Slk
Extremadamente Imbécil
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- 27 Feb 2008
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Ayer al llegar a casa hice un pedido. Lo hice sobre las diez de la noche.
Cuando abro la puerta me encuentro, sorprendentemente, a una repartidora de unos 20 años, bajita, con gafas, no es guapa, no es fea.
La tia sonrió de una manera más natural, más simpática, transmitía un buen rollo, que a día de hoy esta gilipollez, comparado con la bobería que tanto gastan tantas mujeres de hoy, acaba llamándome la atención.
No era una sonrisa falsa comercial. No era eso. Era que la tía es así, y se ve que es así, y que en su vida es así.
Un poco como la Zenda esta de los vídeos de Torbe, pero como más. Aún más simpática, más natural, más "encisadora", más "eixerida" (los catalanes tenemos bastantes palabras para definir estos rasgos).
Luego es que llevo como dos semanas diciendo "mañana iré a comprar" una vez me cruspo la cena del Just Eat. Y al día siguiente digo lo mismo. Y al otro lo mismo.
Hoy he hecho el mismo pedido que ayer porque me daba palo ponerme a pensar. Cada día voy pidiendo a un bareto distinto.
Yo tenía olvidado incluso que esta tia existía. Simplemente fue que al verla ayer me dejó pillado ver a una tía haciendo de repartidora y que siendo tan joven fuera tan encantadora.
Entonces hoy cuando me tocan al timbre y abro la puerta, la vuelvo a ver. Esta vez estaba ella directamente subida en la moto (yo vivo en una casa, no es un bloque de pisos) y con la bolsa del pedido para entregarmela.
Y bueno lo de ayer. La misma cosa de ayer. La misma sonrisa radiante y el mismo buen rollo. Le dije gracias y ella dijo algo del estilo "na to fuera eso" creo que ha dicho. La verdad es que es muy Zenda creo yo.
Le he guiñado el ojo, ella ha sonreído, pero básicamente porque es la típica tía feliz que tiene esa manera de ser.
Este fin de semana salgo a otra hora, pero el lunes llego a casa como ayer y como hoy.
Y voy a decirle algo, joder. Voy a echarle un par de cojones. Necesitamos un plan. Que además muchas veces en mis hilos acabais con la sensación de que os cuento cosas que os satisfacen pero luego como que necesitais alguna guinda.
Tracemos un plan.
El riesgo de que el lunes baje a por el pedido y cuando abra la puerta vea a un viejo moro con una bolsa en la mano, está ahí, pero eso ya no lo controlo yo.
Cuando abro la puerta me encuentro, sorprendentemente, a una repartidora de unos 20 años, bajita, con gafas, no es guapa, no es fea.
La tia sonrió de una manera más natural, más simpática, transmitía un buen rollo, que a día de hoy esta gilipollez, comparado con la bobería que tanto gastan tantas mujeres de hoy, acaba llamándome la atención.
No era una sonrisa falsa comercial. No era eso. Era que la tía es así, y se ve que es así, y que en su vida es así.
Un poco como la Zenda esta de los vídeos de Torbe, pero como más. Aún más simpática, más natural, más "encisadora", más "eixerida" (los catalanes tenemos bastantes palabras para definir estos rasgos).
Luego es que llevo como dos semanas diciendo "mañana iré a comprar" una vez me cruspo la cena del Just Eat. Y al día siguiente digo lo mismo. Y al otro lo mismo.
Hoy he hecho el mismo pedido que ayer porque me daba palo ponerme a pensar. Cada día voy pidiendo a un bareto distinto.
Yo tenía olvidado incluso que esta tia existía. Simplemente fue que al verla ayer me dejó pillado ver a una tía haciendo de repartidora y que siendo tan joven fuera tan encantadora.
Entonces hoy cuando me tocan al timbre y abro la puerta, la vuelvo a ver. Esta vez estaba ella directamente subida en la moto (yo vivo en una casa, no es un bloque de pisos) y con la bolsa del pedido para entregarmela.
Y bueno lo de ayer. La misma cosa de ayer. La misma sonrisa radiante y el mismo buen rollo. Le dije gracias y ella dijo algo del estilo "na to fuera eso" creo que ha dicho. La verdad es que es muy Zenda creo yo.
Le he guiñado el ojo, ella ha sonreído, pero básicamente porque es la típica tía feliz que tiene esa manera de ser.
Este fin de semana salgo a otra hora, pero el lunes llego a casa como ayer y como hoy.
Y voy a decirle algo, joder. Voy a echarle un par de cojones. Necesitamos un plan. Que además muchas veces en mis hilos acabais con la sensación de que os cuento cosas que os satisfacen pero luego como que necesitais alguna guinda.
Tracemos un plan.
El riesgo de que el lunes baje a por el pedido y cuando abra la puerta vea a un viejo moro con una bolsa en la mano, está ahí, pero eso ya no lo controlo yo.
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