Un adorno del carácter

stavroguin 11

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14 Oct 2010
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Empezaré con una alegoría: noche veraniega perfecta; a través de la ventana abierta nos llega el rumor apagado de las olas, nuestro cerebro aun se recrea en las impresiones del día, calientes cual hogaza recién horneada, el sueño nos vence lentamente, pero antes de caer en él notamos una pequeña molestia. Empieza por un zumbido casual en la oreja no apoyada en la almohada. Luego, de súbito, una comezón en cualquier lugar de la piel no cubierta por las sábanas; sigue un zumbido más fuerte. Nos rendimos a la evidencia: un puto mosquito acaba de arruinarnos la noche. Encendemos varias veces la luz sin localizarlo, no tenemos insecticida a mano, nos tapamos con la sábana hasta el cuero cabelludo, pero al menos despiste, zumbido y picotazo. Acabamos por localizarlo en la cabecera y lo aplastamos de un golpe seco, dejando una asquerosa mancha de sangre en la pared.

Un buen amigo hace esa función en las reuniones sociales que lo incluyen. Empiezo por decir que, aparte de la peculiaridad que lo adorna y que ahora voy a relatar, es un tipo intachable. Generoso, preocupado cuando uno está enfermo o no da señales de vida una temporada, buen padre, marido, hijo y amigo, he compartido mesa y mantel rodeado de toda su familia en bastantes ocasiones señaladas, y nunca se me ocurriría prescindir de su amistad. No tiene malicia, no es interesado, no molesta conscientemente, no es tóxico, cotilla ni avaricioso.

El defecto que posee es éste: en las reuniones que hacemos periódicamente entre cuatro o cinco amigos, empieza muy bien, alegre, ingenioso y buen conversador. Pero en un momento dado, le entra arena en el engranaje y hace lo siguiente: se obsesiona con una idea fija y la repite una y otra vez, hasta el hastío y la náusea más profunda. En una ocasión, paseando por Portugal después de comernos un buen bacalao, se le metió en la quijotera la idea de comprarse una gorra, y nos obligó a recorrer un mercadillo durante más de dos horas, parando en todos los puestos, probándose docenas de ellas y marchándose sin comprar ninguna. En otra se empeñó en que un dolor brusco en el talón le impedía caminar, y lo repitió docenas de veces como un autómata, arruinando lo que estaba siendo un perfecto día de playa.

Al principio la cosa me desquiciaba, si bien siempre tuve el autocontrol suficiente para no explotar con un comentario destemplado. Luego me acostumbré a oirlo como quien oye llover, contestando cualquier tontería a su reiteración insufrible. Finalmente, llegó el sentido del humor, al comentarlo con otro amigo, con el que llegué a perder un envite: aposté a que la monomanía no pasaría de 35, pero llegó a repetir 47 veces que un lunar del brazo derecho se estaba poniendo más oscuro y le picaba con el sol.

Como tengo algún conocimiento de Psiquiatría, llegué a pensar que podía ser un transtorno obsesivo, pero no tiene ningún rasgo más que refuerce esa teoría. Simplemente, es una peculiaridad de su personalidad, por lo demás muy rica en virtudes, que aflora en momentos concretos: reuniones entre amigos, cuando lleva un rato habiendo buen ambiente y al resto de la gente le resultaría inoportuno o imposible marcharse y perderse su actuación.

Si quieren contar sus historias de esas personas que conocen, buena gente pero con un defectillo insufrible, este hilo puede ser un buen sitio.
 
Última edición:
Parece usted un buen tipo. De esos amables sin maldad ni cambios bruscos de humor. Apacible cual brisa marina acariciando la cresta de las olas.

Ha expuesto un fabuloso tema en este hilo. Muy original y atractivo.

Yo cuando conocí este foro le habrían dicho hijodeputa. Pero esto esta un poco raro, quien sabe donde llegará esta innovadora idea propuesta por usted.
 
aposté a que la monomanía no pasaría de 35, pero llegó a repetir 47 veces que un lunar del brazo derecho se estaba poniendo más oscuro y le picaba con el sol.

architect-matrix.jpg


En mi soberbia creí haber creado un sistema perfecto, sin embargo este sujeto anómalo me hace replantearme la raíz misma de la perfección. Es, sin duda, un error del sistema.
 
Parece usted un buen tipo. De esos amables sin maldad ni cambios bruscos de humor. Apacible cual brisa marina acariciando la cresta de las olas.

Ha expuesto un fabuloso tema en este hilo. Muy original y atractivo.

Yo cuando conocí este foro le habrían dicho hijodeputa. Pero esto esta un poco raro, quien sabe donde llegará esta innovadora idea propuesta por usted.

Que te calle, hijo de la gran puta.
 
¿No habéis probado a desconectarlo?



Desconectarlo de una buena hostia, digo.
 
No recuerdo haber estado en Portugal.
Y sí, en la vida real me parezco a su hamijo imaginario, pero sin pasar de treinta repeticiones.
Apadrínelo como forero. Entelequia tendrá otro amigüito para dirimir gilipolleces en tono solemne.
Hijo de puta, doc.
 
Qué bien escribe, ¡caramba!

Solo por LOL, ¿han probado a meterle alguna idea para que entre en bucle? Quiero decir, un día cualquiera insistirle en algo trivial para que cortocircuite y ver si es capaz de llegar a más de 50 (100 ó 200) repeticiones de aquello. Si bien que ese día todo el mundo le mira mal, o que su vestimenta le hace una arruga rara en la espalda, o qué se yo.

De hacerlo, documéntelo convenientemente y postéelo por aquí, pl0x.
 
Hombre, peculiaridades del carácter tenemos todos. Todos tenemos algo particular que a los demás puede molestar.
Pero bueno, el primero que se me viene a la cabeza es un amigo que cumple una serie de horarios con puntualidad nazi. El tipo come a las 14.30 de la tarde y bajo ningún concepto le vas a ver antes comiendo. Ya sea que sale tu avión a las 4 y tienes que organizarte y comer antes, pues no señor, el tipo o no come o come a las 14.30 aunque sea una lata de anchoas en el autobús. Su horario para las cenas es a las 21.30. Cuando quedábamos para una barbacoa o para cenar por ahí era acojonante ver como hacía paripés en plan: tengo que ir al servicio, voy a ir a comprar no se que... Y verle aparecer a las 14.30 en punto. Hace mucho le preguntamos que qué Cojones pasaba y dijo el que era por una medicación que tomaba, cosa que desmintió tiempo después.
Era un descojone viajar con él porque su obsesión le llevaba a comer a las 14.30 hora española ya estuviese en Inglaterra o en Ucrania. Hace un par de años fue a Malasia, a saber a que puta hora comía allí.
También había rotura de engranajes en su coco con los cambios de hora de invierno y verano, se tiraba una temporada con el antiguo horario y al mes o así lo cambiaba por el nuevo.
 
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Hombre, peculiaridades del carácter tenemos todos. Todos tenemos algo particular que a los demás puede molestar.
Pero bueno, el primero que se me viene a la cabeza es un amigo que cumple una serie de horarios con puntualidad nazi. El tipo come a las 14.30 de la tarde y bajo ningún concepto le vas a ver antes comiendo. Ya sea que sale tu avión a las 4 y tienes que organizarte y comer antes, pues no señor, el tipo o no come o come a las 14.30 aunque sea una lata de anchoas en el autobús. Su horario para las cenas es a las 21.30. Cuando quedábamos para una barbacoa o para cenar por ahí era acojonante ver como hacía paripés en plan: tengo que ir al servicio, voy a ir a comprar no se que... Y verle aparecer a las 14.30 en punto. Hace mucho le preguntamos que qué Cojones pasaba y dijo el que era por una medicación que tomaba, cosa que desmintió tiempo después.
Era un descojone viajar con él porque su obsesión le llevaba a comer a las 14.30 hora española ya estuviese en Inglaterra o en Ucrania. Hace un par de años fue a Malasia, a saber a que puta hora comía allí.
También había rotura de engranajes en su coco con los cambios de hora de invierno y verano, se tiraba una temporada con el antiguo horario y al mes o así lo cambiaba por el nuevo.
Un tarado del demonio. I´m lovin it. :137
silviojoserescatado_2.jpg
 
Es raro que alguien sea una persona estupenda en casi todos los sentidos y que luego tenga una tara tan horrorosa que joda el conjunto. Sobre todo porque esa tara va a destacar aun mas que en una persona menos virtuosa.

Yo también tuve una hamija que, siendo medio normal, también entraba en bucles raros. Lo peor es que lo hacia en tiendas con los dependientes, y estos en la mayor parte, le seguían el juego, por la cosa de que el cliente siempre tiene la razón y si te van a comprar algo caro, aguantas la misma chapa las veces que haga falta.
 
Yo tengo una personalidad completamente compulsiva. Como me dé por una cosa, la exploto al máximo hasta la náusea mi familia y amigos me odian por ello.
En el resto de aspectos soy prácticamente igual de insufrible para los que me rodean.
 
Mi hijo pequeño es un tocapelotas de esos. Ayer, a la hora de comer no quería ver la patrulla canina en la tele porque la había puesto su hermano. A la hora de la cena, como le tocaba a él elegir, puso la patrulla canina. Le pregunta su hermano que por qué ahora si y a mediodía no, porque la querías ver tú le dijo. Por tocar las pelotas, con 4 años el cabrón.
 
Mi hijo pequeño es un tocapelotas de esos. Ayer, a la hora de comer no quería ver la patrulla canina en la tele porque la había puesto su hermano. A la hora de la cena, como le tocaba a él elegir, puso la patrulla canina. Le pregunta su hermano que por qué ahora si y a mediodía no, porque la querías ver tú le dijo. Por tocar las pelotas, con 4 años el cabrón.

¿Y tu no sabes para que se han inventado las hostias como panes?
 
¿Y tu no sabes para que se han inventado las hostias como panes?

Quién ha dicho que no haya cobrado lo suyo? Por tocar un poco las pelotas tampoco le voy a dar dos hostias, pero por otras cosas más gordas o acumulación de cosas pequeñas si que se las lleva puestas.
 
Empezaré con una alegoría: noche veraniega perfecta; a través de la ventana abierta nos llega el rumor apagado de las olas, nuestro cerebro aun se recrea en las impresiones del día, calientes cual hogaza recién horneada, el sueño nos vence lentamente, pero antes de caer en él notamos una pequeña molestia. Empieza por un zumbido casual en la oreja no apoyada en la almohada. Luego, de súbito, una comezón en cualquier lugar de la piel no cubierta por las sábanas; sigue un zumbido más fuerte. Nos rendimos a la evidencia: un puto mosquito acaba de arruinarnos la noche. Encendemos varias veces la luz sin localizarlo, no tenemos insecticida a mano, nos tapamos con la sábana hasta el cuero cabelludo, pero al menos despiste, zumbido y picotazo. Acabamos por localizarlo en la cabecera y lo aplastamos de un golpe seco, dejando una asquerosa mancha de sangre en la pared.

Un buen amigo hace esa función en las reuniones sociales que lo incluyen. Empiezo por decir que, aparte de la peculiaridad que lo adorna y que ahora voy a relatar, es un tipo intachable. Generoso, preocupado cuando uno está enfermo o no da señales de vida una temporada, buen padre, marido, hijo y amigo, he compartido mesa y mantel rodeado de toda su familia en bastantes ocasiones señaladas, y nunca se me ocurriría prescindir de su amistad. No tiene malicia, no es interesado, no molesta conscientemente, no es tóxico, cotilla ni avaricioso.

El defecto que posee es éste: en las reuniones que hacemos periódicamente entre cuatro o cinco amigos, empieza muy bien, alegre, ingenioso y buen conversador. Pero en un momento dado, le entra arena en el engranaje y hace lo siguiente: se obsesiona con una idea fija y la repite una y otra vez, hasta el hastío y la náusea más profunda. En una ocasión, paseando por Portugal después de comernos un buen bacalao, se le metió en la quijotera la idea de comprarse una gorra, y nos obligó a recorrer un mercadillo durante más de dos horas, parando en todos los puestos, probándose docenas de ellas y marchándose sin comprar ninguna. En otra se empeñó en que un dolor brusco en el talón le impedía caminar, y lo repitió docenas de veces como un autómata, arruinando lo que estaba siendo un perfecto día de playa.

Al principio la cosa me desquiciaba, si bien siempre tuve el autocontrol suficiente para no explotar con un comentario destemplado. Luego me acostumbré a oirlo como quien oye llover, contestando cualquier tontería a su reiteración insufrible. Finalmente, llegó el sentido del humor, al comentarlo con otro amigo, con el que llegué a perder un envite: aposté a que la monomanía no pasaría de 35, pero llegó a repetir 47 veces que un lunar del brazo derecho se estaba poniendo más oscuro y le picaba con el sol.

Como tengo algún conocimiento de Psiquiatría, llegué a pensar que podía ser un transtorno obsesivo, pero no tiene ningún rasgo más que refuerce esa teoría. Simplemente, es una peculiaridad de su personalidad, por lo demás muy rica en virtudes, que aflora en momentos concretos: reuniones entre amigos, cuando lleva un rato habiendo buen ambiente y al resto de la gente le resultaría inoportuno o imposible marcharse y perderse su actuación.

Si quieren contar sus historias de esas personas que conocen, buena gente pero con un defectillo insufrible, este hilo puede ser un buen sitio.
Tanto presumir de yate y tanta polla y luego no tienes para un triste bote de insecticida.
 
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Pero Curro, hombre, no te quedes mirando el dedo... Mira un poco más allá. Vendrá Stavroguin y dirá que precisamente ese es el adorno de tu carácter.:lol:

Me temo que los amigos vienen en pack y no hay ninguno perfecto. Si quieres tener amigos, te tienes que quedar con el conjunto, si te pones a seleccionar te quedarás sin amigos. Que es otra opción.
 
yo tengo un colega que lo que has dicho, es un tio de puta madre, alegre, siempre dispuesto a ayudarte en lo que sea, el unico que felicita el cumpleaños teniendo la fecha de nacimiento mal puesta aposta en el facebook, porque se acuerda...

pero llegado el tercer cubata, le da la girada.

se transforma en un tio que lo unico que hace es intentar meter mierda entre nosotros, incluso entre cada uno y su pareja.

los primeros años, provoco que varios de nosotros estuvieramos al limite de currarnos estando de copas, hasta que ya nos dimos cuenta de que era este el que se tornaba en un "master of puppets" cuando le daba al alpiste, imagino que porque le divertia o noseque.

a mi un dia me la lio parda, estabamos en un bar tranquilamente, hablando de que un amigo habia roto con su novia porque era celosa de dar miedo, y le suelta a mi novia "y a ti no te molesta que a este le este llamando Gloria cada dos semanas?"

Y claro, yo no se lo habia dicho lo de que me llamaba y el lo sabia.

Ese dia, no le mate la cabeza a palos con el cenicero que habia en la barra porque me trincaron entre dos.

Al dia siguiente todo eran perdones y lo sientos

yo he llegado a un punto que pienso que en realidad, debajo de ese barniz de buena gente, el es asi de hijoputa de verdad, y que cuando bebe, se desinhibe y se comporta como el cabron que es
 
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Me temo que los amigos vienen en pack y no hay ninguno perfecto. Si quieres tener amigos, te tienes que quedar con el conjunto, si te pones a seleccionar te quedarás sin amigos. Que es otra opción.

Será más bien que "amigos" hay muy pocos por no decir casi ninguno. O tu acaso tragas con cualquier merluzo pensando que así no estaras sola?
 
yo he llegado a un punto que pienso que en realidad, debajo de ese barniz de buena gente, el es asi de hijoputa de verdad, y que cuando bebe, se desinhibe y se comporta como el cabron que es
El alcohol desactiva cualquier tipo de policía que ponga freno a nuestro cerebro reptiliano. Así que si su amiguito se comporta como un hijo de puta cuando va cocido...
 
Qué bien escribe, ¡caramba!

Solo por LOL, ¿han probado a meterle alguna idea para que entre en bucle? Quiero decir, un día cualquiera insistirle en algo trivial para que cortocircuite y ver si es capaz de llegar a más de 50 (100 ó 200) repeticiones de aquello. Si bien que ese día todo el mundo le mira mal, o que su vestimenta le hace una arruga rara en la espalda, o qué se yo.

De hacerlo, documéntelo convenientemente y postéelo por aquí, pl0x.

Creo que prefiero no tentar a la suerte y dejar que entre en barrena él mismo. La paciencia y el sentido de la coña marinera también tienen un límite.

Durante algún tiempo pensé que podría ser una reacción rara al alcohol, pero en las fiestas con su familia bebe más que con los amigos y no entra en el bucle. Curioso que siempre lo haga en unas circunstancias que nos obligan a soportarlo al menos un par de horas sin posibilidad de fuga, como si nos mandase un trágala que no podemos evitar. La verdad es que en pleno fenómeno es peor que llevar el camión de Darkiano colgado de los cojones, y de no ser estas reuniones bastante espaciadas (4-5 cada año) sí que me plantearía algún tipo de distanciamiento.

Pero Curro, hombre, no te quedes mirando el dedo... Mira un poco más allá. Vendrá Stavroguin y dirá que precisamente ese es el adorno de tu carácter.:lol:

El adorno del carácter de Curro, que comparte con otro forero granadino es, principalmente, que es un poco imbécil. Como dice el dictador Trujillo en la pluma de Vargas Llosa: "Eso solo puede haberlo hecho un traidor o un imbécil. Ojalá sea un traidor, son mucho menos dañinos".
 
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Yo tengo un buen amigo, compañero, maestro. Primero fue maestro, luego compañero, y ahora amigo.Y le quiero mucho, la verdad. Digo que le quiero porque le quiero. Le tengo mucha paciencia, le perdono sus barbaridades, y me alegra verle cada día. Aunque por la noche me haya ido mandándole al carajo. Hasta un tirón de pelos le dí un día al pobre, de sus cuatro pelillos... Que se lo ganó, ahora os explico. A mí si se me muere ese hombre, me da algo. Por eso sé que le quiero. Es un genio, no para, nunca. Cuando creo que ya no hay nada que hacer, él se saca una nueva estrategia de la manga, y si está todo perdido, lo salva. Y no sólo eso, no es lo profesional, es que me mata de risa, tiene un personajismo, una rapidez mental, una mala hostia... Es imprescindible para mí. Y va por ahí andando con energía de quinceañero a sus cincuenta y siete añazos. Es que anda como un pandillero juvenil. Yo le veo andar y ya me entra la risa.
Pero hete aquí que es un pervertido.
Esto puede resultar gracioso a veces, yo me muero casi siempre, porque es que es saleroso como él solo, y cuando le pido por favor que se deje de guarradas, le echa la culpa a su calva. Dice que la culpa de su cerdez la tiene la calva, que por la calva le entran los íncubos y los súcubos.
Pero a veces se pasa.
Si toma licores se pone muy pesado. A mí en público me avergüenza. Se pone a comentar a voz en grito, que tiene una voz que se le oye en dos kilómetros a la redonda. Y dos veces se ha sacado la cola. La primera me quedé de piedra y la siguiente fue cuando le tiré de sus cuatro pelillos.
Pero con snuestro otro compañero, hombre, muy bestia, igual. Bueno, con éste se desnudó del todo, como un niño. Y le cayó una buena golpisa, al pobre. Bueno, al pobre... ¡Es que ya está bien!
Luego al día siguiente, por muy dura que sea la cogorza que se ha pillado, está ahí, el primero. Peleón e hiperactivo. Y le perdonas, siempre, inevitablemente. Y hasta le quieres un poquito más.
Ayer se enfadó un poco conmigo porque me hablaba de dieciseisañeras, y yo le dije que no, que por favor no, y que como le vea con una de dieciséis me da algo, que no y que no. Que de veintialgo bueno, pero menos no. Y protestaba todo pequeñajo como es, levantaba la cabeza desafiante y me espetaba "¡Que tú nada más que quieres viejas para mí!"
 
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