Art Vandelay
Veterano
- Registro
- 21 Oct 2017
- Mensajes
- 1.587
- Reacciones
- 2.475
Ay Dios mío, me recuerda esto que nos pasa a una atracción de feria de cuando yo era pequeña. Y me subía tan contenta y bajaba magullado y había gente que se la llevaba la ambulancia. Se llamaba la olla.
Era una plataforma y te subían ahí con un monton de gente, se elevaba unos 6 metros y la sacudian de aquí para allá y cuando todos estábamos rebozados por el suelo llenos de cardenales (alguno paralítico) ya lo paraban
No se podía encontrar alegoría más exacta que ilustre mejor lo que es la vida, una feria llena de mierdas (que prometen felisitat pero en realidat son mazo peligrosas) en las que nos embarcamos con ánimo aventurero, jolgórico y emprendedor, con cierto espíritu victorioso y valiente, y de los cuales salimos a menudo (si salimos) magullados, con algún diente de menos y con el rabo (ya solo faltaba que fuese el de un tal Alfonso) entre las piernas.
Pero no hablemos de la vida.
Hablemos de la Feria, de las atracciones que nos molieron bien a hostias y que ayudaron a imprimir en nuestros selebros un poco más de retraso, y que existían altaneras, inafectables e impasibles y virtuosamente al margen de las - hoy- más elementales medidas de seguridad (safety-security que bien dicen los ingleses).
Sin duda una más de las tantas luces de aquella España esplendorosa, llena de virtudes, hecha para hombres y que hoy tan lejos nos queda.
Una de los aspectos con los que jugaba La Olla ( Dakilla por favor completa tu cruento testimonio de tu experiencia en La Olla y a cuántas amigas/neuronas perdiste en tal trance) era el del terror psicológico a distancia. Muy de lejos podías oír un repiqueteo de baquetas con cada sacudida que daba a entender sin ningún género de dudas que a aquellos desgraciados los estaban además friendo.
(Ese tío es clavaíto a Macs Demian xd xd-insertar tuneo aquí-)
Y la gente que se intentaba salvar. Se cogían de espaldas a los bordes de la olla, o se asían entre ellos muchos con el propósito de arrimar cebolleta y así y por lo menos no perder el viaje, y era entonces cuando el cani que estaba a los mandos se endemoniaba y ponía la sartén en modo frenético y ya empezaban a oírse los gritos de horror y desesperación de los penitentes desde más allá del más allá. Y es que aquello se ponía que no era ninguna broma.
Una variante de La Olla era El Barco Pirata, donde los canis junior de tu pueblo y el mío aprendían física recreativa pagando un tícket y algún diente, moraos que duraban un mes y que obligaban a requisarle a la abuela el Trombocid.
En el Barco el cani vestido de pirata con loro que estaba a los mandos te encerraba con tus hamijos y algún Alfonso de la vida en una de las dos cancelas que había a los extremos de la nave y la atracción constaba de disfrutar de un brutal y repetitivo movimiento pendular (si podía ser que no fuera el alfonsino) tratando de evitar morir aplastado todo el tiempo que durase una canción bakaladera de moda. Compruebo con gran pena que hoy la gente va sentada, incluso atada.
Creerme lo que os digo:
La Feria era una Prueba de Fuego; se salía de allí hecho un hombre o un guiñapo.
Post dedicado a @Alfonso.
@Alfonso regístrate.
¿Con qué os hostiábais vosotros?