pastanaga
Freak
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Obviamente ninguno de nosostros ha protagonizado una tragedia aérea y desgraciadamente casi seguro que no lo haréis, así que ya se sabe de antemano que todo lo que se cuente aquí más o menos acabará sin chicha. Sirva en cualquier caso este hilo para acumular anecdotones sobre incidentes vividos en aviones. O barcos. O trenes. O dromedarios. Para otros medios, consultar antes.
Espero que vuestras historias tengan algo más de interés que las mías. Como la de un vuelo de esos de madrugada que se compran por ser 10 euros más baratos que los diurnos (sin contar que echando una cabezada en las sillas del aeropuerto te ahorras una noche de hotel). No sé por qué, sin ser el origen ni el destino hubs siempre he visto abundante cantidad de extranjeros que no son ni de un lugar ni del otro. A la hora de embarcar, retuvieron a una africana primero y luego a un africano, en principio sin relación entre ellos (los dos eran negros, pero de países distintos). Dejaron entrar a la mujer a continuación del resto, pero él no entró en el avión.
Estuvimos esperando como de costumbre que llegase la hora de despegar, pero pasó y allí no se cerró la puerta del avión ni se retiró el finger ni nada. Fue pasando el rato y nada. Yo no tenía prisa porque total iba a tener que hacer tiempo después de aterrizar, pero algunos se empezaron a poner nerviosos. Sobre todo, al ver entrar y salir a policías y a los pilotos (por cierto que el copiloto tenía una pinta de divertirse con la tripulación que no veas).
De repente, una china que estaba detrás de mí se levantó y se dirigió rápidamente a la salida. La azafata le preguntó que a dónde iba y la tía le dijo con cierto pánico que se largaba. Tras consultar con los comandantes, por evidentes razones de seguridad las azafatas tuvieron que buscar en los portaequipajes cualquier bolsa que hubiera podido dejar la china de los cojones.
Al poco, un norteamericano de más atrás se levantó alterado y fue a pedirle explicaciones a la azafata. La tía le dijo que tranquilo, que volviese a su sitio que sencillamente había un problema con el pasaporte de un viajero. El tío volvió a sentarse pero la cara era de paranoia total. Yo me reía internamente de lo peliculera que es la gente, aunque igual es que soy un inconsciente y lo normal es temerse lo peor.
De todas formas, la situación no cambió: Iban pasando los minutos y los policías, y nadie informaba de nada aunque le decían al piloto que era su decisión si volábamos o no. Hasta que al cabo de no sé cuánto entró el negro y se fue a su asiento a pesar de que todavía mantuvieron el trajín. El americano de antes se volvió a plantar en la salida del avión con sus cosas, aguantándose la caca a duras penas, diciendo que se bajaba. Esta vez la azafata estuvo más lista y le respondió que no, que no estaba permitido (lo que habría faltado, vuelta a empezar el numerito de buscar equipaje de mano).
Al final el piloto dijo por megafonía que había habido un problema con el pasaporte de un viajero pero que se había aclarado y que no pasaba nada y que volaríamos a no sé cuántos pies de altura.
Espero que vuestras historias tengan algo más de interés que las mías. Como la de un vuelo de esos de madrugada que se compran por ser 10 euros más baratos que los diurnos (sin contar que echando una cabezada en las sillas del aeropuerto te ahorras una noche de hotel). No sé por qué, sin ser el origen ni el destino hubs siempre he visto abundante cantidad de extranjeros que no son ni de un lugar ni del otro. A la hora de embarcar, retuvieron a una africana primero y luego a un africano, en principio sin relación entre ellos (los dos eran negros, pero de países distintos). Dejaron entrar a la mujer a continuación del resto, pero él no entró en el avión.
Estuvimos esperando como de costumbre que llegase la hora de despegar, pero pasó y allí no se cerró la puerta del avión ni se retiró el finger ni nada. Fue pasando el rato y nada. Yo no tenía prisa porque total iba a tener que hacer tiempo después de aterrizar, pero algunos se empezaron a poner nerviosos. Sobre todo, al ver entrar y salir a policías y a los pilotos (por cierto que el copiloto tenía una pinta de divertirse con la tripulación que no veas).
De repente, una china que estaba detrás de mí se levantó y se dirigió rápidamente a la salida. La azafata le preguntó que a dónde iba y la tía le dijo con cierto pánico que se largaba. Tras consultar con los comandantes, por evidentes razones de seguridad las azafatas tuvieron que buscar en los portaequipajes cualquier bolsa que hubiera podido dejar la china de los cojones.
Al poco, un norteamericano de más atrás se levantó alterado y fue a pedirle explicaciones a la azafata. La tía le dijo que tranquilo, que volviese a su sitio que sencillamente había un problema con el pasaporte de un viajero. El tío volvió a sentarse pero la cara era de paranoia total. Yo me reía internamente de lo peliculera que es la gente, aunque igual es que soy un inconsciente y lo normal es temerse lo peor.
De todas formas, la situación no cambió: Iban pasando los minutos y los policías, y nadie informaba de nada aunque le decían al piloto que era su decisión si volábamos o no. Hasta que al cabo de no sé cuánto entró el negro y se fue a su asiento a pesar de que todavía mantuvieron el trajín. El americano de antes se volvió a plantar en la salida del avión con sus cosas, aguantándose la caca a duras penas, diciendo que se bajaba. Esta vez la azafata estuvo más lista y le respondió que no, que no estaba permitido (lo que habría faltado, vuelta a empezar el numerito de buscar equipaje de mano).
Al final el piloto dijo por megafonía que había habido un problema con el pasaporte de un viajero pero que se había aclarado y que no pasaba nada y que volaríamos a no sé cuántos pies de altura.