Cuando era adolescente, estuve con una de mi pandilla con la que me enrollaba ocasionalmente, y novio en un pueblo cercano, al que ponía los cuernos conmigo; tenía un cuerpazo, del que todavía me acuerdo. Bien, me dijo que recordaba que, desde los cinco años, se masturbaba. Lo cual me recordó a lo que había leído acerca de los fetos (masculinos), que en el seno materno se tocan la pirindola. Ella era exclusivamente de pajas, y muy bien ejecutadas; nada más antes del matrimonio. La florecita, que decía un amigo; por no hablar de toda la literatura decimonónica y actual.
Su novio la llamaba llorando. Me propuso salir; me negué, pero seguí disfrutando de sus excelsas pajas (no: masturbaciones, atributos, hacer el amor, etc.). Creo que gustaba sinceramente, y me sometía a cuestiones tales como si, ante un embarazo con malformación del feto, yo estaría a favor de tenerlo; por supuesto que no, le dije. Recordaba la conversación de 'Seven' entre los personajes de Freeman y Pitt, cuando éste le cuenta que su novia está embarazada.
Su novio la llamaba llorando. Me propuso salir; me negué.
[Hará unos meses leí 'Armadale', de Wilkie Collins -lo peor que he leído de ese genio adicto al láudano-, y ya aparece un médico de mujeres: esto es, ginecólogo, abortista y recomponedor de virginidades, en la época victoriana. La novela es de la década de los '40 del XIX, si no recuerdo mal.]
Por supuesto, a las mujeres después de ella (fueran rollos ocasionales o novias más o menos formales) les preguntaba, y con insistencia, acerca de si se masturbaban, y desde cuándo. Algunas admitían abiertamente que desde jóvenes; otras -las más- que "nunca" (pfff).
En fin.
N.D.S.D.V.