[RETARDS] Tengo un "amigo" con deficiencia mental

Alcaudon

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18 Abr 2005
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Nunca fue el lápiz más afilado de la caja, pero a edades tempranas no le prestas atención a ese tipo de detalles.
Compartíamos bastantes aficiones en común y, pese a ser bastante mayor que yo, nos acabamos haciendo amigos.
Hasta no hace mucho, que me di cuenta que nuestra relación no era de amistad, sino que él me veía como una especie de padre al que preguntarle todo.
Aún así mantenemos una buena relación, aunque a veces se hace bastante difícil.

Por resumir su vida, es un tipo de cincuenta y tantos años.
Hace poco menos de dos décadas le dio un tirón en la espalda, mientras trabajaba en alguna mierda, y, como tiene un hermano sindicalista, en aquella época le resultó fácil conseguir la incapacidad laboral. Dígase, paguita.
Su mentalidad no ha evolucionado desde los veintipocos, que es cuando le conocí, cuando era ese chaval mayor que sabía tantas cosas sobre música y videojuegos.
Viste como Robert Smith (The Cure), pesa más de 130 kilos de puro sofá y comida basura, dice que tiene la salud de un toro porque así lo muestran las analíticas, vive en un loft de 30m² atestado de trastos que nunca utiliza porque le da pereza mudarse a un sitio menos céntrico pero más amplio, sólo sale de casa para ir al Eroski y al estanco, va al ambulatorio cada vez que le duele la tripita o pilla un catarro, se gasta todo el dinero en ediciones coleccionista de videojuegos y figuras carísimas, está suscrito a todas las plataformas de streaming en las que se ve todos los animes que encuentra pero sin terminar ninguno, su vida es un móvil carísimo con una MicroSD repleta de juegos smartphone (donde también se deja bastante pasta), dice ser compositor de música electrónica pero su PC lleva más de una década embalado, y tiene los ciclos de sueño totalmente random.

La cosa es que en verano de 2021 le dije que se viniera a pasar unos días a mi casa, para que le diera el aire.
Como necesita tres maletas y obviamente nunca se sacó el carnet de conducir, me tuve que clavar casi 200 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta a Zaragoza, teniéndole que ayudar a terminar de hacer las maletas y repasado yo las cosas que iba a necesitar. Le tuve que obligar a pagar los pejaes.
Se tiró aquí diez días que casi ni le veía, porque se levantaba a las diez de la noche y se echaba al amanecer. Todo el día pegado al móvil y a la PSVita. Le insistía en salir con mi perro al bosquecillo de acacias que hay detrás de mi casa, pero siempre acaba esquivándome. Le tenía que preparar la comida y tender la ropa, porque obviamente suda como un tocino y le tenía que obligar a ducharse, que era agosto.
Como era incapaz de ganarme a cualquier videojuego y yo estaba harto de jugar mal para que la cosa estuviese equilibrada, empezamos a ver cine. Craso error. Pronto comprendí que sólo podía poner películas de mínima exigencia mental, ya no sólo porque le costara entender la trama, sino porque su capacidad de atención es nula. Incluso poniendo teen movies tipo 'American Pie', me preguntaba cada cinco minutos que por qué pasaba tal cosa o por qué tal personaje hacía la otra.
Al final acabé jugando yo solo al 'Shadow of The Tomb Raider' mientras él miraba, comentando cada poco rato un "qué buena está la Larita".

Qué descanso cuando lo metí en un autobús, porque pasaba de darme la paliza con el coche nuevamente.
Me dijo que llegó bien y desconecté de él durante semanas.
Buen chaval, pero agotador.
 
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Nunca fue el lápiz más afilado de la caja, pero a edades tempranas no le prestas atención a ese tipo de detalles.
Compartíamos bastantes aficiones en común y, pese a ser bastante mayor que yo, nos acabamos haciendo amigos.
Hasta no hace mucho, que me di cuenta que nuestra relación no era de amistad, sino que me veía como una especie de padre al que preguntarle todo.
Aún así mantenemos una buena relación, aunque a veces se hace bastante difícil.

Por resumir su vida, es un tipo de cincuenta y tantos años.
Hace poco menos de dos décadas le dio un tirón en la espalda, mientras trabajaba en alguna mierda, y, como tiene un hermano sindicalista, en aquella época le resultó fácil conseguir la invalidez laboral. Dígase, paguita.
Su mentalidad no ha evolucionado desde los veintipocos, que es cuando le conocí, cuando era ese chaval mayor que sabían tantas cosas de música y videojuegos.
Viste como Robert Smith (The Cure), pesa más de 130 kilos de puro sofá y comida basura, dice que tiene la salud de un toro porque así lo muestran las analíticas, vive en loft de 30m² atestado de cosas que nunca utiliza porque le da pereza mudarse a un sitio menos céntrico pero más amplio, sólo sale de casa para ir al Eroski y al estanco, va al ambulatorio cada vez que le duele la tripita o pilla un catarro, se gasta todo el dinero en ediciones coleccionista de videojuegos y figuras carísimas, está suscrito a todas las plataformas de streaming en las que se ve todos los animes que encuentra pero sin terminar ninguno, su vida es un móvil carísimo con una MiniSD repleta de juegos smartphone (donde también se deja bastante pasta), dice ser compositor de música electrónica pero su PC lleva más de una ´decada embalado, y tiene los ciclos de sueño totalmente random.

La cosa es que en verano de 2021 le dije que se viniera a pasar unos días a mi casa, para que le diera el aire.
Como necesita tres maletas y obviamente nunca se sacó el carnet de conducir, me tuve que clavar casi 200 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta a Zaragoza, teniéndole que ayudar a terminar de hacer las maletas y repasado yo las cosas las cosas que iba a necesitar.
Se tiró aquí diez días que casi ni le veía, porque se levantaba a las diez de la noche y se echaba al amanecer. Todo el día pegado al móvil y a la PSVita. Le insistía en salir con mi perro al bosquecillo de acacias que hay detrás de mi casa, pero siempre acaba esquivándolo. Le tenía que preparar la comida y tender la ropa, porque obviamente suda como un tocino y le tenía que obligar a ducharse, que era agosto.
Como era incapaz de ganarme a cualquier videojuego y yo estaba harto de jugar mal para que la cosa estuviese equilibrada, empezamos a ver cine. Craso error. Pronto comprendí que sólo podía poner películas de mínima exigencia mental, ya no sólo porque le costara entender la trama, sino porque su capacidad de atención es nula. Incluso poniendo teen movies tipo 'American Pie', me preguntaba cada cinco minutos que por qué pasaba tal cosa o tal personaje hacía la otra.
Al final acabé jugando yo solo al 'Shadow of The Tomb Raider' mientras él miraba, comentando cada poco rato un "qué buena está la Larita".

Qué descanso cuando lo metí en un autobús, porque pasaba de darme la paliza con el coche nuevamente.
Me dijo que llegó bien y desconecté de él durante semanas.
Buen chaval, pero agotador.

Obviamente lo conociste en el foro.
 
Si hubiese sido @Ferris , nada más verlo en la puerta de su casa con las maletas , se habría escondido tras el volante y habría hecho un trompo quemando ruedas hacía Valencia de nuevo.
 
Pero te lo follaste o por eso lo metiste en un bus?
 
me tuve que clavar casi 200 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta a Zaragoza, teniéndole que ayudar a terminar de hacer las maletas y repasado yo las cosas que iba a necesitar. Le tuve que obligar a pagar los pejaes.


Qué descanso cuando lo metí en un autobús, porque pasaba de darme la paliza con el coche nuevamente.


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Última edición:
Obviamente lo conociste en el foro.
El fijo que abrió un hilo parecido sobre ti en Burbuja.
No tiene capacidad para estar en un foro, ni en Twitter, y a lo más que llega es a poner comentarios en YouTube.
Sólo usa Instagram para ver tías buenas y mierdas otakus, y en WhatsApp se tira cinco minutos de reloj para contestar con una frase de dos líneas.

Parece un tipo complicado pero feliz. Me da envidia.
Antes sí, pero lleva años con depresiones y ha desarrollado todo tipo de TOCs menores.
Está literalmente solo, por eso me lo traje aquí, a ver si se animaba y le daba el puto aire.
Le afectan mucho las cosas emocionalmente y salió muy jodido del confinamiento. Paradójico porque efectivamente no sale de casa más que para ir al Eroski y al estanco, pero le trastornó muchísimo el ambiente marcial y el bombardeo mediático de terror
A parte de lo dicho, esa ansiedad constante que provoca la adicción a las compras, que cada vez va a más.

Pero el retraso dónde se lo ves?
En que tengo que explicarle las cosas un mínimo de dos veces para que las entienda.

Le acerqué a la estación con viajes interprovinciales más cercana.
Vaya zote estás hecho tú también.
¿Tú no fuiste moderador durante un breve tiempo? Me quiere sonar.
 
Me pasa lo mismo, pero yo solo digo  ok o vale. Y puedo llegar a tardar incluso más de eso 5 min. porque soy muy inseguro.
No, éste se casca toda una Biblia cuando se aburre y sin ningún tipo de filtro. No sé cuánto le cuesta escribirlas, porque aparecen publicadas a las 4 o 5 de la mañana. Los típicos ladrillos en los que al final te sale eso de...

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La de turras que nos mete con sus monomanías random son legendarias, ni te imaginas cuando se tiró dos semanas preguntándonos en un grupo qué televisión nueva comprarse, como si nosotros fuésemos técnicos de Media Markt.

Vamos a ver, la vida de tu amigo es la vida que querría tener cualquier persona normal.
Puedes llamarme abiertamente "anormal", porque mi vida es infinitamente mejor y no la cambiaría por nada en el mundo.
Bueno, sí, por la misma vida pero con un boleto premiado con el bote de la Primitiva.
 
Tu amigo no es retrasado, es un flojo.
Se ha buscado la vida para malvivir con una paga con la que cubre sus vicios y su ocio.
 
Nunca fue el lápiz más afilado de la caja, pero a edades tempranas no le prestas atención a ese tipo de detalles.
Compartíamos bastantes aficiones en común y, pese a ser bastante mayor que yo, nos acabamos haciendo amigos.
Hasta no hace mucho, que me di cuenta que nuestra relación no era de amistad, sino que él me veía como una especie de padre al que preguntarle todo.
Aún así mantenemos una buena relación, aunque a veces se hace bastante difícil.

Por resumir su vida, es un tipo de cincuenta y tantos años.
Hace poco menos de dos décadas le dio un tirón en la espalda, mientras trabajaba en alguna mierda, y, como tiene un hermano sindicalista, en aquella época le resultó fácil conseguir la incapacidad laboral. Dígase, paguita.
Su mentalidad no ha evolucionado desde los veintipocos, que es cuando le conocí, cuando era ese chaval mayor que sabía tantas cosas sobre música y videojuegos.
Viste como Robert Smith (The Cure), pesa más de 130 kilos de puro sofá y comida basura, dice que tiene la salud de un toro porque así lo muestran las analíticas, vive en un loft de 30m² atestado de trastos que nunca utiliza porque le da pereza mudarse a un sitio menos céntrico pero más amplio, sólo sale de casa para ir al Eroski y al estanco, va al ambulatorio cada vez que le duele la tripita o pilla un catarro, se gasta todo el dinero en ediciones coleccionista de videojuegos y figuras carísimas, está suscrito a todas las plataformas de streaming en las que se ve todos los animes que encuentra pero sin terminar ninguno, su vida es un móvil carísimo con una MicroSD repleta de juegos smartphone (donde también se deja bastante pasta), dice ser compositor de música electrónica pero su PC lleva más de una década embalado, y tiene los ciclos de sueño totalmente random.

La cosa es que en verano de 2021 le dije que se viniera a pasar unos días a mi casa, para que le diera el aire.
Como necesita tres maletas y obviamente nunca se sacó el carnet de conducir, me tuve que clavar casi 200 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta a Zaragoza, teniéndole que ayudar a terminar de hacer las maletas y repasado yo las cosas que iba a necesitar. Le tuve que obligar a pagar los pejaes.
Se tiró aquí diez días que casi ni le veía, porque se levantaba a las diez de la noche y se echaba al amanecer. Todo el día pegado al móvil y a la PSVita. Le insistía en salir con mi perro al bosquecillo de acacias que hay detrás de mi casa, pero siempre acaba esquivándome. Le tenía que preparar la comida y tender la ropa, porque obviamente suda como un tocino y le tenía que obligar a ducharse, que era agosto.
Como era incapaz de ganarme a cualquier videojuego y yo estaba harto de jugar mal para que la cosa estuviese equilibrada, empezamos a ver cine. Craso error. Pronto comprendí que sólo podía poner películas de mínima exigencia mental, ya no sólo porque le costara entender la trama, sino porque su capacidad de atención es nula. Incluso poniendo teen movies tipo 'American Pie', me preguntaba cada cinco minutos que por qué pasaba tal cosa o por qué tal personaje hacía la otra.
Al final acabé jugando yo solo al 'Shadow of The Tomb Raider' mientras él miraba, comentando cada poco rato un "qué buena está la Larita".

Qué descanso cuando lo metí en un autobús, porque pasaba de darme la paliza con el coche nuevamente.
Me dijo que llegó bien y desconecté de él durante semanas.
Buen chaval, pero agotador.
Sube fotos del bicho.
 
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