Robot Maníaco-Depresivo
Novato de mierda
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- 30 Ene 2006
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Hay una sensación que llevo notando tiempo ha, que se suele incrementar conforme los meses de verano van llegando, y es la de un gran vacío por dentro, una debilidad interior, un incremento de la sensación de soledad, de falta de compañía, de ausencia total de cariño.
Sé que, al menos en parte, no es nada nueva esa sensación de sentirse solo incluso cuando estamos rodeados de amigos, familiares, y conocidos. Mi caso no es muy especial. De hecho, incluso me puedo considerar afortunado en cuanto a la cantidad y calidad de amistades que poco a poco he conseguido y mantenido. Pero a pesar de ello, a pesar de que cuando no estoy estudiando o haciendo algo productivo (como leer este foro o lanzar almendras a las palomas etílicas que pelean entre ellas para acabar procreando vilmente) estoy siempre con amigos o gente que me importa, noto ese vacío.
El problema viene en que ese vacío, ese pedacito de mi ser que no está completo, ese trozo de mi alma que siente profundamente que tiene más cosas para dar de las que realmente puede, tiene una gran dificultad para arreglarse. Y es que esto no es como el sexo. El deseo del sexo se puede satisfacer en mayor o menor medida, con cierta facilidad. Incluso aunque fuese un grado extremo de necesidad de satisfacer el deseo sexual (que, por otro lado, recomendaría hacérselo ver al que le ocurra dicho caso), siempre se puede paliar saliendo a un par de discotecas o, en casos más putalocurienses, soltando un par de billetes azules.
Sin embargo, en el caso de las relaciones es diferente. Eso no se puede buscar, incluso aunque se busque realmente es como buscar una aguja en un pajar. De hecho, ni siquiera debería ser deseable buscarlo. Si se da el caso, y dos personas se atraen lo suficiente, ya tienen una base para poder aceptar los sacrificios que supone el iniciar una relación (fidelidad, compromiso, y demás preciosos valores de los cuales ya se encargan de sacar tajada ciertas corporaciones, con su consecuente pérdida de valor y autenticidad emocional). Pero, si no, ¿qué sentido tiene? ¿por qué sentimos, o hay quienes sentimos, que por muy individuales que seamos, que por muy inflado que tengamos nuestro ego y por tanto nuestra autosuficiencia nos sobre y nos baste, y a pesar de nuestro orgullo y de todas esas cosas que hacen que seamos felices estando solos, que a pesar de todo eso, en el fondo, y estando solos, no estamos completos?
Desde este punto habrán varias corrientes de pensamiento. Algunos pensarán que las emociones relacionadas con el amor son las más profundas y por tanto es la forma de que realmente lleguemos a ser felices. Otros, en cambio, dirán que el fin de una especie (igual que la de un virus) es reproducirse; la de un individuo, ser feliz; por tanto, la organización de la naturaleza ha derivado en que la auténtica felicidad se alcance mediante la unión amorosa. Luego estarán aquellos que vean todo esto como algo totalmente irrelevante, y que la felicidad la alcanzarán a través de ellos y no a través de otra persona (si bien no quiere decir que no puedan tener pareja o querer a alguien).
No sé. Yo sólo sé que a pesar de que cualquier tarde de cervezas con mis amigos no tiene precio, que a pesar de que cualquier rato que disfrute yo conmigo mismo o con quien sea (pero con base en mi interpretación psicológica de la situación, y no de la mera compañía o actuación de la otra persona) es mejor que cualquier otro, y a pesar de que yo solo me baste y me sobre para ser feliz, a veces, sólo a veces, aunque sólo sea un efímero momento en que los rayos de luz se alineen perfectamente el horizonte que estoy contemplando, siento que nada de esto merece la pena sin sentir esa última caricia que me regala alguien generosamente después de haber pasado un día trabajando, o sin ese beso mañanero que hace que sepas que, pase lo que pase ese día, todo te saldrá bien.
Ya veis. Detalles minúsculos como esa caricia o ese beso que, si bien para realizarlos no se necesita esfuerzo alguno, ni son acciones titánicas que cambien el mundo, para mí, y como hormiga pululante entre los millones de seres que habitan este planeta que no es más que un guijarro en el cielo, puede hacerme cambiar toda mi forma de entender y sentir el Universo. Ains... :?
Me gustaría saber cómo os sentís vosotros, mis pequeños amigos ectoplásmicos, ante esto. ¿O realmente no es parte inherente de nuestra esencia y de nuestra forma de obtener la felicidad?
Sé que, al menos en parte, no es nada nueva esa sensación de sentirse solo incluso cuando estamos rodeados de amigos, familiares, y conocidos. Mi caso no es muy especial. De hecho, incluso me puedo considerar afortunado en cuanto a la cantidad y calidad de amistades que poco a poco he conseguido y mantenido. Pero a pesar de ello, a pesar de que cuando no estoy estudiando o haciendo algo productivo (como leer este foro o lanzar almendras a las palomas etílicas que pelean entre ellas para acabar procreando vilmente) estoy siempre con amigos o gente que me importa, noto ese vacío.
El problema viene en que ese vacío, ese pedacito de mi ser que no está completo, ese trozo de mi alma que siente profundamente que tiene más cosas para dar de las que realmente puede, tiene una gran dificultad para arreglarse. Y es que esto no es como el sexo. El deseo del sexo se puede satisfacer en mayor o menor medida, con cierta facilidad. Incluso aunque fuese un grado extremo de necesidad de satisfacer el deseo sexual (que, por otro lado, recomendaría hacérselo ver al que le ocurra dicho caso), siempre se puede paliar saliendo a un par de discotecas o, en casos más putalocurienses, soltando un par de billetes azules.
Sin embargo, en el caso de las relaciones es diferente. Eso no se puede buscar, incluso aunque se busque realmente es como buscar una aguja en un pajar. De hecho, ni siquiera debería ser deseable buscarlo. Si se da el caso, y dos personas se atraen lo suficiente, ya tienen una base para poder aceptar los sacrificios que supone el iniciar una relación (fidelidad, compromiso, y demás preciosos valores de los cuales ya se encargan de sacar tajada ciertas corporaciones, con su consecuente pérdida de valor y autenticidad emocional). Pero, si no, ¿qué sentido tiene? ¿por qué sentimos, o hay quienes sentimos, que por muy individuales que seamos, que por muy inflado que tengamos nuestro ego y por tanto nuestra autosuficiencia nos sobre y nos baste, y a pesar de nuestro orgullo y de todas esas cosas que hacen que seamos felices estando solos, que a pesar de todo eso, en el fondo, y estando solos, no estamos completos?
Desde este punto habrán varias corrientes de pensamiento. Algunos pensarán que las emociones relacionadas con el amor son las más profundas y por tanto es la forma de que realmente lleguemos a ser felices. Otros, en cambio, dirán que el fin de una especie (igual que la de un virus) es reproducirse; la de un individuo, ser feliz; por tanto, la organización de la naturaleza ha derivado en que la auténtica felicidad se alcance mediante la unión amorosa. Luego estarán aquellos que vean todo esto como algo totalmente irrelevante, y que la felicidad la alcanzarán a través de ellos y no a través de otra persona (si bien no quiere decir que no puedan tener pareja o querer a alguien).
No sé. Yo sólo sé que a pesar de que cualquier tarde de cervezas con mis amigos no tiene precio, que a pesar de que cualquier rato que disfrute yo conmigo mismo o con quien sea (pero con base en mi interpretación psicológica de la situación, y no de la mera compañía o actuación de la otra persona) es mejor que cualquier otro, y a pesar de que yo solo me baste y me sobre para ser feliz, a veces, sólo a veces, aunque sólo sea un efímero momento en que los rayos de luz se alineen perfectamente el horizonte que estoy contemplando, siento que nada de esto merece la pena sin sentir esa última caricia que me regala alguien generosamente después de haber pasado un día trabajando, o sin ese beso mañanero que hace que sepas que, pase lo que pase ese día, todo te saldrá bien.
Ya veis. Detalles minúsculos como esa caricia o ese beso que, si bien para realizarlos no se necesita esfuerzo alguno, ni son acciones titánicas que cambien el mundo, para mí, y como hormiga pululante entre los millones de seres que habitan este planeta que no es más que un guijarro en el cielo, puede hacerme cambiar toda mi forma de entender y sentir el Universo. Ains... :?
Me gustaría saber cómo os sentís vosotros, mis pequeños amigos ectoplásmicos, ante esto. ¿O realmente no es parte inherente de nuestra esencia y de nuestra forma de obtener la felicidad?