eyaculeitorpower
Novato de mierda
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- 20 Mar 2006
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El diario El Mundo ha acusado a Berraj y a Afallah de trabajar para la Policía y para el CNI y nadie ha demandado al diario El Mundo por denunciarlo.
El confidente Cartagena ha acusado a la policía de inventarse historias y a El Tunecino y a Berraj de trabajar para la Policía, y nadie le ha denunciado ni ha pedido que se dedujera su testimonio. Es más, creo que mantiene su condición de testigo protegido.
Zapatero aseguró que sabía de un suicida que jamás apareció y nadie le pregunta por la persona que le informó del supuesto suicida.
Mesquida prometió que no se tardaría en conocer la autoría de la profanación de la tumba de Torronteras y nadie le exige a Rubalcaba que informe al respecto.
Las sentencias deprecian al Skoda como prueba y nadie le exige que investigue porqué, para qué y cómo apareció.
Bermúdez se asombró de que se desguazaran los trenes dos días después de la masacre y no adoptó iniciativa alguna al respecto.
En contra de cualquier tratado de Derechos Humanos se expulsa a Siria a Basel Ghalyoun y nadie hace nada.
Los TEDAX de Madrid aseguran que revisaron los trenes en cuatro ocasiones y nadie se pregunta cómo no encontraron la mochila de Vallecas ni tampoco les acusa de negligencia culposa.
Tampoco nadie denuncia por negligencia culposa los policías que según la versión oficial decidieron trasladar por medio Madrid la Kangoo con algo que según ellos podía estallar.
Uno de los dos periodistas que más y mejor ha investigado la masacre asegura que un año antes del 11-M un importante miembro del CNI le pidió que investigara una peluquería de Lavapiés y nadie pregunta por el importante miembro del CNI que cuando el 11-M aseguró al mismo periodista que había sido ETA.
Se publica que Acebes encontró un mapa del Corredor del Henares en la mesa de su despecha –mapa que sólo pudo ser colocado la noche anterior y antes de que volaran los trenes- y Acebes no lo desmiente ni pregunta por las personas que pudieron colocarle el mapa.
Nos contaron mil modos de llegar a Leganés y nadie pregunta por qué mintieron.
Fernando Múgica publica que policías de Alcalá vieron una tarjeta de la Corporación Mondragón en el salpicadero de la Kangoo, y los policías de Alcalá ni lo niegan ni ño afirman ni demandan a Múgica.
Nos hablan de un confidente que escuchó amenazas de Ternera, el confidente no aparece y nadie le pregunta por la historia al policía que en la misma mañana del once de marzo de 2004 trasladó a Madrid la trola del confidente del que nunca más se supo.
Podría seguir. Todo lo que han leído está en la versión oficial. Son hechos probados.
¿Necesitamos más para dudar del
11-M entira ?
El confidente Cartagena ha acusado a la policía de inventarse historias y a El Tunecino y a Berraj de trabajar para la Policía, y nadie le ha denunciado ni ha pedido que se dedujera su testimonio. Es más, creo que mantiene su condición de testigo protegido.
Zapatero aseguró que sabía de un suicida que jamás apareció y nadie le pregunta por la persona que le informó del supuesto suicida.
Mesquida prometió que no se tardaría en conocer la autoría de la profanación de la tumba de Torronteras y nadie le exige a Rubalcaba que informe al respecto.
Las sentencias deprecian al Skoda como prueba y nadie le exige que investigue porqué, para qué y cómo apareció.
Bermúdez se asombró de que se desguazaran los trenes dos días después de la masacre y no adoptó iniciativa alguna al respecto.
En contra de cualquier tratado de Derechos Humanos se expulsa a Siria a Basel Ghalyoun y nadie hace nada.
Los TEDAX de Madrid aseguran que revisaron los trenes en cuatro ocasiones y nadie se pregunta cómo no encontraron la mochila de Vallecas ni tampoco les acusa de negligencia culposa.
Tampoco nadie denuncia por negligencia culposa los policías que según la versión oficial decidieron trasladar por medio Madrid la Kangoo con algo que según ellos podía estallar.
Uno de los dos periodistas que más y mejor ha investigado la masacre asegura que un año antes del 11-M un importante miembro del CNI le pidió que investigara una peluquería de Lavapiés y nadie pregunta por el importante miembro del CNI que cuando el 11-M aseguró al mismo periodista que había sido ETA.
Se publica que Acebes encontró un mapa del Corredor del Henares en la mesa de su despecha –mapa que sólo pudo ser colocado la noche anterior y antes de que volaran los trenes- y Acebes no lo desmiente ni pregunta por las personas que pudieron colocarle el mapa.
Nos contaron mil modos de llegar a Leganés y nadie pregunta por qué mintieron.
Fernando Múgica publica que policías de Alcalá vieron una tarjeta de la Corporación Mondragón en el salpicadero de la Kangoo, y los policías de Alcalá ni lo niegan ni ño afirman ni demandan a Múgica.
Nos hablan de un confidente que escuchó amenazas de Ternera, el confidente no aparece y nadie le pregunta por la historia al policía que en la misma mañana del once de marzo de 2004 trasladó a Madrid la trola del confidente del que nunca más se supo.
Podría seguir. Todo lo que han leído está en la versión oficial. Son hechos probados.
¿Necesitamos más para dudar del
11-M entira ?