Estás utilizando un navegador obsoleto. Puede que este u otros sitios no se muestren correctamente. Debes actualizarlo o utilizar un navegador alternativo.
El oscuro y anhelado noviembre, casi en su final, nos evoca, a todo amigo de las tineblas, ese sabor, ese regusto, incluso placer que produce la nocturnidad temprana, el tumbarse con una manta para mirar al techo. Decia Thomas De Quincey en sus Confesiones de un Comedor de Opio, que nada más...