Y así debería ser, para todas las empresas que se beneficien directamente de la obra pública.
Y dale.
Y lo lógico, según su razonamiento, es que las que se benefician
in-di-rec-ta-men-te., ya que lo hacen a través de una acción realizada con dinero público
Yo no estoy cayendo en ninguna contradicción, melón. He dicho ya tres veces que esto habría que hacerlo como yo digo en la medida de lo posible.
Y sí, me la trae floja lo que contrate el propietario de un bar, o el de la tienda de ropa donde el currito gasta su sueldo. Ahora, la subcontrata que manejan el papeleo de la obra, por ejemplo, o los servicios sanitarios que atienden a los obreros, deben tener todo el personal de origen español. Y la empresa que se encargue de transportar el material desde la fábrica/almacén hasta la obra, también. Y si ese material está fabricado en España, lo mismo.
Y las subcontratas deberían estar prohibidas, pues son el mayor foco de corrupción y violación de normativas del trabajo que existe.
En la medida de lo posible, ¿qué cojones sinifica eso para usted? Y no, la cementera tendrá que emplear españoles si quiere proveer de cemento a la obra pública, el transportista tendrá que contratar españoles si quiere que sus camiones entren en el recinto, y el que venda los chalecos fabricados por los vietnamitas tendrá que tener personal español. Porque son empresas que suministran directamente y se benefician directamente de la obra. El propietario del bar, o el del puticlub, o el del centro comercial no se benefician directamente, su actividad no está directamente relacionada con la obra pública y por mi pueden contratar a un koala, si les apetece.
Sigue en la contradicción, es más, se hace la picha un lío. Aquí nadie habla del sueldo del obrero. Usted solo me habla de las empresas que se benefician directamente, esto es, que participen en la obra pública. Vamos, los que están en la obra.
Pero hay una cosa que no cuenta: en Economía, cualquier acción de una agente, productor o consumidor, genera
externalidades, beneficios o costes a terceros, derivados de la propia actividad, que pueden ser positivos o negativos. Y esto es algo que la experiencia empírica ha demostrado que es cierto.
Si una empresa privada compra unos terrenos, instala una fábrica, una planta productiva o lo que sea, inevitablemente genera externalidades, uuenas y malas. Cuándo se habla que tal o cuál empresa de nivel desea instalarse en un lugar concreto, los residentes de ese lugar, normalmente, desean que se concrete esa instalación. ¿Por qué? Por que saben que , aparte de del beneficio directo por la apertura de una fábrica, existen otro tipo de bbeneficios indirectos. Es algo que usted y todos hemos oído muchas veces, por ejemplo, en la frase
"Por la apertura de la fábrica de Z S.A. se generarán X mil empleos, entre puestos de trabajo directos e indirectos". Cualquier empresa genera efectos a mayores de los surgidos de su propia acción.
Bien, en mi opinión, y sobre lo que estamos hablando, en el caso de una obra pública la situación es análoga. El impacto directo más visible son señores con casco y mono, picando y llevando excavadoras. Pero a mayores, también existe un impacto en otras partes, desde el bar del pueblo al lado de las obras de la autovía, a empresas auxiliares que se forman ad hoc durante la ejecición de la obra pública. Y dado que según usted, el empleo generado por la obra pública ha de ser preferentemente para nacionales, al estar generado por dinero público español, esto ha de ser extensible también para aquellos sectores y empresas beneficiadas de forma indirecta de esta acción pública.
Elemento éste último que usted niega por que sí, por que se empeña en no reconocer algo evidente: que una obra pública genera efectos de forma directa e indirecta. De ahí su brutal contradicción
No, estoy pregonando la nacionalización del empleo público en situaciones de emergencia, como es la de ahora. El día que no haya parados españoles, que se contrate a extranjeros, pero mientras haya un español en paro, que se le de prioridad a este y a las empresas que quieran contratarlo antes que a los extranjeros y a las empresas que los emplean.
Que suena muy xenófobo, muy racista, muy radical, muy nazi, muy facha y todo lo que usted quiera, pero si somos capaces de empatizar más con los foráneos que con los autóctonos, es que algo no funciona bien en esto.
No, a lo que suena es a nacionalismo económico puro y duro, y, sinceramente, todo para usted.
Además, cae también en otra contradicción, aún más grave, pues se ha permitido el lujo de afirmar que dado que las obras públicas se financian con dinero público, esto es, español, debe dar empleo a españoles, pues son estos los que pagan impuestoa. Esto sería cierto si el erario público se financiase sólo y en exclusiva con los impuestos únicamente de españoles. Pero esto no es cierto, ya que también pagan y/o han pagado impuestos inmigrantes y empresas extranjeras.
Y ojo, que con esto no estoy ni justificando contrataciones de inmigrantes ni mucho menos, preferencia de estos últimos ante los españoles. Que nos conocemos.
¿Y quién soy yo para decirle a quien tiene un negocio privado que no se beneficia directamente de la obra pública que contrate a españoles? Creo que ya lo he dejado claro, si lo quiere entender bien, y si no también.
Yo también lo he dejado claro, creo, y si lo quiere y puede entender, bien, y si no, también.
Aquí tendría que poner una fotico de esa que pone usted, con Eureka o algo así. Si los empresarios se han empeñado en tocar los cojones, que sea el Estado el que les obligue a pasar por el aro, que para algo está, para defender a sus ciudadanos, a sus votantes.
Haga usted lo que dé la real gana.