No amigos, no voy a contar algo que yo haya hecho, sino algo que he visto esta misma mañana. Como todos sabéis (o no), trabajo en una tienda y hoy ha sucedido un nuevo episodio que, por su frikez extrema, supera todas las cosas raras que me han sucedido hasta hoy en el trabajo y que no he relatado en el foro.
A lo que iba, a media mañana entra en la tienda una pareja compuesta por una prostituta sudamericana y un tipo bastante pintoresco (vamos, que era feo con ganas. Y ella también). ¿Que cómo sé que ella ejerce el más antiguo de los trabajos? Fácil, venían negociando el precio final. Ella insistía en 50 euros y él intentaba abaratar el precio comprándole algo de la tienda (móviles, equipos de música, consolas...). Al final, después de un rato discutiendo en la tienda ante la atónita mirada de mi compañero y de mí mismo, que nos estábamos partiendo de risa, acordaron dejar la cosa en 40 euros y una recarga de 5 euros en el móvil de la señora y se fueron sin más.
Cuando uno cree haberlo visto todo, se abre la puerta y entra un nuevo personaje.
A lo que iba, a media mañana entra en la tienda una pareja compuesta por una prostituta sudamericana y un tipo bastante pintoresco (vamos, que era feo con ganas. Y ella también). ¿Que cómo sé que ella ejerce el más antiguo de los trabajos? Fácil, venían negociando el precio final. Ella insistía en 50 euros y él intentaba abaratar el precio comprándole algo de la tienda (móviles, equipos de música, consolas...). Al final, después de un rato discutiendo en la tienda ante la atónita mirada de mi compañero y de mí mismo, que nos estábamos partiendo de risa, acordaron dejar la cosa en 40 euros y una recarga de 5 euros en el móvil de la señora y se fueron sin más.
Cuando uno cree haberlo visto todo, se abre la puerta y entra un nuevo personaje.