Bernardo Provenzano, jefe de la mafia desde 1993, está detenido. La policía italiana se sorprendió al arrestarle, pues no se trataba de Silvio Pelusconni. Il Cavaliere Pelusconni no está entre rejas, pero como si lo estuviera. Al igual que la Forza dil Destino, Silvio ha sido desposeído de su finca particular más preciada: la Italia. Las urnas le han dado la espalda. Y el se ha quedado sólo con el puñal.