El Real Valladolid alcanzó nuevas cotas de miseria futbolística en A Malata, en un partido cargado de patetismo en el estuvo siempre a merced del Racing de Ferrol y sin capacidad alguna para plantar cara. La habitual mala versión visitante de este nefasto Pucela de Paulo Pezzolano sufrió un empeoramiento evidente con una derrota por 2-0 que compromete gravemente el futuro inmediato del técnico uruguayo. El Real Valladolid está obligado a reaccionar con un cambio urgente en el banquillo para tratar de encontrar alguna vía para luchar por el ascenso. La situación de Pezzolano es ya insoportable para afrontar el tramo decisivo y la directiva que preside Ronaldo Nazário debe actuar sin dilación.
El partido fue vergonzoso desde el inicio. Pezzolano se decantó esta vez por dos 'nueves' en la alineación del Pucela, con la vuelta de Mamadou Sylla tras su sanción ante el Real Zaragoza y la continuidad en el once del recuperado Marcos André, toda una declaración de intenciones... fallida. El experimentó resultó un fiasco porque Marcos André no respondió y vagó por el césped antes de su cambio en el descanso. El damnificado por cuestiones de dosificación fue el extremo Stipe Biuk. Iván Sánchez volvió a escorarse a la banda derecha tras la permuta por dentro la jornada anterior. En el Racing de Ferrol, Cristóbal Parralo dio carrete a Sergio Cubero en el lateral derecho en lugar de Julián Delmás y Jon García entró en el eje de la zaga por Álex Martín, dos variaciones de carácter defensivo para tratar de reparar las grietas recientes. Los gallegos llevaban seis jornadas sin ganar, pero este calamitoso Real Valladolid les dio toda clase de facilidades para recuperar la sonrisa.