Muy mona esta última. Le sobra el tatuaje (de mierda) y los labios recauchutados. Por lo demás, me parece perfecta: morena de carita guapa y preciosa sonrisa, culete proporcionado y redondo, pechos medianos y bonitos, y cuerpo en general de muy buen ver.
Además, me pone cardíaco la pelusilla de la sobaquina. ¡Uff! A una así me entran ganas de quitarle todo el desodorante y todo el sudor de la axila a lametazos. Por alguna razón, estas jovencitas flaquitas con pelusilla bajo el brazo me ponen a mil. Cuando vi en el cine Érase una vez en Hollywood, la axila peludita de Margaret Qualley me provocó una erección que no me cabía en los pantalones. Tarantino sabe de fetichismos (y no solo de fetichismo de pies).