nikilauda
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- 7 Jul 2011
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Estimados conforeros:
Abro este hilo porque sé que los foreros de esta santa casa son en su mayoría un coro de seres iluminados por el LOL y la sabiduría, la picardía y el saber hacer en lo que a tocar los cojones se refiere. De hecho, confío más en la opinión de casi cualquier forero (menos la del subnormal de Max Riviera, claro está) que en la de mi propio padre y mentor.
Así pues, primero os contaré una historia:
La historia trata de un joven listo como un roboc, apuesto y fornido que un día decidió que eso de "entepreneur" que tanto escuchaba en la tele y leía en blogs de gente con barba en internet, tenía que ser una mariconada, pero que tener su propia empresa podía molar.
Así pues al ver que facebook, Zara y Redtube ya estaban montados, con los ahorros que su vida disoluta y una novia con gustos extravagantemente caros le habían permitido amontonar, se decidió a fundar una empresa en un sector que conocía bien.
El trabajo consiste en determinados servicios a empresas de obras civiles, tiene que ver con trabajos con maquinaria y mierdas relacionadas.
Tras invertir bien sus ahorros, consiguió una colección de cacharros a buen precio, comprándolos a tahúres y borrachines venidos a menos, a ex tripudos encumbrados a base del ladrillo que hoy están a punto de merodear los comedores sociales. Sin escrúpulos con estos hijos de puta, vamos. Eso sí, la cuenta corriente quedó a cero por culpa del dispendio, aunque los trastos eran bastante aprovechables.
Como primer cliente, un amigo de la familia, un ex cliente de la empresa donde antes trabajaba el protagonista de nuestra historia, una persona de confianza.
Al terminar los trabajos, se pasa una factura por el valor total del capital social de la empresa (no es el típico capital social de mierda de 6.000 leuros, es mayor).
Esta factura vence y, durante todo el verano, las llamadas se suceden. Los emails, las conversaciones, la mano izquierda y templada... nada da resultado.
Hoy, tres meses después, aún no he visto... quiero decir que nuestro protagonista aún no ha visto un duro de lo adeudado.
Gracias a su pericia y a su saber hacer, además de a su porte y gracejo personal, este joven consigue salir adelante y pagar a proveedores y currantes porque rápidamente consigue otros contratos y se asegura el cobro de forma más calculada, pero tiene la espinita de esos miles de euros adeudados que todavía no sabe si va a cobrar.
Las formas y los tiempos requieren una acción, una obra maestra del LOL, una reprimenda... pero hasta aquí llega la imaginación de un tipo al que las drongas de baja calidad, la rectitud burocrática, los convencionalismos empresariales y los productos fitosanitarios aplicados de forma incontrolada han dejado medio idiota.
Así pues, queridos amigos:
¿Qué harían ustedes con este moroso?
Pueden ofrecer soluciones para el cobro, pero también se aceptan acciones que sólo conduzcan al LOL o a la humillación. No es necesario recuperar el dinero, pues la bodega del tío Gilito está llenándose otra vez, aunque se valorarán positivamente las acciones que consigan los dos resultados.
Espero que honren el nombre de esta casa y sean imaginativos.
Abro este hilo porque sé que los foreros de esta santa casa son en su mayoría un coro de seres iluminados por el LOL y la sabiduría, la picardía y el saber hacer en lo que a tocar los cojones se refiere. De hecho, confío más en la opinión de casi cualquier forero (menos la del subnormal de Max Riviera, claro está) que en la de mi propio padre y mentor.
Así pues, primero os contaré una historia:
La historia trata de un joven listo como un roboc, apuesto y fornido que un día decidió que eso de "entepreneur" que tanto escuchaba en la tele y leía en blogs de gente con barba en internet, tenía que ser una mariconada, pero que tener su propia empresa podía molar.

Así pues al ver que facebook, Zara y Redtube ya estaban montados, con los ahorros que su vida disoluta y una novia con gustos extravagantemente caros le habían permitido amontonar, se decidió a fundar una empresa en un sector que conocía bien.
El trabajo consiste en determinados servicios a empresas de obras civiles, tiene que ver con trabajos con maquinaria y mierdas relacionadas.
Tras invertir bien sus ahorros, consiguió una colección de cacharros a buen precio, comprándolos a tahúres y borrachines venidos a menos, a ex tripudos encumbrados a base del ladrillo que hoy están a punto de merodear los comedores sociales. Sin escrúpulos con estos hijos de puta, vamos. Eso sí, la cuenta corriente quedó a cero por culpa del dispendio, aunque los trastos eran bastante aprovechables.
Como primer cliente, un amigo de la familia, un ex cliente de la empresa donde antes trabajaba el protagonista de nuestra historia, una persona de confianza.
Al terminar los trabajos, se pasa una factura por el valor total del capital social de la empresa (no es el típico capital social de mierda de 6.000 leuros, es mayor).
Esta factura vence y, durante todo el verano, las llamadas se suceden. Los emails, las conversaciones, la mano izquierda y templada... nada da resultado.
Hoy, tres meses después, aún no he visto... quiero decir que nuestro protagonista aún no ha visto un duro de lo adeudado.
Gracias a su pericia y a su saber hacer, además de a su porte y gracejo personal, este joven consigue salir adelante y pagar a proveedores y currantes porque rápidamente consigue otros contratos y se asegura el cobro de forma más calculada, pero tiene la espinita de esos miles de euros adeudados que todavía no sabe si va a cobrar.
Las formas y los tiempos requieren una acción, una obra maestra del LOL, una reprimenda... pero hasta aquí llega la imaginación de un tipo al que las drongas de baja calidad, la rectitud burocrática, los convencionalismos empresariales y los productos fitosanitarios aplicados de forma incontrolada han dejado medio idiota.
Así pues, queridos amigos:
¿Qué harían ustedes con este moroso?
Pueden ofrecer soluciones para el cobro, pero también se aceptan acciones que sólo conduzcan al LOL o a la humillación. No es necesario recuperar el dinero, pues la bodega del tío Gilito está llenándose otra vez, aunque se valorarán positivamente las acciones que consigan los dos resultados.
Espero que honren el nombre de esta casa y sean imaginativos.