Tools of the trade
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Nunca te he emepeado, no digas tontás, Verruga.
Si es que me lees menos que a kokillo,
Yo nací en 1974, y pasé mi infancia entre leotardos, jerseis de cuello alto y pana. Durante ese tiempo, lo más parecido a una boy band que había eran Parchís y Regaliz. "Un globo, dos globos tres globos", Heidi y la CAsa de la Pradera...Don Quijote o Comando G, Mazinguer Z, La Pantera Rosa...Sesiones dobles en el cine de mi casa por la patilla, y si las películas eran muy meh, con 25 pesetas me iba al cine parroquial a ver una del oeste y a vociferar como una enérgumena con el resto de críos del pueblo cuando se liaban a palos indios y vaqueros. Y nos sobraba para unas chuches. Y los sábados por la mañana a comprarme un Mortadelo o algún libro que me gustara, eso era sagrado.
No había ni un padre que nos monitorizara AB-SO-LU-TA-MEN-TE TODO, como pasa ahora, en que los padres tenemos que estar sí o sí a todo con ellos. Así que las excursiones en bici con los de mi calle por los caminos de tierra estaban a la orden del día, aparecer por casa con un montón de peces que habíamos pescado en una famosa charca del pueblo era lo más normal, y acoplarnos a cazar setas con el primer vecino que veíamos cargar cestas en el 4L no extrañaba a nadie.
El tema marcas empezó a notarse en 1987/88 ( yo hacía 8º de EGB y mis maestros nos daban clases entre piti y piti) y curiosamente empezó con als zapatillas de baloncesto, deporte al que todo el colegio, maestros incluído, era fan declarado. Si no llevabas unas Air Jordan no eras nadie. Pero solo pasaba entre los chicos. Ya en el instituto, unos cuantos fuimos a la capital a estudiar, y allí sí que era notorio que, o llevabas Privata, Marité François Girbaud, Levi's y colonia Don Algodón, o no eras nadie, así que seguí siendo nadie. Pero eso ya cae en los 90 y no procede.
Así que ya ves, los críos por aquel entonces teníamos tanto por hacer y tanto por descubrir que ni se nos ocurría pensar en boys bands ni marcas ni nada de nada, no nos hacía falta, Parchís, Regaliz y demás músicas solo eran importantes a la hora de jugar en casa con mi hermana pequeña, que nos disfazábamos y hacíamos coreografías (nada que ver con las de ahora), que ahora que lo pienso, qué paciencia tenían mis padres,
Si es que me lees menos que a kokillo,

Yo nací en 1974, y pasé mi infancia entre leotardos, jerseis de cuello alto y pana. Durante ese tiempo, lo más parecido a una boy band que había eran Parchís y Regaliz. "Un globo, dos globos tres globos", Heidi y la CAsa de la Pradera...Don Quijote o Comando G, Mazinguer Z, La Pantera Rosa...Sesiones dobles en el cine de mi casa por la patilla, y si las películas eran muy meh, con 25 pesetas me iba al cine parroquial a ver una del oeste y a vociferar como una enérgumena con el resto de críos del pueblo cuando se liaban a palos indios y vaqueros. Y nos sobraba para unas chuches. Y los sábados por la mañana a comprarme un Mortadelo o algún libro que me gustara, eso era sagrado.
No había ni un padre que nos monitorizara AB-SO-LU-TA-MEN-TE TODO, como pasa ahora, en que los padres tenemos que estar sí o sí a todo con ellos. Así que las excursiones en bici con los de mi calle por los caminos de tierra estaban a la orden del día, aparecer por casa con un montón de peces que habíamos pescado en una famosa charca del pueblo era lo más normal, y acoplarnos a cazar setas con el primer vecino que veíamos cargar cestas en el 4L no extrañaba a nadie.
El tema marcas empezó a notarse en 1987/88 ( yo hacía 8º de EGB y mis maestros nos daban clases entre piti y piti) y curiosamente empezó con als zapatillas de baloncesto, deporte al que todo el colegio, maestros incluído, era fan declarado. Si no llevabas unas Air Jordan no eras nadie. Pero solo pasaba entre los chicos. Ya en el instituto, unos cuantos fuimos a la capital a estudiar, y allí sí que era notorio que, o llevabas Privata, Marité François Girbaud, Levi's y colonia Don Algodón, o no eras nadie, así que seguí siendo nadie. Pero eso ya cae en los 90 y no procede.
Así que ya ves, los críos por aquel entonces teníamos tanto por hacer y tanto por descubrir que ni se nos ocurría pensar en boys bands ni marcas ni nada de nada, no nos hacía falta, Parchís, Regaliz y demás músicas solo eran importantes a la hora de jugar en casa con mi hermana pequeña, que nos disfazábamos y hacíamos coreografías (nada que ver con las de ahora), que ahora que lo pienso, qué paciencia tenían mis padres,
