pepi_juani
Freak
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"Cariño, lee este libro, me ha encantado." Así he leido ya multitud de libros. Madre, novias, familiares... Me han vendido gato por liebre en incontables ocasiones. Tengo la suerte de estar rodeado de lectores empedernidos y amantes de los libros, hecho que me hace disfrutar de una biblioteca impresionante en casa. El hecho es que si bien estas personas son devoradoras de libros, no destacan por su espíritu crítico ni su gusto exquisito. Incontables best sellers de Crichton, Clancy, Gary Jennings, Noah Gordon, Christian Jacq... forman parte de mi adolescencia. Ahora no hay semana que no me encuentre con alguna recomendación tipo Código daVinci o La sombra del viento. Yo prefiero perderme en otros paisajes literarios pero siempre acabo cayendo en alguna recomendación, iluso de mi, creyendo, por el cariño que me une a quién me lo recomienda, que esta vez va a ser distinto. No puedo evitar tener la sensación de estar perdiendo el tiempo, sensación que se agrava al acabar el libro y ver, al dejarlo en la estantería, algún libro de Proust que aún no he leido o algo de Hume que dejé a medias.
Hay quién defiende que cualquier lectura es constructiva. Que los libros de Harry Potter son un buen comienzo para que el gusanillo de la lectura les entre a los niños (ay, Salgari, Verne, Conan Doyle, que ha sido de vosotros) o que es positivo que un ama de casa lea al autor de moda de turno. Pero yo creo que hay lecturas que envenenan el alma. Que provcan pereza mental y anquilosan las neuronas. Yo, que he sido consumidor compulsivo de best sellers (en la peor acepción del término) y que todavía leo alguno que otro, les negaría el agua a sus autores. Cuanto tiempo perdido, joder.
Hay quién defiende que cualquier lectura es constructiva. Que los libros de Harry Potter son un buen comienzo para que el gusanillo de la lectura les entre a los niños (ay, Salgari, Verne, Conan Doyle, que ha sido de vosotros) o que es positivo que un ama de casa lea al autor de moda de turno. Pero yo creo que hay lecturas que envenenan el alma. Que provcan pereza mental y anquilosan las neuronas. Yo, que he sido consumidor compulsivo de best sellers (en la peor acepción del término) y que todavía leo alguno que otro, les negaría el agua a sus autores. Cuanto tiempo perdido, joder.