S
SFry
Guest
Hola gente,
Os saludo por primera vez en persona aunque a algunos ya os conozco bastante bien después de lurkear un tiempo (no mucho) por este foro de psicólogos de sillón.
Nos veremos por esta desquiciada comunidad más a menudo (el amor es una fuerza tan poderosa que da mucho juego)
Os comento mi caso. El hecho de que lo cuente a unos perfectos desconocidos (en lo personal) ya debiera ser motivo de alarma.
Quiero dejar a mi pareja. Y me está costando una barbaridad.
Ella me quiere en el alma pero yo he llegado a un punto en el que la quiero mucho pero he dejado de amarla.
He estado a punto varias veces pero no doy el paso definitivo.
Yo lo asemejo a acercarte a un precipicio: cuando estoy cerca de hacerlo (al lado del precipicio) el viento sopla fuerte y lo paso fatal. Y no doy el jodido paso.
Cuando me alejo del precipicio el viento se calma , sale el sol y todo está bien. No hay que tomar decisiones.
Las tensiones desaparecen pero sé que es la opción cobarde.
Pero es que es MUY muy jodido dejar a una persona que te quiere tanto y a la que no quieres ver sufrir por nada del mundo.
Me miro y no me reconozco: soy un tio resuelto y no me corto al tomar decisiones.
En este caso ,sin embargo, doy vueltas y más vueltas. Un tio acojonado en una situación acojonante.
No sé si significa:
1- Que realmente no quiero dejarla y que mi subconsciente está diciendome: Tio, no hagas el gilipollas y no cometas el error de tu vida
2- Que realmente quiero dejarla pero llego al precipicio y me acojono. Una cuestión de falta de huevos ante una situación crítica.
Supongo que pronto lo sabré. Para bien o para mal.
Gracias por leer el ladrillo, es un ejercicio de pura descarga emocional.
Además, me imagino que mucha gente habrá pasado por lo mismo (aunque tu vida es sólo tuya y todas tus primeras experiencias las sufres como si el mundo fuese tu teatro y tú el protagonista :( )
Nos leemos
(IloveZorras, me gusta como llevas este sub-foro -sin mariconadas , ni peloteos ¿eh?)
Os saludo por primera vez en persona aunque a algunos ya os conozco bastante bien después de lurkear un tiempo (no mucho) por este foro de psicólogos de sillón.
Nos veremos por esta desquiciada comunidad más a menudo (el amor es una fuerza tan poderosa que da mucho juego)
Os comento mi caso. El hecho de que lo cuente a unos perfectos desconocidos (en lo personal) ya debiera ser motivo de alarma.
Quiero dejar a mi pareja. Y me está costando una barbaridad.
Ella me quiere en el alma pero yo he llegado a un punto en el que la quiero mucho pero he dejado de amarla.
He estado a punto varias veces pero no doy el paso definitivo.
Yo lo asemejo a acercarte a un precipicio: cuando estoy cerca de hacerlo (al lado del precipicio) el viento sopla fuerte y lo paso fatal. Y no doy el jodido paso.
Cuando me alejo del precipicio el viento se calma , sale el sol y todo está bien. No hay que tomar decisiones.
Las tensiones desaparecen pero sé que es la opción cobarde.
Pero es que es MUY muy jodido dejar a una persona que te quiere tanto y a la que no quieres ver sufrir por nada del mundo.
Me miro y no me reconozco: soy un tio resuelto y no me corto al tomar decisiones.
En este caso ,sin embargo, doy vueltas y más vueltas. Un tio acojonado en una situación acojonante.
No sé si significa:
1- Que realmente no quiero dejarla y que mi subconsciente está diciendome: Tio, no hagas el gilipollas y no cometas el error de tu vida
2- Que realmente quiero dejarla pero llego al precipicio y me acojono. Una cuestión de falta de huevos ante una situación crítica.
Supongo que pronto lo sabré. Para bien o para mal.
Gracias por leer el ladrillo, es un ejercicio de pura descarga emocional.
Además, me imagino que mucha gente habrá pasado por lo mismo (aunque tu vida es sólo tuya y todas tus primeras experiencias las sufres como si el mundo fuese tu teatro y tú el protagonista :( )
Nos leemos
(IloveZorras, me gusta como llevas este sub-foro -sin mariconadas , ni peloteos ¿eh?)