PepItto Ogami
Asiduo
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Con esa descripción puedes ser la cenicienta del mundial, te toca un grupo fuerte y caes el primero
Eso es cierto, aunque tampoco puedes esperar mucho de alguien que sigue escuchando casi a diario algún tema como mínimo de la OST de Persona 3 y no se preocupa para nada del panorama musical contemporáneo, tanto mainstream y cosas hip como gafapastadas.
Pero la culpa es de los realities musicales con gente que canta, y que dedica su patético minuto de gloria a su hermano pequeño con leucemia y a su abuela que estuvo en Birkenau; espacios musicales que con el paso del tiempo me han hecho anhelar más que nunca la extinción del ser humano, y perder toda fe en el don divino de la creatividad y su perfeccionamiento aka virtuosismo cuyas más altas cotas se alcanzaron hace siglos y ni nos molestamos en superar. No hay necesidad y por lo tanto el ingenio ha quedado huérfano.
Si uno quiere ser testigo de como los dioses hablan a través de la creatividad humana que se ahorre escuchar a The japanese Popstars, mejor que contemple la obra de Bernini, o que escuche a Perlman interpretar el Concierto para Violín en Re de Ludwig Van (el único concierto para ese instrumento que compuso el sordo, y que vale por todos los demás), pero.. ¿cantar? Cualquier albañil de mierda con el culo a tope de autotunec puede arrancarse como si fuese Antonio Molina, o la crackhead de turno marcarse el Somebody Loves Me de Gershwin ala Ella Fiztgerald; por lo tanto: cantar está sobrevalorado. Es hora de morir.
Por cierto ¿de qué estábamos hablando?