Libros Paul Auster

cuellopavo

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23 Abr 2006
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Realmente me gusta Paul Auster, es un tipo sobrio pero ameno, que propone situaciones con interesantes ideas de fondo. Tiene clase escribiendo y siempre me hace pasar buenos ratos. Me gusta la manera en que es capaz de hilvanar historias dentro de la propia historia, y me interesan esas ideas que a menudo obsesionan a sus personajes, particularmente el papel del azar en la vida de las personas. Esos temas que ya empiezo a ver como típicamente austerianos, concretamente el puro azar como hilo conductor de nuestras vidas y la ciudad de Nueva York como escenario de referencia.

En el Debe de Auster, podría anotar, siendo un poco malo, la excesiva homogeneidad de su obra. Sus personajes se parecen mucho entre si, actúan de manera parecida, se les presentan situaciones parecidas, y en general acaban de manera parecida. Quizá estoy siendo demasiado simplista -sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) porque solo me he leído tres obras de este autor- pero los tres libros en cuestión (El Palacio de la Luna, La Noche del Oráculo y Brooklyn Follies) tienen un aire muy similar, al que contribuye el hecho de que todos estén situados en el mismo marco, la ciudad de Nueva York. Parece que Auster es de esos tipos que convierte un lugar en uno de sus personajes, y se apoya en él y le encanta volver a él. No me parece mal, y el interés de su obra no está en la ciudad en la que vivan los personajes, por supuesto… pero es un poco cansino. Y se ve que es una constante, porque ha escrito algo que se describe como “la trilogía de Nueva York”, que yo solo he leído en cómic y ya imagino muy bien de qué va. En fin, menos mal que me gusta.

He de decir que Brooklyn Follies es la obra menos convincente de las que he leído de este autor. Creo que esta vez le ha faltado elegancia a la hora de resolver el final, y se le ve un poco el plumero al dar soluciones un pelín forzadas a determinadas incógnitas que no desvelaré aquí.

En cambio, La Noche del Oráculo me ha gustado por muchos motivos. Es una obra en la que cada ladrillo encaja con precisión y elegancia. Auster no solo nos ofrece su habitual dominio del lenguaje con clase y estilo, sino que además propone una historia “por capas”, con diferentes niveles narrativos que se entrecruzan con fluidez. El uso de las acotaciones a pie de página como elemento narrativo per se es original y eficaz de un modo que no había visto antes, precisamente porque se integran en la historia a un nivel que normalmente no sería posible.

Y en realidad quería hablar de un par de temas más, pero me he liado un poco y mejor lo voy a dejar para otro día.
 
Hace apenas una semana que terminé El País de las Últimas Cosas y a mí también me ha gustado bastante, a pesar de que, como ya comenté por ahí, compré el libro de forma impulsiva, sin conocer prácticamente nada del autor.

Aunque he leído que este libro en particular es más bien una rareza dentro de lo que es la obra de Auster, también sigue la tendencia de conceder al azar un papel importante de lo que rodea a sus personajes. Como digo, en general me ha gustado, a pesar de la desesperanza vital que suscita en el lector. No he leído los libros que comentas pero haciendo caso a los que consideran El País de las Últimas Cosas como una obra poco habitual en Auster, tal vez sea una buena opción para huír de la homogeneidad que percibes en las primeras.

Yo por mi parte, cuando vuelva a comprar libros, otra vez tendré en cuenta a este señor.
 
Yo leí hace tiempo La Música del Azar y me gustó bastante por ese puntillo irreal que destilaba.
 
A mí, de momento, el que más me ha enganchado de éste hombre, ha sido "Leviatán".
Yo diría que es un escritor psicológico. Sus novelas se basan en sentimientos, pensamientos, razonamientos y el argumento ocupa un discreto segundo plano. Describe a la perfección el caos de la mente humana y, quizá por ello, su obra tiene un efecto consolador. No quiero decir que el argumento sea un coñazo soberano, sino que no es una historia escandalosa, de las que te enganchan ipso facto, sino más bien una sucesión de hechos que, aislados, podrían resultar sosos, pero al ser consecuencia de la actuación de los protagonistas, que son prácticamente todos los personajes, entretiene.
Creo que me caería bien, me gusta como ve a las personas, no sé, no hay buenos ni malos, las comprende, las perdona. Hay un par de libros de él que habeis mencionado que no sabía ni que existían. En las tiendas de segunda mano venden libros modernos? yo no he visto ni uno!
 
Mr Bob rebuznó:
Creo que me caería bien, me gusta como ve a las personas, no sé, no hay buenos ni malos, las comprende, las perdona.

¿A qué te refieres con que te caería bien? ¿Crees que tienes alguna opción de conocerlo en persona? Nótese que esto es un foro de literatura, no de contactos. Que ya sabemos que Paul Auster es un reputado mojacoños de perritas pseudointelectuales, pero controla un poco los furores vaginales, que no es el sitio adecuado.
 
Forochat rapiñas al fondo a la derecha
 
Forochat rapiñas al fondo a la derecha

El interés sexual implícito en tu comentario sobre Paul Auster nos sirve para señalar una característica innata del autor: que es un dandi lubricador de vaginas y que sus lectores son mayoritariamente mujeres que están más rato mirando la foto de la contraportada que leyendo la trama de la novela.

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Aquí en España no es tan conocida esta faceta lúbrica de Paul Auster, pero en Estados Unidos hay incluso clubs de fans creados por histéricas intelectualoides que están esperando sus nuevos libros para devorarlos con la mirada en la foto y los dedos en el clítoris.

Es importante mencionarlo de buenas a primeras para un correcto desarrollo del hilo. Así sabremos separar el talento literario del autor de la mera atracción sexual femenina. Son dos cosas distintas.

Lo digo por si intervienen más mujeres y ponen más comentarios lascivos como el tuyo.
 
Me he leído tres libros suyos:A salto de mata,El cuaderno rojo y El libro de las ilusiones,gustándome mas este último.

Indiscutiblemente tiene un estilo muy personal y la lectura se te hace bastante amena pero normalmente suele volverse un poquito denso siempre un poco a la mitad de la historia.

Sus aires de divo polifacético fueron la causa de no leer nada mas suyo.
 
Eso que dices de divo polifacético me ha hecho pensar en Mendiluce (para mí "Pura Vida" es un libro increible aunque sé que a mucha gente le parecerá casi del palo de Corin Tellado), trata a los personajes de un modo parecido, verdad? aunque se centra mucho más en los 2 ó 3 protagonistas.
Neutralmalvado, cómo se puede tener tanto morro!
 
Hola.

He leído "El país de las últimas cosas" y "La noche del oráculo" y tengo esperándome en la mesilla de noche "El libro de las ilusiones"....todas ellas en Ediciones Compacto Anagrama. Me encanta el formato, la presentación y el colorido de estos libros de bolsillo.

La noche del oráculo me encantó, sobre todo la primera mitad del libro. Las sensaciones y pensamientos del personaje, lo que le lleva a escapar, la decisión de cambiar radicalmente de vida....Auster se maneja muy bien en esto.

El país de las últimas cosas lo vi un poquillo más flojo. Ahora que lo pienso, no me acuerdo cómo termina.
 
De Auster he leído "Trilogía de Nueva York", compuesta por tres relatos independientes, y "Tombuctú". Dejé a medias, por circunstancias que no vienen al caso, "Leviatán".

La primera obra que menciono tengo entendido que es su obra más importante, me extraña que no sea esa la que hayáis leído, yo creía que era, además, la más conocida.
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Publicada originalmente en tres partes entre 1985 y 1987 (Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada), La trilogía de Nueva York supondría el lanzamiento de Paul Auster a nivel internacional y su reconocimiento como uno de los grandes narradores norteamericanos de los últimos tiempos.
En la primera historia, una llamada telefónica envolverá a un escritor en una compleja trama de locura y redención. Fantasmas cuenta las andanzas de un detective atrapado en el caso más extraño de su carrera. Por su parte, La habitación cerrada narra el encuentro de un novelista con sus propios demonios, a raíz de la desaparición de un amigo de la infancia.
El azar, la naturaleza de la voluntad y una particular forma de entender el suspense ya se dan cita en esta colección de relatos, apuntando así algunas de las claves de la futura producción literaria de Auster. Además, ya se exploran muchos de los recursos que más tarde alcanzarían su plenitud en novelas como Leviatán: la reflexión sobre el propio proceso creador, la mezcla entre ensayo y ficción y ese juego de espejos con la realidad tan caro al autor y a sus lectores.

Cierta ciertísima la fama que le atribuye Neutral Malvado. Mojabragas irredento, follagafapastas, esta característica suya carece de importancia si de lo que hablamos es del autor y de su obra. Me suda la polla que se folle a a pseudointelectuales, a su señora, a un señor con bigote o a su caniche. Lo que es tontería es que esto sirva para atacarle o para defenderle como escritor, que es de lo que se trata aquí.

Del poco trecho de obras de Auster que he leído, destaco, sin duda alguna, el brillantísimo, fantástico e impresionante cuento "La habitación cerrada", de "Trilogía de Nueva York". El personaje en torno al cual orbita toda la acción y la trama del texto es absolutamente fascinante, más aún si se trata de un personaje que no aparece en el relato.
salvo al final, lamentablemente, yo hubiera preferido que no apareciese jamás.
.

Recomiendo la lectura de "La trilogía de Nueva York" por cuanto en esta obra se condensa el universo narrativo y temático de Auster, si la leéis y os gusta, podréis profundizar en el resto de su obra; si no, no insistáis.
 
Sólo he leído "El libro de las ilusiones" y me pareció una novela muy interesante, amena y con muchos registros. Ya lo han mencionado, pero me sorpendió la capacidad de hilvanar historias dentro de las historias, además de hacer que los sentimientos y no los hechos sean los protagonistas.

Formalmente no me entusiasma tanto, es fluido pero no llega a ser estético... aunque claro, eso depende mucho del traductor.
 
Empecé El país de las últimas cosas y me aburrió cosa mala. Me pareció una mierda, vamos :lol:
 
Desgraciadamente solo he leido Brooklyn Follies,y por tanto no puedo hablar del autor,solo de una obra.
La novela no me parecio una obra maestra.Pero si una buena novela con unos personajes bien definidos y una trama coherente,en la que la ciudad se convierte en un personaje muy presente.
 
Hola a todos,

Auster me parece un escritor muy ameno y ligero. Posee una prosa que sin ser demasiado poética y enrevesada cautiva al lector, y cuando escribo lector me refiero a cualquier tipo de lector, porque este señor incluso gusta a lectores que se consideran sibaritas de la literatura. Ninguno habeis mencionado una novela que me dejó un buen sabor de boca: Mr. Vértigo.
 
El que Auster parse por un escritor de prestigio viene a darnos una imagen de como esta el panorama. No dire que algunos libros pueden ser interesantes, el libro de las ilusiones me gusto, pero en general, no es mas que una repeticion incesante del mismo puto esquema. El tipo desencantado de la vida que encuentra motivos para seguir ilusionado en un mundo que coincidencias felices.
Brooklin follies me parece un truño, digo este porque lo he leido hace poco. Es mas, si lo lees en ingles, ves que tiene un vocabulario de nivel instituto (siendo generosos)

Porque triunfa?, porque escribe para las cerdas, y como escribe para las cerdas y estas son las que leen vende y como vende tenemos una ilusion de calidad. Mi opinion es que es regulero tirando a malo, y de las pelis mejor no hablo. Que conste que no me cae mal y que se lee bien y todo lo que querais, pero de eso a que lo considere literatura con todas las letras media un abismo.

He dicho
 
Coño, hikaru, dichosos los ojos. Pásese por el Foro Cine de cuando en cuando, hombre.
 
Aparte de la peli "Smoke" (simpatiquilla pero algo aburrida) sólo he leído un libro de Auster, "Un hombre en la oscuridad". Sin embargo, si todos sus libros son así mejor apaga y vámonos.

"Un hombre en la oscuridad" es la triste historia de tres personas muy buenas que, a pesar de serlo, se lo han pasado muy mal últimamente. Sin embargo, como son buenas personas, buscan y encuentran razones para consolarse y para poder ser felices. Porque la Felicidad está ahí fuera.

Es un libro más propio de la "literatura" romántica que cualquier otra cosa. Se lee y se olvida con la misma rapidez y facilidad. Un libro perfectamente prescindible, vaya. La historia paralela presuntamente política (la 2ª guerra civil estadounidense) no es más que un irrelevante chiste sin gracia. Comienzo a estar de acuerdo con hikaru.
 
No es mi intencion trollear este hilo, pero, por favor, aquellos que han mencionado cualidades positivas sobre "The Book of Illusions", es que no lo entiendo.

No ya la surrealidad de la historia en si, es que es inaguantable los extensisimos ladrillos acerca del Hector Mann, el patetico intento del protagonista de sustraerse de su maltrecho destino analizando peliculas mudas, los tormentos del sujeto en forma de desvaneos atemporales...

Cadencia narrativa lenta, soporifera, uno acaba exhausto al acabar un parrafo, para caer en el error de comenzar otro.

Con el comentario de Neutral Malvado queda todo mas claro. Imagine a un argentino "filosofeando" de la vida con una española cualquiera (ante lo cual ella mojara sus bragas de forma incesante), y se tendra una imagen cercana de la clase de plomo literario que representa Auster. Personalismo puro y rancio.

Supongo que si os gusta este, cuando leais a Roth, sera el advenimiento.
 
Y de la faceta de Paul Auster como guionista, que opináis? Dejo una muestra del guión de la peli Smoke, escrito por él:

- ¿Recuerdas que una vez me preguntaste cómo comencé a hacer fotos? Pues esta es la historia de cómo conseguí mi primera cámara. En realidad es la única cámara que he tenido. ¿Me sigues hasta ahora?

- Como un cordero.

- Esta es la historia de cómo ocurrió:
Muy bien. Fue en el verano del 76, cuando empecé a trabajar con Winnie, el año del bicentenario. Un día entró un chaval y empezó a robar cosas de la tienda. Estaba ante la estantería del fondo, metiéndose revistas de chicas desnudas bajo la camiseta. Yo no le había visto porque había mucha gente en el mostrador. Cuando vi lo que estaba haciendo le empecé a gritar. Salió zumbando como un conejo. Sssssssh. Para cuando yo había salido del mostrador, él ya corría perdiendo el culo por la Séptima Avenida. Le perseguí durante media manzana, y luego abandoné. Se le había caído algo por el camino, y como no tenía ganas de seguir corriendo me agaché para ver qué era. Resultó ser su cartera. No había dinero dentro, pero llevaba el permiso de conducir, junto con… tres o cuatro fotos. Podría haber llamado a la poli y denunciarle, sabía su nombre y dirección por el carné. Pero sentí lástima por él, no era más que un pobre desgraciado, y en cuanto vi las fotografías que llevaba en su cartera, me fue imposible sentir ningún enfado hacia él. Roger Goodwin, ese era su nombre. Recuerdo que en una de las fotos estaba junto a su madre, y en otra de ellas aparecía sujetando un trofeo en el colegio. Sonreía como si le hubiese tocado la lotería. No tuve coraje. Un pobre chico de Brooklyn. Y tampoco era tan grave. Al fin y al cabo, a quién le importaban un par de revistas guarras. Así que conservé la cartera. De cuando en cuando sentía la necesidad de devolvérsela, pero entre unas cosas y otras nunca lo hacía. Entonces llegó la Navidad, y yo no tenía nada que hacer. Winnie me había invitado a su casa pero su madre se puso enferma y tuvo que ir a Miami junto con su mujer. Así que aquella mañana yo estaba en casa compadeciéndome de mí mismo. Entonces vi la cartera de Roger Goodwin en una repisa. Me dije: “¿Qué coño? ¿Por qué no hago algo bueno por una vez?”. Me puse la chaqueta y me fui a devolver la cartera. Vivía en Boerum Hill, en uno de esos bloques de casas baratas. Recuerdo que aquel día hacía un frío que pelaba. Me perdí buscando el edificio del chico, todos aquellos bloques parecían iguales, y yo siempre terminaba en el mismo patio creyendo que era otro. Es igual. Al final encontré el edificio que buscaba y el piso que buscaba. Llamé al timbre. Nadie respondió. “No habrá nadie”, pensé. Volví a llamar para asegurarme. Ya estaba a punto de irme, pero esperé un poco más, y oí unos pasos tras la puerta. La voz de una anciana preguntó “¿Quién es?”. Contesté “Busco a Roger Goodwin”. “¿Eres tú Roger?”, dijo ella. Después de luchar con quince cerrojos abrió la puerta. Tendría por lo menos ochenta o a lo mejor noventa años, y lo primero que advertí en ella fue que era ciega. “Roger, sabía que vendrías”, dijo, “sabía que no te olvidarías de tu abuela Ecel en Navidad”. Y entonces abrió los brazos como si fuera a abrazarme. Yo no tenía mucho tiempo para pensar, tenía que decirle algo en seguida, y antes de que pudiera darme cuenta, las palabras salieron de mi boca. “Así es, abuela Ecel”, le dije, “he vuelto para verte por Navidad”. No me preguntes por qué. No sé por qué se lo dije. Simplemente me salió. Aquella anciana me abrazó de repente allí en la puerta. Yo también la abracé. Fue como si los dos decidiéramos jugar a ese juego, sin tener que discutir las reglas. Sabía de sobra que yo no era su nieto, era vieja y chiflada, pero no estaba tan mal como para no distinguir entre un completo extraño y alguien de su propia sangre. Sin embargo fingir la hacia feliz. Yo no tenía nada que hacer, así que acepté encantado el juego. Bien, entré con ella en el piso y pasamos el día juntos. Cada vez que me preguntaba que qué tal me iba yo le mentía, le dije que había encontrado un buen trabajo en un estanco, le dije que iba a casarme… le conté las historias más bonitas que se me ocurrieron, mientras ellas fingía creérselo todo. “Muy bien, Roger”, me decía mientras asintiendo con la cabeza y sonriendo, “Siempre supe que todo te iría bien en la vida.”. Bien, al cabo de un rato me entró hambre. Dado que no había nada de comida en la casa, salí a ver si había una tienda abierta. Y compré un montón de cosas. Compré un pollo asado, sopa de verduras, un poco de ensalada de patatas… un montón de cosas. La abuela Ecel tenía guardadas un par de botellas de vino en su cuarto. Así que entre los dos pudimos organizar una cena de Navidad digna. Nos pusimos un poco chispas con el vino… Y cuando terminamos de comer fuimos a la sala de estar. Los sillones eran más cómodos. Yo tenía ganas de mear, así que me disculpé y fui al cuarto de baño, que estaba abajo. Las cosas entonces tomaron otro rumbo. Ya había hecho bastante el tonto con el numerito de fingirme el nieto, pero lo que hice luego, fue especialmente insensato, y desde entonces no he podido perdonármelo. Entré en el baño, apiladas en una de las pareces junto a la ducha descubrí un montón de cámaras, nuevas, de 35 Mm., estaban sin estrenar. Yo no había hecho una sola fotografía en mi vida. Y mucho menos todavía robado. Pero en cuanto vi aquellas cámaras en el cuarto de baño, decidí que una de esas cámaras sería para mí. Así, sin más. Y sin pensarlo un momento, tomé una de esas cámaras, la escondí bajo el brazo y volví a la sala de estar. No había estado fuera más de tres minutos, pero en aquel rato, la abuela Ecel se había dormido. Demasiado vino, supongo. Me fui a la cocina y lavé los platos. Ella dormía plácidamente, roncando como un bebe. No había por qué molestarla, así que decidí irme. No podía escribirle una carta de despedida puesto que era ciega, así que me marché. Puse la cartera de su nieto sobre la mesa, volví a coger la cámara, y salí del apartamento. Así se acaba el cuento.

- ¿Alguna vez volviste a verla? ¿No volviste a visitarla?

- Una vez. Tres o cuatro meses después. Me sentía tan culpable por haber robado la cámara que ni la había usado. Al final resolví devolverla, pero la abuela Ecel ya no estaba allí. En aquel apartamento vivía otra persona y no pudo decirme dónde estaba.

- Seguramente había muerto.

- Sí. Seguramente.

- De ser así pasó su última Navidad contigo.

- Supongo que sí. Eso nunca lo había pensado.

- Fue una buena acción. Fue muy bonito lo que hiciste por ella.

- Mentí y robé a esa mujer. ¿Llamas a eso una buena acción?

- La hiciste feliz, y la cámara había sido robada, no pertenecía a la persona a la que se la cogiste.

- Todo por el arte, ¿eh, Paul?

- No diría tanto, pero al menos has hecho un buen uso de la cámara.
 
A mí me gusta, pero es muy muy repetitivo. No es que tenga unas grandes dotes literarias pero entretiene e interesa con lo que cuenta. Además de ser algo diferente a la mayoría.
Para mí es como un Murakami americano o también como un Zafón.
 
Pues o se tomó un descanso de 5 días a ver si sigue con la vida, o efectivamente ha fallecido Paul Auster.

No voy a presumir de que me encantaba porque tampoco era para tanto. Creo que solo recuerdo Leviatán y La Trilogía, que me gustaron bastante. Y he visto alguna de sus pelis... Lulu on the Bridge y Blue in the Face (que eran bastante malas).
 
El tio originalmente quería hacer cine, escribió guiones y tal. No es que fueran malos, pero tampoco imprescindibles.

Tuvo su momento en los 90-00, luego bajó bastante. Su handicap era un poco ese, es un autor que le podías regalar a tu suegra, a tu sobrina o a una chati que quisieses zumbarte, y eso quiere decir que no eres ni chicha ni limoná, un murakami de los uesea, mucha tecnica, alguna frasecilla de esas pintonas que no dicen nada, y poco mas, no había nada controvertido, ni palpitante, ni urgente

Luego lo mismo, el tio parecia sereno, daba bien en cámara, parecía asequible y majete, te valía tanto para yerno como para familiar ejemplar.

Cruel el destino que acabara con él un cáncer de pulmón tras hacer Smoke, aunque algo le diría el cuerpo cuando ya hace 20 años algun prota suyo había sobrevivido al cancer de pulmon.
 
Pues o se tomó un descanso de 5 días a ver si sigue con la vida, o efectivamente ha fallecido Paul Auster.

No voy a presumir de que me encantaba porque tampoco era para tanto. Creo que solo recuerdo Leviatán y La Trilogía, que me gustaron bastante. Y he visto alguna de sus pelis... Lulu on the Bridge y Blue in the Face (que eran bastante malas).
4 3 2 1 me parece un libro notable de los últimos que escribió. Uno de los grandes escritores estadounidenses de las últimas 5 décadas.
 
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