La consecuencia inmediata de la incapacidad de la Liga de frenar
a Barbarroja en Prevesa fue la dramática caída de Castelnuovo el año
siguiente, hecho también casi olvidado por la historiografía.
Esta plaza en la costa de Dalmacia, llamada por los croatas Herzeg
Novi, fue ocupada por la Liga Santa en ese mismo año de 1538,
quedando guarnecida por tercios españoles.
Sin embargo, tras la ruptura de la coalición, Venecia retiró sus
navíos de la escuadra de la Santa Liga, dejando este puesto
avanzado en una situación muy comprometida, pues los buques
que quedaron al mando de Andrea Doria eran insuficientes
contra la flota de Barbarroja que merodeaba por la zona.
Los otomanos pronto advirtieron la debilidad de la guarnición
de Castelnuovo, que no podría ser socorrida, ni recibir
suministros o refuerzos, y le pusieron sitio.
Los tercios comandados por el Maestre General Don Francisco
Sarmiento, sabedores de que acabarían encadenados desnudos
a un banco de remeros, opusieron la heroica resistencia propia
de la más absoluta desesperación, prefiriendo la muerte al martirio
que supondría la esclavitud o las infames torturas con que los
turcos castigaban a quienes se les resistían.
Para cuando cayó la plaza, el 7 de agosto de 1539, habían muerto
peleando con el arcabuz o el estoque en mano más de 3.000 de
los 4.500 infantes españoles, incluidos casi todos los capitanes,
y hasta el propio Maestre General perdería la vida combatiendo.
Entre las víctimas estaba el héroe vasco de la batalla de Prevesa,
el citado Matxín de Mungía, por lo cual cabe suponer que muchos
de los españoles de la escuadra de Prevesa llegarían a Castelnuovo
antes del sitio.
Como anexo adicional, citar íntegro el poema del contemporáneo
Fernando de Herrera "el Divino", que demuestra que en su tiempo
la gesta de estos primeros tercios fue admirada.
- A la derrota de Castelnovo.
Esta desnuda playa, esta llanura
de astas y rotas armas mal sembrada,
do el vencedor cayó con muerte airada,
es de España sangrienta sepultura.
Mostró el valor su esfuerzo, mas ventura
negó el suceso y dio a la muerte entrada,
que rehuyó dudosa y admirada
del temido furor la suerte dura.
Venció otomano al español ya muerto;
antes del muerto el vivo fue vencido,
y España y Grecia lloran la victoria.
Pero será testigo este desierto
que el español, muriendo no rendido,
llevó de Grecia y Asia el nombre y gloria.
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Gracias a De Re Militari
a Barbarroja en Prevesa fue la dramática caída de Castelnuovo el año
siguiente, hecho también casi olvidado por la historiografía.
Esta plaza en la costa de Dalmacia, llamada por los croatas Herzeg
Novi, fue ocupada por la Liga Santa en ese mismo año de 1538,
quedando guarnecida por tercios españoles.
Sin embargo, tras la ruptura de la coalición, Venecia retiró sus
navíos de la escuadra de la Santa Liga, dejando este puesto
avanzado en una situación muy comprometida, pues los buques
que quedaron al mando de Andrea Doria eran insuficientes
contra la flota de Barbarroja que merodeaba por la zona.
Los otomanos pronto advirtieron la debilidad de la guarnición
de Castelnuovo, que no podría ser socorrida, ni recibir
suministros o refuerzos, y le pusieron sitio.
Los tercios comandados por el Maestre General Don Francisco
Sarmiento, sabedores de que acabarían encadenados desnudos
a un banco de remeros, opusieron la heroica resistencia propia
de la más absoluta desesperación, prefiriendo la muerte al martirio
que supondría la esclavitud o las infames torturas con que los
turcos castigaban a quienes se les resistían.
Para cuando cayó la plaza, el 7 de agosto de 1539, habían muerto
peleando con el arcabuz o el estoque en mano más de 3.000 de
los 4.500 infantes españoles, incluidos casi todos los capitanes,
y hasta el propio Maestre General perdería la vida combatiendo.
Entre las víctimas estaba el héroe vasco de la batalla de Prevesa,
el citado Matxín de Mungía, por lo cual cabe suponer que muchos
de los españoles de la escuadra de Prevesa llegarían a Castelnuovo
antes del sitio.
Como anexo adicional, citar íntegro el poema del contemporáneo
Fernando de Herrera "el Divino", que demuestra que en su tiempo
la gesta de estos primeros tercios fue admirada.
- A la derrota de Castelnovo.
Esta desnuda playa, esta llanura
de astas y rotas armas mal sembrada,
do el vencedor cayó con muerte airada,
es de España sangrienta sepultura.
Mostró el valor su esfuerzo, mas ventura
negó el suceso y dio a la muerte entrada,
que rehuyó dudosa y admirada
del temido furor la suerte dura.
Venció otomano al español ya muerto;
antes del muerto el vivo fue vencido,
y España y Grecia lloran la victoria.
Pero será testigo este desierto
que el español, muriendo no rendido,
llevó de Grecia y Asia el nombre y gloria.
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Gracias a De Re Militari