Hostia puta. Bajé esta tarde a comprar una bandeja de filetes de posho y aluciné pepinillos. La peña histérica llevandose las cosas como si estuviesen robando y viniesen los Topbox, tres supermercados como si hubiese pasado por allí Atila. Lo que acojona, como ya se sabe, no es el virus, es la peña. La situación deja adivinar hasta dónde podría llegar el lado oscuro del ser humano si esto empeora a niveles épicos.
Me imagino, a los que tengan pa pagarlo, gastando un dineral para comprar un paquete de salchichas marca mi kulo y, en la esquina del super, a los que no tengan armados con pinchos y utensilios caseros para quitarselo. O un mercado negro de papeo y utensilios de higiene personal que ni en la Guerra Civil. En mi hotel, de momento, están sonando tambores de guerra, viene poca peña y veremos a ver si no ponen de patitas en la street a más de uno, puede que uno de esos sea yo; aunque entré enchufao no tengo una puta mierda de peso en la empresa.
Si me echan y no encuentro trabajo en un corto espacio de tiempo, muy probablemente volveré a la delincuencia, porque ya la conozco y sé que me saca del apuro rápido hasta volver a normalizar mi situación. Si me ligan y me mandan al hotel otra vez, pues mala suerte. Mirando el lado bueno, sería alimento para el Foro.
En fin, el ser humano da miedo, primero por ser totalmente sucnor y segundo por lo que puede llegar a hacer en situaciones líimte. Como decían los yonkos de Santurce, todos contra todo.