Me estoy follando a una VIEJA. No me arrepiento.

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Tras leer el relato, me quedo ene especial con: que descojone acabo de pillar. no podía continuar con la lectura
le puse mis cascos de cancelación de ruido (unos JBL de puta madre relación calidad precio, por cierto)
 
Lleva a foreros y le cobras una tarifa de 10 céntimos la embestida. Con lo que saques le puedes pagar un tanga nuevo.

Me lo he imaginado con una visera de contable apuntando en una libreta el numero de embestidas de una nutrida selección de gordicalvos infraseres foriles y me ha dado el lol.
 
Nunca va a pasar, no os hagáis ilusiones.
Si la vendo, no será a alguien del foro.
El dinero supongo que me lo quedaría yo, no? Es parte de la gracia.
Llevo días rumiando la posibilidad de contactar y probar con algún africano, o con un par a la vez, pero no se como encaja eso con la petición de que sea "sano y limpio"
 
Nunca va a pasar, no os hagáis ilusiones.
Si la vendo, no será a alguien del foro.
El dinero supongo que me lo quedaría yo, no? Es parte de la gracia.
Llevo días rumiando la posibilidad de contactar y probar con algún africano, o con un par a la vez, pero no se como encaja eso con la petición de que sea "sano y limpio"
Estas cosas, o se hacen bien, o no se hacen; organiza aqui una rifa y el que quiera darle rabadamen que se apunte.
 
Nunca va a pasar, no os hagáis ilusiones.
Si la vendo, no será a alguien del foro.
El dinero supongo que me lo quedaría yo, no? Es parte de la gracia.
Llevo días rumiando la posibilidad de contactar y probar con algún africano, o con un par a la vez, pero no se como encaja eso con la petición de que sea "sano y limpio"

No es por ferrisizar el hilo pero, se la ofrecerías a @Ferris ?
 
Bueno, os dije que se veía una de las buenas, y aquí está. El finde ha sido intenso con trio rocambolesco de por medio. Llevaba gestionando la situación desde que me contactó de nuevo el pavo con el que hicimos el primer tío hace un año (lo llamaré Bunbury por su parecido). Y hemos repetido el finde, pero con sainete y circo.

El jueves le di un toque por teléfono. Le dije que tenía muchísimas ganas de soltar el grumo y que me apetecía dentro de ella. Le dije que se pasase por mi casa o que iba yo a la suya. No todo sale siempre bien, y al final la vida y sus rutinas se imponen. Pero en esta ocasión tampoco salió del todo mal. Me dice que no puede inmediatamente , que ha quedado con una amiga y que tienen entradas para no se qué gilipollez del teatro. Que si eso se pasa sobre las 12 por mi casa y se abre de patas. Tentador, pero yo me levanto a currar muy pronto y estoy cachondo, quiero soltarlo ya. Le digo que no se preocupe, que me apaño yo solo, pero que el finde la quiero dispuesta.

Me dice que me compensará de cualquier manera, que hará lo que sea. Y entonces se me ilumina. "¿Oye, sabes que me debes una por lo de tu amiga la divorciada? Yo también quiero ofrecerte a alguien"
Silencio. "¿A quien?". Su voz la delata. He despertado MUCHO su curiosidad.
"¿Qué más te da? No necesitas saberlo, confía en mí"
"Bueno, vale, pero se bueno eh. " Voz cerda y tono de guarra. Como le molan a la putilla los jueguecitos estos. " Que esté sano y sea limpio, a poder ser".
"A poder ser" le vacilo. Se ríe campechanamente.
"Me pongo a ello pues"
"Si, a tus órdenes" responde. Es todo lo que necesito. Ya está el pacto hecho. Tengo vía libre para todo lo demás. "De momento reservame el finde a mi, pásalo bien en el teatro" digo en tono de burla. "Cabron" dice. Y colgamos.

El viernes quedé con la vieja directamente en el hotel ese para amantes al que vamos a veces. El del jacuzzi y los divanes. Acudía cada uno por su cuenta. Llegamos pronto, sobre las 19:00. Ella estaba ya ahí, había pillado habitación y todo. Seguía pensando que iba a follar conmigo, pero venía de gala, imagino que para compensar el rechazo del jueves. Llevaba sus ligueros azules y toda la lencería cara. Iba maquillada y engalanada con sus joyas horteras. Mejor, iba de diez.
Me senté a su lado y le dije que iba muy cerda y que me estaban dando ganas de mancillarla, pero que no iba a poder ser, porque hoy era el día.
Me preguntó que que cojones pasaba y le dije que hoy teníamos invitados y que la iba a ofrecer.
"¿Hoy?¿Ya?" Estaba sorprendida y vi que la pillé con el pie cambiado." ¿Y con quién?"
Le dije que ya habíamos acordado que no tendría por qué saberlo, que confiase en mi. Y saque la bolsa con todos los trastos para empezar a prepararla. Asintió. Ya se interpretar cada estímulo de su cuerpo. Su lógica de auto preservación física, la que primaría en estas situaciones en cualquier persona, clamaba a gritos que no, pero su chocho se imponía pidiendo ser entregada como ofrenda en ritual. Preguntó que como lo ibamos hacer y empecé a sacar las cosas.
Sentí tanto asco como admiración por esa mujer, que se entregaba a mi en la totalidad de su existencia, confiandome la decision de ofrecer su cuerpo a un desconocido. La empecé a atar con cuidado. Llevaba las bridas del finde del pueblo, que todavía sobraban. Tengo que comprarme unas esposas o algo para la próxima, porque eso es un coñazo. Se las dejé bastante sueltas para que no le rozaran y tuviera margen. Le bese los brazos, baje por su pecho y por las piernas. Le lami los muslos y respire, de rodillas, frente a su coño, que estaba tapado por si lenceria. Tuve que contenerme. Bajé besando hasta los pies, y los até con varias bridas entre ellos. Jadeaba y tenía la respiración entrecortada.
Tendría que haber traído unos palos o algo para ponerla en cruz, pero bueno, para la próxima. No caí antes. Cada vez me resulta más curioso el rollo este de las ataduras. Le dije que ella iba a estar a cuatro en la cama, y que solo se movería si yo se lo pedía. Asintió. Luego le dije que era una pena que no se le fuese a ver la cara, porque estaba sexy hoy. Mentira, es una vieja mediocre de cara mediocre marcada por la edad. Su rostro no vale nada sin su potentísimo cuerpo. Pero su orgullo se hinchó. No es una mujer que necesite alagos ni sentirse querida. Eso es para otras. Pero estábamos jugando, y jugar a que ella es una dama ultrajada nos gusta a los dos.
Nos besamos y le puse uno de sus tangas que tenía por mi casa en la boca a modo de mordaza. No apreté mucho porque igual hacía falta quitárselo. Después le puse mis cascos de cancelación de ruido (unos JBL de puta madre relación calidad precio, por cierto). Después el antifaz, y por último una totebag de tela cutre de publi que tenía por casa, con un agujero para la boca/nariz. Le até las dos asas de la totebag por debajo de la barbilla.
Era un espectáculo perverso y patético. Una casi sexuagenaria, vestida de furcia, a cuatro en un hotel de adúlteros, con una bolsa en la cabeza, esperando a ser ofrecida por su amante de casi treinta años menos a un desconocido. Esta mujer es sin duda la hembra definitiva, la súcubo final, la reina de las zorras.
Me preparé un copazo y esperé. Me senté en la silla frente a la cama, viéndola de frente. Estaba a cuatro, con las tremendas bubas pretas entre el sostén y la cama. Estaba a punto de perder el control cuando me llamó nuestro amigo el Bunbury al móvil. Le dije el número de habitación y salí a esperarlo al pasillo.
Lo vi aparecer con una bolsa del mercadona llena de latas de birra (detalle que se agradece) y pintas de ir algo pasado. Nos dimos la mano y le recordé lo que habíamos hablado los días de antes: nada de hablar ni de hacer ruidos, nada de usar el culo de la vieja, que le estaba vetado y me lo reservo yo, y nada de quitarse el condon.
El tío iba con ganas porque entró a la habitación desabrochándose la camisa y la bragueta. Vio a la vieja a cuatro, en silencio, en la cama, ya dispuesta. La anterior vez, cuando hicimos el trio, el tío estaba acojonado. Yo también, porque era la primera vez que me veía en una de esas.
Mientras el tío se desnudaba, me acerque al culo de la vieja, lo acarice con cariño, para que sintiese que estaba ahí para ella y que ella estaba ahí por mi. Y le aparte el tanga a un lado de la nalga. Se abría la veda. Me pille una cervecita y me fui al sillón, a verlo todo en buen ángulo.
Bunbury se hizo un moñito para recogerse el pelo y se lanzó como un macaco. Le metió la cabeza entre las nalgas a la vieja como un desesperado y empezó a chuparle el chochamen desde atrás.
La señora dio un bote y pareció asustarse. Me levanté y me acerqué a su cabeza. Agarre su embolsada testa y la prete contra mi cintura, con dulzura y firmeza. Mi rabo tieso bajo mi pantalón se preto contra su cara. La tuve un rato así, mientras se calmaba. Entiendo que el primer momento tiene que ser un shock. Podría haber estado follándosela Ferris o el dandy de Barcelona, imaginaos. Pero confió en mi y se fue relajado. Empece a notar su saliva mojando el saco y me aparté. Dejé a Bunbury hacer y volví a sentarme.
Cada poco sacaba su cabeza entre el enorme culo de mi señora, cada vez más empapado entre saliva y flujos vaginales. Me hizo un gesto de "okey" desde detrás del voluminoso cuerpo de la vieja. El tío estaba disfrutando y la vieja, por sus convulsiones, también. Todo marchaba. Me empecé a pajear mirando fijamente las lolas de mi hembra moverse. En una de esas salidas a la superficie, Bunbury se puso recto, se enfundó y se la clavo a la vieja. Por el impetu y el gemido de la vieja pensé que había sido por el culo y me alarmé, pero no, todo en orden. Le dio de lo suyo. La vieja gemía amordazada debajo de la bolsa. El chaval se estaba esforzando. Cada penetración era como una puñalada, secas y directas a sus entrañas. Ella también aguantaba bien. Estaba disfrutando.
En una de esas, el Bunbury se corrió. Aguantó el gemido, aunque hizo algo de ruido. La vieja se giró en la medida en la que su estado se lo permitía. Pensé que igual lo había reconocido, pero no, solo había sido un instinto ante lo ocurrido. El tío iba a tope, y sin perder el tiempo se amorró al chocho de mi trofeo de nuevo. Mientras, se quitó el condón y se puso otro. Me corto un poco el rollo el fijarme en eso, pero queria asegurarme de que cumplía su parte.
Y volvió a la carga sin perder un ápice de energía. No se si iría sobrevitaminado o venía así de serie, pero juega en mi liga. Es buen fichaje.
Y siguió, siguo, y siguió hasta su segunda corrida.
Esa vez el tío cayó rendido en la cama. La vieja se mantuvo en la misma posición, en pompa.
Bunbury se incorporó y me hizo el gesto de echar un piti, sin decir nada. Asentí, y se vistió de manera apresurada y bajó a la calle.
Aproveche el momento para chequear a la puerca, que seguía inmóvil, como un gato cubierto por una manta. Después de echar el pestillo, me acerqué a su cara, me puse a su altura, y le levanté el saco. Estaba sudando a chorros. Le levanté el antifaz y nos miramos a los ojos. Eran pura bruma febril. Estaba en otro planeta. Le pregunté que si le estaba gustando, apretó el tanga que tenía entre los dientes, asintiendo. Llevaba el maquillaje corrido y el pelo aplastado por la cara. Se lo aparte y le lami el sudor del rostro. Suda como una adolescente y huele a puro sexo. Todavía no le ha llegado el olor a senectud que podréis imaginar. Le lami las mejillas, el cuello y el canalillo y volví a mirarle fijamente a los ojos: "lo estás haciendo muy bien, aguanta un poco más". Jamás somos cariñosos ni nos mostramos afecto, pues no existe, pero esa ficción lo requería. Toque en alguna tecla porque empezó a patalear y estirar las bridas. Quería ser montada de nuevo. "Buena yegua" sentencié. Me encanta tratarla como una montura, la verdad.
Le recoloque el auricular que había perdido, le baje el antifaz, le puse la totebag de nuevo, y me aparte de ella. Salí de la habitación y bajé a hablar con el colega.
El tío estaba sentado en la acera de enfrente echándose un piti, con la camisa a medio cerrar.
"Bestial tío, surrealista" me dijo. No cabía en si mismo. Me preguntó cosas sobre como nos habíamos conocido, o que clase de relación teníamos, o que cuántos años tenía ella, o que si siempre hacíamos cosas así. Respondí a lo que me apetecio y como quise.
Le dije que tenía que acabar la faena y que ella merecía acabar, que hasta que ella no se corriese, el no se iba. Dijo que sin problema y se levantó enérgicamente para volver al ruedo. Cuando entramos en la habitación la vieja se había abierto completamente de patas y el culo estaba más en pompa aún. Bunbury se bajó el pantalón, y sin quitárselo, rebusco entre sus cosas y se puso otro condon, y empezó de nuevo. Pasado el rato, le dio la vuelta a la vieja y la puso boca arriba, con las piernas en alto. Por la pose, pensé que le estaría dando justo en el punto débil de la señora, así que decidí unirme.
Me quite la ropa y me subí a la cama. La vieja, boca arriba, recibio gustosa mis huevos en su cara. Le quité la mordaza y me la meti en mi boca. Le baje con violencia el sujetador mientras ella me recorría el escroto y la zona perianal, desparramando sus ubres gigantescas.
Estuvimos así un rato y ella se corrió violentamente. Empezó a arquear la espalda y a subir los pechos, despegando el culo de la cama y levantándolo, expulsándo a nuestro invitado de su interior. Yo le prete los huevos contra la cabeza mientras gemía en pleno orgasmo. Bunbury retrocedió hasta la silla y creo que se corrió ahí.
La vieja dejó de convulsionar. Me levanté y me fui al sillón.
"Ya está" dije en alto. Bunbury lo capto, no sin cierta decepción, y comenzó a vestirse. Cogió sus cosas, recogió sus condones que estaban por ahí tirados y se piró por donde había venido.
Me iba a dar la mano al salir pero se dio cuenta de que nos habíamos estado tocando los rabos cada uno, así que hubo un momento Soy un bujarra, qué le voy a hacer bastante ridículo, la verdad.
Así que chao, hasta la vista.
Ya solos, me acerqué al despojo de hembra que yacía inerte en la cama. Le quité el saco, le quité el antifaz, le quité los cascos. Me miró con cara de ida.
"Bien? "Dije.
Asintió. Yo seguí pajeándome mirándola tirada en la cama..
Cuando estuvo más recompuesta, me preguntó que quien era. Le dije que no tenía por qué saberlo, y que nunca se lo iba a decir. Y a la tía se la sopló, increíble. No sabe, ni sabrá, si fue Bunbury, un moro, un negro, un colega mío o un discapacitado. Bueno, y que recibio buena mandanga, una cosa no quita la otra.
Y entonces me dejó perplejo. Me pregunta:
"¿Le has cobrado?"

Coño, ahí me pilló un poco descolocado. Adivine en su cara que esperaba un "si". Pero no le di tiempo a replicar. La enganche del pelo sudoroso y le arrastre la cabeza hasta mi polla, medio morcillona y dormida. Se la puse dura dentro de su boca y le intenté partir todos los empastes. Me corrí con violencia intentando llegarle a los pulmones y luego la empuje de nuevo contra la cama. Puta guarra como se reía con su risa de vieja.
Después le dije que se lavase bien en el jacuzzi, y dormimos acurrucados, sin volver a hablar. A la mañana siguiente, me levanté temprano, que tenía partido con los colegas ,y la dejé ahí medio somnolienta.
Tenía un mensaje del Bunbury diciéndome que quiere repetir. La experiencia va directa al top 5 de nuestros polvos, y eso que yo solo me folle su boca. Pero todo el envoltorio, todo el acto, la perfeormance, espectacular. Absolutamente espectacular. Además se abre una puerta maravillosa, que es la de ofrecer a la vieja privada de sentidos. Y eso implica que si me lo monto bien, igual puedo poner a una hembra a comerle el desagüe sin que ella sea consciente .Arriesgado, pero tentador.

La semana que viene la vieja vuelve a mí casa a vivir otra temporada antes de acabar su baja.

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El relato es bizarro hasta el cielo...eso si a mi me quitas del relato porque yo no me focko carne de tercera.
 
@VRC de nuevo llevando las cotas de la perversión a niveles aún más altos y lejanos.

Los foreros admirando semejante despliegue de vértigo en el alma.
 
El relato es bizarro hasta el cielo...eso si a mi me quitas del relato porque yo no me focko carne de tercera.
Va hablar de "carnes" el que se papea hamburguesas en las gasolineras Repsol. :lol:
Para poderte permitir ese tonito aristocrático al menos deberías dejar de ser virgen para enterarte un mínimo que trata ese hilo y dejar de masturbarte en el chat de Terra con maricones con nick de chica.
 
Va hablar de "carnes" el que se papea hamburguesas en las gasolineras Repsol. :lol:
Para poderte permitir ese tonito aristocrático al menos deberías dejar de ser virgen para enterarte un mínimo que trata ese hilo y dejar de masturbarte en el chat de Terra con maricones con nick de chica.

Necesitas urgentemente meter una paliza en la puerta del Bioparc. Relaja un poco, hombre.
 
Noooo. No ferrisicemos el hilo.

Lo mejor del relato, sin duda, lo de terminar e irase a jugar al fútbol con los colegas :121::121: @VRC, es Ud. un grande, tiene lo que quiere y lo disfruta. Enhorabuena, y siga contándolo por aquí.
 
Necesitas urgentemente meter una paliza en la puerta del Bioparc. Relaja un poco, hombre.
Necesito que un mongolo que muy posiblemente a sus cuarenta largos no ha catado muller deje de hacerse el exquisito y hezperto de mierda sin entender además que este hilo va de bizarradas y fetichismos con guarras sin importar físico o edad.

Eso es lo que necesito que no llene con sus complejos, taras, desconocimiento del tema y necesidad de casito joda este hilazo
 
Sólo me falta un dato dentro de ese sublime relato. En esos auriculares con cancelación de ruido... ¿estaba puesta Karina? ¿Burzum? ¿Bela Bartok?
 
Este hilo es una mina, bueno eso no que tiene fin, es algo más, es un agujero negro que aplasta y seduce a la vez.
Mi enhorabuena.
 
Bueno, os dije que se veía una de las buenas, y aquí está. El finde ha sido intenso con trio rocambolesco de por medio. Llevaba gestionando la situación desde que me contactó de nuevo el pavo con el que hicimos el primer tío hace un año (lo llamaré Bunbury por su parecido). Y hemos repetido el finde, pero con sainete y circo.

El jueves le di un toque por teléfono. Le dije que tenía muchísimas ganas de soltar el grumo y que me apetecía dentro de ella. Le dije que se pasase por mi casa o que iba yo a la suya. No todo sale siempre bien, y al final la vida y sus rutinas se imponen. Pero en esta ocasión tampoco salió del todo mal. Me dice que no puede inmediatamente , que ha quedado con una amiga y que tienen entradas para no se qué gilipollez del teatro. Que si eso se pasa sobre las 12 por mi casa y se abre de patas. Tentador, pero yo me levanto a currar muy pronto y estoy cachondo, quiero soltarlo ya. Le digo que no se preocupe, que me apaño yo solo, pero que el finde la quiero dispuesta.

Me dice que me compensará de cualquier manera, que hará lo que sea. Y entonces se me ilumina. "¿Oye, sabes que me debes una por lo de tu amiga la divorciada? Yo también quiero ofrecerte a alguien"
Silencio. "¿A quien?". Su voz la delata. He despertado MUCHO su curiosidad.
"¿Qué más te da? No necesitas saberlo, confía en mí"
"Bueno, vale, pero se bueno eh. " Voz cerda y tono de guarra. Como le molan a la putilla los jueguecitos estos. " Que esté sano y sea limpio, a poder ser".
"A poder ser" le vacilo. Se ríe campechanamente.
"Me pongo a ello pues"
"Si, a tus órdenes" responde. Es todo lo que necesito. Ya está el pacto hecho. Tengo vía libre para todo lo demás. "De momento reservame el finde a mi, pásalo bien en el teatro" digo en tono de burla. "Cabron" dice. Y colgamos.

El viernes quedé con la vieja directamente en el hotel ese para amantes al que vamos a veces. El del jacuzzi y los divanes. Acudía cada uno por su cuenta. Llegamos pronto, sobre las 19:00. Ella estaba ya ahí, había pillado habitación y todo. Seguía pensando que iba a follar conmigo, pero venía de gala, imagino que para compensar el rechazo del jueves. Llevaba sus ligueros azules y toda la lencería cara. Iba maquillada y engalanada con sus joyas horteras. Mejor, iba de diez.
Me senté a su lado y le dije que iba muy cerda y que me estaban dando ganas de mancillarla, pero que no iba a poder ser, porque hoy era el día.
Me preguntó que que cojones pasaba y le dije que hoy teníamos invitados y que la iba a ofrecer.
"¿Hoy?¿Ya?" Estaba sorprendida y vi que la pillé con el pie cambiado." ¿Y con quién?"
Le dije que ya habíamos acordado que no tendría por qué saberlo, que confiase en mi. Y saque la bolsa con todos los trastos para empezar a prepararla. Asintió. Ya se interpretar cada estímulo de su cuerpo. Su lógica de auto preservación física, la que primaría en estas situaciones en cualquier persona, clamaba a gritos que no, pero su chocho se imponía pidiendo ser entregada como ofrenda en ritual. Preguntó que como lo ibamos hacer y empecé a sacar las cosas.
Sentí tanto asco como admiración por esa mujer, que se entregaba a mi en la totalidad de su existencia, confiandome la decision de ofrecer su cuerpo a un desconocido. La empecé a atar con cuidado. Llevaba las bridas del finde del pueblo, que todavía sobraban. Tengo que comprarme unas esposas o algo para la próxima, porque eso es un coñazo. Se las dejé bastante sueltas para que no le rozaran y tuviera margen. Le bese los brazos, baje por su pecho y por las piernas. Le lami los muslos y respire, de rodillas, frente a su coño, que estaba tapado por si lenceria. Tuve que contenerme. Bajé besando hasta los pies, y los até con varias bridas entre ellos. Jadeaba y tenía la respiración entrecortada.
Tendría que haber traído unos palos o algo para ponerla en cruz, pero bueno, para la próxima. No caí antes. Cada vez me resulta más curioso el rollo este de las ataduras. Le dije que ella iba a estar a cuatro en la cama, y que solo se movería si yo se lo pedía. Asintió. Luego le dije que era una pena que no se le fuese a ver la cara, porque estaba sexy hoy. Mentira, es una vieja mediocre de cara mediocre marcada por la edad. Su rostro no vale nada sin su potentísimo cuerpo. Pero su orgullo se hinchó. No es una mujer que necesite alagos ni sentirse querida. Eso es para otras. Pero estábamos jugando, y jugar a que ella es una dama ultrajada nos gusta a los dos.
Nos besamos y le puse uno de sus tangas que tenía por mi casa en la boca a modo de mordaza. No apreté mucho porque igual hacía falta quitárselo. Después le puse mis cascos de cancelación de ruido (unos JBL de puta madre relación calidad precio, por cierto). Después el antifaz, y por último una totebag de tela cutre de publi que tenía por casa, con un agujero para la boca/nariz. Le até las dos asas de la totebag por debajo de la barbilla.
Era un espectáculo perverso y patético. Una casi sexuagenaria, vestida de furcia, a cuatro en un hotel de adúlteros, con una bolsa en la cabeza, esperando a ser ofrecida por su amante de casi treinta años menos a un desconocido. Esta mujer es sin duda la hembra definitiva, la súcubo final, la reina de las zorras.
Me preparé un copazo y esperé. Me senté en la silla frente a la cama, viéndola de frente. Estaba a cuatro, con las tremendas bubas pretas entre el sostén y la cama. Estaba a punto de perder el control cuando me llamó nuestro amigo el Bunbury al móvil. Le dije el número de habitación y salí a esperarlo al pasillo.
Lo vi aparecer con una bolsa del mercadona llena de latas de birra (detalle que se agradece) y pintas de ir algo pasado. Nos dimos la mano y le recordé lo que habíamos hablado los días de antes: nada de hablar ni de hacer ruidos, nada de usar el culo de la vieja, que le estaba vetado y me lo reservo yo, y nada de quitarse el condon.
El tío iba con ganas porque entró a la habitación desabrochándose la camisa y la bragueta. Vio a la vieja a cuatro, en silencio, en la cama, ya dispuesta. La anterior vez, cuando hicimos el trio, el tío estaba acojonado. Yo también, porque era la primera vez que me veía en una de esas.
Mientras el tío se desnudaba, me acerque al culo de la vieja, lo acarice con cariño, para que sintiese que estaba ahí para ella y que ella estaba ahí por mi. Y le aparte el tanga a un lado de la nalga. Se abría la veda. Me pille una cervecita y me fui al sillón, a verlo todo en buen ángulo.
Bunbury se hizo un moñito para recogerse el pelo y se lanzó como un macaco. Le metió la cabeza entre las nalgas a la vieja como un desesperado y empezó a chuparle el chochamen desde atrás.
La señora dio un bote y pareció asustarse. Me levanté y me acerqué a su cabeza. Agarre su embolsada testa y la prete contra mi cintura, con dulzura y firmeza. Mi rabo tieso bajo mi pantalón se preto contra su cara. La tuve un rato así, mientras se calmaba. Entiendo que el primer momento tiene que ser un shock. Podría haber estado follándosela Ferris o el dandy de Barcelona, imaginaos. Pero confió en mi y se fue relajado. Empece a notar su saliva mojando el saco y me aparté. Dejé a Bunbury hacer y volví a sentarme.
Cada poco sacaba su cabeza entre el enorme culo de mi señora, cada vez más empapado entre saliva y flujos vaginales. Me hizo un gesto de "okey" desde detrás del voluminoso cuerpo de la vieja. El tío estaba disfrutando y la vieja, por sus convulsiones, también. Todo marchaba. Me empecé a pajear mirando fijamente las lolas de mi hembra moverse. En una de esas salidas a la superficie, Bunbury se puso recto, se enfundó y se la clavo a la vieja. Por el impetu y el gemido de la vieja pensé que había sido por el culo y me alarmé, pero no, todo en orden. Le dio de lo suyo. La vieja gemía amordazada debajo de la bolsa. El chaval se estaba esforzando. Cada penetración era como una puñalada, secas y directas a sus entrañas. Ella también aguantaba bien. Estaba disfrutando.
En una de esas, el Bunbury se corrió. Aguantó el gemido, aunque hizo algo de ruido. La vieja se giró en la medida en la que su estado se lo permitía. Pensé que igual lo había reconocido, pero no, solo había sido un instinto ante lo ocurrido. El tío iba a tope, y sin perder el tiempo se amorró al chocho de mi trofeo de nuevo. Mientras, se quitó el condón y se puso otro. Me corto un poco el rollo el fijarme en eso, pero queria asegurarme de que cumplía su parte.
Y volvió a la carga sin perder un ápice de energía. No se si iría sobrevitaminado o venía así de serie, pero juega en mi liga. Es buen fichaje.
Y siguió, siguo, y siguió hasta su segunda corrida.
Esa vez el tío cayó rendido en la cama. La vieja se mantuvo en la misma posición, en pompa.
Bunbury se incorporó y me hizo el gesto de echar un piti, sin decir nada. Asentí, y se vistió de manera apresurada y bajó a la calle.
Aproveche el momento para chequear a la puerca, que seguía inmóvil, como un gato cubierto por una manta. Después de echar el pestillo, me acerqué a su cara, me puse a su altura, y le levanté el saco. Estaba sudando a chorros. Le levanté el antifaz y nos miramos a los ojos. Eran pura bruma febril. Estaba en otro planeta. Le pregunté que si le estaba gustando, apretó el tanga que tenía entre los dientes, asintiendo. Llevaba el maquillaje corrido y el pelo aplastado por la cara. Se lo aparte y le lami el sudor del rostro. Suda como una adolescente y huele a puro sexo. Todavía no le ha llegado el olor a senectud que podréis imaginar. Le lami las mejillas, el cuello y el canalillo y volví a mirarle fijamente a los ojos: "lo estás haciendo muy bien, aguanta un poco más". Jamás somos cariñosos ni nos mostramos afecto, pues no existe, pero esa ficción lo requería. Toque en alguna tecla porque empezó a patalear y estirar las bridas. Quería ser montada de nuevo. "Buena yegua" sentencié. Me encanta tratarla como una montura, la verdad.
Le recoloque el auricular que había perdido, le baje el antifaz, le puse la totebag de nuevo, y me aparte de ella. Salí de la habitación y bajé a hablar con el colega.
El tío estaba sentado en la acera de enfrente echándose un piti, con la camisa a medio cerrar.
"Bestial tío, surrealista" me dijo. No cabía en si mismo. Me preguntó cosas sobre como nos habíamos conocido, o que clase de relación teníamos, o que cuántos años tenía ella, o que si siempre hacíamos cosas así. Respondí a lo que me apetecio y como quise.
Le dije que tenía que acabar la faena y que ella merecía acabar, que hasta que ella no se corriese, el no se iba. Dijo que sin problema y se levantó enérgicamente para volver al ruedo. Cuando entramos en la habitación la vieja se había abierto completamente de patas y el culo estaba más en pompa aún. Bunbury se bajó el pantalón, y sin quitárselo, rebusco entre sus cosas y se puso otro condon, y empezó de nuevo. Pasado el rato, le dio la vuelta a la vieja y la puso boca arriba, con las piernas en alto. Por la pose, pensé que le estaría dando justo en el punto débil de la señora, así que decidí unirme.
Me quite la ropa y me subí a la cama. La vieja, boca arriba, recibio gustosa mis huevos en su cara. Le quité la mordaza y me la meti en mi boca. Le baje con violencia el sujetador mientras ella me recorría el escroto y la zona perianal, desparramando sus ubres gigantescas.
Estuvimos así un rato y ella se corrió violentamente. Empezó a arquear la espalda y a subir los pechos, despegando el culo de la cama y levantándolo, expulsándo a nuestro invitado de su interior. Yo le prete los huevos contra la cabeza mientras gemía en pleno orgasmo. Bunbury retrocedió hasta la silla y creo que se corrió ahí.
La vieja dejó de convulsionar. Me levanté y me fui al sillón.
"Ya está" dije en alto. Bunbury lo capto, no sin cierta decepción, y comenzó a vestirse. Cogió sus cosas, recogió sus condones que estaban por ahí tirados y se piró por donde había venido.
Me iba a dar la mano al salir pero se dio cuenta de que nos habíamos estado tocando los rabos cada uno, así que hubo un momento Soy un bujarra, qué le voy a hacer bastante ridículo, la verdad.
Así que chao, hasta la vista.
Ya solos, me acerqué al despojo de hembra que yacía inerte en la cama. Le quité el saco, le quité el antifaz, le quité los cascos. Me miró con cara de ida.
"Bien? "Dije.
Asintió. Yo seguí pajeándome mirándola tirada en la cama..
Cuando estuvo más recompuesta, me preguntó que quien era. Le dije que no tenía por qué saberlo, y que nunca se lo iba a decir. Y a la tía se la sopló, increíble. No sabe, ni sabrá, si fue Bunbury, un moro, un negro, un colega mío o un discapacitado. Bueno, y que recibio buena mandanga, una cosa no quita la otra.
Y entonces me dejó perplejo. Me pregunta:
"¿Le has cobrado?"

Coño, ahí me pilló un poco descolocado. Adivine en su cara que esperaba un "si". Pero no le di tiempo a replicar. La enganche del pelo sudoroso y le arrastre la cabeza hasta mi polla, medio morcillona y dormida. Se la puse dura dentro de su boca y le intenté partir todos los empastes. Me corrí con violencia intentando llegarle a los pulmones y luego la empuje de nuevo contra la cama. Puta guarra como se reía con su risa de vieja.
Después le dije que se lavase bien en el jacuzzi, y dormimos acurrucados, sin volver a hablar. A la mañana siguiente, me levanté temprano, que tenía partido con los colegas ,y la dejé ahí medio somnolienta.
Tenía un mensaje del Bunbury diciéndome que quiere repetir. La experiencia va directa al top 5 de nuestros polvos, y eso que yo solo me folle su boca. Pero todo el envoltorio, todo el acto, la perfeormance, espectacular. Absolutamente espectacular. Además se abre una puerta maravillosa, que es la de ofrecer a la vieja privada de sentidos. Y eso implica que si me lo monto bien, igual puedo poner a una hembra a comerle el desagüe sin que ella sea consciente .Arriesgado, pero tentador.

La semana que viene la vieja vuelve a mí casa a vivir otra temporada antes de acabar su baja.
" A la mañana siguiente me levanté temprano que tenia partido con los colegas y la dejé ahi . "
🤣🤣
 
Arriba Pie