Estás utilizando un navegador obsoleto. Puede que este u otros sitios no se muestren correctamente. Debes actualizarlo o utilizar un navegador alternativo.
Ayer al llegar a casa hice un pedido. Lo hice sobre las diez de la noche.
Cuando abro la puerta me encuentro, sorprendentemente, a una repartidora de unos 20 años, bajita, con gafas, no es guapa, no es fea.
La tia sonrió de una manera más natural, más simpática, transmitía un buen rollo, que a...