Konstanz
Veterano
- Registro
- 18 Ene 2006
- Mensajes
- 1.823
- Reacciones
- 0
Muchos de los de aquí sé que habéis leído sobre los tíos que han pasado por mi vida. He tenido, como todo el mundo, experiencias buenas y malas. La más reciente, cuyo punto final se ponía pocos días antes de registrarme en PL, es una historia de la que aún tengo restos agridulces, una historia y una persona a la que intento olvidar a duras penas.
Cuando le conocí descubrí un tío atormentado con la vida, cansado de sufrir, evocando a sus ex-novias la 24 horas del día, un "ángel con las alas rotas". Así era.
Comenzó como una amistad donde la sinceridad y la confianza eran los baluartes que nos impulsaban en una búsqueda hacia el otro. Y me enamoré, sin pensar en las consecuencias. A pesar de todo, yo era consciente de que una persona tan atormentada me haría sufrir como nadie antes lo había hecho. Y así fue. Sufrí.
Y es que no hay cosa peor que los juegos psicológicos. Cuando alguien utiliza tu mente, pensamientos y sentimientos, y se regocija viéndote sufrir... Cuando alguien necesita que le digas que le quieres a todas horas para subir su autoestima... Cuando alguien te chupa la sangre hasta dejarte agotada... Cuando alguien te quita más de lo que te da... Porque me quitó algo, me quitó la sonrisa. Y eso no se lo puedo perdonar.
Cuando desaparecí, harta de todo lo que tenía que ver con él, me buscó desesperadamente. No pude negarle la palabra porque todavía le quería. No pude hacer otra cosa más que animarle para que no se sintiera tan solo en su mundo de sombras.
En todo ese tiempo, algo me hizo cambiar. Ya no soy la misma persona que era hace dos años.
Gracias a él ahora tengo una coraza muy difícil de romper. Me da miedo pues ahora me cuesta confiar. Ya no creo en nada ni en nadie. A veces me pregunto si merece la pena arriesgarse. Con él arriesgué, y perdí.
Alguien, hace poco, me pidió una historia. No he querido profundizar. Sólo quería contarla, como una especie de aviso para que no déis todo lo que lleváis dentro, porque os lo pueden quitar algún día, y quizás después no podáis ni queráis volver a darlo. Es lo que me pasa ahora a mí.
No quiero mirar atrás porque sigo torturándome por su culpa. Y es que ahora soy yo quien se siente como un "ángel con las alas rotas"... Pero no quiero empañar el hilo.
La sonrisa volvió... de la mano de alguien a quien sólo me queda decirle "Gracias"; si alguna vez leyera esto sabrá que es él :)
Necesitaba contarlo. Es el post 1001. Sin duda lo merecía
Cuando le conocí descubrí un tío atormentado con la vida, cansado de sufrir, evocando a sus ex-novias la 24 horas del día, un "ángel con las alas rotas". Así era.
Comenzó como una amistad donde la sinceridad y la confianza eran los baluartes que nos impulsaban en una búsqueda hacia el otro. Y me enamoré, sin pensar en las consecuencias. A pesar de todo, yo era consciente de que una persona tan atormentada me haría sufrir como nadie antes lo había hecho. Y así fue. Sufrí.
Y es que no hay cosa peor que los juegos psicológicos. Cuando alguien utiliza tu mente, pensamientos y sentimientos, y se regocija viéndote sufrir... Cuando alguien necesita que le digas que le quieres a todas horas para subir su autoestima... Cuando alguien te chupa la sangre hasta dejarte agotada... Cuando alguien te quita más de lo que te da... Porque me quitó algo, me quitó la sonrisa. Y eso no se lo puedo perdonar.
Cuando desaparecí, harta de todo lo que tenía que ver con él, me buscó desesperadamente. No pude negarle la palabra porque todavía le quería. No pude hacer otra cosa más que animarle para que no se sintiera tan solo en su mundo de sombras.
En todo ese tiempo, algo me hizo cambiar. Ya no soy la misma persona que era hace dos años.
Gracias a él ahora tengo una coraza muy difícil de romper. Me da miedo pues ahora me cuesta confiar. Ya no creo en nada ni en nadie. A veces me pregunto si merece la pena arriesgarse. Con él arriesgué, y perdí.
Alguien, hace poco, me pidió una historia. No he querido profundizar. Sólo quería contarla, como una especie de aviso para que no déis todo lo que lleváis dentro, porque os lo pueden quitar algún día, y quizás después no podáis ni queráis volver a darlo. Es lo que me pasa ahora a mí.
No quiero mirar atrás porque sigo torturándome por su culpa. Y es que ahora soy yo quien se siente como un "ángel con las alas rotas"... Pero no quiero empañar el hilo.
La sonrisa volvió... de la mano de alguien a quien sólo me queda decirle "Gracias"; si alguna vez leyera esto sabrá que es él :)
Necesitaba contarlo. Es el post 1001. Sin duda lo merecía