Tocarse los huevos en el trabajo nivel pro

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3 Nov 2006
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Llevo en torno a 3 semanas que no paro de tocarme los cojones en el trabajo. De las 8 horas diarias de curro, dedico 2 a reuniones por videoconferencia (en calzoncillos), 15 minutos a improvisarlas, una media hora a rellenar reportes en hoja de cálculo, y otra media a correos y llamadas, el resto lo pierdo.
Es tal el nivel de desmotivación que he alcanzado, el asco que le he cogido a algunos jefes, lo poco estimulante que es lo que tengo que realizar, que no encuentro las fuerzas para ponerme con ello.
Una de las cosas que más me tiene hasta los cojones el "micromanagement" ejercido por unos jefes que predican la libertad de acción y el no entrometerse, pero que después controlan todo meticulosamente, llamadas, correos, reuniones, qué se dice, cómo se dice y cuánto es el promedio de duración óptimo de la llamada. Me toca especialmente los huevos que interfieran de forma directa en decisiones que me toca a mi tomar y den pautas a personas que están por debajo mía, saltándose el paso en el que tienen que comunicar conmigo.

En resumen, hoy he estado toda la puta mañana liado con un gilijuego de una web. Cuando me he dado cuenta eran las 2, así que he hecho mi reunión, simultáneamente he completado mis reportes, he mandado mis dos correos de rigor y a las 3 cerrando el ordenador, que es viernes.

Soy el primero al que no le gusta nada estar así, pero joder, es que la capacidad de algunos gestores en sí misma y la forma de plasmar esa nula capacidad en las decisiones estratégicas me tiene absolutamente desmotivado. Me consta que no soy el único, pero creo que sí soy el que menor implicación laboral tiene.

Honestamente, ¿os habéis tocado los huevos tanto? ¿Más? ¿Cómo terminó todo?

Guardo la esperanza de que sea algo pasajero y termine tan pronto nos reincorporemos a la oficina, pero bueno, ahí, delante de todos, es que será imposible currar con la chorra fuera del pantalón del pijama, como hago en casa.
 
Yo va para 5 meses que desgraciadamente también me toco los cojones en el trabajo. De unas 25 carreras que hacía antes ahora hago en un día bueno como el de hoy 13. En un día malo, 5. Tediosas e interminables estancias en parada. Os hablo de más de 2 horas. Levantarse por las mañanas y saber que lo que espera es eso es...jodido.

Ha ber hes tu diao
 
Yo va para 5 meses que desgraciadamente también me toco los cojones en el trabajo. De unas 25 carreras que hacía antes ahora hago en un día bueno como el de hoy 13. En un día malo, 5. Tediosas e interminables estancias en parada. Os hablo de más de 2 horas. Levantarse por las mañanas y saber que lo que espera es eso es...jodido.

Ha ber hes tu diao
Joder, pero lo tuyo es algo inherente a las circunstancias que se viven ahora, no porque te de pereza ponerte en el volante, o porque te cause rechazo cualquier idea absurda que te lance tu jefe y que tú ya has tenido y puesto en práctica 2 semanas antes.
No creo que pueda ser comparable la fuerza mayor a la que tú estás sometido con la desmotivación en la que yo me encuentro.
 
Si no te gusta el trabajo, es normal que te desmotives. Jefes que no te valoran, trabajo mecánico e inútil:

Es una lata, el trabajar,
todos los días tienes que madrugar.





¡A cavar zanjas te ponía yo!
 
Joder, pero lo tuyo es algo inherente a las circunstancias que se viven ahora, no porque te de pereza ponerte en el volante, o porque te cause rechazo cualquier idea absurda que te lance tu jefe y que tú ya has tenido y puesto en práctica 2 semanas antes.
No creo que pueda ser comparable la fuerza mayor a la que tú estás sometido con la desmotivación en la que yo me encuentro.
Ya, sé que no es lo mismo, no me he querido comparar contigo sino comentar cómo yo me toco los cojones en el trabajo
 
Lo que había dicho de dormir en el trabajo es literal.

La primera ocasión porque me daba tan igual el puto trabajo en el que estaba que lo hacía. Si bien he de decir que no lo hacía y que le dieran por culo a la faena endiñándoselo a otro, no, es que literalmente podías hacerlo porque era poner en marcha una máquina que iba por ciclos de 4h o 5h, había que ponerla de noche, y si no había que hacer nada más pues para estar ganduleando por allí pues te echabas a dormir, sin más. Otras veces un compañero se traía el portátil y veíamos una o dos pelis. He de decir que siempre éramos dos personas de noche y totalmente solos, ni encargados ni nadie más. Evidentemente, no creo que hubiera estado bien visto hacer eso, pero quién te iba a descubrir si estábamos solos.

En el segundo trabajo que lo hice fue en Urgencias de La Fe, el turno de noche era de 22h a 8h y nos turnábamos para dormir, de 1h a 4h y de 4h a 7h. Teníamos sofá cama y todo. También es verdad que no estaba mal visto por nadie, era la norma, así que imaginaos, eso sí que era la auténtica saluc.
 
Honestamente, ¿os habéis tocado los huevos tanto? ¿Más? ¿Cómo terminó todo?
Después de Cazadores de Montaña, me fui a una unidad de las de tocarse los cojones.

Lo que había que hacer se aprendía en unas pocas semanas y a partir de ahí cuando no había curro (un 90% o más del tiempo) los mandos se dedicaban a ordenar gilipolleces para que pareciera que hacíamos algo o directamente para joder.
Eso aderezado con que eran unos inútiles, borrachos, no valían ni para tomar por culo y, para rematar, la puta escoria esa se creía de una clase superior.

Al año estaba hasta los mismísimos cojones por lo que un día que me crucé con el oficial que llevaba la banda de música grande le dije que era super bonito oírles, que era músico de conservatorio y blablabla.
Me respondió que era una noticia maravillosa, que me iba a pedir en comisión de servicio y me iba a llevar a su paraíso.

Mientras tanto me pasaron a la banda de guerra que había en mi unidad. Ya era una mejora considerable, estaba encuadrada en la plana del regimiento (los de las oficinas, gente relajada), sus instalaciones eran un hangar a tomar por el ojete donde nadie nos veía y nuestro jefe era un teléfono que nunca sonaba.

Me pusieron a tocar el bombo. El director de la banda, otro soldado, me explicó con un par de frases los ritmos que tenía que tocar, vio que ya era capaz de hacerlos y ahí acabó todo mi trabajo hasta el siguiente desfile.

Si cuando estaba en la compañía de fusiles mi trabajo consistía en escaquearme de la hora de deporte para meterme en la cama a ver Monstruos de río, desayunar (con cerveza) y pasarme el resto del día sin hacer prácticamente nada, en el bar o intentando estar desaparecido, en la banda ya era la hostia. Ni siquiera había que fingir que hacías deporte. En nuestro hangar había instrumentos de toda clase, sofás de cuero, una tele y videoconsolas que habían llevado los soldados, juegos de mesa, una nevera llena de Mahou, el teléfono,...

Intenté aprender a tocar todos los instrumentos que había (cajas, cornetas, flautines,...) pero molestaba a los putos catetos de mis compañeros. Ya sabía hacer mi trabajo (tocar el bombo) y no querían ruidos que les jodieran sus pachangas al Pro o sus chacharas de verdulera, en el caso de las mujeres.
La solución, adelanté el tercio de las 10:30 a las 9 y a partir de ahí el resto de la jornada alcoholizado.
Menos mal que al mes dejé la vida militar, por supuesto con el visto bueno de mis jefes para renovar contrato.

No entiendo la gentuza que siempre está pidiendo un trabajo en los que tocarse los cojones. Yo se lo daría para que comprobaran por sí mismos el infierno de estar obligado a no hacer nada y en el caso de que se encontraran bien en tal situación les daría matarile para ir depurando la rara humana de morralla.
 
Llevo en torno a 3 semanas que no paro de tocarme los cojones en el trabajo. De las 8 horas diarias de curro, dedico 2 a reuniones por videoconferencia (en calzoncillos), 15 minutos a improvisarlas, una media hora a rellenar reportes en hoja de cálculo, y otra media a correos y llamadas, el resto lo pierdo.
Es tal el nivel de desmotivación que he alcanzado, el asco que le he cogido a algunos jefes, lo poco estimulante que es lo que tengo que realizar, que no encuentro las fuerzas para ponerme con ello.
Una de las cosas que más me tiene hasta los cojones el "micromanagement" ejercido por unos jefes que predican la libertad de acción y el no entrometerse, pero que después controlan todo meticulosamente, llamadas, correos, reuniones, qué se dice, cómo se dice y cuánto es el promedio de duración óptimo de la llamada. Me toca especialmente los huevos que interfieran de forma directa en decisiones que me toca a mi tomar y den pautas a personas que están por debajo mía, saltándose el paso en el que tienen que comunicar conmigo.

En resumen, hoy he estado toda la puta mañana liado con un gilijuego de una web. Cuando me he dado cuenta eran las 2, así que he hecho mi reunión, simultáneamente he completado mis reportes, he mandado mis dos correos de rigor y a las 3 cerrando el ordenador, que es viernes.

Soy el primero al que no le gusta nada estar así, pero joder, es que la capacidad de algunos gestores en sí misma y la forma de plasmar esa nula capacidad en las decisiones estratégicas me tiene absolutamente desmotivado. Me consta que no soy el único, pero creo que sí soy el que menor implicación laboral tiene.

Honestamente, ¿os habéis tocado los huevos tanto? ¿Más? ¿Cómo terminó todo?

Guardo la esperanza de que sea algo pasajero y termine tan pronto nos reincorporemos a la oficina, pero bueno, ahí, delante de todos, es que será imposible currar con la chorra fuera del pantalón del pijama, como hago en casa.

Supongo que hablas de tu trabajo como flamante moderador de PL.
 
Tener un curro en el que tocarse los cojones es una putada, el tiempo no pasa, la sensación de inutilidad es tremenda, la frustración te invade y no hay forma de hacer que eso mejore, porque no está en tu mano.
 
Todo eso que estás diciendo me parece de un currazo de la hostia. Desde que nos mandaron a teletrabajar, la mayoría de días he trabajado la cantidad de CERO minutos.
 
Todo eso que estás diciendo me parece de un currazo de la hostia. Desde que nos mandaron a teletrabajar, la mayoría de días he trabajado la cantidad de CERO minutos.
Y supongo que, como en mi caso, todo sigue yendo del carajo. Porque esa es otra, facturamos de la hostia y va todo sobre ruedas.
 
Y supongo que, como en mi caso, todo sigue yendo del carajo. Porque esa es otra, facturamos de la hostia y va todo sobre ruedas.
Esto ya un poco menos, pero es que hay cosas contra las que no tiene mucho fuste luchar, la verdad.
 
Ya sabía hacer mi trabajo (tocar el bombo)...

Grande serdo, muy grande. Lo más heavy que he oído de eso en el ejército es a mi depto padre que estando en Las Palmas destinado hizo no sé qué y lo mandaron un mes detenido a una especie de cárcel. Cuando va y llega allí todo quisqui borracho con las puertas abiertas, putas, etc.

Cumplió el mes lo que hizo a la primera oportunidad al salir fue darle una hostia s un mando para que lo volvieran a mandar allí. Grande.

Un servidor curra como un cabrón en el puesto que estoy ahora. Pero que exagerado. En el último puesto en cambio sí que se hacían turnos para dormir por la noche. La auténtica saluc.
 
No hay nada que haría con gusto 8 horas al día (quizás dormir, lo unico) por eso es importante hacer algo que al menos no te desagrade.
Cuando alguien me comenta "No hago nada en mi trabajo" tengo la sensación que a esa persona se la van a crujir o ha de tener mucha imaginación para aguantar 8 horas sin hacer nada en una silla.

Os recomiendo esta pelicula
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Trata sobre lo absurdo que es en si trabajar, sea casi de lo que sea.
 
Última edición:
¿Y lo malo que es acostumbrarse y meterse en dinámicas de no hacer nada? Llevo en erte desde mediados de marzo, aburrido como una ostra, frustrado, sintiéndome inútil etc. Ayer mientras cogíamos un café en una gasolinera conocimos un chaval español y nos acabo ofreciendo trabajo; de las mierdas estas de cambiar baterías a las scooters eléctricas. Todo el día en la calle dando vueltas a tu puto aire. Quiero cosas que hacer y trabajar, me puse a pensarlo y ya me invadió la pereza, sobre todo al darme cuenta que gano más de mantenido que trabajando.
 
Cumplió el mes lo que hizo a la primera oportunidad al salir fue darle una hostia s un mando para que lo volvieran a mandar allí. Grande.
Es la primera persona que conozco (a parte de mí) que haya ido al castillo dos veces seguidas.

Mis dos penas se me juntaron con un fin de semana libre entre ellas.
Viernes salí de Colmenar viejo, el lunes firmé en Jaca y para Colmenar otra vez.
Por supuesto en Colmenar no les dije nada para ver la cara de sorpresa al verme aparecer 3 días después.

Cuando volví metí 100 gramos de spiz que me quedaban por ahí (yo acababa de dejar las drogas, aunque volví a despedirme de ellas esos días) y al final los tuve que tirar por el váter porque había un peso pluma al que casi le da un síncope y pretendía mantener el ritmo.

La vida en la "cárcel" es maravillosa.
Sala con futbolines, pimpón, juegos de mesa y mierdas varias, sala de TV con miles de películas, biblioteca, gente con historias interesantes, un día a la semana iban a comprar lo que encargaras (solía ser tabaco), recibías tu sueldo integro.

Recuerdo que echábamos hormigas a las arañas de la fachada para verlas cazar.

Mi novia estaba relativamente cerca y follaba más días que estando en Jaca (teníamos sala y horario de visitas).

Para mí fue de las mejores épocas, tiempo libre pero con horarios.
Aproveché para dejar el tabaco y salí casi todo el dinero sin gastar.

"No hay pena que no se cumpla ni deuda que no se salde".
 
Última edición:
Yo tengo más videoconferencias que las chicas que están en las webs porno en directo. Y también tengo más videoconferencias en las webs porno en directo.

Estoy más cómodo que dios. Con mi silla que me mandaron de la oficina a casa.
 
Última edición:
Es increíble esto. El sueño de los poetas, el día en el que las máquinas hagan el trabajo pesado y monótono de los hombres, y éstos se puedan dedicar a filosofar, al arte y la reflexión; tirado por los suelos y pisoteado. Es que la gente se aburre, no sabe que hacer, no hay medios hoy en día para hacer nada.

No podíais intentar escribir un Quijote, un Archipiélago Gulag o pintar un Velázquez, por ejemplo. No os resulta interesante estudiar la historia clásica, aprender latín para poder leer a César y a Catón en su propio idioma. Ni salir a hacer fotos y hacer un puto cursillo online de experto en fotochop o en mecánica cuántica, que hay cienes de ellos gratis en la web del MIT. No señor, qué aburrido es todo, yo quiero seguir dando vueltas al molino y que pase pronto esta pena. O a lo mejor me confundo y es que aquí hay gente que echa de menos su trabajo de pilotar cazas, descubrir la cura para el cáncer o descifrar los misterios de los agujeros negros.

Pues tienen razón los dueños del cotarro, seguid currando para producir dineros para los hamos, que ellos ya harán todo eso por vosotros. O se tocarán los cojones a dos manos, eso da igual. El ser humano merece ser esclavo, rebaño, oveja y llevar toda su vida la yunta, así que no preocuparse que pronto volverá la carrera de la rata para todos.
 
Última edición:
Después de Cazadores de Montaña, me fui a una unidad de las de tocarse los cojones.

Lo que había que hacer se aprendía en unas pocas semanas y a partir de ahí cuando no había curro (un 90% o más del tiempo) los mandos se dedicaban a ordenar gilipolleces para que pareciera que hacíamos algo o directamente para joder.
Eso aderezado con que eran unos inútiles, borrachos, no valían ni para tomar por culo y, para rematar, la puta escoria esa se creía de una clase superior.

Al año estaba hasta los mismísimos cojones por lo que un día que me crucé con el oficial que llevaba la banda de música grande le dije que era super bonito oírles, que era músico de conservatorio y blablabla.
Me respondió que era una noticia maravillosa, que me iba a pedir en comisión de servicio y me iba a llevar a su paraíso.

Mientras tanto me pasaron a la banda de guerra que había en mi unidad. Ya era una mejora considerable, estaba encuadrada en la plana del regimiento (los de las oficinas, gente relajada), sus instalaciones eran un hangar a tomar por el ojete donde nadie nos veía y nuestro jefe era un teléfono que nunca sonaba.

Me pusieron a tocar el bombo. El director de la banda, otro soldado, me explicó con un par de frases los ritmos que tenía que tocar, vio que ya era capaz de hacerlos y ahí acabó todo mi trabajo hasta el siguiente desfile.

Si cuando estaba en la compañía de fusiles mi trabajo consistía en escaquearme de la hora de deporte para meterme en la cama a ver Monstruos de río, desayunar (con cerveza) y pasarme el resto del día sin hacer prácticamente nada, en el bar o intentando estar desaparecido, en la banda ya era la hostia. Ni siquiera había que fingir que hacías deporte. En nuestro hangar había instrumentos de toda clase, sofás de cuero, una tele y videoconsolas que habían llevado los soldados, juegos de mesa, una nevera llena de Mahou, el teléfono,...

Intenté aprender a tocar todos los instrumentos que había (cajas, cornetas, flautines,...) pero molestaba a los putos catetos de mis compañeros. Ya sabía hacer mi trabajo (tocar el bombo) y no querían ruidos que les jodieran sus pachangas al Pro o sus chacharas de verdulera, en el caso de las mujeres.
La solución, adelanté el tercio de las 10:30 a las 9 y a partir de ahí el resto de la jornada alcoholizado.
Menos mal que al mes dejé la vida militar, por supuesto con el visto bueno de mis jefes para renovar contrato.

No entiendo la gentuza que siempre está pidiendo un trabajo en los que tocarse los cojones. Yo se lo daría para que comprobaran por sí mismos el infierno de estar obligado a no hacer nada y en el caso de que se encontraran bien en tal situación les daría matarile para ir depurando la rara humana de morralla.
Conozco un soldier al que enviaban a la isla de Alborán durante no se cuantos meses seguidos con la única tarea de estar ahí presente.
 
En un empresa que trabaje, en el departamento internacional de los cuatro extranjeros que estábamos solo hacia algo yo y digo algo porque conseguir clientes llevaba un infierno detrás por como funcionaba esa empresa.

El resto además de ser incapaces en su trabajo se la pasaban viendo películas y chorradas en internet, eran gente sin ninguna ambición o interés por hacer nada productivo; un holandés muy friki que había encontrado mujer online y se vino a China para casarse, un polaco ídem, un mexicano más lento que un caracol pero buen tío y un australiano viejo white trash alcoholico que estaba puesto ahí por ser amigo de correrías del dueño de la empresa en su juventud.

No hace falta decir como acabaron la empresa y los susodichos.
 
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