexo…
El bar es el típico bar-pub de un amigo, que realmente ni te gusta, pero vas allí para ayudarle un poco económicamente. Te tomas un par de cervezas y ya estás mirando el reloj y pensando donde ir.
Recuerdo que fuimos a una discoteca de moda de la ciudad. Una discoteca de alto-standing pero con entrada libre. Muchas chicas (aunque siempre, como no, hay más chicos), copas caras, buena música, sala de baile muy espaciosa y esquinas más o menos oscuras para poder intimar o hablar con alguna moza , cuyo ego se multiplica por mil en éste tipo de establecimientos (el alcohol hace que se vea a todas las tias guapas y eso, irremediablemente hace que el ego de las feas se multiplique porque le entran tíos sin escrúpulos…faunas de la noche) . Fue cuando en una esquina vi a una larguirucha chica con otra más baja.
La verdad es que la actitud es muy importante para ligar , eso lo descubrí en esas circunstancias. Cuando fui a la chica para preguntarle su nombre , iba con la actitud del que realmente no tiene nada que perder. Tenía en mente a mi exnovia constantemente en la cabeza y ante un posible “NO”de la chica que pretendía conocer , la perspectiva del fracaso ya estaba muy alta desde el día en que la ex me dijo ADIOS. Así que te daba lo mismo que te siguiera el rollo, que bailara contigo como si te mandaba a la mierda. Suena a coña, chorrada, etc.. pero es así. Como digo : ahora pienso en mi estado mental de esos días y es motivo de vergüenza (aunque piense que era inevitable) .
Fui hacia ella de forma decidida. ¿Cómo la podría describir?. Esta chica es la definición de jaquetona, una especie de “garota” en miniatura. Unas caderas y unos muslos de infarto. Algo parecido a esto :
Le pregunté su nombre y me dijo : Me llamo Ana. Entonces llega el “se abre la veda” y te pones a bailar con ella. Compruebas in situ que no te rechaza, pero tampoco se te acerca en exceso, guardando las distancias. La larguirucha me dice al oído : uhhh mi amiga normalmente no baila con nadie, eso es que le gustas (como siempre si una tia te dice “no hago esto normalmente” , en realidad, es lo que más hace… véase el ejemplo de “soy muy escrupulosa” y después es una zorraca en la cama) .
Tras estar ya un rato bailando con la chica a media-distancia. Me dice que se va al servicio. Y aquí anduve listo. Se me ocurrió una idea. La idea era “ocultarme” entre unas sombras de la esquina de la discoteca. Yo veía dónde estábamos bailando previamente, pero ella no me veía a mi . Pensé : Si al llegar empieza a buscarme… buena señal… si no me busca y sigue a su rollo con su amiga … mala señal. Y así fue… llegó y se llevó como un par de minutos mirando en todas las direcciones, sin bailar, buscándome.
Volví a la escena. Seguimos bailando. A la hora de marcharme del lugar le pido el teléfono y me lo da. Espero los dos-tres días de rigor sin decirle absolutamente nada y acordamos la primera cita.
La primera cita se da en una localidad cercana a donde vivo, donde tengo una pequeña casa de Verano. Después de tomar los cafés de turno le ofrezco enseñarle esa casita que estaba muy cerca de donde estábamos en la cita. Accedió…
Fue cuando nos sentamos en el sofá y llegó la “mejor de las señales” …
Si a una chica le haces el gesto de quitarle el botón del pantalón y no dice-hace absolutamente nada … buena señal. Hoy follas. Con Ana no hubo ningún tipo de resistencia ni rechazo al potencial roce sexual . Se dejó quitar los pantalones. Me hizo mucha gracia. Estábamos por fechas navideñas. Tenía un tanga rojo con Papa-Noel y un Ho-ho-ho muy simpático. Dios mío que culazo.
No tenía condones. En esos momentos te da absolutamente todo igual (después llegan las desgracias, se que es jugar con fuego) . Pero si eso sorprende, más sorprende aún que una tipa se deje penetrar ante un tío en la primera cita, ya no solo por el hecho de “guardar” un mínimo su “dignidad” sino por la imagen que da siempre a pensar :
Si esta tía se acuesta con tipo en la primera cita … esto lo tendrá casi como por costumbre. Llamadme machista, retógrado o lo que queráis , no estoy de acuerdo con vosotros, son normas sociales basadas en la costumbre que yo no he inventado.
-Oye te importa que lo hagamos sin que yo tenga condones? – Le dije en una especie de arrebato de educación en un momento en el que sabes que la penetración es segura. Ella a cuatro patas, con ese culazo de garota y yo como Priapo con el pene como una roca.
-Da igual. Da igual - Dijo ella con voz baja.
El polvo fue impresionante. La postura no cambió, fue a cuatro patas. Unos 15 minutos de mete saca como hacía tiempo que no había tenido. Era distinto, raro pero a la vez muy placentero (es increíble cómo te mal-acostumbras al roce de una sola mujer…tanto que hacerlo con otra, a los pocos meses, te resulta tan extraño como gozoso, es como si estrenaras zapatos y son cómodos, pero siempre tienes en mente esos zapatos viejos que ya se habían adaptado a ti, tanto para lo bueno como para lo malo, entiéndase el símil).
Cuando acabamos nos sentamos de nuevo en el sofá para ver una película y empezamos a hablar un poco más de nuestras vidas.
Ella: Jóven (para las “edades” que se manejan en estos días), de 24 años. Sin estudios. Trabajo muy precario (de vez en cuando limpiaba alguna casa). Padre albañil en paro y madre “ama de casa” dominante. De barrio bajo. Su única dedicación diaria era ayudar a la madre en casa, trabajar en las pocas ocasiones que se le ofrecía y matarse todos los días en un gimnasio (esto del gimnasio tiene su sentido como veréis)
Yo: Diez años más. Dos licenciaturas, tres másteres. Empleo autónomo pero muy estable. Con mi propia casa, un chalet en una localidad cercana. De buen porte físico y , aunque esté feo decirlo, bastante atractivo para las mujeres (modestia aparte).
La incultura de ésta chica chocaba a primera vista. Como decía estábamos sentados en el sofá del chalet en vistas de ver una película y surgió una curiosa conversación cuando hablamos de la familia de ambos.
Ella me comentó que tenía dos hermanos. Los dos casados y con hijos. Ella era la única chica de la familia y su mayor ilusión era ser madre (quizá por eso no le importara que no usara condón en el acto sexual). Me dijo que si ella se quedara embarazada no le importaría porque quería ser única y exclusivamente madre.
La conversación mosqueaba un poco pero no evolucionó a más de eso. Tienes que adaptarte al nivel cultural de una persona cuando hablas con ella. No estaba la cosa, como imaginareis, para hablar de algo interesante porque no daba para más.
Vimos la película. La dejé en casa y poco más.
La verdad es que los días posteriores me hice bastante el sueco aunque no podía olvidar el cuerpazo de la chica en cuestión y la satisfacción de haberte follado 15 minutos un pivón a cuatro patas.
Llegan las conversaciones surrealistas por Whatsapp.
- Ola que aces (no es coña, escribía así)
- Hola , buenas tardes, pues nada, trabajando.
- Aaaaa
- Bueno. Nos vemos luego por la tarde noche?
- Aaaaa kieres verme otrave no?
- Bueno. Sí. Venga a que hora te recojo?
- A las nuebe
La verdad es que es chocante que, con los tiempos que corren una persona hable de ésta manera. Y, desde luego, corría en mi un sentimiento de desvalorarización curioso.
La cita no tuvo mucha historia. Cenamos , nos besamos y para casa.
Llega el fin de semana y le propongo cena y peli en mi casa. Pasemos a la acción , lo que pasó por la noche. Nos acostamos desnudos en mi cama y tuve un polvazo de cuidado. Ésta vez sí con condón , pues no quería arriesgar dejar embarazada a una tipa que aun ni conocía. Fue la primera vez que me follé cuatro veces a una tia durante toda una noche. Pero era impresionante. La chica dormida, inconscientemente, me ponía el culo en pompa buscando, literalmente, mi miembro viril. Creo que casi en una de las cuatro veces me la follé mientras dormía. Al día siguiente me levanté temprano y para que se fuera de casa (y no tener que hacer yo el papelón) le dije que tenía un trabajo de urgencia y que la iba a dejar en su casa (un Domingo… já! Nunca he trabajado un Domingo en mi vida…simplemente quería que se fuera para tener yo un Domingo tranquilo en casa descansando).
Llegó el momento en que hasta, aunque parezca mentira, se convirtió en una monotonía quedar con ésta chica para solo y exclusivamente follar. Como decía : no tenía tema de conversación , las conversaciones por Whatsapp daban vergüenza ajena.
Es cuando te planteas. ¿Ésta chica con el cuerpazo que tiene y ha pasado ya por tres relaciones INFRUCTUOSAS? .
Llegó el día en que me dijo, por voluntad propia, que lo hiceramos sin condón y ya me mosqueé del todo. Lo hicimos con condón pero la tía se veía como frustrada. A FIN DE CUENTAS lo único que le interesaba a ella era ser madre por encima de todo.
Ésta chica es del tipo que yo llamo : Lo único que tengo es mi cuerpo.
Hay chicas que saben que tienen un nivel cultural muy bajo. Unas expectativas de vida que serían imposibles si las plantearan desde un punto de vista individual. Con el tiempo cuadró lo de matarse en el gimnasio. Son tías que ven que su única salida para “gustar” a un chico es su cuerpo y ser totalmente sumisas y “dispuestas” en la cama. Más adelante conocí a una vecina suya, que no era su amiga, pero sí que sabía los dimes y diretes en relación a Ana. La chica me dijo que Ana iba follándose a todo bicho viviente que se encontraba por delante, que tuviera más o menos algún oficio o beneficio (tipo con una nómina que de al menos para vivir o mantenerla). Que no le hacía ascos a nada, que estaba en plan me”a ver si me dejan embarazada y amarro al capullo en cuestión).
Ana no podía ofrecer nada más que su cuerpo. Tías como Ana son muy peligrosas. Tías como Ana son las que adulteran condones. Tías como Ana son de las que te envían fotos en pelotas para ponerte más salido que un sátiro. Tías como Ana son las que te arruinan la vida ya que, al conseguir su objetivo, solo querrán al niño en cuestión y que tu le mantengas. Tías como Ana tienen un ejemplo de vida familiar muy perjudicial del que toman como modelo, madre dominante, marido sumiso y callado… actitud a aplicar una vez amarren al gilipollas en cuestión. Tías como Ana, como le pasa a “Ana”, valga la redundancia, está ahora embarazada de un tipo de 58 años con una cara horrible , pseudoenáno, que vive de una pequeña pensión no contributiva (el tipo es para verlo…es un adefesio)… pero éste adefesio se está follando a una Venus, el pobre hombre debe estar viviendo una segunda juventud (ella 27, él 58… ).
Ahora entiendes por qué Ana no cuajaba en ninguna relación. Es una mujer que no ofrecía absolutamente nada. Solo sexo. Eso está muy bien pero no para plantearte una relación en serio , como casi exigía al mes y medio de estar follándomela una media de una vez al día.
Eso sí, de la misma forma que las putas no dan beso para salvaguardar alguna mínima dignidad en sus extraños códigos de prostitutas, Ana no la chupaba con la excusa de “tengo que dejar algo para cuando seamos pareja en serio y no te aburras de mi”. La única vez que me la chupó solo hizo el gesto de abrir la boca y yo introducirla y sacarla sin mucho ánimo al ver la estampa de su cara hierática y falta de expresión .
Creo que hay muchas tias como Ana por ahí. Más de lo que creéis.
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