LeChuck
Freak total
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Abrid hilos.
Fui ayer a comprar un colchón nuevo. Bien pues entro por la puerta, doy cuatro pasos hacia el fondo del espacio, y ya de lejos veo a una negra en su escritorio. Joder, ya no puedo darme la vuelta, pienso. Así que de perdidos al rio. Sigo andando hasta que nota mi presencia y ya tal, empieza el diálogo. "Vengo a mirar colchones". Además de negra era obesa.
Me tuvo por ahí tumbándome en colchones. Y de qué trabajas (me está triangulando para luego ponerle al colchón un precio a la medida de mi cartera), y qué interesante, ponte de lado a ver. Y la almohada que te parece. Vamos a ver ese otro, que es más duro.
Una tía super agradable, encantadora. Me preguntaba mucho por mi vida, parecía interesadísima. Y qué simpática, y la verdad que era guapita. Y española, a pesar de su negritud. Supongo que hija de algún pringao de esos que se acaban trayendo a una prostituta cubana o algo así.
Al cabo de veinte minutos estaba yo contando más intimidades de las que eran capaz de bloquear mis autodefensas. Porque preguntaba mucho. Y qué alto eres. Un encanto de chica. Una bellísima persona. Me estaba tirando la caña sutilmente, seguro. Yo le miraba las estrías de los brazos para mantenerme templado. Me dio la impresión de que la tía estaba empezando a deslizar sus tentáculos bajo mi fría piel y en torno a mi yermo corazón. Era cuestión de minutos que acabase poniendo en duda mi xenofobia.
Por suerte llegó el momento de pagar y tan pronto como aflojé la pasta intercambiamos unos datos puramente comerciales y un placer y adiós. Salí quemando rueda de allí.
---
Y para qué nos cuentas esta mierda, putísimo subnormal.
Pues para que entendáis la lección de vida que encierra. La moraleja de la historia es que lo importante es la apariencia externa. No te guíes por como es una persona por dentro, porque puedes ir directo al abismo. A las personas hay que valorarlas por su exterior. La personalidad, la bondad y todo eso se pueden moldear, trabajar. Pero ser obeso mórbido no.
Y ser racista también es bueno. A la gente no caucásica lo mejor es ponerles la cruz ya nada más los ves. No vaya a ser que te embauquen como esta. Si no interactúas con ellos mejor. Luego los negros podrán ser gente decente y viceversa (igualmente no hay que tratar con ellos), pero ante la duda lo mejor es seguir nuestra brújula moral xenófoba.
Fui ayer a comprar un colchón nuevo. Bien pues entro por la puerta, doy cuatro pasos hacia el fondo del espacio, y ya de lejos veo a una negra en su escritorio. Joder, ya no puedo darme la vuelta, pienso. Así que de perdidos al rio. Sigo andando hasta que nota mi presencia y ya tal, empieza el diálogo. "Vengo a mirar colchones". Además de negra era obesa.
Me tuvo por ahí tumbándome en colchones. Y de qué trabajas (me está triangulando para luego ponerle al colchón un precio a la medida de mi cartera), y qué interesante, ponte de lado a ver. Y la almohada que te parece. Vamos a ver ese otro, que es más duro.
Una tía super agradable, encantadora. Me preguntaba mucho por mi vida, parecía interesadísima. Y qué simpática, y la verdad que era guapita. Y española, a pesar de su negritud. Supongo que hija de algún pringao de esos que se acaban trayendo a una prostituta cubana o algo así.
Al cabo de veinte minutos estaba yo contando más intimidades de las que eran capaz de bloquear mis autodefensas. Porque preguntaba mucho. Y qué alto eres. Un encanto de chica. Una bellísima persona. Me estaba tirando la caña sutilmente, seguro. Yo le miraba las estrías de los brazos para mantenerme templado. Me dio la impresión de que la tía estaba empezando a deslizar sus tentáculos bajo mi fría piel y en torno a mi yermo corazón. Era cuestión de minutos que acabase poniendo en duda mi xenofobia.
Por suerte llegó el momento de pagar y tan pronto como aflojé la pasta intercambiamos unos datos puramente comerciales y un placer y adiós. Salí quemando rueda de allí.
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Y para qué nos cuentas esta mierda, putísimo subnormal.
Pues para que entendáis la lección de vida que encierra. La moraleja de la historia es que lo importante es la apariencia externa. No te guíes por como es una persona por dentro, porque puedes ir directo al abismo. A las personas hay que valorarlas por su exterior. La personalidad, la bondad y todo eso se pueden moldear, trabajar. Pero ser obeso mórbido no.
Y ser racista también es bueno. A la gente no caucásica lo mejor es ponerles la cruz ya nada más los ves. No vaya a ser que te embauquen como esta. Si no interactúas con ellos mejor. Luego los negros podrán ser gente decente y viceversa (igualmente no hay que tratar con ellos), pero ante la duda lo mejor es seguir nuestra brújula moral xenófoba.
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