Desde hace unos 2 años, y en gran parte, aunque parezca imposible, estimulado por este foro, sé que quiero ser sabio. Independientemente del trabajo que desarrolle, la vida que tenga en suerte vivir y el lugar que me guarde el destino, quiero ser sabio. Siempre me ha inspirado mucho respeto la barba canosa mesada con delicadeza, la mano vivida que recorre una frente más vivida todavía y las palabras serenas, seguras y afiladas del que sabe lo que dice y conoce el embrujo del ser escuchado.
Puede que muchos, al toparse con personas de este calibre, conozcan su límite, se sientan desheredados y acepten su condición de segundo, de sumiso,y rebotados ante una pared que no esperaban tan alta tomen de vuelta el camino a la ignorancia resignada. Yo sin embargo, y me juego los cojones que no pocos de aquí sois mis iguales, mis compañeros de hombro; yo sin embargo me siento profundamente estimulado, me pongo muy cachondo. Necesito saber todo lo que mi contrincante sabe de más. El caudal de curiosidad y deseo de conocer arrastran con todo y me zambuyo en temas que jamás creí interesantes, de los que jamás hubiera oído hablar, con una fuerza que al menos por unos días/semanas me hace descuidar muchos aspectos importantes.
No hay que engañarse al respecto, consideraciones de otros foros aparte, y de la imagen que se pueda transmitir a alguien que lea el General durante 2 días, aquí nos hemos juntado un buen equipo, una buena tertulia de café. Gracias a muchos de vosotros, en un folio arrugado al que le falta una esquina, he confeccionado una lista de futuras lecturas (que no para de crecer), de las que (desgraciadamente quizás algo tarde) debo dar cuenta. Las considero imprescindibles para moldearme y dar rumbo al camino bastante sinuoso que, creo, debe llevar a la sabiduria.
Un camino, por cierto, cuando menos extraño y poco grato, pues cuando asciendo un peldaño y miro hacia los que quedan en el anterior no sé quién ha de sentir compasión por quién. El camino al peldaño siguiente está lleno de claroscuros, y realmente lo más fácil es quedarse donde se está. Se es más feliz, no puede negarse. Ya lo dice el amigo Panero en la entrevista, y de no decirlo él no son pocos, me incluyo, los que pensamos que Nietzsche fue el hombre más inteligente de su tiempo. Sí, y murió loco, atormentado, y con una vida bastante sepia. Muchos lo dijeron después victoriosos, "Ha sido el cástigo del Señor", y puede que no les faltase razón. Una especie de Babel, de Númenor, de hombres que pretenden llegar donde donde les está vetado y son castigados o arrojados a la locura, que puede que sea la forma más alta de sabiduria cuya amonestación radica en el no ser entendido por los demás. Siempre he pensando que el hombre ignorante es el más feliz y el más valiente.
No se teme a las sombras si no se sabe lo que puede esconderse en ellas.
Y sin embargo ansío seguir subiendo, y muchas de las cosas que os leo no hacen sino empujarme.
Y es ahí donde pretendía llegar. Ardo en deseos de acabar mis estudios, de pasear mi carnet de tonto con título y de empezar a darle golpes de timón al asunto. Más que una educación, que también, o que unos conocimientos, se me han dado los medios, se me ha dicho el cómo y se me ha dado el apetito del que desea conocerlo todo. Es ahora cuando debo empezar a instruirme, razón ésta que más fuerza me da en el que debe ser mi último año. Desear acabar para poder empezar de veras, es curioso. Son 22 bien llevadas primaveras las que me rondan y obviamente habré de trabajar, mi pareja seguirá quitándome tiempo, así como amigos, internet, Play, baños místicos y demás, y aún así quiero pensar que ahí empezará el viaje.
¿Eráis unos cretinos con 22 años?
¿Seré un cretino también con los 40 y largos que deben adornar a Molay?
Desgraciadamente pienso que el camino que he elegido, que muchos habéis elegido, no tiene fin ni por tanto tiempo material, y ya no sólo en lo tocante a las horas del día, hablo del tiempo de permanencia del Hombre aquí. Ya lo decía Goku: "Cuando creo que he vencido siempre habrá alguien más poderoso que yo".
Puede que muchos, al toparse con personas de este calibre, conozcan su límite, se sientan desheredados y acepten su condición de segundo, de sumiso,y rebotados ante una pared que no esperaban tan alta tomen de vuelta el camino a la ignorancia resignada. Yo sin embargo, y me juego los cojones que no pocos de aquí sois mis iguales, mis compañeros de hombro; yo sin embargo me siento profundamente estimulado, me pongo muy cachondo. Necesito saber todo lo que mi contrincante sabe de más. El caudal de curiosidad y deseo de conocer arrastran con todo y me zambuyo en temas que jamás creí interesantes, de los que jamás hubiera oído hablar, con una fuerza que al menos por unos días/semanas me hace descuidar muchos aspectos importantes.
No hay que engañarse al respecto, consideraciones de otros foros aparte, y de la imagen que se pueda transmitir a alguien que lea el General durante 2 días, aquí nos hemos juntado un buen equipo, una buena tertulia de café. Gracias a muchos de vosotros, en un folio arrugado al que le falta una esquina, he confeccionado una lista de futuras lecturas (que no para de crecer), de las que (desgraciadamente quizás algo tarde) debo dar cuenta. Las considero imprescindibles para moldearme y dar rumbo al camino bastante sinuoso que, creo, debe llevar a la sabiduria.
Un camino, por cierto, cuando menos extraño y poco grato, pues cuando asciendo un peldaño y miro hacia los que quedan en el anterior no sé quién ha de sentir compasión por quién. El camino al peldaño siguiente está lleno de claroscuros, y realmente lo más fácil es quedarse donde se está. Se es más feliz, no puede negarse. Ya lo dice el amigo Panero en la entrevista, y de no decirlo él no son pocos, me incluyo, los que pensamos que Nietzsche fue el hombre más inteligente de su tiempo. Sí, y murió loco, atormentado, y con una vida bastante sepia. Muchos lo dijeron después victoriosos, "Ha sido el cástigo del Señor", y puede que no les faltase razón. Una especie de Babel, de Númenor, de hombres que pretenden llegar donde donde les está vetado y son castigados o arrojados a la locura, que puede que sea la forma más alta de sabiduria cuya amonestación radica en el no ser entendido por los demás. Siempre he pensando que el hombre ignorante es el más feliz y el más valiente.
No se teme a las sombras si no se sabe lo que puede esconderse en ellas.
Y sin embargo ansío seguir subiendo, y muchas de las cosas que os leo no hacen sino empujarme.
Bernard Shaw rebuznó:Desde muy niño tuve que interrumpir mi educación para ir a la escuela
Y es ahí donde pretendía llegar. Ardo en deseos de acabar mis estudios, de pasear mi carnet de tonto con título y de empezar a darle golpes de timón al asunto. Más que una educación, que también, o que unos conocimientos, se me han dado los medios, se me ha dicho el cómo y se me ha dado el apetito del que desea conocerlo todo. Es ahora cuando debo empezar a instruirme, razón ésta que más fuerza me da en el que debe ser mi último año. Desear acabar para poder empezar de veras, es curioso. Son 22 bien llevadas primaveras las que me rondan y obviamente habré de trabajar, mi pareja seguirá quitándome tiempo, así como amigos, internet, Play, baños místicos y demás, y aún así quiero pensar que ahí empezará el viaje.
¿Eráis unos cretinos con 22 años?
¿Seré un cretino también con los 40 y largos que deben adornar a Molay?
Desgraciadamente pienso que el camino que he elegido, que muchos habéis elegido, no tiene fin ni por tanto tiempo material, y ya no sólo en lo tocante a las horas del día, hablo del tiempo de permanencia del Hombre aquí. Ya lo decía Goku: "Cuando creo que he vencido siempre habrá alguien más poderoso que yo".