cuellopavo
Frikazo
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La basura televisiva no es sólo para retardados, si no para gente inteligente y perezosa que se excita contemplando la miseria cultural.
Tengo que reconocer que yo también "miro la televisión", aunque algunos penséis que soy uno de esos intelectuales que solo ven documentales de la BBC.
Todo el mundo necesita unos momentos al día en los que vaciar su cabeza de ideas y desconectar todas las conexiones cerebrales, quedarnos en encefalograma plano. Algunos utilizan el yoga, otros la natación o el pilates, yo utilizaba la tele después de comer.
Se ha acabado El Tomate, espacio televisivo para la sobremesa de todos los días en el que podías dejar tu cerebro sobre la mesita de la sala y descansar. Es de suponer que será sustituido por otro de parecido formato, pero no será lo mismo. Dejaremos de ver las patas de gallina choca de Ana Obregón, el torso hercúleo de su mozo del este, la maravillosa vocecilla de la senil duquesa, las guapas, todas ellas casadas con conocidos empresarios, tonadilleras madres de paquirrines y novias de infectos exalcaldes, famosas/os y famosillas/os vividores y sus representantes, pipis pipones y Terelus hijas de famosas presentadoras, futbolistas de fiesta arrimando sus partes a las cachas de mulatas samberas… y a sus presentadores, Jorge Ja, gran comunicador donde los haya, y el reguillo de su compañera Carmen.
En fin, una pena… Volveremos a los documentales de la Dos, soporíferos espacios donde los mismos leones del Serengueti y del Gorongoro, que ya son de la familia, seguirán cazando ñus, búfalos y cebras y donde esas mismas bestias seguirán cruzando el río por el mismo sitio de los cocodrilos, que es que parecen jilipollas, joder.
También podremos abrir un libro, esas cosas con palabras e historias en su interior… o hacer el amor a nuestras parejas, con el soporcillo de después de comer. Pero creo conveniente que se debería hacer un estudio "a fondo" sobre Carmen Alcayde, si queréis, otros hacerlo sobre Jorge Javier, pero Carmen Alcayde, ya solo por tener el nombre de mi venerada única y verdadera, debería tener un trato especial.
Adiós tomate, adiós, te echaré de menos.
Tengo que reconocer que yo también "miro la televisión", aunque algunos penséis que soy uno de esos intelectuales que solo ven documentales de la BBC.
Todo el mundo necesita unos momentos al día en los que vaciar su cabeza de ideas y desconectar todas las conexiones cerebrales, quedarnos en encefalograma plano. Algunos utilizan el yoga, otros la natación o el pilates, yo utilizaba la tele después de comer.
Se ha acabado El Tomate, espacio televisivo para la sobremesa de todos los días en el que podías dejar tu cerebro sobre la mesita de la sala y descansar. Es de suponer que será sustituido por otro de parecido formato, pero no será lo mismo. Dejaremos de ver las patas de gallina choca de Ana Obregón, el torso hercúleo de su mozo del este, la maravillosa vocecilla de la senil duquesa, las guapas, todas ellas casadas con conocidos empresarios, tonadilleras madres de paquirrines y novias de infectos exalcaldes, famosas/os y famosillas/os vividores y sus representantes, pipis pipones y Terelus hijas de famosas presentadoras, futbolistas de fiesta arrimando sus partes a las cachas de mulatas samberas… y a sus presentadores, Jorge Ja, gran comunicador donde los haya, y el reguillo de su compañera Carmen.
En fin, una pena… Volveremos a los documentales de la Dos, soporíferos espacios donde los mismos leones del Serengueti y del Gorongoro, que ya son de la familia, seguirán cazando ñus, búfalos y cebras y donde esas mismas bestias seguirán cruzando el río por el mismo sitio de los cocodrilos, que es que parecen jilipollas, joder.
También podremos abrir un libro, esas cosas con palabras e historias en su interior… o hacer el amor a nuestras parejas, con el soporcillo de después de comer. Pero creo conveniente que se debería hacer un estudio "a fondo" sobre Carmen Alcayde, si queréis, otros hacerlo sobre Jorge Javier, pero Carmen Alcayde, ya solo por tener el nombre de mi venerada única y verdadera, debería tener un trato especial.
Adiós tomate, adiós, te echaré de menos.