Operativo de Seguridad
El Servicio Secreto, que coordinará el despliegue de 7.500 soldados regulares, 10.000 soldados de la Guardia Nacional, y 25.000 policías de diferentes Estados; para la Policía Metropolitana, que colabora con alrededor de 100 agencias policiales federales, estatales y locales; y para el FBI, que desplegará a unos 600 agentes. Asimismo, el ejército tendrá disponible en Fort Stewart (Georgia) una brigada preparada para responder ante ataques biológicos o químicos, desplazando si fuera necesario cientos de aviones y helicópteros con personal especializado. 5.265 cámaras de vigilancia controlarán los movimientos de la gente, además de las que hay de forma permanente en las estaciones de tren subterráneo, las de TV., y las que transportarán los helicópteros.
Los preparativos de seguridad comenzaron hace varios meses y las instituciones policiales y de seguridad han preparado planes para proteger el espacio aéreo sobre la ciudad, el Capitolio, el paseo y la trayectoria del desfile a lo largo de Pennsylvania Avenue. Agentes del Servicio Secreto y autoridades locales de transporte han anunciado que más de 60 calles, autopistas y puentes a Virginia estarán cerrados o limitados a vehículos oficiales este 20 de enero.
Además, Obama llevará un chaleco antibalas, hablará protegido por un vidrio blindado y llegará al Capitolio en el nuevo Cadillac One, a prueba de bombas.
Detrás de la limusina lo acompañarán un cortejo de furgonetas en las que viajarán comandos SWAT, con tecnología avanzada de comunicaciones y dispositivos electrónicos que desactivan los detonadores electrónicos de bombas, además de sus habituales armas automáticas.
Entre la multitud habrá detectores de armas químicas y biológicas, como el ántrax, agentes camuflados, perros anti-explosivos, y numerosos puestos de seguridad.
El Servicio Secreto ha inspeccionado todos los edificios a lo largo de la ruta acordonada del desfile, que al igual que la zona del Capitolio, sólo será accesible a los que hayan reservado sus entradas. Tampoco faltarán los mejores francotiradores en las azoteas y balcones a lo largo de Pennsylvania Avenue, además de cámaras de vigilancia para asegurar que todas las ventanas estén cerradas y que nadie puede amenazar al nuevo presidente con un arma de larga distancia. Y, como novedad, se ha activado un equipo especial para supervisar las amenazas cibernéticas.