Sir Ano de Bergerac
La becaria de Aramís Fuster.
- Registro
- 10 Abr 2007
- Mensajes
- 15.910
- Reacciones
- 9.819
El pequeño y breve intercambio de ingenios que acabamos de tener @Max_Demian y yo en otro hilo me ha tocado un tema sensible que quería hablar con alguien.
Advierto que va a ser un hilo bastante deslavazado, como si hubiera sido abierto por @serdo
Siempre prioricé el hecho de tener una buena compañera sexual con la que haya confianza y entendimiento frente a meterse en una espiral de polvos furtivos, y sin embargo creo que estoy entrando en una. Frente a las confusiones que pueda generar esto, no es algo que me enorgullezca, pues, repito, siempre me ha parecido una mala opción y lo he juzgado negativamente cuando lo hacían otros. Quiero entender mejor qué te mete en estas dinámicas porque parece que hay algo pulsional, patológico o directamente enfermo.
Reconozco que, por inexperiencia, estaba totalmente equivocado. Cuando no estaba tan expuesto en el mercado solía pensar que éstos eran tiempos terriblemente hostiles para el ligue, y aunque sigo pensando que la hostilidad ideológica entre géneros causa muchas fricciones afectivas, ahora creo que éstos son los tiempos más fáciles para tener sexo esporádico de toda la historia, que follar es algo tan sencillo si conoces el TRUCO que ha perdido gran parte de su valor, y ya no es ni será como cuando los hombres nos sentíamos conquistadores por ligar y eso nos llenaba el pecho de orgullo.
Éste es un punto importante. En mi última época de soltería ligar era un asunto con el que se fardaba entre amigotes y todos te decían “¡Qué cabrónnnnnn!” con una mezcla de envidia y admiración cuando te liabas con un paibon. Ahora no es una actividad que despierte apenas la adrenalina y la la sensación de estar de cacería con el pulso a flor de piel donde todas tus acciones son decisivas. Ahora una app te ha emparejado con otra persona que ya sabes que tienes medio conquistada a través de fotos y conversaciones de tanteo para saber si es de tu rollo y así también indagar posibles taras ante las que salir huyendo antes de posibles desastres. Quedas y ya sabes que se está preguntando cuándo te vas a lanzar.
En estos años había ligado alguna vez a la vieja usanza, pero es que ya no se liga así. Desde que estoy en tinder todo es demasiado fácil. Saber que tienes en la recámara a un puñado de chicas guapas con ganas de conocerte da bastante gustirrinín en los guevos y se hace muy difícil rechazar planes apetecibles por muy saciado que estés. Y como la app tiene una lógica de videojuego bastante adictiva, entras casi todos los días a pasar el carrusel a ver qué cachonda nueva ha salido (esto es algo que estoy dejando ya)
Esto te lleva a acabar en embolaos sin ningún puto sentido como es estar follando con cinco tías a la vez, intentando cuadrar todo en un momento en el que ya tengo bastante saturación de responsabilidades de otros tipos. Hay una sensación de apremio constante, como que si no le hablas, quedas pronto y folláis, ese será un chocho que pasará por delante de tus narices sin ser catado; si tienes curiosidad por saber cómo será ese chocho, haces el esfuerzo una vez más.
A veces es divertido, otras muchas agobia debido a que tras un primer encuentro quieren mantener contacto contigo y conocerte más ¡Y yo también quiero conocerlas! Esto es delirante por momentos y tengo otro amigo que tras una ruptura también acabó así durante una temporada. Supongo que he conseguido ser parte de ese 10% que tienen un buen margen de elección y también supongo que será típica quemada de nuevo soltero en tinder, que con el tiempo aprendes a pasar y centrarte más. De hecho sí que estoy centrado en una de ellas a quien le parece bien todo esto y supongo que será con la que me quede cuando pase el vendaval, pero ese es tema para otro hilo que no creo que abra.
Me romperéis el corazón si pensáis que estoy aquí presumiendo de alguna cosa. Quiero analizar y discurrir con vosotros si estas apps son turbocapitalismo afectivo.
Salu2
Advierto que va a ser un hilo bastante deslavazado, como si hubiera sido abierto por @serdo
Siempre prioricé el hecho de tener una buena compañera sexual con la que haya confianza y entendimiento frente a meterse en una espiral de polvos furtivos, y sin embargo creo que estoy entrando en una. Frente a las confusiones que pueda generar esto, no es algo que me enorgullezca, pues, repito, siempre me ha parecido una mala opción y lo he juzgado negativamente cuando lo hacían otros. Quiero entender mejor qué te mete en estas dinámicas porque parece que hay algo pulsional, patológico o directamente enfermo.
Reconozco que, por inexperiencia, estaba totalmente equivocado. Cuando no estaba tan expuesto en el mercado solía pensar que éstos eran tiempos terriblemente hostiles para el ligue, y aunque sigo pensando que la hostilidad ideológica entre géneros causa muchas fricciones afectivas, ahora creo que éstos son los tiempos más fáciles para tener sexo esporádico de toda la historia, que follar es algo tan sencillo si conoces el TRUCO que ha perdido gran parte de su valor, y ya no es ni será como cuando los hombres nos sentíamos conquistadores por ligar y eso nos llenaba el pecho de orgullo.
Éste es un punto importante. En mi última época de soltería ligar era un asunto con el que se fardaba entre amigotes y todos te decían “¡Qué cabrónnnnnn!” con una mezcla de envidia y admiración cuando te liabas con un paibon. Ahora no es una actividad que despierte apenas la adrenalina y la la sensación de estar de cacería con el pulso a flor de piel donde todas tus acciones son decisivas. Ahora una app te ha emparejado con otra persona que ya sabes que tienes medio conquistada a través de fotos y conversaciones de tanteo para saber si es de tu rollo y así también indagar posibles taras ante las que salir huyendo antes de posibles desastres. Quedas y ya sabes que se está preguntando cuándo te vas a lanzar.
En estos años había ligado alguna vez a la vieja usanza, pero es que ya no se liga así. Desde que estoy en tinder todo es demasiado fácil. Saber que tienes en la recámara a un puñado de chicas guapas con ganas de conocerte da bastante gustirrinín en los guevos y se hace muy difícil rechazar planes apetecibles por muy saciado que estés. Y como la app tiene una lógica de videojuego bastante adictiva, entras casi todos los días a pasar el carrusel a ver qué cachonda nueva ha salido (esto es algo que estoy dejando ya)
Esto te lleva a acabar en embolaos sin ningún puto sentido como es estar follando con cinco tías a la vez, intentando cuadrar todo en un momento en el que ya tengo bastante saturación de responsabilidades de otros tipos. Hay una sensación de apremio constante, como que si no le hablas, quedas pronto y folláis, ese será un chocho que pasará por delante de tus narices sin ser catado; si tienes curiosidad por saber cómo será ese chocho, haces el esfuerzo una vez más.
A veces es divertido, otras muchas agobia debido a que tras un primer encuentro quieren mantener contacto contigo y conocerte más ¡Y yo también quiero conocerlas! Esto es delirante por momentos y tengo otro amigo que tras una ruptura también acabó así durante una temporada. Supongo que he conseguido ser parte de ese 10% que tienen un buen margen de elección y también supongo que será típica quemada de nuevo soltero en tinder, que con el tiempo aprendes a pasar y centrarte más. De hecho sí que estoy centrado en una de ellas a quien le parece bien todo esto y supongo que será con la que me quede cuando pase el vendaval, pero ese es tema para otro hilo que no creo que abra.
Me romperéis el corazón si pensáis que estoy aquí presumiendo de alguna cosa. Quiero analizar y discurrir con vosotros si estas apps son turbocapitalismo afectivo.
Salu2
Última edición: