SOBRE EL AMBIENTE NACIONAL EN ESPAÑA, POR FERNANDO MARQUEZ

Frente Negro

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16 Mar 2004
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COMO SE ESTÁ "HABLANDO" DE PARTIDOS DEL AMBIENTE "NACIONAL", AQUÍ OS DEJO ESTE DOSSIER, QUE APARECIÓ PUBLICADO EN LA REVISTA EL CORAZÓN DEL BOSQUE. Revista para otra gente, Nº 18/19, PRIMAVERA-VERANO DE 1998. PÁGS.: 7 - 12.
BUEN PROVECHO,


ENANO, DEMASIADO ENANO
(guía concisa y actual de la España nacional)


(a J.C. Aguirre, R. Castilla y L. Marcos, por seguir creyendo, como yo, en lo imposible)

¿La razón de este trabajo?: el hecho de que, desde hace algo más de un año, el público que se ha ido aproximando a «EL CORAZON...» es, en su inmensa mayoría, ajeno a lo nacional y, al tiempo, víctima de intoxicaciones y desinformaciones varias en torno, particularmente, a los aspectos nacionales de esta revista y de su director y, de un modo más genérico, a todo el panorama nacional español (panorama, salvo excepciones, visto con un rigor mínimo tanto desde el ataque como desde la complicidad). Se trata, por tanto, de dar un cierto bagaje informativo y dialéctico a este público, y también de incitar a la reflexión a los escasos nacionales que todavía siguen fieles a la singladura corazonesca.

INTRO

Un nuevo fantasma recorre Europa y, si no se llama esta vez «revolución», en algún caso supone la herencia de ésta (y, en otros, simplemente, lo que ha ocupado el vacío dejado tras el sesgo neoliberal de buena parte de la izquierda): en Rusia la mayoría de opositores al neoliberalismo (empezando por los comunistas) se reclaman «nacional/patrióticos»; en los Balcanes son aplastantes las mayorías nacionales emanadas del antiguo aparato; en Francia uno de cada dos obreros vota al Front National; en Italia cuatro de los más importantes partidos (Alleanza Nazionale, Forza Italia, Liga Nord y Fiamma Tricolore) guardan en sus filas un notable componente del desaparecido MSI...

¿Y en la piel de toro, qué?: pues aquí la situación es bien distinta. Los partidos de signo nacional que en las últimas elecciones generales quedaron mejor (FE/JONS, FEI y AUN), sumando todos sus votos al Congreso no superan los conseguidos por la desaparecida FE/JONS Auténtica en su más flojo resultado en unos comicios (1-III-79: 30546 votos): teniendo en cuenta que la Auténtica fue siempre un partido menor dentro de los extraparlamentarios, ello da cuenta de la escasa incidencia actual de los nacionales. ¿Esto significa que aquí somos más «demócratas, antifascistas y políticamente correctos» que nadie? ¿Que todavía nuestros ciudadanos «están saturados por el recuerdo del franquismo y no desean experiencias nostálgicas»? (tesis de algunos historiadores que yo rebato recordando que, en este 98, estamos ya a la misma distancia -23 años- de la muerte de Franco de la que estaban en el 68 los países que vivieron dictaduras u ocupaciones fascistas del final de éstas en el 45 -y, en ese 68, en Italia existía un partido nacional con representación parlamentaria, el MSI, más extraparlamentarios no precisamente anecdóticos como Avanguardia Nazionale y Ordine Nuovo o el grupo de izquierda nacional Giovane Europa; y en Francia existía por entonces una formación activista, Occident, que tuvo su papel importante en las jornadas de mayo) ¿No será, ni más ni menos, que los partidos del consenso democrático español hacen la competencia a los nacionales al extremo de vaciarlos prácticamente de contenido y, para colmo, éstos son de una ineptitud suma en relación con los del resto de Europa? Trataré de contestar a tales cuestiones en el presente artículo.

En el campo nacional español podemos marcar, de entrada, una gran división: los nacionales explícitamente contrarrevolucionarios y los que dicen ser revolucionarios (y, en ocasiones -pocas, pero haberlas haylas-, lo son). Subdividiremos a los primeros en: derecha a medio civilizar, integristas y franco/falangistas. En cuanto a los segundos, podemos clasificarlos en: neofascistas (o nacional/revolucionarios), neonazis, hedillistas, autónomos y nacional/bolcheviques.
Los impulsos que mueven a los nacionales son, básicamente, tres: parapoliciales (de somatén), lúdicos (de juego de rol) y propiamente políticos (de voluntad de poder -sea con intención participativa, desestabilizadora o subversiva-). A ello añadiremos la actuación metapolítica (de penetración cultural) siguiendo el esquema gramsciano.


LAS ESTATUAS DE SAL

DERECHA A MEDIO CIVILIZAR


El molde maestro lo da la AP de los comienzos (1977 hasta mitad del 79), creada por Fraga y otros pesos pesados del franquismo desarrollista (López Rodó, Fernández de la Mora, Silva Muñoz...) con una fuerte presencia opusina y de otros grupos tecnointegristas (recordemos, a título de ejemplo, que las Nuevas Generaciones de AP se inician en el 77 bajo la férula de Loyola de Palacio).

Cuando Fraga, frustrado por los parcos resultados electorales del 77 y la fuerte competencia que habían supuesto a la vez Fuerza Nueva y UCD, pacta en el 79 con Areilza, Osorio y Senillosa la llamada «Coalición Democrática» (inicio de la progresiva deriva hacia el centro de AP), Fernández de la Mora y Silva Muñoz abandonan la nave popular. Con la creación por el segundo de Derecha Democrática Española se inicia la saga de la derecha a medio civilizar: formaciones escindidas de AP (más tarde PP) por la derecha, generalmente de corta duración, de vocación participativa en las instituciones y cuyo ámbito de poder se ciñe, precariamente, a lo municipal y autonómico y, fuera del terreno directamente político, a lo judicial (aparte, claro, de a lo económico -aunque, con los cambios generacionales y políticos en las cúpulas financieras y la caída o absorción de algunas empresas y bancos, este poder ha mermado mucho-).

El evento más notable de la derecha a medio civilizar emanada de AP/PP ha sido hasta la fecha la Plataforma Independiente de España (la cual, liderada por Gabriel Camuñas, aglutinó en las últimas municipales a la mayoría de concejales independientes del ámbito carpetovetónico -casi todos escindidos en su momento a título individual de AP y UCD o procedentes directamente de las instituciones franquistas y de grupos ultras- y sumó algún nuevo fichaje como Angel Matanzo). La última de las escisiones populares la constituye el Partido de Acción Democrática Española, liderado por Juan Ramón Calero, que pretende sacar tajada del descontento de sectores ultraespañolistas del PP por la política de pactos con CiU y PNV. Nombres como Fernando Suárez y Alejo Vidal Quadras (hoy exilado en la Fundación Cánovas del Castillo) es probable que se unan al PADE o a una estrategia más amplia en coordinación con éste.

Por otra parte, y como fenómeno paralelo, han de destacarse por su mayor gancho en la población las iniciativas pseudopopulistas de empresarios como Ruiz Mateos (que lograría dos diputados en Estrasburgo con su primera comparecencia política y, desde entonces, es asiduo a todos los comicios) y Jesús Gil (que, desde su Grupo Independiente Liberal, se ha instalado con intención vitalicia en Marbella y extiende su emporio por localidades aledañas -como Fuengirola, hoy en manos de su hijo-). Suponen el equivalente celtibérico a Berlusconi.
En lo que atañe a representación metapolítica de este sector habríamos de destacar, aparte de la ya citada Fundación Cánovas del Castillo, la revista «RAZON ESPAÑOLA» de Fernández de la Mora (heredera de la «ACCION ESPAÑOLA» de la preguerra y de la opusina «ARBOR» del franquismo), los libros de tema histórico de Ricardo de la Cierva y, desde luego, los best-sellers de Vizcaíno Casas (aunque su boom protestatario pasó con la caída del PSOE y la institucionalización del «Espíritu de Ermua»).

Finalmente, han de destacarse los intentos de renovación generacional en un campo como éste, dominado por gente de edad. El primero se pone en funcionamiento allá por el 84: es la asociación Rerum Universitatis, constituida como guardia de corps de Gustavo Villapalos y formada por ex-falangistas con clara vocación arribista de triunfar en la «derecha civilizada»; a diferencia de otros nacionales, los de Rerum no necesitaban afirmarse en el Paraninfo por medios violentos: sus armas consistían en vetar y hacer la vida imposible a otros colectivos estudiantiles (tanto a derecha como a izquierda) desde el poderío burocrático que les otorgaba su querido rector; cuando éste pasa de la Complutense a la Comunidad de Madrid, sus pupilos quedan un poco perdidos; por un tiempo se buscarán la vida en los lugares más inverosímiles (Canal Plus, los contubernios republicanos de Trevijano, incluso petardearán en el entorno de Mario Conde -cuando éste pensó jugar la baza política a lo Berlusconi-) para acabar volviendo a la burocracia universitaria. Otro evento joven de la derecha a medio civilizar, éste a título individual, es Javier Esparza, uno de los cerebros de la «nueva derecha» española (se entiende por tal la corriente homóloga de la «nouvelle droite» francesa), dividido entre sus quehaceres alimenticios (burócrata en AP/PP, colaborador en prensa -en el diario «EL CORREO», y antes en «ABC» y «EL SIGLO»...-) y su vocación metapolítica (participando en algunas de las iniciativas más dignas del campo nacional español: las revistas «PUNTO Y COMA» y «HESPERIDES», o cursillos universitarios como los dedicados a Jünger -Universidad de verano de El Escorial, julio '95- y al Islam -Facultad de Filosofía de la Complutense, noviembre '95-); el problema con Esparza, aparte de su tremenda pedantería (que le ha llevado a tratar desconsideradamente a muchos de sus colaboradores -algunos de los cuales acabaron recalando en «EL CORAZON DEL BOSQUE»- y, con la fuga de éstos, a empobrecer sus proyectos culturales), son sus lazos cada día más estrechos con sujetos como Fernández de la Mora y Vidal Quadras, que lo van alejando de su muy válido norte inicial (la «nouvelle droite») para reducirlo, poco a poco, a mero cachorro intelectual de la derechona española.

INTEGRISTAS

Herederos directos del nacional/catolicismo, sus representaciones políticas han sido: Fuerza Nueva (reciclada más tarde como Frente Nacional), Comunión Tradicionalista, Movimiento Católico Español y Falange Española Independiente.

FN, surgida como revista en los últimos 60 bajo la inspiración del notario toledano Blas Piñar, se convierte en partido en el 77 y, tras un primer fracaso en las generales de ese año (su voto fue, en buena parte, a parar a AP), logró en el 79 su cénit (al recuperar sufragios desencantados por el giro centrista de Fraga) colocando un diputado (el propio Piñar) en el Parlamento. Pero este triunfo se vería oscurecido por las crisis internas: dos cismas juveniles (en el 77 -Frente Nacional de la Juventud- y 78 -Frente de la Juventud-), hartos del beaterío que rodeaba a Blas (el llamado «imperio de la braga», por la componente ginecocrática); y otro, posterior, de elementos más maduros, también por motivos religiosos (en disconformidad con la cordial acogida que dio Piñar a Lefevre, recién excomulgado por el Vaticano). La violencia salpica a FN en episodios como: la muerte del estudiante Arturo Ruiz; la matanza de Atocha; el choque con independentistas en el mítin de FN en Anoeta del 78 (una auténtica batalla campal); y el asesinato de la militante del PST Yolanda González; a lo que añadir alguna muerte más en Malasaña provocada por raids de Fuerza Joven cuando el partido trasladó su sede a un caserón de Mejía Lequerica (a cuya amortización, se dice, contribuyeron constructores inmobiliarios interesados en «limpiar el barrio malasañero»). En esa época de poderío FN crea su propio sindicato, Fuerza Nacional del Trabajo, liderado por José Antonio Assiego, procedente del hedillismo y expulsado a su vez de FNT por violento (crearía después Acción Sindicalista Nacional del Trabajo, dedicado a romper huelgas y manifestaciones obreras y vinculado al golpismo duro); FNT se consolidaría con su segundo secretario general, Jaime Alonso, incluso tras la desaparición del partido piñarista. Pasado el 23-F, la ultraderecha sufre un bajón de moral y FN va declinando hasta decidir su disolución tras la debacle electoral del 82 (que supuso la pérdida del escaño para Blas). Menos de un lustro después, y a instancias de Le Pen (cara a las europeas del 87), FN resucita como «Frente Nacional» pero su existencia será mucho más apagada, repitiéndose la historia de las escisiones juveniles (esta vez, Nación Joven y Frente de Alternativa Nacional) y su nueva disolución en el 94 previo coqueteo con la secta Moon.

La Comunión Tradicionalista surge como escisión integrista al evolucionar el carlismo comandado por Carlos Hugo hacia posiciones de izquierda federal. Siempre ha ido a la zaga de FN y su única razón de ser (si nos atenemos a su trayectoria) consiste en hacerle la vida imposible al Partido Carlista. Lo lograron plenamente en el Montejurra del 76 con muertos y heridos, bajo la protección de Fraga y con mercenarios neofascistas italianos que más tarde también intervendrían en la guerra sucia de Euskalherría. En el Montejurra del 97, al que asistí, destrozaron las cruces del Via Crucis para deslucir el acto de los carlistas. Su último momento de esplendor ha sido el veranillo de Ermua, cuando arremetieron contra alguna que otra sede navarra de HB disfrazados de «demócratas partidarios del aislamiento».

José Luis Corral crea el Movimiento Católico Español a comienzos de los 80. Entre el 85 y el 86 participa en la Coalición de Unidad Nacional junto al Movimiento Falangista de España (hedillistas degenerados en pura ultraderecha -algo no infrecuente, como se ha visto con Assiego y como se verá en algún otro caso-), el sindicato FNT y otros grupos menores. Gozará de cierto protagonismo en algunos 20-N de los 90 y llenará los muros madrileños con su pasquín «LA VOZ DE LA ESPAÑA NACIONAL» (donde, entre otras consideraciones, podía leerse que el infarto que sufrió Anguita en el 93 era «castigo de Dios»); finalmente, tras formar, junto a Ynestrillas, la Alianza por la Unidad Nacional, le darán la patada de esta coalición en el 95 y, encima, se quedarán con el pasquín (ahora llamado «LA VOZ DE ESPAÑA AUN»). El MCE hace mutis y Corral, inasequible al desaliento, se dedica desde entonces a decorar los muros madrileños con nuevas siglas y un teléfono 906 (¡¡¡).

Pasemos a la Falange Española Independiente. Surgida en el franquismo como FES (Frente de Estudiantes Sindicalistas), grupo azul crítico del régimen, bajo el liderazgo del catedrático Sigfredo Hillers. A diferencia de otros azules críticos con la mixtura movimientista (caso de los hedillistas o de los Círculos José Antonio -que gustaban de asumir posturas más o menos izquierdistas-), la discrepancia del grupo de Hillers es de carácter inequívocamente fundamentalista: se trata de volver, desafiando al tiempo, al discurso literal de José Antonio aunque saturándolo de un fuerte tono religioso (esto último concitó rumores de que eran un submarino del Opus). En la transición 79/80 desarrollaron diversas alianzas, por lo general, bastante discutibles (con el Frente de la Juventud -la escisión más violenta de FN- y Solidaridad Española -el partido de Tejero-). Con la entrada del grueso del partido en FE/JONS en el 83 (tras la dimisión como jefe nacional de Raimundo Fernández Cuesta) y la marcha de Hillers a una universidad alemana, la FEI se extingue temporalmente. Años después resurgirá (ya sin Hillers) comandada por adolescentes mucho más fanáticos y limitados que las promociones originales. Pese a ser uno de los grupos nacionales que se me hace más ajeno debo resaltar que dos de las personas del mundillo con las que más he tratado proceden de la FEI: Miguel Angel Vázquez (fuera de FEI desde el 81 -en desacuerdo con el apoyo a Tejero-; editó dos de mis libros, patrocinó mi grupo musical Proyecto Bronwyn y ha colaborado en «EL CORAZON...», amén de acompañarme en aventuras políticas en las que siempre yo acababa por romper el primero -la última, FE/JONS-) y Javier Onrubia (pasa en el 83 de FEI a FE/JONS, partido del que se desligará en el 94; editor de diversos trabajos sobre historiografía azul y, en los últimos años, volcado al Partido Carlista, la Teología de la Liberación y el Tercerismo latinoamericano -es miembro del consejo de apoyo del periódico «RESUMEN»-; desde hace año y medio, colabora con «EL CORAZON...»).

FRANCO/FALANGISTAS

Las organizaciones carismáticas son la Confederación de Ex-Combatientes y FE/JONS (etapa raimundista). Sus valores, castrenses. Naturalmente, es el sector más vinculado al Ejército y el artífice de todas las tramas golpistas no blandas.

Dada (a diferencia de FN) su completa aversión a las instituciones representativas postfranquistas, los franco/falangistas estaban más ocupados diseñando golpes de Estado que estrategias electorales. Así, FE/JONS, pese a haber acudido a los comicios tanto en el 77 como en el 79 en coalición con el partido de Piñar, cuando éste salió diputado jamás lo utilizó como portavoz parlamentario. Golpismos aparte, la violencia de FE/JONS no le va a la zaga a la de FN: asalto al bar San Bao, colaboración en la guerra sucia de Euskalherría (que, en represalia, provocó la muerte de varios azules a manos de ETA), más la creación, a partir de elementos procedentes del hedillismo, de 1ª Línea (nombre de las milicias originales de la FE/JONS joseantoniana -con la diferencia de que, si aquellas tenían una clara finalidad defensiva, las milicias raimundistas son más gratuitamente violentas-).

Tras el fracaso del 23-F, la moral franco/falangista queda por los suelos. La abulia electoral de la FE/JONS raimundista llega a su cota máxima en las generales del 82 con su retirada de la convocatoria recomendando votar a AP para evitar el triunfo del PSOE.

El golpismo fracasado se traduce fugazmente en votos con la creación de Solidaridad Española, el partido de Tejero. La absoluta carencia de otras bases discursivas que el culto al golpista benemérito lleva al rápido fin de SE y, una vez disuelta FN y remodelada FE/JONS, el franco/falangismo se recicla con Juntas Españolas, partido creado en el 84 a partir del diario «EL ALCAZAR» (portavoz de la Confederación de Ex-Combatientes) y de la fusión con el grupo neofascista Patria y Libertad. En muy poco tiempo, JJEE moderarán exquisitamente su discurso y ademanes (llegando incluso a ser comandadas en cierto momento por un ex-miembro de... ¡UCD!).

Con la muerte en el 86 de Ynestrillas padre (al que se considera uno de los pocos militares dispuestos a chocar frontalmente con el consenso parlamentario y la monarquía constitucional -nada de «correctivos de rumbo»: ruptura pura y dura-), las expectativas golpistas son totalmente erradicadas. El franco/falangismo se limitará a rituales necrológicos a cargo de la Fundación Francisco Franco, de una agonizante (en todos los sentidos) Confederación de Ex-Combatientes (que se vería desprovista de su más preciado bastión, «EL ALCAZAR», colapsado por el bloqueo de propaganda institucional a que le sometió el PSOE y por los pufos económicos de su director Antonio Izquierdo -en los 90 el periódico «LA NACION» supondrá un triste sucedáneo-) y poco más (uno de los elementos más valiosos de la metapolítica franco/falangista, el escritor Rafael Gª Serrano, muerto a fines de los 80, dejó un hueco imposible de llenar en este sector -y, discrepancias políticas aparte, también en nuestras letras-).

Volviendo a la praxis política, tras la defección de JJEE, la llama sagrada (más bien cerilla, a estas alturas) la alzan dos grupúsculos escindidos de FE/JONS, el MENS (Movimiento Español Nacional/Sindicalista) de Antonio Gibello, y la FENS (Falange Española Nacional/Sindicalista) de Santiago Fernández Olivares, ambos integrados en el reciente Frente Social Español. De un modo más oportunista, Ynestrillas, a partir del recuerdo de su padre, de su nunca muy claro papel en el caso Alcalá y de un intento de manipular a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (que no cayó en la trampa, necesitada como está de legitimidad social y subvenciones -cosas ambas que el joven Ricardo ahuyentaría como la bicha-), lanza, primero, su Movimiento Social Español y, después, la Alianza por la Unidad Nacional (coalición del MSE, los integristas de Corral y las dos últimas escisiones piñaristas), que rápidamente encoge con la patada a los integristas y la escisión un año después de la ex-piñarista NJ (reconvertida en Patria Libre y aglutinante del ya mencionado Frente Social Español). O sea que, hoy por hoy, dos coaliciones prácticamente idénticas (en mensaje y exigüidad) defienden el testigo en su momento ostentado por pesos pesados como Girón o Raimundo cambiando la desestabilización golpista por la disposición a encuadrarse en nuevos GAL y «manifestaciones de aislamiento» que se diseñen desde las alturas democráticas.

Es interesante destacar (en relación con la posible competencia de partidos democráticos a grupos nacionales) que las ilusiones de robar votos antiterroristas a las formaciones parlamentarias con que Ynestrillas se presentó a las generales del 96 quedaron automáticamente destrozadas cuando Barrionuevo, representando al «partido del GAL», dio su arenga ante un auditorio repleto de beneméritos. La diferencia entre el profesional («frío, sin motivos personales») y el joven exaltado decantaron la mayor parte del voto antiETA a favor del puño y la rosa.

LA PRESUNTA REVOLUCION

NEOFASCISTAS (O NACIONAL/REVOLUCIONARIOS)

Bajo este apelativo (que en Francia daría pie a grupos como Occident y Ordre Nouveau y en Italia a Avanguardia Nazionale y Ordine Nuovo) han de entenderse los grupos nacionales españoles vinculados a Ernesto Milá. Incluso pudiera decirse que este sector se reduce a él solo, dado el profundo desnivel entre el personaje y sus seguidores (tanto en carisma, objetivos y cultura política). Desde luego, y contradiciendo la tónica celtibérica nacional, Milá no tiene nada de enano. Ha de reconocérsele incluso un punto de grandeza (lo cual no ha de ser necesariamente sinónimo de «ejemplaridad»), que lo convierte, sin duda, en el «superfacha español».

La poción mágica en la que cayó Milá de jovencito y que lo lastrará para una praxis antiSistema es su aceptación de la colaboración parapolicial con servicios occidentales como estrategia para defender unos principios antimodernos, antiburgueses y antiliberales (principios, en esencia, perfectamente válidos desde una óptica de lucha contra el establishment) que, como se ha acabado viendo (por si ya no estaba claro de antes) con el fin de la Guerra Fría y las reflexiones transversales despertadas por los acontecimientos en Rusia, eran imposibles de conciliar apoyando a dictadores bananeros, tramas policiales y redes «antisubversivas», todo ello a mayor gloria del «Mundo Libre».

A Milá su impronta en el PENS (Partido Español Nacional/Socialista -grupo paralegal surgido en el último franquismo y pinchado a conciencia por los servicios del régimen-), le incapacita, en base a fobias muy convencionales (de las que nunca acabará de desprenderse), para romper desde la derecha con el establishment (como sí haría Jünger en los 20, Thiriart en los 60 o Duguin en los 90) y, desde ese ejercicio de nihilismo activo, ver a la izquierda no integrada como aliado objetivo contra el enemigo común.

Tras su paso por el PENS y FN (que intentó transformar en una superestructura nacional a lo MSI -intento frustrado por la granítica oposición de Blas Piñar-), crea el Frente Nacional de la Juventud (1977-79) y Patria y Libertad (1984 -integrado al poco en las JJEE-), además de intentar poner orden en el Frente de la Juventud (escisión madrileña de FN en el 78 cuya violencia ciega los enfrentaría al gobierno de UCD, que, en un fin de semana de fines del 80 -asesinato nunca aclarado del cabecilla Juan Ignacio González y detención inmediata de más de 60 miembros clave de la organización: la primera batida de un gobierno español contra nacionales desde la II República- rompió el espinazo del Frente). Huido a raíz de esta redada, Milá deambula por varios países durante años (detenido por la policía gala como sospechoso en el atentado contra la sinagoga de París, más tarde lo veremos en Bolivia -junto a su buen amigo Stefano della Chiae, «el superfacha italiano»- asesorando al dictador García Meza), vuelve a España donde cumple una condena pactada de cárcel y se retira del activismo político (tras el fracaso de Patria y Libertad) volcándose en tareas de edición y escritura. Si en el 77 ya había publicado dos libros («Los marginales» -guía de «subversivos»: ETA, FRAP, GRAPO...- y «La ofensiva neofascista» -primer muestrario aparecido en nuestro ámbito sobre los nacionales de todo el mundo surgidos desde el 45-), y en el 79 colaboró (con algunos de los mejores capítulos) en el colectivo «La cultura de la otra Europa» que editó CEDADE, del 84 al 86 ofrece, en su Ed. Alternativa, textos básicos de Evola («El fascismo visto desde la derecha», «Los hombres y las ruinas») y Fredda («La desintegración del sistema»), versiones exculpatorias de sí y sus amigos («FNJ en su historia y documentos», «Italia: masacres de estado y represión»), reflexiones y crónicas sobre los nacionales españoles («FN: vida y muerte de un partido», «Falange Española: los años oscuros»...), y hasta alguna rareza esotérica (la revista «REBIS» -de magia sexual- o el folleto sobre Crowley «La bestia 666»).

A partir del 88, y con el derrumbe del bloque comunista, la praxis de Milá parece abrirse a una cierta transversalidad. Fruto de ello es la revista «DISIDENCIAS» (1988-90) y el libro «La derecha radical en Europa» (especialmente interesante por su capítulo sobre Alemania -contactos entre nacionales y nueva izquierda-). De «DISIDENCIAS» surge en el 9O la agrupación Sin Tregua formada por: Milá y algunos seguidores más un sector de veteranos troskistas escindidos de la LCR (algunos, incluso, habían pasado por el mítico «FeLiPe») e independientes más o menos azules (como Miguel Angel Vázquez y un servidor). Con una prometedora base doctrinal (influenciada por Thiriart, Jünger, Evola...), ST, potencialmente capaz de transversalizar con la izquierda, involucionó rápidamente debido al ex-trosko Joan Colomar, izquierdista renegado, vuelto gurú del colectivo ante la inhibición de Milá (de vuelta a las andadas parapoliciales -ahora, pro-seguridad de las Olimpíadas-). ST se disolvería en el 93, con Milá ya fuera y Colomar en pleno furor derechista, pidiendo el voto al... ¡PP! (para mayor información, ver «Homenaje -con reproche- a Sin Tregua» -publicado en el nº 5 de «EL CORAZON...»-).

Desde entonces, Milá no ha vuelto a intervenir en política (que se sepa, al menos) y publica de vez en cuando libros y artículos de tema esotérico.

NEONAZIS

Según los clichés históricos y mediáticos, podrían suponerse los nacionales más predadores y destructivos: sin embargo, son los más comedidos por su rechazo táctico de la violencia y su defensa de la penetración cultural para incidir en la sociedad. Dicho esto y para evitar pasmos a los lectores más prejuiciados, aclararé que no se es neonazi por pintar una svástica en la pared o marcarla en la cara de alguien antes de machacarlo, o por usar símbolos pardos en el fútbol, o incluso por hacerse llamar en algún momento «nacional/socialista» simplemente para alcanzar una turbia notoriedad (caso del ya comentado PENS): el nazismo (como cualquier otro movimiento) supone una historia, unos principios, unas figuras y unas experiencias, y neonazi es aquel que interioriza en tal bagaje.

Las siglas que encarnan este sector corresponden no a un partido (imposible de legalizar por los vetos antinazis) sino a una asociación cultural: CEDADE (Círculo Español De Amigos De Europa). Si la censura franquista forzó a determinados creadores y propagandistas de izquierda a desarrollar su imaginación, las medidas administrativas antinazis obligaron a los cedadianos a una tarea metapolítica que acabaría situándolos en su quehacer por encima de la media nacional, más volcada a la afirmación violenta. Si en la original CEDADE la labor era ortodoxamente hitleriana (racismo biológico, wagnerismo, ecologismo de tarjeta postal, revisionismo, interpretación de la Historia a partir del «complot judío»...) en conexión con algunos mitos autóctonos que podían acercarlos al búnker franquista (culto a la División Azul, cristianismo quasi integrista en algún caso, españolismo...), a partir del 75, algunas contradicciones salen a la luz: temas como el paganismo o el etnorregionalismo (muy vinculados a la mística parda pero también punto de contacto con la llamada «nueva izquierda» -matriz de ecologistas e independentistas-) provocan choques internos y deserciones entre quienes se sienten incómodos con el corsé cedadiano puro y duro (una acertada caricatura de tal corsé la dio Boadella en su montaje teatral del 82 «Olimpic Man Movement») y querían desarrollar una labor menos restrictiva (en sintonía con el sincretismo de la «nouvelle droite» francesa).

Tras la crisis provocada por la publicación de su trabajo más interesante, «La cultura de la otra Europa» (una guía de intelectuales políticamente incorrectos que aún hoy guarda un profundo interés divulgativo y con la que se quiso hacer una réplica local de la revista francesa «Nouvelle Ecole»), la dispersión de cedadianos será fecunda en iniciativas editoriales: así, Isidro J. Palacios (de CEDADE/Madrid a secretario de Verstrynge en AP) con su boletín «Graal» (finales de los 70) y las revistas «Punto y coma» (1984-88), con el apoyo inicial de Verstrynge y co-dirigida junto a Javier Esparza, y «Próximo milenio» (1995-97), en las que aparecen de manera constante sus temas más caros (la cultura de los pielrojas norteamericanos, la metafísica religiosa -en la línea de un Schuon-, el Islam, el culto a las diosas madres...); así, Carlos Caballero, el principal historiador revisionista español, responsable del desaparecido boletín «Revisión» (donde, amén del consabido debate sobre las cámaras de gas, se publicaron otros números dedicados a Drieu, Ledesma, D'Annunzio o el fascismo de izquierda) y de una ingente bibliografía histórica (con títulos como «La espada del Islam» -sobre las relaciones entre el III Reich y el mundo árabe- o «Los fascismos desconocidos» -primera aproximación exhaustiva en castellano a los nacionales de la primera mitad de siglo en Europa, Asia y América-); así, José Manuel Infiesta y Manuel Domingo, quienes, tras un intento fallido (por descaradamente pardo) con la revista «EL MARTILLO» (1976-77), lanzan al mercado del 83 al 88 una colección de libros, EL LABERINTO, en la que, superada toda tendenciosidad, se ofrece una amplia gama de autores y temáticas como «Cabalgar el tigre» de Evola, «Las ideas de la Nueva Derecha» de Benoist y Faye, «La Etología» de Lorenz o el colectivo «Problemas en torno a un cambio de civilización» (con intervenciones, entre otros, de Ellacuría, Savater, Sánchez Dragó, Garaudy o Marysa Navarro).

Otros elementos más apegados a una praxis ortodoxamente parda desarrollan su fe hitleriana a través de la vía esotérica (según la pauta marcada por nombres como Savitri Devi o Miguel Serrano), caso del círculo gallego Hiperbórea. O bien se mueven en el plano de la agitación política: así, Ramón Bau, con su sempiterno boletín «MUNDO NS» y sus conatos partidistas (de alcance y duración mínimos -Partido Popular Alternativo, Espacio Nacional Europeo-); o Christian Ruiz, quien a fines del 93 integra los restos de CEDADE en la coalición Alternativa Demócrata Nacional (hoy Democracia Nacional), junto a JJEE, Vanguardia (grupo formado en el 84 por los restos de 1ª Línea tras su expulsión de FE/JONS) más independientes de diverso pelaje (desde hedillistas a ex-participantes en la «Operación Roca» del 86), con la ambición de emular a Alleanza Nazionale (que, recuérdese, llegó a gobernar en coalición con Berlusconi) pero con una contradicción interna fortísima, la de tener un pie en el reciclaje demoliberal y otro en sus querencias de siempre, con lo que, finalmente, sólo han conseguido ser considerados «neonazis y punto».

HEDILLISTAS

En el 83, con el nuevo jefe Diego Márquez, FE/JONS suelta lastre: se desarticula la 1ª Línea, se abandona la devoción pública a Franco y se juega la baza de un tímido populismo (inspirado en la contemporánea oposición peronista a Alfonsín)... Algunos jóvenes militantes buscan dinamizar el partido (interesándose por el Tercerismo latinoamericano -hubo quien fue cooperante en Nicaragua y también se contactó con la izquierda peronista, fruto de lo cual fue el «Pregón de FE/JONS en la Argentina» editado a pachas por falangistas y peronistas-, buscando cambiar los viejos esquemas mentales -recuerdo un curioso artículo en el órgano del partido glosando a Simone de Beauvoir-...). En sintonía con estas expectativas, servidor colaboró en los spots de FE/JONS en las generales del 86.

Meses después, el partido muestra una cara menos amable en las elecciones vascas, con su voto útil a Damborenea (que supondría mi primera ruptura con FE/JONS). ¿Acaso el cambio iba a limitarse a pasar de las nostalgias por un régimen represivo finiquitado a la connivencia con las nuevas tramas sucias del Poder ahora vigente? FE/JONS va difuminando su voluntad de evolución y, sin tampoco regresar a la ultraderecha raimundista, deviene en un limbo de agonía lenta sin incidencia en la realidad sociopolítica. Este impasse se interrumpirá con el desembarco a comienzos del 94 de los hedillistas Gustavo Morales y Miguel Hedilla, que año y medio después serán elegidos jefe nacional y secretario general, respectivamente.

En las páginas de «MONDO BRUTTO» (ver nº 10) yo decía: «La última hipótesis mesiánica era que los hedillistas controlaran FE/JONS, y eso ya ha ocurrido. Si la cagan, entonces, a hacer puñetas». Pues, bien, la cagaron. Y con incontinencia diarreica: algunas muestras fecales las señalé yo en mi texto «Razones para una ruptura» (publicado en el nº 7 de «PVO» y con el cual me daba de baja de FE/JONS la primavera del 97 -tras permanecer como afiliado desde noviembre '95-). Pero estas heces son pecata minuta ante otras posteriores a mi salida: como la inserción (en la revista del partido, «NOSOTROS», en junio '97) de una apología de Fujimori por su drástica solución al secuestro de la embajada japonesa en Lima (¿responsables?: el autor del artículo, Eduardo Gª Serrano; el director de la publicación, Miguel Hedilla, por autorizar su inserción; y el jefe del partido, Gustavo Morales, por no impedirlo o, al menos, publicar una réplica distanciando a Falange de la opinión personal del articulista -como sí hicieron tanto él como Hedilla cuando apareció en «NOSOTROS» un texto mío a favor del acercamiento entre FE/JONS y el MLNV-: muy al contrario, Gª Serrano sería premiado poco después con la dirección de «NOSOTROS»), coherente entremés a la decisión más turbia tomada por la cúpula de FE/JONS desde la época de Raimundo, la participación de los azules en tareas de dirección y colaboración en el diario «YA» (a la vera de elementos repetidamente acusados de vínculos con tramas de guerra sucia como Rodríguez Menéndez o Justo).

Ante tal panorama y la pregunta «¿Alguna vez has sabido tú lo que fue el Hedillismo?» (que me espetó Miguel Hedilla en su «Carta abierta a Fernando Márquez» de marzo '97 -publicada en «NOSOTROS» y detonante de mi ruptura con FE/JONS-, y que, por un prurito de objetividad del que tanto él como su amigo Morales carecieron -al vetar mi réplica a dicha carta en «NOSOTROS»-, yo sí reproduje en el ya citado nº 7 de «PVO»), resulta pertinente mirar atrás y analizar fríamente esto del «hedillismo». Yendo al origen, es cierto que Manuel Hedilla, II jefe nacional de Falange a la muerte de José Antonio, al negarse a aceptar el cargo ofrecido por Franco en el partido único surgido tras el decreto de Unificación de Falange y Requeté, es condenado a muerte (la pena, conmutada por un largo confinamiento). Pero lo que cabe preguntarse es la relación de esto con el mensaje que los «hedillistas» de los 70 vendieron: ¿Hedilla se opuso a Franco por razones ideológicas o por lealtad a una figura, la de José Antonio, y la no aceptación de lo que debía considerar cuota de poder insuficiente para Falange? Porque, desde un punto de vista ideológico, ¿hay diferencias esenciales entre Hedilla y, por ejemplo, el que sería futuro ministro de Franco, Girón? Milá, en su ya citado «Falange Española: los años oscuros», pone el dedo en la llaga sobre esta cuestión. Hedilla, al salir de la cárcel, mantuvo una total inhibición en temas de agitación antifranquista (esto lo confirman diversas personas, empezando por él mismo en las páginas finales de su autobiografía «Testimonio» respecto a un encuentro en el 46 con Dionisio Ridruejo) y su única aventura política de postguerra, el FNAL (Frente Nacional de Alianza Libre -creado en el 68-), se sitúa en el purismo ultra contra la «degeneración de los principios del 18 de Julio» que suponía el desarrollismo tecnocrático (la presencia de Blas Piñar y de militares ultras como Gª Rebull y Pérez Viñeta en el FNAL es prueba elocuente de ello). Pues, si el padre biológico del «hedillismo» es Manuel Hedilla (pero sólo -y paradójicamente a la imagen convencional- en tanto en cuanto su hijo Miguel es uno de los elementos más activos de tal corriente en la Transición), el auténtico padre ideológico es Narciso Perales (quien sí planteó, ya desde la postguerra, una actuación beligerante contra Franco que le llevó a contactar con libertarios y comunistas -ha de recordarse su rol en los inicios del sindicato CCOO-, algo que Hedilla jamás defendió).

O sea que, ya de entrada, el «hedillismo como izquierda falangista» es una mixtificación. Será Perales quien ponga los cimientos de algo que, influido por fenómenos políticos de los 60/70 encuadrados bajo la etiqueta de «Tercera Posición» (socialismo fanoniano, titismo, velasquismo, izquierda peronista, nasserismo, etc) y por la filosofía personalista comunitaria de Mounier, intentó mutar al Falangismo en una «izquierda neutralista» (algo parecido -aunque desde otros presupuestos filosóficos- a lo intentado por Thiriart con su transnacional Joven Europa). Este «hedillismo» de Perales atrajo a elementos variopintos: desde sinceros azules antifranquistas a fachas snobs pasando por sujetos pinchados por los servicios del Régimen. Si grupos como el PENS representaban el brazo parapolicial directamente represor y antisubversivo, algo como el «hedillismo», a ojos policiales, ¿no podía ser visto como un desmovilizador que compitiese y restase militancia al antifranquismo más peleón (rol, por otra parte, similar al que hoy cumplen ciertas ONGs, sindicatos estudiantiles y partidos de izquierda respecto a los llamados «violentos» -la izquierda radical-)?. Este perfil ambiguo del «hedillismo» lo reflejan varios hechos: por ejemplo, el alto porcentaje de «hedillistas» que acaban en la ultraderecha (repasad anteriores apartados); o lo dicho por FE/JONS Auténtica en la revista «INTERVIU» sobre la escisión que sufrió en el 78 denominada «FE Auténtica», de estar teledirigida por Interior para debilitar al hedillismo, señalando a algunos de sus miembros como vinculados en el pasado al PENS (recordemos que esta escisión es capitaneada por quienes, muchos años más tarde, desembarcarán en FE/JONS, Gustavo Morales y Miguel Hedilla); o que, poco antes del cisma, en FE/JONS Auténtica algunos miembros habían formado (junto a libertarios) una guerrilla urbana, el ELP (Ejército de Liberación Popular), responsable de acciones contra entidades bancarias, intereses franceses y yankees, y asaltos a sedes de FN. Es pertinente interrogarse si acaso Interior temió que la Auténtica se creyese de veras su papel antiSistema (ya había ocurrido en Argentina con el paso de ultras -del grupo Tacuara- a la guerrilla revolucionaria -en Montoneros, ERP, Tupamaros...-) y programó una voladura del «hedillismo» a partir de tan oportuna escisión (que haría cosas tan virtuales como nombrar jefa nacional a una «mujer de paja», Ana Mª Llamazares -acusada precisamente por el otro sector de vínculos con el PENS, dato que confirma Milá en su ya citado «Falange Española: los años oscuros»-, o como votar «SI» a la Constitución -que, según su discurso, rechazaban-). Para evitar demonizaciones reduccionistas, no debemos olvidar que estas voladuras han sido frecuentes en la izquierda extraparlamentaria, provocando la desaparición de grupos enteros (tras previa fusión -que, curiosamente, restaba en vez de sumar-: PTE/ORT y MC/LCR) inmediatamente absorbidos en formaciones parlamentarias.
Creo que «hedillistas» como los dirigentes de la Auténtica Narciso Perales y Pedro Conde, o como el creador del ELP Javier Iglesias (huido de España por persecución policial y radicado en Argentina, donde creó el grupo ocupa Unión de los Sin Techo y la organización Lucha Peronista e investigó para la Comisión de Desaparecidos, por lo que la policía lo asesinó en Buenos Aires en septiembre '96 -ver material corazonesco sobre él en la penúltima pag. de «EL CORAZON...» nº 16/17-), o como aquellos otros que acabaron en la CNT (alguno implicado en el «caso Scala») o en el independentismo, apostaban de veras (desde sus muy diversas posiciones) por una Falange antiSistema y sin tics parapoliciales. Pero, precisamente, son sus hechos los que los definen. Los muy otros hechos y decisiones de Morales y Miguel Hedilla serán los que, ante la Historia y la opinión, hablen por ellos.

AUTONOMOS

En este apartado incluyo una saga (iniciada en el 85 con la mutación de JNR -Juventudes Nacional/Revolucionarias, escisión de CEDADE/Madrid a fines de los 70- en el CENR -Centro de Estudiantes Nacional/Revolucionarios-, y continuada como Bases Autónomas, Area Inconformista, Frente Autónomo, Asociación Bernal Díez del Castillo, Asociación de Amistad Hispano/Guineana, Confederación de Bases Autónomas, la cadena de tiendas «Soldiers», y concluida hasta la fecha -que yo tenga noticia- por dos iniciativas contrapuestas, el periódico «El Porvenir» y la revista «Resistencia»).

El impulso que mueve a los autónomos es el de conjugar neonazismo y praxis violenta. La lucha cultural y de contestación histórica practicada por CEDADE para reivindicar «el buen nombre del nacional/socialismo» se desprecia en aras de un activismo desenfrenado que, en buena medida, se aleja de los presupuestos pardos, los cuales (como ya había ocurrido con el PENS) son asumidos de manera instrumental, más como arma polémica que como credo, regodeándose con el contenido provocador y negativo que tiene el nazismo según las convenciones maximalistas establecidas desde el 45.

Ello lleva a la despolitización y mutación en juego de rol pandillero, en un clan juvenil que sublima su actuar en el lenguaje skin como expresión básica y en un rechazo tribal/generacional a todos los demás grupos nacionales (considerados como viejos o desfasados -en realidad, lo que se rechaza es su mayor profundidad existencial, su no aceptación de la realidad como «juego de rol»-).

Desde esta completa falta de compromiso la saga autónoma lanza guiños anarcoides y pro-abertzales en sus comienzos (incluso algunos hicieron campaña por el voto a HB en las europeas del 87 y todavía se recuerda el delirante episodio en un bar de Facultad cuando varios basistas agredieron a unos azules que intentaban arrancar un cartel del Movimiento Comunista en apoyo a ETA, ante la atónita expresión de los del MC, acabando la cosa con uno de los basistas encaramado a una mesa y gritando «¡Hitler y ETA unidos en la lucha!») para pasar poco después a posturas ultraespañolistas, o crea una fugaz asociación de amistad hispano/guineana a la vez que explota la xenofobia (pretendiendo casar ambas historias con la frase, de rancio sabor colonial, «los guineanos son negros, pero son nuestros negros»), o echa pestes del «mercantilismo judío» y la única iniciativa de la saga que ha cuajado es una cadena de tiendas, o intenta lanzarse como un Front National a la española (en sus dos avatares más disparatadamente ambiciosos, la fantasmal Area Inconformista y el periódico «EL PORVENIR» -donde se reclutaba a los colaboradores a golpe de talonario y con el que se pretendió heredar, de manera prefabricada, el carisma aglutinante de «EL ALCAZAR»-) pero sólo logra una sobredimensionada notoriedad en los media como horda ultraviolenta, y digo «sobredimensionada» pues la violencia autónoma, si la comparamos con grupos anteriores (tanto del último franquismo como de la Transición), ha sido siempre bastante inocua.

Este aspecto de borrachera tribal juvenil (difícil de entender si no se la ha vivido) puede explicar la muy distinta actitud de los basistas una vez que se desligan del clan. Personalmente, he tratado a varios (tuve un cruce epistolar bastante duro con Perdices, uno de sus cabecillas, allá por el 86 -de su carta se me quedó grabada esta frase: «si Cristo buscó a sus discípulos entre los pescadores, yo los busco entre los hinchas de fútbol»-; en el 91 me topé con otro, ex-azul cercano a la villapalista Rerum, metido en Area Inconformista, y que devendría en meritorio de Trevijano; entre el 94 y el 96, un par de ellos colaboraron en «EL CORAZON...» y, desde luego, sus escritos y opiniones no casan mucho con el cliché que pueda tenerse de BBAA -desafío a los lectores corazonescos a reconocerlos por sus colaboraciones-; por último, el más reciente avatar autónomo, «RESISTENCIA» -único conato de la saga hacia una tarea de agitación más responsable- se hermanó con «PVO» -intercambiando artículos y publicidad- en base a dos simpatías comunes -el MLNV y la Revolución Islámica- pero su escasa disposición a trabajar en común de manera más estrecha y a la autocrítica -tribalismo y autosuficiencia, dos rasgos autónomos-, me llevó al alejamiento).

El suicidio en el 95 del cabecilla Carlos Ruiz de Castro (paradójicamente, el acto más seriamente político de toda la saga autónoma hasta la fecha), por desgracia, no ha servido para cristalizar en una reflexión que cierre de una vez por todas ese condenado juego de rol en el que cientos de jóvenes se han ido quemando sucesivamente desde hace lustros.

NACIONAL/BOLCHEVIQUES

Es en este apartado (el único propiamente transversal -es decir, surgido tanto de filas nacionales como de izquierda-) donde confluyen los impulsos auténticamente antiSistema emanados del campo nacional. O, lo que es lo mismo, todo lo que no acaba siendo NB es contrarrevolución o, lo más, mero reformismo.

Si nombres como Jünger, Drieu, Bombacci, Malaparte, Spirito, Thiriart, Limonov o Duguin nos confirman este aserto, en nuestro ámbito ello es aún más patente: el único líder nacional de los 30 con vocación antiSistema, Ramiro Ledesma (creador de las JONS), insiste una y otra vez en defender el stalinismo (sus artículos a favor de establecer relaciones con la URSS, glosando el Plan Quinquenal o valorando el comunismo como «revolución nacional rusa» -sesenta años antes de las exégesis de un Ziuganov o un Anpilov-, por su profundidad y conocimiento trascienden toda sospecha de pose demagógica); su más fiel seguidor, Santiago Montero Díaz, que se negó a a apoyar la fusión de FE y JONS previendo la corrupción de éstas, en el franquismo criticaría las dejaciones del régimen desde su jonsismo inclaudicable (crítica, en su caso, no surgida de ninguna «conversión» sino de la fidelidad a unos principios -lo que lo convierte en atípico entre los nacionales españoles de postguerra críticos del régimen, más cercano a fascistas revolucionarios como los ya citados Malaparte o Spirito-), llegando en el 65 a ser expulsado de su cátedra (junto a Aranguren y García Calvo) por apoyar la agitación estudiantil; o su más atinado biógrafo, José Cuadrado Costa, el más desconocido de los nacionales españoles, muerto prematuramente en los 80 y cuya breve trayectoria política la desarrolló (tras un fugaz paso por CEDADE) en grupos francófonos vinculados a Thiriart, dándose a conocer su obra (con bastante parquedad, por cierto -hay material publicado en Francia e inédito todavía aquí-) tras su muerte (las biografías políticas «Ramiro Ledesma Ramos, un romanticismo de acero», «El legado revolucionario» -sobre Drieu- y «Ernst Niekisch, un revolucionario alemán»).

Además de Cuadrado, han jugado con cierta notoriedad la carta NB (aunque más como moda que como interiorización profunda): Juan Antonio Llopart (vinculado al Frente de la Juventud y al Frente Nacional -cuyas juventudes dirigió en Barcelona-, y amigo de alumbrar grupúsculos neofascistas bajo una demagogia alternativa -la saga «solidarista»: Movimiento Autónomo Solidarista, Coordinadora Alternativa Solidarista, 3ª Vía Solidarista...-, se plantea desde el 93 su iniciativa más válida, la revista «TRIBUNA DE EUROPA» -cuya validez no va unida a ningún discurso propio, sino a la difusión de diversas figuras de la izquierda nacional, como Niekisch, Wolffeim y Lauffenberg, Sorel, Ledesma, Fredda o Duguin-, amén de seguir pariendo compulsivamente nuevos grupúsculos -Alternativa Europea, Liga Social Republicana-); y Enrique Moreno (seguidor impenitente de Milá durante más de una década, sus únicas iniciativas propias han sido, en el 87, el manifiesto «Por una estrategia céltica» -intento de aglutinar nacionales en una línea pseudoalternativa similar al «solidarismo» de Llopart-, y en el 93, tras el fracaso de ST -de la que fue presidente-, su incorporación a «TRIBUNA DE EUROPA» mutado en nb y, en calidad de tal, su paso por «EL CORAZON...» y «PVO» -con su nombre o con el seudónimo «Pablo Oncins»-, y, tras la escasa aceptación de un nuevo manifiesto -«Hacia la construcción de un Polo Nacional/Bolchevique»-, desde otoño '95, su entrada en FE/JONS, donde continúa).

Desde fuera del campo nacional, algún que otro nombre ha defendido públicamente lo NB: el comunista Antonio Fernández Ortiz (en sus artículos «Octubre 1993: ¿aquellos días en que la guerra comenzó?» y «Estalinismo, sociedad tradicional y sentimiento de revolución frustrada» -publicados en la revista del PCE «UTOPIAS»-); o, desde el PSOE, Jorge Verstrynge (a su tortuoso y retorcido modo -ver sus libros «El sueño eurosiberiano» y «Los nuevos bárbaros» y su hoja de agitación «PROMETEO»-).

CONCLUSION

Desde la caída de Arias Navarro hasta mediados los 80, los nacionales españoles, desde sus diversos (y, a veces, encontrados) impulsos (ya comentados en la introducción), fueron más un incordio (incluso una amenaza) que un sostén represor para el nuevo status demoliberal. Con la creación del GAL y la muerte de Ynestrillas padre (o lo que es igual, la muerte del golpismo duro), el perfil desestabilizador se esfuma y las energías ultras sintonizan con los intereses ocultos del «Estado de Derecho» y las demandas de una sociedad más y más involucionada. Lo que podríamos llamar la mossadización de los nacionales: el GAL, el caso Alcalá, el Milá del 92, el contubernio antifelipista, FE/JONS y el «YA», el espíritu de Ermua... Al punto de que, en la busca de culpables por algunos de estos hechos, ya nadie pida la cabeza de militares díscolos o de «fachas incontrolados» (como en la Transición), sino de conspicuos representantes de la democracia (y, de haber militares por medio, el PSOE les da un banquete de desagravio -caso de Galindo-). Los nacionales ya no son el «coco» sino meros cipayos de una democracia cada día más nacional en sus formas aunque completamente mundialista en su médula (más o menos como en México, Argentina, Chile...): cipayos kleenex (así, las muertes de Rubio y Duce, principales implicados en el caso Alcalá -tal vez los símbolos más nítidos de esta situación-), poco más (o, mejor, poco menos) que perros de presa. Si se piensa un poco, algo no muy diferente de lo que fueron para Franco (el gran manipulador de nacionales -desde el 36 al 75-).

Fernando Marquez
(Director de El Corazón del Bosque)

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BIBLIOGRAFIA ASEQUIBLE PARA PROFANOS

LIBROS: «Los neonazis en España» (Xavier Casals; Ed. Grijalbo, 1995) // «Prietas las filas» (Sheelagh Ellwood; Ed. Crítica, 1984) // «Mis conversaciones con gente inquietante» (Manuel Vázquez Montalbán; Ed. Planeta, 1984) (capítulo dedicado a E. Milá) // «La extrema derecha española en el siglo XX» (José Luis Rodríguez Jiménez; Alianza Ed., 1997) // «Alcalá 20-N» (Pepe Rei, Edurne San Martín; Ed. Egin-Txalaparta, 1996)

REVISTAS: «El Corazón del Bosque», «PVO» y «Cuadernos del Corazón del Bosque» (pedidos: apdo 36132 - 28080 Madrid) // «Hespérides» y «Punto y Coma» (ver reseña en «El Corazón...» -nº 6/7-) (pedidos: apdo 108 - 28260 Galapagar -Madrid-) // «Tribuna de Europa» (ver números recomendados en «El Corazón...» -nº 11/12- y «PVO» -nº 6-) (pedidos: apdo 877 - 08080 Barcelona)
(para otros títulos mencionados en el artículo, solicitad información al apdo 45082 - 28080 Madrid)

FERNANDO MARQUEZ
 
Re: SOBRE EL AMBIENTE NACIONAL EN ESPAÑA, POR FERNANDO MARQU

Puntualización sobre Milá. Actualmente colabora en artículos de Democracia Nacional y tiene una web propia de blogs (krisis.info) asociada a la línea de D.N.
 
Re: SOBRE EL AMBIENTE NACIONAL EN ESPAÑA, POR FERNANDO MARQU

SigillumDiaboli rebuznó:
Puntualización sobre Milá. Actualmente colabora en artículos de Democracia Nacional y tiene una web propia de blogs (krisis.info) asociada a la línea de D.N.

Si, tienes razón, pero el artículo fue redactado y publicado en 1998.

Ya han pasado unos cuantos añitos, por ejemplo, hay personas que ya no militan en los grupos refereidos en el artículo, unos se han marchado a sus casas, otros han cambiado de partido, y otros han fundado editoriales...

Pd.: Tu avatar me suena de algo ¿nacional-anarquistas ingleses?

Pd(2).: En el hilo sobre las elecciones en Galicia, hay un texto de Ernesto Milá, publicado en su blogs InfoKrisis...
 
Re: SOBRE EL AMBIENTE NACIONAL EN ESPAÑA, POR FERNANDO MARQU

Frente Negro rebuznó:
SigillumDiaboli rebuznó:
Puntualización sobre Milá. Actualmente colabora en artículos de Democracia Nacional y tiene una web propia de blogs (krisis.info) asociada a la línea de D.N.

Si, tienes razón, pero el artículo fue redactado y publicado en 1998.

Ya han pasado unos cuantos añitos, por ejemplo, hay personas que ya no militan en los grupos refereidos en el artículo, unos se han marchado a sus casas, otros han cambiado de partido, y otros han fundado editoriales...

Pd.: Tu avatar me suena de algo ¿nacional-anarquistas ingleses?

Pd(2).: En el hilo sobre las elecciones en Galicia, hay un texto de Ernesto Milá, publicado en su blogs InfoKrisis...

National Anarchist, exacto.
Pero no sólo ingleses. Rosenoire y Terrafirma están comenzando en España.
 
No tenía noticias de esto.
¿Tienen página web para saber algo más de ellos?

Gracias.
FN
 
¿sabes tu, si estas webs, tienen algún tipo de relación con un foro de miarroba.com llamado Nacional-Bolquevique, que adminstra un tío del Pais Vasco?. Gracias por las direcciones.

La Página Trasversal ya la conocía.
 
yo solo se que al nacionalismo le quedan dos telediarios.

me explico, los movimientos nacionalistas se dan en regiones con escasa inmigracion, el hecho de ser un pueblo arraigado en las costumbres es lo que hace que broten estas ideas, si os fijais en ninguna region desarrollada con mucha diversidad etnica se dan movimientos de este tipo, ya que es poco logico. en españa han llegado mas alla que el resto de europa(excluyendo a los irlandeses) debido al atraso de un siglo que les llevamos, en tiempos de la republica el nacionalismo catalan era infinitamente mas potente que ahora, y a medida que fue recibiendo inmigracion a perdido fuerza lo mismo pasara en euskadi tarde o temprano(remitamonos a airbag en la escena en que aparece el primer lehendakari negro)aunque tratandose de los vascos todo es posible...no se yo;
a lo que iba que con toda la inmigracion que esta llegando esa pertenencia se perdera y a lo peor quedara el nacionalismo españolista como un mero reaccionismo de los payos, me maten



he dicho
 
stalin rebuznó:
yo solo se que al nacionalismo le quedan dos telediarios.

me explico, los movimientos nacionalistas se dan en regiones con escasa inmigracion, el hecho de ser un pueblo arraigado en las costumbres es lo que hace que broten estas ideas, si os fijais en ninguna region desarrollada con mucha diversidad etnica se dan movimientos de este tipo, ya que es poco logico. en españa han llegado mas alla que el resto de europa(excluyendo a los irlandeses) debido al atraso de un siglo que les llevamos, en tiempos de la republica el nacionalismo catalan era infinitamente mas potente que ahora, y a medida que fue recibiendo inmigracion a perdido fuerza lo mismo pasara en euskadi tarde o temprano(remitamonos a airbag en la escena en que aparece el primer lehendakari negro)aunque tratandose de los vascos todo es posible...no se yo;
a lo que iba que con toda la inmigracion que esta llegando esa pertenencia se perdera y a lo peor quedara el nacionalismo españolista como un mero reaccionismo de los payos, me maten



he dicho

No. Cuantos más ataques recibe un nacionalismo, más fuerte se vuelve, solo es cuestión de transmitirlo a los hijos.
 
Sobre la influencia de la inmigracién en el nacionalismo.

Siento disentir. Los nacionalismos modernos son todo menos naturales e implican una recreación, en algunos casos una creación, del pasado. Generalmente el nacionalismo aparece con una idea política nueva que para apoyarse y legitimarse arrastra un conjunto de mitos desde un pasado remoto. El nacionalismo se justifica y basa en erigirse en el receptor de una pretendida tradición que le hace a él, el nacionalismo, el único acreedor a la seña de identidad del pueblo y de ahí, lógicamente, de su gobierno.

Para ilustración, ver caso vasco con Don Sabino o alemán con el Reich e incluso catalán con el romanticismo del XIX.

Vista la premisa de creación del nacionalismo (mito artificioso y empaquetado para consumo que justifica la pertenencia al grupo) se explica cómo generalmente la llegada de inmigración, lejos de diluir el efecto nacionalista, lo multiplica. Ello se produce por el ansía de aceptación que tiene el emigrante. El emigrante quiere sentirse parte del grupo y la forma más sencilla es comulgar con aquellos mitos que, según el nacionalismo, precisamente definen lo que es grupo. Dado que esos mitos han sido precisamente prefabricados para su rápida comprehensión y compra, su aceptación resulta el billete más barato para la aceptación en comunidad.

Para muestra obsérvese cómo las comunidades más nacionalistas son precisamente aquellas con mayor número de inmigrantes mientras que en aquellas comunidades tradicionalmente cedentes de personas el nacionalismo no se halla tan desarrollado.
 
faloni rebuznó:
Sobre la influencia de la inmigracién en el nacionalismo.

Siento disentir. Los nacionalismos modernos son todo menos naturales e implican una recreación, en algunos casos una creación, del pasado. Generalmente el nacionalismo aparece con una idea política nueva que para apoyarse y legitimarse arrastra un conjunto de mitos desde un pasado remoto. El nacionalismo se justifica y basa en erigirse en el receptor de una pretendida tradición que le hace a él, el nacionalismo, el único acreedor a la seña de identidad del pueblo y de ahí, lógicamente, de su gobierno.

Para ilustración, ver caso vasco con Don Sabino o alemán con el Reich e incluso catalán con el romanticismo del XIX.

Vista la premisa de creación del nacionalismo (mito artificioso y empaquetado para consumo que justifica la pertenencia al grupo) se explica cómo generalmente la llegada de inmigración, lejos de diluir el efecto nacionalista, lo multiplica. Ello se produce por el ansía de aceptación que tiene el emigrante. El emigrante quiere sentirse parte del grupo y la forma más sencilla es comulgar con aquellos mitos que, según el nacionalismo, precisamente definen lo que es grupo. Dado que esos mitos han sido precisamente prefabricados para su rápida comprehensión y compra, su aceptación resulta el billete más barato para la aceptación en comunidad.

Para muestra obsérvese cómo las comunidades más nacionalistas son precisamente aquellas con mayor número de inmigrantes mientras que en aquellas comunidades tradicionalmente cedentes de personas el nacionalismo no se halla tan desarrollado.

No es una norma eso: fíjate en el caso irlandés (Irlanda estado). No te olvides de los nacionalismos del Estado-nación, que pueden ser muy fuertes, como en Rusia o Francia.

No es tan importante la historia como el sentimiento de pertenencia, éste puede generarse perfectamente sin pasado, como por ejemplo, con agresiones externas.
 
Frente Negro rebuznó:
¿sabes tu, si estas webs, tienen algún tipo de relación con un foro de miarroba.com llamado Nacional-Bolquevique, que adminstra un tío del Pais Vasco?. Gracias por las direcciones.

La Página Trasversal ya la conocía.

Creo que no tienen relación. Aunque los nacional anarquistas mantienen buenas relaciones con los nacional bolcheviques (y con el M.S.R.) es evidente que no son, ni mucho menos, lo mismo.
 
SigillumDiaboli rebuznó:
Frente Negro rebuznó:
¿sabes tu, si estas webs, tienen algún tipo de relación con un foro de miarroba.com llamado Nacional-Bolquevique, que adminstra un tío del Pais Vasco?. Gracias por las direcciones.

La Página Trasversal ya la conocía.

Creo que no tienen relación. Aunque los nacional anarquistas mantienen buenas relaciones con los nacional bolcheviques (y con el M.S.R.) es evidente que no son, ni mucho menos, lo mismo.

SigillumDiaboli ¿Podrías explicar algo de las teorías políticas del nacional anarquismo? No me cuadra demasiado ver esas dos palabras juntas y antes de hacerme una paja mental preferiría saber algo más del tema.

Gracias.
 
SigillumDiaboli rebuznó:
Frente Negro rebuznó:
¿sabes tu, si estas webs, tienen algún tipo de relación con un foro de miarroba.com llamado Nacional-Bolquevique, que adminstra un tío del Pais Vasco?. Gracias por las direcciones.

La Página Trasversal ya la conocía.

Creo que no tienen relación. Aunque los nacional anarquistas mantienen buenas relaciones con los nacional bolcheviques (y con el M.S.R.) es evidente que no son, ni mucho menos, lo mismo.

Gracias, curiosamnete los o (el) NB que crearon dicho foro, no tienen muy buen trato con la gente del MSR, de hecho uno de los moderadores, pasó por su filas brevemente... Y ahora "despotrica" del MSR. Como el que deja de fumar, y ahora está todo el día dando el coñazo al que fuma...
 
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