¿Cuantas veces os han rechazado? (tema no me la vais a colar)

Me han rechazado incluso coños a los que no les he entrado.

Una vez de juerga con otros tres colegas en una discoteca, creo recordar de Morales de Toro, o algún otro no se qué de Toro que ahora no recuerdo, estábamos en la pista libando cubatas y había al lado un grupo de hembras con las que nos cruzábamos las miradas normales con la gente que te toca cerca. No estábamos en modo search and destroy y cada grupo estaba a lo suyo.

De repente, la Alpha de ellas, una que estaba bastante buenorra viene y me dice al oído; Espera un poco aquí.

Y se piró dandose la vuelta como dándose aires de misterio.

Y ahí que me quedé porque tampoco es que tuviese intención de irme a otro lado antes, y olvidé la cosa con la misma rapidez con la que había sucedido mientras seguía a lo mío con mi gente.

Al de un rato largo, la pródiga torda me toca el hombro, me vuelvo, y me suelta un; ¡ A qué jode esperar para nada!

Y se pira acto seguido con sus amigas.

Igual de gratuito que la cara de vacía satisfacción que traía la penca. Y supongo que igual de gratuito que el diccionario Zamorano-Alaves que sigo sin intención de comprar.

Teníamos casi treinta años todos, no es que esto me haya pasado de adolescente, y la pava parecía que no estaba muy perjudicada.

Algún antropólogo sabrá si está mierda es parte del cortejo en la Castilla profunda, o si las hembras de esa etnia anuncian así que se van a echar un meo. No me la puede pelar más, pero si que lo recuerdo por lo estúpido y absurdo de la situación.

Por otra parte, incluso teniendo, como todos supongo, un amplio bagaje de que cosas no decir para evitar el no cagarla, lo que me quita el sueño no es las veces que me han dicho no, son las que me han dicho que sí.

Por ejemplo, y dentro de ese bagaje, hay una frase que cada vez que he usado ha sido criptonita para la coyunda siempre que ha salido de mi boca en este ambiente de pilloteo discotequero de nuestra marchita juventud:

Vamos al baño a qué te coma el coño.

Y eso que siempre la he dicho con la mejor de las intenciones, por eso de qué iba tan cargado que en esas fases ya avanzadas de morreo y sobeteo light en las que la he dicho, me apetecía darle placer oral a la torda y dejarla contenta para la semana siguiente en la que mi picha hubiese eliminado el exceso de priva y quimica.

Pues cada vez que he soltado esa perla por la boca, he visto volar a la palomita que encerraba entre los brazos presa de un ataque súbito de recato victoriano.

Excepto una vez.

Jamás me han partido la boca a la noche por mor de tenerla demasiado grande. Eso sí, la vez que más cerca he estado ha sido esta.

Recien entrando a una disco, y bastante alegre, jacarandoso y alterado me tope de bruces con una gitana XXL similar a no sé si recordaréis a una gordaca gótica de Telecinco que se llamaba Tammi.

Y se la señale con el dedo a mis colegas a medio metro sin calibrar el tono muy alto de mi voz diciendo;

¡Eh tiiiiioos si es laaa Taammiiii!

Y sin calibrar tampoco la compañía de los otros tres gitanuzos mercheros macho que la acompañaban.

Cómo la personaja televisiva debía ser repelente además de puta gorda repulsiva, mi salida de tono no sentó muy bien a la concurrencia en la que noté como se le erizaban pelos de la nuca, las orejas, y como se les achicaban las pupilas en busca de sangre, al igual y a la par que se encogían mis cojoncillos.

Estuve muy, muy rápido de reflejos, y me acerqué a la indignada y zíngara dama que con ojillos de verdugo portaba una cara de palo que auguraba mi futuro como donante de plasma, le pedí perdón, y a fuerza de labia le convenci de que el tono del comentario era admirativo y que bla, bla, bla.

Me pasé muchísimo de frenada con el jabón e ignoro que hostias le dije para aplacar a la bestia, pero en menos de cinco minutos me encontré comiendome los morros con ese engendro al que justo, justo, llegaba a rodear con los brazos. Evite así la ejecución mientras oía de fondo a uno de mis colegas aplacar a uno de los gitanuzos que no parecía muy convencido; Que sí, tío, que sí. Qué fijo que le gusta. Qué siempre nos hace la misma.

Y bueno, una vez esquivada la merecida lluvia de bardeos, y con algo más de calma en el ambiente, opte por jugar la baza ganadora para poder huir de la situación como una sucia rata.

Vamos al baño a qué te coma el coño.

Todavía me lloran los ojos y el alma.

Yo creo que es el mejor post de la semana...
...y posiblemente del mes.
No le puedo likear porque ya he comido muchos penes hoy.

K#rmasuno de dieses
 
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