Artesanos: talleres con olor a cuerazo y moho insoportable. Hoy: encuadernadores

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15 May 2013
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Es que no sé qué esperas, a lo mejor querías que fuera la edición príncipe en gran formato e ilustrada con grabados, en vitela con los filos en oro y encuadernada en cuero repujado de DIARIO DE UN PUTERO. :lol:
Mi viejo tiene montado en el trastero un taller de encuadernación, a parte de herramientas para varias faenas más.
Una prensa y una guillotina de hierro colado que pesan un quintal, para coser, dorar, gubias (no recuerdo su nombre) para trabajar la piel y todo tipo de cachivaches, hacíamos hasta las guardas nosotros (con las tintas).
En la casa de Entrevías lo tenía montado en medio del salón y ahí pase mi primera infancia, viéndole trabajar.
Siempre he bajado a ayudarle y hasta he hecho unos cuantos intentos de aprender seriamente el oficio (saber por encima... ya sé).
Una pena que estas cosas ya no interesen, no se paguen, y se estén perdiendo.
 
Mi viejo tiene montado en el trastero un taller de encuadernación, a parte de herramientas para varias faenas más.
Una prensa y una guillotina de hierro colado que pesan un quintal, para coser, dorar, gubias (no recuerdo su nombre) para trabajar la piel y todo tipo de cachivaches, hacíamos hasta las guardas nosotros (con las tintas).
En la casa de Entrevías lo tenía montado en medio del salón y ahí pase mi primera infancia, viéndole trabajar.
Siempre he bajado a ayudarle y hasta he hecho unos cuantos intentos de aprender seriamente el oficio (saber por encima... ya sé).
Una pena que estas cosas ya no interesen, no se paguen, y se estén perdiendo.
Igual un verano que pase por allí me encuaderno los libros que tengo del puto gordo en de piel de cabra con guardas artesanales (no).
 
Mi viejo tiene montado en el trastero un taller de encuadernación, a parte de herramientas para varias faenas más.
Una prensa y una guillotina de hierro colado que pesan un quintal, para coser, dorar, gubias (no recuerdo su nombre) para trabajar la piel y todo tipo de cachivaches, hacíamos hasta las guardas nosotros (con las tintas).
En la casa de Entrevías lo tenía montado en medio del salón y ahí pase mi primera infancia, viéndole trabajar.
Siempre he bajado a ayudarle y hasta he hecho unos cuantos intentos de aprender seriamente el oficio (saber por encima... ya sé).
Una pena que estas cosas ya no interesen, no se paguen, y se estén perdiendo.

Por aquí hay una chica que hace encuadernación artesanal. Unas cosas guapísimas. Yo le he pedido dos cuadernos y le pediré más cosas, si aguanta las turbulencias de la crisis. Hace talleres en los que vas y te haces un cuaderno a tu gusto y luego te da unas hojas con los pasos a seguir para hacer tú mismo en casa lo que has hecho con ella.

Así hay algún que otro negocio aquí y allá. El oficio no va a desaparecer, pero se ha movido en parte a internet, porque tú pagas el alquiler y gastos de un local y luego en tres días no entra nadie. Mejor exponer en una tienda online o Etsy. Al menos en ciudades pequeñas con clientela escasa, entiendo que en Madrid una tienda así puede ir como un cohete.
 
Última edición:
Serdo, quiero hacerle un encargo a tu viejo. Una encuadernación de Las cenas del embajador, en papel de alta calidad y con las ilustraciones a medía página o página entera, ya daría las instrucciones. Pídele presupuesto, pero que no se suba a la parra.
 
Así hay algún que otro negocio aquí y allá.
Como dice @ilovegintonic está la cosa jodida. Una cosa es hacer unos cuadernos o que los haga un cliente que acaba de llegar (que yo he hecho miles) y otra encuadernar bien un libro.
Una cosa es encuadernar un libro como ves en los vídeos de YouTube y otra muy distinta encuadernar un libro como lo hace alguien que sabe y que ha aprendido el oficio, una sólida obra de arte que puedes exponer y aguanta bastante al paso del tiempo.

Yo veo vidrios del tema y los resultados no suelen tener nada que ver. Las tapas duras, encuadernadas en piel, con el dorado bien hecho, las cejillas bien puestas y elegidas en consonancia al resto de colores, lo mismo para las guardas, bien cosido todo, marcapáginas,... Coger un libro bien encuadernado con el tacto a piel es una cosa acojonante.
Pocas cosas he visto en Youtube que puedan exponerse en una biblioteca sería y menos aguantar el paso de los años con clase.

No sé lo que le costaría en la época a mi viejo la guillotina, pero puedes pesar 300 kg perfectamente. Necesitas un taller en condiciones y algo de herramienta.

Ya pocos están dispuestos a llevar un libro a un encuadernador y pagar lo que vale.
 
Última edición:
Como dice @ilovegintonic está la cosa jodida. Una cosa es hacer unos cuadernos o que los haga un cliente que acaba de llegar (que yo he hecho miles) y otra encuadernar bien un libro.
Una cosa es encuadernar un libro como ves en los vídeos de YouTube y otra muy distinta encuadernar un libro como lo hace alguien que sabe y que ha aprendido el oficio, una sólida obra de arte que puedes exponer y aguanta bastante al paso del tiempo.

Yo veo vidrios del tema y los resultados no suelen tener nada que ver. Las tapas duras, encuadernadas en piel, con el dorado bien hecho, las cejillas bien puestas y elegidas en consonancia al resto de colores, lo mismo para las guardas, bien cosido todo, marcapáginas,... Coger un libro bien encuadernado con el tacto a piel es una cosa acojonante.
Pocas cosas he visto en Youtube que puedan exponerse en una biblioteca sería y menos aguantar el paso de los años con clase.

No sé lo que le costaría en la época a mi viejo la guillotina, pero puedes pesar 300 kg perfectamente. Necesitas un taller en condiciones y algo de herramienta.

Ya pocos están dispuestos a llevar un libro a un encuadernador y pagar lo que vale.
Si paso alguna vez por casa ya subiré fotos de encuadernaciones serías que hizo el viejo en su juventud.
 
Como dice @ilovegintonic está la cosa jodida. Una cosa es hacer unos cuadernos o que los haga un cliente que acaba de llegar (que yo he hecho miles) y otra encuadernar bien un libro.
Una cosa es encuadernar un libro como ves en los vídeos de YouTube y otra muy distinta encuadernar un libro como lo hace alguien que sabe y que ha aprendido el oficio, una sólida obra de arte que puedes exponer y aguanta bastante al paso del tiempo.

Yo veo vidrios del tema y los resultados no suelen tener nada que ver. Las tapas duras, encuadernadas en piel, con el dorado bien hecho, las cejillas bien puestas y elegidas en consonancia al resto de colores, lo mismo para las guardas, bien cosido todo, marcapáginas,... Coger un libro bien encuadernado con el tacto a piel es una cosa acojonante.
Pocas cosas he visto en Youtube que puedan exponerse en una biblioteca sería y menos aguantar el paso de los años con clase.

No sé lo que le costaría en la época a mi viejo la guillotina, pero puedes pesar 300 kg perfectamente. Necesitas un taller en condiciones y algo de herramienta.

Ya pocos están dispuestos a llevar un libro a un encuadernador y pagar lo que vale.
Está claro que hay mecánicos de barrio y mecánicos especializados en Maseratti.
Pero eso no quita para que haya quien te pueda encuadernar las cartas que se mandaban tus abuelos a tu gusto, con las medidas que quieras, el papel o la tela que te guste para las tapas, y la costura y el cierre que te de la gana. Y por lo que yo conozco es un trabajo fino, bien hecho y único.

Igualmente tienes muebles de Ikea, muebles hechos a mano que resultan relativamente caros, y muebles de artesanos de habilidades fuera de lo común que solo están al alcance de los muy ricos. Yo hago un esfuerzo y trato de comprar los segundos cuando se da el caso, porque son los que veo que caminan por la cuerda floja aquí.

Casi cualquiera puede contribuir a mantener la tienda de un artesano si en vez de gastarse 150 euros en una mesa mala se gasta 500 en una buena hecha al gusto.

Lo que quiero decir es que entre lo malo y lo excepcional hay un nicho de público muy justito dispuesto a apoyar el trabajo de los buenos artesanos. Los excepcionales dependen de escasos clientes que a veces son insuficientes.
 
Está claro que hay mecánicos de barrio y mecánicos especializados en Maseratti.
Pero eso no quita para que haya quien te pueda encuadernar las cartas que se mandaban tus abuelos a tu gusto, con las medidas que quieras, el papel o la tela que te guste para las tapas, y la costura y el cierre que te de la gana. Y por lo que yo conozco es un trabajo fino, bien hecho y único.

Lo que quiero decir es que entre lo malo y lo excepcional hay un nicho de público muy justito dispuesto a apoyar el trabajo de los buenos artesanos. Los excepcionales dependen de escasos clientes que a veces son insuficientes.
No conozco a tu artesana de confianza y, como dije, no la meto en ningún saco. Voy a hablar de lo que sé y de lo que he visto.

No estoy hablando de excelencia o de encuadernación de lujo (dentro de que, a día de hoy, y por desgracia, la encuadernación de lujo es un producto de lujo).

Alguna vez me he encontrado alguna página/blog con nivel, pero los videos de Youtube que he visto (dentro de que ni quito mérito ni me parece mal) solo he encontrado un producto muy rústico, en la mayoría de los casos demasiado, y lo mismo puedo decir de los artesanos que he visto que a día de hoy se dedican a esto. Son personas que han aprendido (o improvisado/inventado) un par de técnicas y venden el producto derivado de ellas (que me parece perfecto).

Mi viejo se pasó la adolescencia ayudando en un taller y aprendió un oficio, que es de lo que yo hablaba al referirme a la encuadernación. Luego puedes ser mejor, excepcional o peor, dedicarte a materiales de lujo o no, pero tienes unos conocimientos.

En muchos casos vez que cogen un cordel, atan unas hojas, hacen dos mierdas más y tienen un libro/diario/cuaderno. No, hablo de que, el producto final es un libro de bastante mejor calidad que cualquier buena edición que puedas encontrar en una librería, sumando la mano y el alma del que lo ha hecho.

Hace unos años mi padre encuadernó un archivo de un ayuntamiento, la encuadernación más económica y rápida. Imitación piel (waflex o algo así se llama)... ves la biblioteca y parece cualquier despacho antiguo con sus libros bien hechos. Todos los libros iguales, ordenados, con el lomo dorado (título, numeración y pollas), abres un tomo y lo notas.

Que no digo que esa señora no sepa encuadernar o que mi padre sea la hostia (ni ha trabajado de ello nunca, ni le pone el mimo que un puto enfermo como yo pone a esas cosas), pero el oficio está prácticamente perdido y la mayoría de las cosas que puedes encontrar como encuadernación no se pueden considerar como tal. Sin menospreciarlas en lo más mínimo, solo que hablamos de cosas distintas (dentro de que el oficio de encuadernador incluye y te capacita para hacer cuadernos de todo tipo y calidad).

Comprás un libro que te gusta y lo mandas encuadernar bien, poniéndole una tapa de piel solo por el placer de leerlo así (tocar un libro encudernado en piel es un placer) o para tenerlo en la estantería y que se vea que es importante. Se empieza a joder un libro y lo llevas a encuadernar... Por poner dos ejemplos... ¿quién hace ya esto? y ¿quién lo paga?

Y que me parece de puta madre que compres cuadernos artesanales, como dije todo el mundo debería hacerlo (y se los debería poder permitir, que esa es otra). Ni me metía contigo, ni con la señora... que igual es una buena encudernadora o, sin serlo, hace cosas que merecen la pena... y aun que no las haga si gustan y se venden bien está. Pero el oficio está muerto, si no de qué iba a estar yo aquí comiendo espaguetis pudiendo estar en pijama en el trastero jugando a hacer libros... (esto último es una gilipollez, tengo pensado darle salida al taller en algún momento, ya encontraré el mercado, pero quiero hacer también libros no solo cuadernos).
 
Mi viejo tiene montado en el trastero un taller de encuadernación, a parte de herramientas para varias faenas más.
Una prensa y una guillotina de hierro colado que pesan un quintal, para coser, dorar, gubias (no recuerdo su nombre) para trabajar la piel y todo tipo de cachivaches, hacíamos hasta las guardas nosotros (con las tintas).
En la casa de Entrevías lo tenía montado en medio del salón y ahí pase mi primera infancia, viéndole trabajar.
Siempre he bajado a ayudarle y hasta he hecho unos cuantos intentos de aprender seriamente el oficio (saber por encima... ya sé).
Una pena que estas cosas ya no interesen, no se paguen, y se estén perdiendo.
La encuadernación es un arte. Qué envidia.
 
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