Vaya, ahora se llama Lynda. Muy internacional todo, aunque se le ha olvidado borrar el nombre anterior del texto y cambiar el teléfono. Detalles, supongo. Las nuevas fotos tienen ese aire entrañable de álbum de viaje de fin de curso, con marquitos y todo, como si la próxima fuera una de la excursión al museo. Sin comentarios la edad eso ya será para el siguiente cambio.
Lo curioso es que, con cada cambio a peor, el precio sube. 150 euros por 45 minutos... ¿Qué incluye? ¿Un pase VIP por el álbum entero? ¿O es que la nostalgia ahora cotiza en bolsa?
En fin, se agradece el intento de reinventarse, pero igual habría que trabajar más en el contenido y menos en el contorno. Y dejar de intentar engañar que no somos tontos.