Leandro Gado
Veterano
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- 26 Jun 2016
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A veces, amigos o conocidos que ya apenas recuerdas te sorprenden un día con una llamada o un mensaje, con una charla amena añorando viejos tiempos y también compartiendo nuevas noticias.
A veces, también esos amigos o conocidos, te informan de su nueva y drástica situación: "Sabes Leandro!, Raquel y yo hemos tenido un niño hace poco, vamos a celebrarlo con una fiesta en un chalet alquilado, con poca gente .....y queremos que vengas".
Y por un lado piensas..."que cabrón!, si ya sabe que no me gustan los niños y las fiestas para que me invita", pero por otro lado piensas, "bueno, es solo un pseudo-bautizo, además igual el chalet tiene jakuzzi y te lo pasas bien recordando más batallitas".
El caso es que acepté gustosamente la invitación, total, ya había confianza para decir abiertamente si querías irte en cualquier momento sin tener que dar explicaciones o inventarse escusas. Sin embargo el destino ya empezó a dejar pistas de lo que iba a ser, la primera de todas, (la más clara ) al estar el chalet a tomar por el culo, lo que significaba tener que coger el coche y ser una fiesta sin alcohol para mi.
La segunda pista (la más cabrona) fue ya al intentar encontrar el puto chalet, ya que además de estar a tomar por el culo, las indicaciones que me dieron estaban mal. Algo que no se solucione con llamadas y nuevas indicaciones, pero aun así da mucho por el saco tener que memorizar desvíos, nombres de pueblos perdidos y calles sin asfaltar.
El caso es que con alguna hora de retraso al final conseguí llegar, con ganas de olvidar lo sucedido e imbuirme por completo en el evento. Y ahí, en ese momento fue cuando el destino dejo caer la tercera y última pista (la definitiva) de lo que iba a ser. Entre los invitados no había ningún amigo común mio y de los recién papás, me hallaba en una sala con una gran mesa entre unos 20 completos desconocidos, en su mayoría parejas, de los que seguramente lo único que tendrían en común conmigo era solamente conocer a los anfitriones.
Como es normal, lo primero que recibí fueron las miradas frías y analizadoras de las mujeres que allí se encontraban, algo a lo que ya estás acostumbrado como si fuese un instinto natural en ellas para detectar el peligro y que ya no das importancia. Para luego pasar directamente a las presentaciones con estrechamientos de manos, besos y nombres de los que te importan un carajo pero que en ese momento es casi de vital importancia recordar. Todo ello mientras intentas hacer memoria y recordar también por qué no han venido los amigos en común, si están ya muertos, desaparecidos o sencillamente se pelearon.
Y fue así entonces cuando recibí la primera en la cara, la pareja más cercana a mi sitio me pregunta directamente: "Tú no tienes hijos, verdad?. Por qué no?". Ya no solo la pregunta era inoportuna e incómoda, sino que además quien me la hacía era él, no ella.
Me esforcé por no decir en alto la respuesta más cortante que se me ocurrió en ese momento, pero el ataque me dejó tan sorprendido que lo único rápido y alternativo que se me ocurrió hacer fue encojerme de hombros y soltar un suave resoplido. Entonces una segunda pareja, la que tenía enfrente, tomó el relevo y también fue la parte masculina quien preguntó: "En qué trabajas?".
A esta otra pregunta si estaba preparado, y no me dio ningún pudor contestar mi putapénica situación laboral y las nulas expectativas que puedo tener siendo español en España. Quizás un poco para intentar incomodar aquellos que son muy españoles porque están viviendo muy bien en la situación actual. Pero parece que esta respuesta incómoda e inapropiada en muchos otros sitios, fue allí la clave para lograr una aceptación social por parte de los presentes.
Una de las chicas, con ganas de hablar, me dió la razón. Dejando claro que si ella hubiese sabido como iba acabar no hubiese estado 8 años estudiando derecho para nada. Otro de los presentes igual, por lo visto se ha dejado cerca de 100.000€ en sus grados y postgrados y estaba actualmente intentándolos pagar trabajando en un mcdonalls mientras echaba currículums (no es un mito lo del ingeniero español poniendo hamburguesas incluso dentro de nuestras fronteras).
Otro de los presentes intentó quitar hierro al asunto, él trabajaba en una agencia local de colocación en la que asesoraba y ayudaba mucho a la gente. Se ofreció en ese momento en ayudar al chico del mcdonalls,.....pero.....la cara de este hombre me sonaba mucho. Y hasta que dijo el sitio concreto donde trabajaba no caí en la cuenta que hace años tuve una movida con él cuando intenté entregar un currículum mio fuera de plazo....!! era el puto portero !!, el gilipollas que estaba en una mesa junto a la puerta de entrada que se dedicaba a estar ahí, coger el correo y decir a la gente que a partir de las doce no cogían currículum, que volviesen otro día aunque fuese por unos minutos.
No me reconoció en ese momento y fue un gustazo saber que además de su mujer, que ponía cara de "esto no va conmigo", yo también sabía que todo lo que estaba contando era mentira, que era un triste portero haciéndose pasar por funcionario de rango superior. Igual ni era fijo.
Otra de las parejas intentó cambiar el curso general de la conversación, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) ella, típica pareja choni que por lo visto se habían casado hace poco y estaban deseosos de enseñar fotos y contar su boda a todos. El lol vino del otro extremo de la mesa, cuando un chico empezó a preguntar con cierta sorna y cachondeo por los gastos o lo que había costado el bodorrio. Entonces el marido se puso a la defensiva que con lo que han sacado de vender el gimnasio ( por lo visto tenían uno que cerraron ) daba para la boda y crear otro nuevo negocio exitoso. No sabía cual, pero estaba seguro que iría muy bien y ganaría mucho.
Acto seguido empezó una especie de linchamiento a preguntas contra este otro chico del otro lado de la mesa. Por lo visto trabajaba en Londres en un puesto fijo allí, con una novia española que se supone que no había podido venir porque estaba estudiando para algún tipo de oposición inglesa. Evidentemente el escarnio vino por el tema del Brexit y que se estaba inventando la existencia de la novia. Y al principio esos ataques tenían su gracia, pero poco a poco se perdía y pasaba a ser una situación incómoda (lo poco gusta pero mucho ofende).
Aquí la pareja anfitriona fue lista y cambió el tema de conversación, principalmente sobre el chalet, lo bonito que era y poco que costaba alquilarlo. Pero sin querer aquí abrió una caja de truenos, ya que se empezó hablar sobre la vivienda. Lo que costaba antes y ahora. Quitando al chico de Londres y otra pareja, ninguno de los presentes teníamos un piso en propiedad (Y la pareja porque lo habían heredado). Y la conversación pasó a ser una especie de compendio sobre lo mal que vamos a vivir en comparación con nuestros padres.
De esta nueva conversación hubo unanimidad sobre lo mal que vamos a vivir ahora en comparación. Es cierto que no había nadie allí con los años suficiente de sentirse identificados y defender una contrapostura generacional, pero estoy seguro que aun así no podría haber hecho nada, la resolución fue unánime y se podría resumir en un: vamos a tener sueldos mas bajos, vamos a tener peores condiciones, la comida va a ser de peor calidad y vamos a estar toda la vida pagando por bienes e inmuebles que ni son nuestros hasta que paguemos el último céntimo, etc....
En ese momento sentía desasosiego, sorpresa y un pequeño pesimismo atroz, estaba siendo testigo en primera persona de una mesa de debate en la que no solamente se cumplían los peores tópicos generacionales, sino que además la negatividad se desbordaba a medida que pasaba el tiempo.
Llegado a ese extremo me dije: "Que diablos!" y cogí la primera cerveza. Pero no sin antes decir al anfitrion: "Todo se va a la mierda......y parece que a nadie le importa".
A veces, también esos amigos o conocidos, te informan de su nueva y drástica situación: "Sabes Leandro!, Raquel y yo hemos tenido un niño hace poco, vamos a celebrarlo con una fiesta en un chalet alquilado, con poca gente .....y queremos que vengas".
Y por un lado piensas..."que cabrón!, si ya sabe que no me gustan los niños y las fiestas para que me invita", pero por otro lado piensas, "bueno, es solo un pseudo-bautizo, además igual el chalet tiene jakuzzi y te lo pasas bien recordando más batallitas".
El caso es que acepté gustosamente la invitación, total, ya había confianza para decir abiertamente si querías irte en cualquier momento sin tener que dar explicaciones o inventarse escusas. Sin embargo el destino ya empezó a dejar pistas de lo que iba a ser, la primera de todas, (la más clara ) al estar el chalet a tomar por el culo, lo que significaba tener que coger el coche y ser una fiesta sin alcohol para mi.
La segunda pista (la más cabrona) fue ya al intentar encontrar el puto chalet, ya que además de estar a tomar por el culo, las indicaciones que me dieron estaban mal. Algo que no se solucione con llamadas y nuevas indicaciones, pero aun así da mucho por el saco tener que memorizar desvíos, nombres de pueblos perdidos y calles sin asfaltar.
El caso es que con alguna hora de retraso al final conseguí llegar, con ganas de olvidar lo sucedido e imbuirme por completo en el evento. Y ahí, en ese momento fue cuando el destino dejo caer la tercera y última pista (la definitiva) de lo que iba a ser. Entre los invitados no había ningún amigo común mio y de los recién papás, me hallaba en una sala con una gran mesa entre unos 20 completos desconocidos, en su mayoría parejas, de los que seguramente lo único que tendrían en común conmigo era solamente conocer a los anfitriones.
Como es normal, lo primero que recibí fueron las miradas frías y analizadoras de las mujeres que allí se encontraban, algo a lo que ya estás acostumbrado como si fuese un instinto natural en ellas para detectar el peligro y que ya no das importancia. Para luego pasar directamente a las presentaciones con estrechamientos de manos, besos y nombres de los que te importan un carajo pero que en ese momento es casi de vital importancia recordar. Todo ello mientras intentas hacer memoria y recordar también por qué no han venido los amigos en común, si están ya muertos, desaparecidos o sencillamente se pelearon.
Y fue así entonces cuando recibí la primera en la cara, la pareja más cercana a mi sitio me pregunta directamente: "Tú no tienes hijos, verdad?. Por qué no?". Ya no solo la pregunta era inoportuna e incómoda, sino que además quien me la hacía era él, no ella.
Me esforcé por no decir en alto la respuesta más cortante que se me ocurrió en ese momento, pero el ataque me dejó tan sorprendido que lo único rápido y alternativo que se me ocurrió hacer fue encojerme de hombros y soltar un suave resoplido. Entonces una segunda pareja, la que tenía enfrente, tomó el relevo y también fue la parte masculina quien preguntó: "En qué trabajas?".
A esta otra pregunta si estaba preparado, y no me dio ningún pudor contestar mi putapénica situación laboral y las nulas expectativas que puedo tener siendo español en España. Quizás un poco para intentar incomodar aquellos que son muy españoles porque están viviendo muy bien en la situación actual. Pero parece que esta respuesta incómoda e inapropiada en muchos otros sitios, fue allí la clave para lograr una aceptación social por parte de los presentes.
Una de las chicas, con ganas de hablar, me dió la razón. Dejando claro que si ella hubiese sabido como iba acabar no hubiese estado 8 años estudiando derecho para nada. Otro de los presentes igual, por lo visto se ha dejado cerca de 100.000€ en sus grados y postgrados y estaba actualmente intentándolos pagar trabajando en un mcdonalls mientras echaba currículums (no es un mito lo del ingeniero español poniendo hamburguesas incluso dentro de nuestras fronteras).
Otro de los presentes intentó quitar hierro al asunto, él trabajaba en una agencia local de colocación en la que asesoraba y ayudaba mucho a la gente. Se ofreció en ese momento en ayudar al chico del mcdonalls,.....pero.....la cara de este hombre me sonaba mucho. Y hasta que dijo el sitio concreto donde trabajaba no caí en la cuenta que hace años tuve una movida con él cuando intenté entregar un currículum mio fuera de plazo....!! era el puto portero !!, el gilipollas que estaba en una mesa junto a la puerta de entrada que se dedicaba a estar ahí, coger el correo y decir a la gente que a partir de las doce no cogían currículum, que volviesen otro día aunque fuese por unos minutos.
No me reconoció en ese momento y fue un gustazo saber que además de su mujer, que ponía cara de "esto no va conmigo", yo también sabía que todo lo que estaba contando era mentira, que era un triste portero haciéndose pasar por funcionario de rango superior. Igual ni era fijo.
Otra de las parejas intentó cambiar el curso general de la conversación, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) ella, típica pareja choni que por lo visto se habían casado hace poco y estaban deseosos de enseñar fotos y contar su boda a todos. El lol vino del otro extremo de la mesa, cuando un chico empezó a preguntar con cierta sorna y cachondeo por los gastos o lo que había costado el bodorrio. Entonces el marido se puso a la defensiva que con lo que han sacado de vender el gimnasio ( por lo visto tenían uno que cerraron ) daba para la boda y crear otro nuevo negocio exitoso. No sabía cual, pero estaba seguro que iría muy bien y ganaría mucho.
Acto seguido empezó una especie de linchamiento a preguntas contra este otro chico del otro lado de la mesa. Por lo visto trabajaba en Londres en un puesto fijo allí, con una novia española que se supone que no había podido venir porque estaba estudiando para algún tipo de oposición inglesa. Evidentemente el escarnio vino por el tema del Brexit y que se estaba inventando la existencia de la novia. Y al principio esos ataques tenían su gracia, pero poco a poco se perdía y pasaba a ser una situación incómoda (lo poco gusta pero mucho ofende).
Aquí la pareja anfitriona fue lista y cambió el tema de conversación, principalmente sobre el chalet, lo bonito que era y poco que costaba alquilarlo. Pero sin querer aquí abrió una caja de truenos, ya que se empezó hablar sobre la vivienda. Lo que costaba antes y ahora. Quitando al chico de Londres y otra pareja, ninguno de los presentes teníamos un piso en propiedad (Y la pareja porque lo habían heredado). Y la conversación pasó a ser una especie de compendio sobre lo mal que vamos a vivir en comparación con nuestros padres.
De esta nueva conversación hubo unanimidad sobre lo mal que vamos a vivir ahora en comparación. Es cierto que no había nadie allí con los años suficiente de sentirse identificados y defender una contrapostura generacional, pero estoy seguro que aun así no podría haber hecho nada, la resolución fue unánime y se podría resumir en un: vamos a tener sueldos mas bajos, vamos a tener peores condiciones, la comida va a ser de peor calidad y vamos a estar toda la vida pagando por bienes e inmuebles que ni son nuestros hasta que paguemos el último céntimo, etc....
En ese momento sentía desasosiego, sorpresa y un pequeño pesimismo atroz, estaba siendo testigo en primera persona de una mesa de debate en la que no solamente se cumplían los peores tópicos generacionales, sino que además la negatividad se desbordaba a medida que pasaba el tiempo.
Llegado a ese extremo me dije: "Que diablos!" y cogí la primera cerveza. Pero no sin antes decir al anfitrion: "Todo se va a la mierda......y parece que a nadie le importa".