LeChuck
Freak total
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Más de una vez me habréis leído relatando las muchas neuras de mi padre.
Hoy lo pondré como ejemplo de vida rutinaria.
Mi padre, ya jubilado, si no esta enfermo, o hay algún motivo que le tuerza la rutina, lleva por lo general un día a día clónico. Lo que hizo la semana pasada lo hizo exactamente igual hace cinco años.
Se levanta más o menos a la misma hora, desayuna café con galletas, bizcocho o similares, hace recados, pasea unas dos horas, y a la hora de la comida pone siempre lo mismo dependiendo del día de la semana.
Lunes: Caparrones de cosecha propia
Martes: Arroz de marisco o pollo
Miércoles: Macarrones con tomate, queso y chorizo
Jueves: Carne y verduras (dos o tres tipos, no hablo de un mundo de posibilidades)
Viernes: Garbanzos
Sábado: Algún potaje con patatas y alubias
Domingo: Cordero o pollo
Este menú semanal es el mismo ahora que hace 15 años. Puede variar un día cada dos meses, tal vez. A mi padre jamás se le ocurriría hacer albóndigas o pasta con atún. Ni cambiar los garbanzos por guisantes, ni hacer arroz con tomate. No se le ocurriría desayunar una mini tortilla o un sandwich de pavo. Ni comprar una palmera de chocolate o un donut en la panadería. Ni comprar algo ya hecho en una tienda de precocinados, ni comprar cacao en polvo para desayunar chocolate de taza, aunque le apetezca.
Es una persona absolutamente cuadriculada. Puede pasar décadas comprando el mismo queso y el mismo jamón de york para picotear o cenar cuando no hay otra cosa. Pero creo que nunca en su vida ha comprado pavo.
Pasea dos horas por el día y dos por la tarde por las mismas calles de una ciudad que ya podrá recorrer con una venda en los ojos, todos los días de la semana, todas las semanas del año.
Parar fregar el suelo usa agua con un chorro de lejía, aunque apesta y yo le haya comprado varias veces friegasuelos que huele de puta madre.
Compra la misma cerveza siempre, tiene los mismos hábitos pero no desarrolla ninguno nuevo, no tiene interés por nuevas aficiones. Solo ve lo que ponen en la tele, no me pide que le encuentre una película o un libro. Tiene una docena de discos de hace 20 años y con eso le sobra, y se lamenta de que ya no pueda escuchar sus cintas de jotas y de cantautores argentinos.
Se fue un mes el año pasado a Argentina porque tiene un hermano allí, pero hasta ese día llevaba 12 años sin salir de Logroño, más que para ir a la huerta (un día a la semana), siguiendo esa rutina de andar cuatro horas por una ciudad pequeña.
Hace igual 10 años mi padre compró Coca Cola por primera vez. Le gustó y siguió comprando Coca Cola hasta que yo llegué a cogerle asco. Esa nueva rutina ya era pedir mucho. Nunca compró otro refresco que no fuese Coca Cola.
No sé. Hoy he pasado por una tienda gourmet y he pillado un poco de dos fiambres que nunca he probado y un bote de mermelada de limón, que tampoco. Ahora en seguida, mientras me hago la cena picotearé un poco de esos fiambres y mi día tendrá un poco más de sentido. Me mola probar cosas nuevas. Cuando compro cervezas son siempre diferentes. Me encanta experimentar recetas nuevas, me relaja meterme en la cocina. Siempre estoy buscando músicas y estilos nuevos que me estimulen, me aburre soberanamente pasear demasiado por las mismas zonas. Siempre tengo curiosidad por hobbys nuevos, por hacer cosas nuevas.
Llevo unas semanas pensando si no debería proponerle a mi padre algún viaje, encargarme yo de todo para que no tenga más que mover los pies, porque me da un poco de pena que prácticamente vaya a vivir así el resto de su vida. Igual me manda a tomar por culo. Igual si nunca ha ido a otro sitio que Argentina es porque le da asco viajar y lo que le mola es la huerta y pasear por lugares familiares pensando en sus cosas.
Cuando yo desayuno café, al mes ya tengo que cambiar el desayuno porque se me cierra el estómago. La rutina de mi padre me llevaría al suicidio en cosa de 8 o 10 meses.
Y vosotros qué. Sois de rutina o sois culos inquietos. Sois cuadriculados o tenéis flexibilidad en vuestro día a día. Os gusta variar o saliendo de vuestros hábitos diarios os sentís perdidos e incómodos.
Hoy lo pondré como ejemplo de vida rutinaria.
Mi padre, ya jubilado, si no esta enfermo, o hay algún motivo que le tuerza la rutina, lleva por lo general un día a día clónico. Lo que hizo la semana pasada lo hizo exactamente igual hace cinco años.
Se levanta más o menos a la misma hora, desayuna café con galletas, bizcocho o similares, hace recados, pasea unas dos horas, y a la hora de la comida pone siempre lo mismo dependiendo del día de la semana.
Lunes: Caparrones de cosecha propia
Martes: Arroz de marisco o pollo
Miércoles: Macarrones con tomate, queso y chorizo
Jueves: Carne y verduras (dos o tres tipos, no hablo de un mundo de posibilidades)
Viernes: Garbanzos
Sábado: Algún potaje con patatas y alubias
Domingo: Cordero o pollo
Este menú semanal es el mismo ahora que hace 15 años. Puede variar un día cada dos meses, tal vez. A mi padre jamás se le ocurriría hacer albóndigas o pasta con atún. Ni cambiar los garbanzos por guisantes, ni hacer arroz con tomate. No se le ocurriría desayunar una mini tortilla o un sandwich de pavo. Ni comprar una palmera de chocolate o un donut en la panadería. Ni comprar algo ya hecho en una tienda de precocinados, ni comprar cacao en polvo para desayunar chocolate de taza, aunque le apetezca.
Es una persona absolutamente cuadriculada. Puede pasar décadas comprando el mismo queso y el mismo jamón de york para picotear o cenar cuando no hay otra cosa. Pero creo que nunca en su vida ha comprado pavo.
Pasea dos horas por el día y dos por la tarde por las mismas calles de una ciudad que ya podrá recorrer con una venda en los ojos, todos los días de la semana, todas las semanas del año.
Parar fregar el suelo usa agua con un chorro de lejía, aunque apesta y yo le haya comprado varias veces friegasuelos que huele de puta madre.
Compra la misma cerveza siempre, tiene los mismos hábitos pero no desarrolla ninguno nuevo, no tiene interés por nuevas aficiones. Solo ve lo que ponen en la tele, no me pide que le encuentre una película o un libro. Tiene una docena de discos de hace 20 años y con eso le sobra, y se lamenta de que ya no pueda escuchar sus cintas de jotas y de cantautores argentinos.
Se fue un mes el año pasado a Argentina porque tiene un hermano allí, pero hasta ese día llevaba 12 años sin salir de Logroño, más que para ir a la huerta (un día a la semana), siguiendo esa rutina de andar cuatro horas por una ciudad pequeña.
Hace igual 10 años mi padre compró Coca Cola por primera vez. Le gustó y siguió comprando Coca Cola hasta que yo llegué a cogerle asco. Esa nueva rutina ya era pedir mucho. Nunca compró otro refresco que no fuese Coca Cola.
No sé. Hoy he pasado por una tienda gourmet y he pillado un poco de dos fiambres que nunca he probado y un bote de mermelada de limón, que tampoco. Ahora en seguida, mientras me hago la cena picotearé un poco de esos fiambres y mi día tendrá un poco más de sentido. Me mola probar cosas nuevas. Cuando compro cervezas son siempre diferentes. Me encanta experimentar recetas nuevas, me relaja meterme en la cocina. Siempre estoy buscando músicas y estilos nuevos que me estimulen, me aburre soberanamente pasear demasiado por las mismas zonas. Siempre tengo curiosidad por hobbys nuevos, por hacer cosas nuevas.
Llevo unas semanas pensando si no debería proponerle a mi padre algún viaje, encargarme yo de todo para que no tenga más que mover los pies, porque me da un poco de pena que prácticamente vaya a vivir así el resto de su vida. Igual me manda a tomar por culo. Igual si nunca ha ido a otro sitio que Argentina es porque le da asco viajar y lo que le mola es la huerta y pasear por lugares familiares pensando en sus cosas.
Cuando yo desayuno café, al mes ya tengo que cambiar el desayuno porque se me cierra el estómago. La rutina de mi padre me llevaría al suicidio en cosa de 8 o 10 meses.
Y vosotros qué. Sois de rutina o sois culos inquietos. Sois cuadriculados o tenéis flexibilidad en vuestro día a día. Os gusta variar o saliendo de vuestros hábitos diarios os sentís perdidos e incómodos.