Ajedrez Bobby Fischer

Robert Canta

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2 Feb 2011
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EL NIÑO PRODIGIO

Lo primero que el mundo supo de Bobby Fischer fue cómo se imponía con las piezas negras al fuerte gran maestro Byrne tras realizar un espectacular sacrificio de dama en la Copa Rosenwald de Nueva York. Bautizada como "la inmortal", la partida se sigue considerando hoy día la mejor de la historia del ajedrez. Era 1956, y el joven Fischer contaba sólo con 13 años. Al año siguiente, se impone en el Campeonato Absoluto de Estados Unidos, victoria que repetiría en 1958, ganándose el derecho a participar en el Torneo de Candidatos para el Campeonato del Mundo, celebrado aquel año en Yugoslavia. En éste, finaliza 5º, tan sólo por detrás de Tal, Keres, Petrosian y Smyslov, y aunque no logra la ansiada plaza para las eliminatorias finales, deja claro que una nueva estrella ha surgido en el firmamento ajedrecístico.

Recién comenzado el año 1960, vuelve a imponerse por tercera vez consecutiva en el Campeonato de Estados Unidos, en el cual causa sensación el hecho de que haya abandonado sus juveniles vaqueros y jersey y se haya presentado impecablemente vestido con un traje a medida. Pocos meses después, y aún con 17 años, se enfrenta por primera vez a Boris Spassky, en el torneo de Mar del Plata, y aunque pierde la partida, logrará una espectacular 2ª plaza (por detrás del ruso) Ese mismo año acude a la Olimpiada de Leipzig como primer tablero de Estados Unidos, y gracias a él, su país obtiene por primera vez la medalla de Plata (por detrás de la eterna Rusia) En 1961 vuelve a imponerse en el campeonato de Estados Unidos, pero en 1962 declina hacerlo, alegando que se está preparando al 100% para el ciclo del Campeonato del Mundo.


CICLO DEL CAMPEONATO DEL MUNDO DE 1963 Y RETIRADA INTERNACIONAL

El joven prodigio no va en broma, y en el Interzonal de Estocolmo arrasa con 17.5 puntos de 22, imponiéndose con dos puntos y medio de ventaja sobre Geller y Petrosian. Bobby está eufórico, y afirma que vencerá en el Torneo de Candidatos de Curaçao y, posteriormente, destronará en el match final al campeón del mundo Botvinnik. Por ello, su 4ª plaza supone un duro golpe para él. Furioso, escribe un demoledor artículo en la revista Sports Illustrated -titulado "Los rusos controlan el ajedrez mundial"- en el que acusa a Petrosian, Keres y Geller (los tres que le superaron) de pactar tablas en todas las partidas que disputaron entre ellos. Bobby asegura que no volverá a tomar parte en el ciclo del Campeonato del Mundo, y tras una mediocre actuación en la Olimpiada de Varna (en la que dejó clara su irascibilidad en su famosa respuesta al árbitro que le instó a continuar una partida que había finalizado en tablas antes de la jugada 30: "¡yo sé mejor que la FIDE si una posición es tablas o no!"), vuelve a Estados Unidos y deja de jugar torneos internacionales.
 
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LOS AÑOS DEL RETIRO

Tras su retirada del panorama internacional, Fischer se dedica durante cuatro años a jugar exhibiciones de simultáneas y a dar conferencias sobre ajedrez por todo Estados Unidos, participando únicamente en el Campeonato de su país, el cual gana en 1963, 1964, 1965 y 1966. En la segunda de estas ocasiones, su puntuación perfecta de 11 puntos en 11 partidas deja vislumbrar lo que se avecina. Mientras tanto, la FIDE trata de persuadirlo para que vuelva a jugar el Ciclo de Candidatos al Campeonato del Mundo, pero Fischer alega que únicamente aceptará jugar un match final con el campeón del mundo, Botvinnik, sin tener que verse obligado a clasificarse.

Sin embargo, el enfrentarse únicamente a sus compatriotas hace que Bobby se vaya desmotivando poco a poco (de hecho, tras imponerse en el Campeonato de Estados Unidos de 1966 con menos superioridad que de costumbre, afirma: "a veces no vale la pena jugar demasiado bien"), por lo que en Julio de 1966 accede a participar en la Copa Piatigorsky. En su vuelta al ruedo, Fischer comienza de modo catastrófico, sumando tan sólo 4.5 puntos de los 10 disputados, pero a continuación encadena 6.5 puntos de los 7 siguientes, lo que le otorga la segunda plaza en la clasificación, por detrás de Spassky.

Será la última vez que alguien quede por delante de Fischer en un torneo.


L'ENFANT TERRIBLE

Bobby comienza el año 1967 como de costumbre: arrasando en el Campeonato de Estados Unidos. Y en Octubre, para sorpresa de todos, accede a participar en el Interzonal de Sousse (Túnez), donde luchará por obtener una plaza para el Campeonato del Mundo. Su comienzo en el torneo es demoledor, logrando 8.5 puntos de los 10 disputados. Sin embargo, queda contrariado al encontrarse con que, debido a sus propias exigencias religiosas (al ser judío, no quería jugar los sábados, lo cual le había sido concedido), tiene que jugar demasiadas partidas seguidas. Así pues, pide un día extra de descanso, y al no serle concedido, se retira del torneo.

Será el comienzo del Fischer exigente y caprichoso. Unas veces como rasgo de su carácter, pero otras de forma consciente y premeditada. Bobby comienza a comprender que lo importante para conseguir concesiones por parte de los rivales y organizadores es crear un gran revuelo alrededor de su carismática figura. "Fischer ha dejado la habitación", "Fischer ha pedido la cena en el restaurante", "Fischer ha cogido un taxi". Su impresionante carisma obliga a los organizadores a tratar por todos los medios de contentarle, pues ningún torneo que se precie puede prescindir de Bobby Fischer.


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En 1968 viaja a Lugano para participar en la Olimpiada en representación de su país, pero nada más visitar la sala de juego, alega que es demasiado pequeña y regresa a Estados Unidos. Al año siguiente, declina participar en el campeonato nacional porque de repente el formato de 11 partidas le parece corto. Quiere 22, y hasta entonces no lo volverá a jugar. En 1970 acude al torneo de Zagreb y, a pesar de que en la víspera había confesado al GM Bronstein que "viajaré allí, diré algo sobre la iluminación de la sala de juego y me iré", se ve obligado a jugar cuando descubre con asombro que los organizadores satisfacen absolutamente todas sus peticiones. Gana con dos puntos de ventaja en la clasificación.

Fischer ejerce una presión insoportable sobre organizadores y patrocinadores. Y en cuanto a sus rivales, el americano obtiene una primera victoria moral sobre ellos cuando todas sus peticiones son satisfechas. En el torneo de Buenos Aires de 1970, tras exigir de antemano que la competición se alargue dos días más de lo previsto, se presenta tarde a las dos primeras partidas, minando los nervios de sus adversarios. En la tercera, en la que se enfrenta a Tukmakov, pide que se ajuste la iluminación sobre el tablero de acuerdo a sus deseos. Una vez comprueba que todo está correcto, comienza a jugar. Esta atmósfera de culto a Fischer ejerce terribles efectos sobre sus rivales, quienes se sienten meras comparsas en mitad de un teatro organizado en torno al americano. Tukmakov pierde la partida sin apenas oponer resistencia.
 
Una pregunta Robert, tenía entendido que la partida llamada La Inmortal se jugó en Londres a mediados del siglo XIX y obviamente con otros participantes... ¿nos aclara esto?
 
Conforme vas escribiendo sobre él va cambiando mi percepción como leyenda a diva del ajedrez.
 
Gregory_Peck rebuznó:
Una pregunta Robert, tenía entendido que la partida llamada La Inmortal se jugó en Londres a mediados del siglo XIX y obviamente con otros participantes... ¿nos aclara esto?
Sí, la de Anderssen en 1851.

Hay dos "inmortales", y al final parece que la cosa quedó en la del siglo XIX y la del siglo XX.

También Najdorf quiso apuntarse una, pero no cuajó.
 
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INTERZONAL DE PALMA DE MALLORCA

A finales de 1970, Bobby está dispuesto a participar en el Interzonal de Palma de Mallorca para obtener una plaza en las eliminatorias del Campeonato del Mundo. Sin embargo, al no haber jugado el campeonato de su país, no puede hacerlo. Es entonces cuando la federación de ajedrez de Estados Unidos convence a Paul Benko para que ceda su plaza a Fischer, en un curioso guiño del destino.

Bobby comienza de modo arrollador, con 5.5 puntos de los primeros 6 disputados, pero de repente algo se quiebra en su interior y sufre para hacer tablas en las partidas 7ª y 8ª. En la 9ª se desmorona y pierde ante Larsen, y tampoco en la 10ª y 11ª es capaz de pasar de las tablas. En la ronda 12ª tiene que enfrentarse a quien en ese momento lidera el torneo: su bestia negra Geller, con quien a lo largo de su carrera ha tenido unos resultados desastrosos (dos victorias, dos tablas y cinco derrotas)

Fischer, con negras, plantea una pacífica línea de la Defensa Grünfeld, lo que hace pensar a Geller que el americano se conforma con unas tablas. Así las cosas, en la jugada 7 el ruso se las ofrece, y para sorpresa tanto suya como de los espectadores, Bobby comienza a reírse. Geller, desconcertado, ríe también, pensando que la risa de Fischer se debe a cierto alivio. Pero de pronto, Fischer deja de reír, se inclina hacia Geller y le dice: "Demasiado pronto". El americano realiza su jugada y el rostro de Geller se enrojece. Al poco tiempo, el ruso pierde un peón, y finalmente la partida.

Éste será el punto de inflexión que marque el fin de la historia de Bobby Fischer y el comienzo de la leyenda. Dos tablas más, asemejadas a las lentas maniobras de un avión que se dispone a enfilar la pista de despegue, serán la antesala de su serie de 19 victorias consecutivas frente a grandes maestros. Algo nunca visto en la historia del ajedrez. Las seis primeras, obtenidas en la recta final del torneo (ante Rubinetti, Ulhmann, Taimanov, Mecking, Gligoric y Panno), le otorgan la victoria (18.5 puntos de 23, con 3.5 de ventaja sobre Geller, Hübner y Larsen) y la plaza para participar en las eliminatorias por el Campeonato del Mundo.

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FISCHER CONTRA LA UNIÓN SOVIÉTICA

El desenlace del Interzonal alarma seriamente al Comité de Deportes de la URSS. El sprint final de Fischer demuestra que esta vez sí está decidido a ir a por el cetro de campeón del mundo recién adquirido por Spassky. Que esta vez no se va a retirar de la competición ante cualquier eventualidad.

El sorteo de la eliminatoria de los cuartos de final establece que Fischer deberá enfrentarse al ruso Taimanov, por lo que la maquinaria soviética, encabezada por el antiguo campeón mundial Botvinnik, comienza la preparación del match. El hecho de que, pese a sus espectaculares resultados en torneos, Fischer no tenga apenas experiencia en matches individuales, invita a los rusos al optimismo.


FISCHER 6 - 0 TAIMANOV

Nadie en la Unión Soviética dudaba de que Fischer ganaría el match celebrado en Vancouver (Canadá), pero el resultado de 6-0 fue un shock. Postnikov, presidente de la Federación Rusa de Ajedrez, afirmó que “los jugadores soviéticos de ajedrez nunca han sufrido un suceso tan vergonzoso”. El Comité de Deportes de la URSS decide castigar a Taimanov privándole de su título de “Maestro Honorífico del Deporte”, excluyéndolo del equipo olímpico y prohibiéndole salir del país.

Sin embargo, todos estos castigos le son perdonados en cuanto finaliza el match de semifinales disputado entre Fischer y el irlandés Larsen en Denver (Estados Unidos)


FISCHER 6 - 0 LARSEN

El shock mundial por el fracaso de Larsen es mucho mayor que en el caso de Taimanov, pues ahora es evidente que lo sucedido en Vancouver no había sido en modo alguno un accidente. Un sorprendido Tal escribió: “Al margen de quién juegue el match final contra Spassky y de quién lo gane, hoy puede afirmarse que una superioridad así en eventos de carácter mundial nunca ha sido exhibida por ningún aspirante a la corona del ajedrez”.

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PETROSIAN, EL ÚLTIMO ESCOLLO

En la eliminatoria final, Fischer tiene que enfrentarse en Buenos Aires al excampeón mundial Tigran Petrosian. De nuevo la maquinaria rusa se pone en marcha para tratar de frenar por todos los medios al americano, aunque la legendaria rocosidad del ruso garantiza que, al menos, podrá contener un par de envites del americano. Y luego, quién sabe. Quizá los nervios de Fischer se resquebrajen y termine o desmoronándose o abandonando el match con cualquier excusa.

En la primera partida, un Fischer desbordante de optimismo (y, por tanto, con nulo sentido del peligro) se adentra conscientemente en una variante preparada por los rusos. Pronto se ve sorprendido por la 11ª jugada de su rival, y en la 14ª queda en posición desesperada. En ese momento se va la luz del auditorio. Petrosian se levanta y el árbitro detiene el reloj. Sin embargo, Fischer continúa sentado, mirando la posición. Pasan unos minutos y Petrosian insta al árbitro a que obligue a Fischer a alejarse del tablero, pero Fischer -¡el mismo Fischer que tanta importancia concedía a la iluminación!- dice que no, que se ponga el reloj en marcha. Y sigue sentado ante el tablero, en penumbra. Instantes después vuelve la luz, Fischer realiza su jugada y, poco a poco, va solventando la situación hasta que logra imponerse.

Parecía imposible de creer. Tras haber estado al borde del colapso, Fischer había vuelto a ganar. Era su 13ª victoria consecutiva en los encuentros de candidatos, y la 19ª si contamos las últimas seis partidas del Interzonal de Palma de Mallorca. ¿Era Fischer invencible? Sin embargo, y como ya se ha dicho, Petrosian no era un rival cualquiera. Y en la segunda partida sorprendió a todos imponiéndose al americano brillantemente. Fue una sensación, y los espectadores se pusieron en pie aplaudiendo generosamente, incapaces de creer que alguien hubiera sido capaz de frenar a Fischer, quien parecía haber sufrido un shock. Ésta era la esperanza de los rusos, que el sistema nervioso del americano se tambaleara. Fischer sufrió lo indecible para entablar las tres partidas siguientes, en las que estuvo al borde de una nueva derrota en al menos dos de ellas. Pero en la sexta, Fischer consigue la victoria, y lo que es peor, recupera su confianza. En la séptima partida, el americano aplasta a Petrosian. Y en la 8ª y 9ª vuelve a imponerse sin que el ruso ofrezca ya resistencia.

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El excampeón mundial Petrosian ha sido igualmente aplastado por Fischer por un resultado de 6.5-2.5, con 5-1 a favor de Fischer si exceptuamos las tablas. ¿Qué va a poder hacer Spassky para evitar que Bobby le arrebate el trono de rey del ajedrez?
 
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EL MATCH DEL SIGLO

Antes del match, Fischer había declarado: "Cualquiera que entienda algo de ajedrez sabe que yo he sido el campeón del mundo a todos los efectos, salvo el formal, desde los últimos diez años". Spassky, por su parte, y a pesar de las recientes exhibiciones del americano, no aparentaba tener motivos para la intranquilidad. Después de todo, su historial con Fischer era de tres victorias a su favor, con dos tablas. Además, contaba en su equipo de analistas con tres excampeones mundiales (Smyslov, Tal y Petrosian) y dos candidatos (Keres y Korchnoi) Para la sede, Fischer quería Belgrado o el continente americano, y no estaba dispuesto a ceder. Spassky insistió en Reykjavik (Islandia), atraído sobre todo por las los 125.000$ que ofrecía dicha sede. Finalmente Euwe ejerce su autoridad de presidente de la FIDE y anuncia que el match comenzará el 2 de Julio en Reikjavik, amenazando con descalificar a Fischer si no comparece.

La ceremonia de apertura se celebró sin el americano. En el salón se encontraban Spassky, el presidente y ministros de Islandia, embajadores, numerosos huéspedes, periodistas… pero no Fischer. Euwe postergó el sorteo para el día siguiente, pero Fischer tampoco apareció. Euwe difirió el comienzo del match para dos días más tarde, lo que provocó ya las protestas de la delegación soviética. A los dos días, Fischer llegó, pero sólo después de que el patrocinador inglés James Slater hubiera doblado el fondo de premios (que alcanzaba así los 250.000$) Finalmente, el match comenzó nueve días después de la fecha programada.


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El desenlace de la primera partida fue sorprendente. Tras haber jugado ambos contendientes a hacer tablas, simplificando la posición y dejando la partida como mera toma de contacto, Fischer captura inesperadamente el ya famoso peón de h2, quedando su alfil encerrado y perdiendo finalmente la partida. Mucho se ha especulado durante las décadas posteriores sobre esta decisión, pero la teoría más pausible es que Bobby pensó que, pese a la captura, la partida terminaría igualmente en tablas, aunque con la diferencia de que habría demostrado a Spassky que, en una posición de tablas y con las piezas negras, había intentado ganar por todos los medios.


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Entonces sucedió algo imprevisto: Fischer no se presentó a jugar la segunda partida, y recibió un nuevo cero en su marcador. Su explicación fue que durante la primera partida se había dado cuenta de que el equipo de televisión estaba filmando directamente el tablero, y que él nunca había permitido tal cosa en el contrato. Alegó, además, que la cámara hacía demasiado ruido y no le permitía concentrarse. Se rumoreó que había comprado ya el billete de su vuelo de regreso a Estados Unidos, pero finalmente aceptó la derrota a cambio de algunas peticiones: 1) debería suspenderse la filmación del match (al final, sólo se filmó la octava partida, en secreto, para demostrar que la cámara no hacía ruido alguno), 2) se le concedería un coche deportivo con marcha automática, 3) dispondría de una piscina de agua caliente, 4) se le permitiría usar en exclusiva una pista de tenis, 5) el tablero sería reemplazado, pues el contraste entre las casillas blancas y negras le parecía insuficiente, 6) se le llevaría regularmente al escenario zumo de naranja natural, y 7) cuando se dirigiese a la sala de juego, ¡todos los semáforos deberían tener luz verde a su paso! Y pese a todo, sólo estaba dispuesto a jugar la tercera partida si ésta se disputaba a puerta cerrada, en una pequeña habitación aparte.


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El árbitro activa el reloj para la disputa de la 2ª partida, pero Fischer no aparecerá


Tras mucha labor diplomática, el árbitro logró persuadir a Spassky de que aceptara aquella última petición, y tras conseguirlo, se disputó la tercera partida. Fischer, con negras, plantea la agresiva apertura Benoni y gana por primera vez en su carrera a Spassky, recortando distancias en el marcador: 1-2.

A partir de ahí, Spassky se convierte en manos de Fischer en el mismo muñeco que fueron Taimanov, Larsen y Petrosian. Tras haber comenzado con dos puntos de desventaja, Fischer endosa a Spassky un 5-0 en las siguientes ocho partidas (con tres tablas) En la 11ª, el ruso caza a Bobby con una preparación casera, pero tras unas tablas, Fischer vuelve a imponerse en la 13ª. A partir de ahí, Spassky trata de aguantar la paliza y se sucede una serie de siete tablas seguidas hasta que, finalmente, Fischer gana la 21ª y el match queda concluido. Bobby Fischer es el nuevo campeón del mundo.

Un perfecto retrato del nuevo campeón es el que muestra Krogius en su crónica de la ceremonia de premios: "Tras entregarle el sobre con el cheque del premio, Euwe extendió su mano. Pero Fischer no tiene prisa. Abre el sobre y estudia minuciosamente el cheque. La mano de Euwe sigue suspendida en el aire. Por fin, tras convencerse de que todo está en orden, dobla cuidadosamente el cheque y lo coloca en el bolsillo interior de su chaqueta. Después de esto, estrecha la mano del presidente y rápidamente vuelve a su mesa, donde se concentra en su filete, pero rechaza con firmeza una copa de vino. En el escenario, entretanto, se suceden discursos en honor del nuevo campeón. Después de finalizar su comida, Fischer mira alrededor con aire ausente. De pronto, su mirada se ilumina y busca algo en el bolsillo interior de su chaqueta. ¿No irá a comprobar de nuevo el cheque? No. Extrae su gastado ajedrez de bolsillo, coloca una posición y, ajeno a cuanto sucede en torno suyo, pronto se sume en sus reflexiones".


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Fischer fue recibido en Estados Unidos como un héroe nacional. El alcalde de Nueva York ofreció al triunfante vencedor una medalla de oro, e incluso el presidente Richard Nixon le envió un telegrama para invitarle a una recepción oficial en la Casa Blanca. Bobby, sin embargo, rehusó la invitación alegando que "no me pagarían nada por esta visita. Además, hubiera sido una importante distracción". Las empresas le ofrecieron suculentos contratos publicitarios. Por su participación en un show televisivo, se le ofrecieron 10.000$. Por aportar su nombre a un curso de ajedrez grabado en cinta magnetofónica, 100.000$. También se le propuso hacer publicidad de Pepsi, whisky, cerveza, ropa deportiva, crema de afeitado… Pero Bobby rechazó todas las ofertas, alegando que "esos sinvergüenzas no ganarán un céntimo a mi costa". Para él, aceptar esas ofertas no beneficiaría al ajedrez, pues rebajaría su prestigio como campeón del mundo.

A la vez que rehusaba millones de dólares en contratos publicitarios, Fischer se permitía pedir condiciones imposibles por su participación en los diferentes torneos. Pidió 150.000$ por su participación en la Olimpiada de Skojpe de 1972, y los mismos 150.000$ por su participación en la Olimpiada de Niza de 1974, además de la condición de jugar sus partidas en una habitación aparte. Así las cosas, llega 1975, el año en que debe defender su título mundial, sin que el americano haya jugado una sola partida desde que derrotara a Spassky en la 21ª de aquel match.


RENUNCIA AL TÍTULO MUNDIAL Y DESAPARICIÓN

Para la defensa de su título, Fischer impone a la FIDE las reglas del ajedrez de la época de Steinitz (siglo XIX): el match se jugaría a 10 victorias, sin un número de partidas determinado, con retención del título por parte del campeón si se alcanza el resultado de 9-9. Tras muchas deliberaciones, la FIDE rechaza la propuesta, y Fischer renuncia a su título mundial, el cual es concedido automáticamente al ruso Karpov.

Entonces Bobby Fischer, simplemente, desaparece.
 
Siempre me resultó, al leer la vida de este hombre y los acontecimiento que el Sr. Canta ha relatado de forma maestra, tremendamente hilarante la forma en que el egocentrismo de Fischer se impuso.


Mi pregunta, Sr. Canta es ¿por qué?


Es decir, ¿porqué la FIDE no hizo lo que debería haber hecho desde el primer momento, desde la primera exigencia chorra de Fischer o de cualquier otro jugador?

¿Por qué no le dijo...?


"Mira, SUBNORMAL, a partir de ahora vas a ser un niño bueno o no vas a jugar más al ajedrez de forma profesional en tu puta vida".

Que por supuesto Fischer se habría ido enfurruñado, como el niño mental que en realidad era, pero ¿y qué?



Jamás lo entenderé, pero las risas al leer sobre esto y al ver el documental, fueron antológicas en su día.
 
Darkiano rebuznó:
Es decir, ¿porqué la FIDE no hizo lo que debería haber hecho desde el primer momento, desde la primera exigencia chorra de Fischer o de cualquier otro jugador?
Porque los caprichos de Fischer, más que obedecer al egocentrismo, obedecían a una cuerda psicológica que él tensaba poco a poco hasta el límite donde daba de sí.

Por ejemplo, durante el match contra Spassky, y como he relatado, presentó formalmente una lista de condiciones para seguir jugando. Sin embargo, cuando para contrarrestar este golpe psicológico Spassky hizo lo mismo unas rondas más tarde, Fischer recibió la lista en su habitación, se rió a carcajadas y la rompió.

Él sabía que las exigencias, tanto de una parte como de otra, eran gilipolleces.
 
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¿DÓNDE ESTÁ EL CAMPEÓN?

Desde 1975 en adelante fueron apareciendo regularmente informaciones en la prensa acerca de que Fischer pensaba jugar un match con este o aquel gran maestro (fuera, por supuesto, de los auspicios de la FIDE, ya que él seguía considerándose a sí mismo el legítimo campeón del mundo) Hubo rumores sobre un match con el propio Karpov, con Mecking, con Korchnoi, con Ljubojevic, con Gligoric, con Timman… Pero nada se llegó a concretar nunca. En 1977 accedió a jugar un match de exhibición contra una computadora, y la derrotó 3-0. Posteriormente jugó un match de entrenamiento con su antiguo maestro Collins, al que demolió 16-1. Numerosos grandes maestros, amigos suyos, fueron a visitarle durante estos años a su casa de Pasadena (California), y a pesar de que ninguno de ellos jugó una sola partida de ajedrez con él, todos afirmaron lo mismo: "tuve la sensación de que seguía teniendo delante al jugador de ajedrez más fuerte del mundo".

A lo largo de los años fueron apareciendo libros sobre su figura, la mayoría de ellos denigrándole. Fischer demandó a numerosas editoriales, y estos pleitos, según sus propias palabras, se fueron comieron todo su dinero. Sin embargo, jamás aceptó las decenas de ofertas que le llovieron por volver al tablero. Él siempre exigía más y más, no se sabe si por una cuestión de prestigio o porque, simplemente, no quería volver a jugar.


UNA FUGAZ APARICIÓN

Y ya el mundo del ajedrez estaba resignado cuando, para gran conmoción mundial, en 1.992 y justamente veinte años después de su match con Spassky, se anuncia un "match revancha" en Yugoslavia, con un fondo de premios de cinco millones de dólares, algo a lo que jamás hubieran podido aspirar Karpov o Kasparov, quienes por entonces dominaban la élite mundial.

El momento que todos esperaban fue relatado así por Nikitin: "Un hombre alto, robusto, con barba y patillas, compensando el cabello que había desaparecido de su cabeza, caminó hasta la mesa de ajedrez con un paso familiar y, sin apresurarse, se sentó en una confortable silla". Fischer estaba de nuevo frente a un tablero de ajedrez.


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La primera partida fue de una excelente calidad. Fischer barrió a Spassky y el mundo del ajedrez se mostró entusiasmado con la fuerza de su juego tras veinte años de retiro. El propio Kasparov admitió su sorpresa, si bien dudaba de que el americano fuera a mantener el nivel durante todo el match. El transcurso de las partidas le fue dando la razón, pues en la segunda, y tras obtener una posición ganadora, Bobby dejó patente su falta de práctica al ser incapaz de imponerse. En cualquier caso, Fischer terminó ganando el match por 10-5, demostrando que tras veinte años de retiro seguía siendo capaz de derrotar a Spassky.

Nunca se sabrá si Fischer, ya con más rodaje, hubiera vuelto a defender su "título" ante algún jugador de la nueva élite mundial, pues el jugar en Yugoslavia había supuesto la violación de una resolución que la ONU mantenía por entonces sobre aquel país. Bobby no sólo la había quebrantado sino que, además (y poniendo de manifiesto que algo había comenzado a ir mal en su cabeza), en la rueda de prensa previa al match había escupido sobre la carta que el gobierno americano le había enviado advirtiéndole de que se enfrentaría a una orden de busca y captura y una pena de diez años de cárcel si decidía jugar. Desde ese momento, Fischer se convirtió en un fugitivo, y a partir de ahí sólo hubo rumores acerca de su paradero, así como sobre su cada vez más deteriorado estado mental.


GUEST71

Se habló de Yugoslavia, Islandia, Hungría…, pero la opción más fiable parecía ser la de Tokio, donde posteriormente se supo que convivió varios años con la presidenta de la Federación Japonesa de Ajedrez. En el año 2001, el inglés Nigel Short, top-10 mundial y subcampeón del mundo en 1993, sorprendió a todos al declarar que estaba convencido de que se había enfrentado al genio americano a través del portal de Internet ICC, en partidas de blitz (ajedrez rápido) Short lo contó así:

"Mi oponente invisible comenzó con algunas jugadas altamente irregulares, hasta absurdas. Pero entonces me percaté de otra cosa: desde una deliberadamente poco prometedora posición emergieron jugadas extraordinariamente poderosas. En esta primera partida fui totalmente aplastado. Me tomé más precauciones en la segunda partida, pero con el mismo resultado. Sus aperturas fueron aún más extrañas, exponiendo su propio Rey a un asalto inmediato. Era como si deliberadamente intentara ponerse en desventaja. Sin embargo, me ganó otra vez. Después de ocho partidas y ocho derrotas me disculpé por mi pobre actuación y me fui."


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1.f3?! d5 2.c3? Cf6 3.Rf2? e5 4.Re3??

"Mi oponente había movido con rapidez asombrosa. Su mecanografía era también muy veloz, porque chateamos sin cesar durante nuestras partidas. Era amable, gracioso, y obviamente estadounidense, a deducir de su lenguaje y patrón de conversación. También estaba muy familiarizado de manera un tanto cotilla con las figuras más importantes del mundo del ajedrez en la década de los 60 (el período de mayor actividad de Fischer) Quise probar a mi antagonista un poco más, así que me inventé unas cuantas preguntas capciosas a medida que jugábamos. Por ejemplo, le pregunté: "¿Conoces a Armando Acevedo?" (el señor Acevedo es un oscuro jugador mejicano en absoluto conocido) La respuesta de mi oponente fue instantánea, aunque críptica: "Siegen 1970". Pues si examinan el libro del torneo de la Olimpíada de Siegen comprobarán que Bobby Fischer se enfrentó a un tal Armando Acevedo en una de las rondas preliminares. En ningún momento le pregunté a mi oponente: "¿Estoy jugando contra Bobby Fischer? Sin embargo, le pregunté quien era el jugador de rápidas más fuerte que se había enfrentado. Su respuesta fue: "Si fuera el que tú piensas que soy te diría que Mikhail Tal". (Tal, el brillante ex-Campeón Mundial de ajedrez, le propinó a Fischer una serie de derrotas contundentes cuando ambos se enfrentaron en la década de los 50, siendo Bobby un niño) Describí mis experiencias al hombre que conoce a Fischer tan bien como cualquier otro: Boris Spassky, su antiguo rival. Boris consideró que era muy probable que me hubiera encontrado con el escurridizo genio. Cuando le dije que, al contrario de lo que la gente piensa, Fischer no parecía estar loco ni mucho menos, Boris contestó: "Por supuesto, no lo está"."

Muchos grandes jugadores cayeron ante el misterioso guest, y tras numerosas peticiones de que se revelara la identidad de la persona que se escondía tras aquel anodino nick, el portal ICC accedió a investigar. La IP pertenecía a un cibercafé de Tokio.


ÚLTIMOS AÑOS EN ISLANDIA

Lo siguiente que se supo de Bobby Fischer fue que era detenido en el aeropuerto de Tokio. Japón estaba dispuesto a extraditarle a Estados Unidos cuando, de pronto, Islandia, el país en el que se coronó rey mundial del ajedrez, se interpone y le concede la nacionalidad islandesa. Bobby pasará allí y en libertad los últimos años de su vida.

Finalmente, el 17 de Enero del 2008, a los 64 años de edad (tantos como casillas tiene el tablero de ajedrez) y víctima de una insuficiencia renal degenerativa que nunca había querido tratarse -pues no confiaba en los médicos-, muere.

La tumba de Bobby Fischer se encuentra en Islandia, a 60 km de Reykjavik, la ciudad que vio coronarse al mayor genio de la historia del ajedrez.


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Fascinante, sin duda. La historia de Guest71 me ha dejado flipado. Esta renuncia a seguir con la actividad en la que eres un genio, así, de repente, este NO rotundo, es algo que me ha fascinado siempre. Supongo que conocerás, de Vila-Matas, Bartleby y compañía, donde se habla de este tema.

Qué cosa, joder, este mandarlo todo a tomar por culo. Gracias, Canta.
 
Muchas gracias por el relato Robert, ha sido estupendo. Sabía de Fischer lo que todo el mundo: que fue campeón y niño prodigio, que está considerado de los mejores de la historia, que se impuso a los rusos en la guerra fría, que tenía peticiones extrañas y que desapareció de la imagen pública. Lo de la nacionalidad islandesa lo leí en la prensa cuando murió.


¿Se sabe si en el historial médico de Fischer se dice algo de alguna enfermedad mental diagnosticada?
 
Robert Canta rebuznó:
Tras entregarle el sobre con el cheque del premio, Euwe extendió su mano. Pero Fischer no tiene prisa. Abre el sobre y estudia minuciosamente el cheque. La mano de Euwe sigue suspendida en el aire. Por fin, tras convencerse de que todo está en orden, dobla cuidadosamente el cheque y lo coloca en el bolsillo interior de su chaqueta.
Ahí demostró ser judío de pro, más que cuando se negó a jugar en Sabbath.

Toneti rebuznó:
Ha habido, hay o habrá algún hermano (negro) ajedrecista?
Anecdotón va.
Hace años, un conocido del barrio que iba de skin me empezó a hablar de la supremacía blanca, de la menor inteligencia de los negros, etc. y puso el ejemplo concreto de que un negro nunca podría ser campeón de ajedrez. Le dije que eso ya había pasado, que Bobby Fisher era negro, y se quedó todo pillado el muy capullo :lol:
 
Hilazo!! Lo sigo leyendo en otro rato.
gracias.
 
Robert Canta rebuznó:
Entonces, Rubén, Fischer, ¿diva o leyenda?

Diva legendaria. :lol:

En serio, comportamiento de genio de manual, pero si ahora llega este chico joven y supera sus marcas y gana más campeonatos que nadie, todos deberán reconocerlo como el mejor de la historia. Y quizá Fischer fuese mejor, pero hablaríamos de la diferencia entre Ronaldo y CR9, o sea, el brasileño tenía más talento y condiciones pero el portugués es mejor jugador, porque una parte del juego es la competencia, y ahí no se pueden comparar. ¿Era Fischer competitivo? Depende cómo se mire me podrías decir que más que nadie, pero a la luz de sus actos pues no me queda tan claro. Este tipo de figuras siempre atrae, tienen un carisma superior, pero siempre queda la duda de si alguien es así porque quiere o porque no puede ser de otra manera. En cualquier caso esto no hace más que adornar su papel como leyenda en la historia del ajedrez, que al final es lo que importa.


Tunak Tunak Tun rebuznó:
Miralo bien que esta puesto

Mueven blancas.

Cierto, lo he mirado setenta veces y no lo había visto.
 
ruben_clv rebuznó:
¿Era Fischer competitivo? Depende cómo se mire me podrías decir que más que nadie, pero a la luz de sus actos pues no me queda tan claro
Esto no lo entendí, amigo.

Fischer consiguió un elo de 2785 que tuvo que venir Kasparov veinte años después para superarlo, y además sin igualarlo realmente, pues la inflación ha sido enorme desde entonces.

Es que Fischer se presenta en el match contra Spassky con 2785, por 2660 del ruso, que era el campeón del mundo. Incluso tras propinarle una paliza, Fischer pierde 5 puntos y se retira con 2780. Su elo era estratosférico.
 
A Fischer se le reprochan fundamentalmente dos cosas, pero ambas fácilmente refutables.

1) Que únicamente le movía el dinero, además de la fama.

A lo de la fama no se puede decir que no, pero que buscara incesamente dinero se debía a que él consideraba que mientras más le pagaran, más prestigio iba a obtener. Pero luego te das cuenta de detalles como que las limpiadoras de su habitación de Rejkiavic (como se escriba) se hicieron ricas, porque según sus propias palabras "Fischer se dejaba el dinero en cualquier parte". En cuanto a las condiciones imposibles que pidió a partir de 1972 para jugar olimpiadas, no cuentan, porque eran cantidades absurdas que él sabía que nadie le iba a pagar. De hecho, rechazaron aquella de los 150.000 dólares, y cuando le llamaron para la siguiente olimpiada, Fischer sospechó que esta vez sí se los iban a dar, así que se anticipó añadiendo que además quería jugar sus partidas en una habitación aparte. Como dijo alguien, si la Fide hubiera aceptado sus condiciones para el match con Karpov, Fischer se hubiera inventado nuevas condiciones.

2) No se atrevió a enfrentarse a Karpov.

Esto es muy recurrente, y creo que incluso en este mismo hilo se ha comentado, pero la gente suele olvidar que en 1975 Fischer lleva ya tres años sin jugar una sola partida. ¿En qué se sustenta el hecho de que su motivo para no jugar tampoco a partir de 1975 fuera el miedo a Karpov? Fischer decide dejar el ajedrez en 1972, y en esa época seguramente ni siquiera sabía quién era Karpov.
 
Robert Canta rebuznó:
Esto no lo entendí, amigo.

Me refiero a que un jugador competitivo lo es en todas las situaciones. Bobby Fischer es el Romario de Chicago.
 
ruben_clv rebuznó:
Me refiero a que un jugador competitivo lo es en todas las situaciones. Bobby Fischer es el Romario de Chicago.
No, probablemente se trate de una percepción al haber hecho hincapié en los torneos en los que se retiró por motivos absurdos, pero Fischer no era irregular, Fischer aplastaba.
 
Caída de un mito. La historia que nunca te contarán de Bobby Fischer. (Gran tocho inside)


I Parte.


efe-fischer.jpg





Todo empezó con una joven enfermera judía llamada Regina Wender, casada por aquel entonces con un científico alemán llamado Hans-Gerhardt Fischer. Se rumoreó que a esta mujer era bastante promiscua, por lo que el marido la largó y decidió emigrar a los USA, a Chicago donde al poco tiempo tuvo su segundo hijo, un varón que le puso nombre de Robert James Fischer (Más tarde conocido como Bobby Fischer).

A los pocos años de nacer Bobby fischer, sin padre oficial ni oficioso y al cargo de él casi siempre su hermana mayor, se ve que el niño daba mucho por el saco, y como no había videoconsolas ni ordenadores en ese tiempo, su hermana le regaló juegos de mesa para que estuviese entretenido, entre ellos el ajedrez, el cual le encantó y se enganchó como un condenado.

Poco después de cambiar cada dos por tres de casa y trabajos, la madre acabó finalmente en Nueva York, a buscar otro científico al que echar el guante, pero Bobby se convirtió en un niño consentido sin normas ni disciplina que pasaba de todo. Lo único que hacía era lo que le gustaba, jugar al ajedrez y leer libros de ajedrez. Dejando de tener amigos, dejando también el colegio porque según sus palabras “perdía el tiempo y no aprendía nada”....vamos, se convirtió en todo un rarito.

Gracias a esto y a que el niño tenia muy mal ostia al perder, progresó mucho en este juego por cabezonería, se inscribió en el prestigioso club manhatan de ajedrez y empezó a jugar simultaneas, exhibiciones, torneos, etc...Meterse en serio en este juego, a fin de cuentas, era lo único que aprendió a hacer.


Todo iba muy bien, ganándolo casi todo pese a
su poca edad y experiencia, hasta que conoció al otro gallo del corral, su némesis, Samuel Reshewsky, judío de pro polaco emigrado a los USA por la guerra, que por aquel entonces era el que manejaba el cotarro del ajedrez en los USA. Tanta fue la rivalidad, que se planteó hacer un encuentro entre los dos para ver quien era el mejor jugador de los USA. Fischer tenía mucho talento, pero Reshewsky sabía tanto luchar dentro del tablero como fuera con jugarretas psicológicas, por lo que el match quedó interrumpido por desacuerdos cuando iba en empate....quizás aquí empezó el resentimiento de Fischer contra este jugador y los judíos en general.

Con el tiempo las cosas entre ellos dos fueron a peor,
discutían por quien debía jugar de primer tablero en el equipo en las olimpiadas, se evitaban en los torneos, si uno pedía una cosa el otro también quería lo mismo.... Pero quizás lo que mas encabronaba a Fischer era el trato de favor de Samuel en los torneos por ser judío, donde las partidas que se jugaban en sábado contra este señor eran aplazadas (por el Sabath) jugándose en días de descanso. Tanto le encabronó que decidió hacerse Cristiano Baptista (o una secta así cristiana-evangélica) para disponer el también de un día libre por su religión, el domingo y tener el mismo trato.

Cuando los torneos de los USA se le quedaron pequeños, decidió viajar a otros países a jugar torneos de ajedrez prestigiosos, pero pasándolo putas porque apenas tenía dinero, debía ganar torneos para poder jugar más. Pero por aquel entonces (y ahora) los que dominaban el juego mundial eran los rusos, de ahí comprobó como entre los rusos se ponían de acuerdo y amañaban partidas entre ellos, o se daban treguas para repartirse los premios, etc....(cosa que por cierto él y todo hijo de vecino hacía también
cuando tenían ocasión). Eso le encabronó aún mas y empezó a quejarse de todo, a veces con motivo real pero la mayoría de veces solo como norma general o escusa cuando perdía.

Aun así no se desanimó, y a los ventipocos intentó luchar por conseguir el título mundial. Sin embargo se estrelló en los torneos clasificatorios para ser candidato, consiguiéndose clasificar
en su lugar su enemigo Reshevsky. El propio Fischer reconoció que aquí empezaron las conspiraciones judeo-comunistas en su contra. Se volvió en un paranoico, empezaba a comportarse de forma extraña y solo tenía dos temas de conversaciones posibles; el ajedrez y todo tipo de discursos antisemitas o anticomunistas.

Se tomó un pequeño descanso en la escena mundial y un
replanteamiento sobre su estrategia de juego. Mientra los rusos jugaban en equipo ayudándose unos a otros con análisis, equipos de entrenamiento y partidas "fáciles" en torneos. Fischer por su comportamiento lo hacía todo solo y cuesta arriba. Aquí igual empezó el verdadero legado de Bobby Fischer como modelo, en lo que se conoce como jugador moderno de torneo, que debe plantearse estrategias, preparaciones (sobre todo teoría de aperturas) y hacérselo todo él solo.

Y con este sistema novedoso empezó a arrasar en los torneos con resultados
sorprendentes y muy abultados. Ya no jugaba todos los torneos que podía, solo elegía los que consideraba buenos para él. Produció un efecto Barbara Streisan de publicitarse en no querer jugar torneos con mil escusas y los organizadores pasando por el aro todas sus exigencias con tal de poder tenerlo en su torneo. Esto le vino muy bien para el ego de Bobby y a los rusos les empezó a acojonar.

Finalmente Fischer se clasificó para ser aspirante al título, pero debía primero pasar tres encuentros previos. En plena guerra
fría entre los USA y URSS, y con el prestigio de supremacía soviética sobre el juego, se debía por todos medios impedir riesgos.

Así que le toco intentar
pararlo a Mark Taimanov, un prestigiosos gran maestro ruso. Pero por desgracia para él, no se sabe por qué jugó agresivo (Taimanov era un jugador posicional, de hacer casi siempre tablas), posiblemente por la presión que le ejercían desde el Krenmlin perdió las dos primeras partidas, intentó remontar la tercera con lo mismo pero más desesperado y volvió a perder, luego intentó ganar algún punto del honor pero jugando igual de mal, y perdió todas.....No se pueda decir que Fischer machacara ese encuentro, de hecho no hubo ninguna partida destacable, solo errores de Taimanov al intentar atacar donde no había ataque y perder las partidas.

En el siguiente encuentro le tocó Bent Larsen, un jugador de dinamarca bastante loco. Supongo que se confió porque le gan
ó muchas partidas en los torneos cuando fischer era niño. Fischer le metió una pana bien merecida, por soberbio.

La final del torneo de candidatos ya le tocó el primer jugador serio, Tigran Petrosian, un ex-campeón mundial,
Pero Fischer empezó a utilizar las armas psicológicas como parte de su juego, por lo que se salió con sus exigencias y se jugó el encuentro en Buenos Aires en pleno verano, a sabiendas que Taimanov era un jugador acostumbrado a los fríos inviernos Georgianos.

Quizás esto fuese el motivo
qué Taimanov perdiese la primera partida en un error cuando estaba ganando. En la segunda partida es Fischer quien se equivoca (cansado igual) y hay empate. En la tercera Fischer se estrella con el sistema posicional de Petrosian y se queda peor, aún así Petrosian se equivoca por apuros de tiempo y se dan tablas. La cuarta y quinta también tablas. El marcador estaba emocionate 2,5 - 2,5.

Sin embargo aquí Petrosian se derrumba, alude problemas físicos
y de salud pidiendo un aplazamiento de 5 días. Pero no se aplaza la partida, y como es natural pierde. 3,5- 2,5 a favor de Fischer. La siguiente Petrosian arriesga para poder remontar, pero le sale mal, el match 4,5 - 2,5 a favor de Fischer y solo quedaban dos partidas para conseguir como mucho un empate. Pero no pudo ser, finalmente la presión y fatiga le pudo a Petrosian otra vez, perdiendo la siguiente y dejando la última partida como un puro trámite.

Por primera vez un americano conseguía ser candidato al título mundial del ajedrez, e incluso había apuestas por que lo ganaría. Eso el Krenlim no lo podía consentir, hasta llego a ser asunto de estado. El actual campeón mundial Boris Spassky debía retener el título si o si.


En aquellos años, se nombró como principal organizador del encuentro un excampeón de ajedrez y presidente de la Federación Internacional de ajedrez por aquel entonces, Max euwe, un calzonazos de aupa. Bobby Fischer siguió con sus niñerías de pedir mil cosas y exigencias, sobre todo dinero y Max euwe intentaba por todos los medios que se cumpliesen. A punto estuvo de cancelarse el encuentro, pero a menos de una semana se encontró dinero suficiente para que Fischer aceptara jugarlo.

Del torneo poco más puedo comentar que ya no se haya dicho. Si acaso un punto clave, en la segunda partida donde Fischer no acudió a jugarla exigiendo nuevas condiciones (escusas principalmente) y amenazándose con irse del torneo. Aquí el equipo ruso estaba encantado porque podían negarse a las nuevas condiciones y dar el encuentro ganado por abandono. Sin embargo spassky era buena persona (como casi todos los perdedores) y se negó a obedecer, quería ganar a Bobby jugando....y al final perdió. Taimanov, Petrosian y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) Spassky fueron repudiados por sus compatriotas, más tarde Spassky abandonó la URSS para hacerse ciudadano Francés y poder seguir jugando al ajedrez.



….Continuará......
 
No entiendo qué pretendes con este post.

Si quieres puntualizar algo, puntualiza. Pero no escribas la misma historia otra vez.
 
Robert Canta rebuznó:
No entiendo qué pretendes con este post.

Si quieres puntualizar algo, puntualiza. Pero no escribas la misma historia otra vez.

Se nota que no lo has leído.
 
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