Educación de las nuevas generaciones?

Ar-C-Angel

RangoFrikazo
Registro
30 Nov 2004
Mensajes
12.308
Reacciones
2
Generalmente no suelo hablar con nadie de nada serio. Hoy me llamo la atención cuando iba en el autobus la siguiente conversacion entre dos Viejales:

-Estos Jóvenes de hoy tienen la vida hecha una mierda. La culpa es de los políticos de ahora y de la democracia que ha traido demasiada relajación.

-Si el otro dia iba yo por el barrio de la arena (barrio para salir la chavaleria por gijon) y los veía tirados en los portones de los garajes fumando porros. Ellas llorando porque iban como cubas y ellos pegandose unos golpes como para matarse. Los padres les dan demasiado dinero y moviles y cosas que nosotros no teniamos. Viven como reyes y encima se quejan por todo.

-EL problema son las leyes del gobierno, esos psicólogos que dicen que no hay que pegar al niño, una buena hostia en su momento le arregla mucho. Y en los colegios se les da mano ancha y no llegan a ninguna parte.

- Ademas a dia de hoy hay cosas que han desaparecido. Ya nadie sabe decir por favor, el otro dia estaba yo en la tienda (debe tener una tienda de arreglo de ropa o algo) y le di los pantalones a una chica que venia a recogerlos de la madre y encima le dije que le habia cambiado la cremallera porque estaba un poco gastada que no se la cobraba. Y me dijo vale y marcho sin decir ni gracias ni adios.

El resto fueron cosas sin sentido sobre la sanidad publica y las colas de espera mas propias de su edad.

Es dificil criar a un hijo y jodido ser joven pero yo me pregunto si compartis esa visión tan pesimista de la realidad. Yo en parte si la comparto pero en parte soy en alguna manera una porcion de esa juventud (salgo y bebo). ¿Como educariais a vuestro hijo si lo tuvieseis?, ¿Os parece que la juventud es una mierda, todo una mierda (el primero yo of course) y que no se puede cambiar nada?.
 
La juventud es lo que es y no podia haber sido de otra manera.


Porque aún estamos vivos.
 
PEro que puta mierda de respuestas son esas?!!!

No dais para mas hostia!!!

Todo el dia como guajes.
 
Re: Forochat, fotos de Admins y pass para Putalocura X

Ar-C-Angel en el título rebuznó:
Forochat, fotos de Admins y pass para Putalocura X

Serás un buen abogado, sabes vender humo.

Enhorabuena a los premiados.
 
Re:

Ar-C-Angel rebuznó:
Generalmente no suelo hablar con nadie de nada serio. Hoy me llamo la atención cuando iba en el autobus la siguiente conversacion entre dos Viejales:

-Estos Jóvenes de hoy tienen la vida hecha una mierda. La culpa es de los políticos de ahora y de la democracia que ha traido demasiada relajación.

-Si el otro dia iba yo por el barrio de la arena (barrio para salir la chavaleria por gijon) y los veía tirados en los portones de los garajes fumando porros. Ellas llorando porque iban como cubas y ellos pegandose unos golpes como para matarse. Los padres les dan demasiado dinero y moviles y cosas que nosotros no teniamos. Viven como reyes y encima se quejan por todo.

-EL problema son las leyes del gobierno, esos psicólogos que dicen que no hay que pegar al niño, una buena hostia en su momento le arregla mucho. Y en los colegios se les da mano ancha y no llegan a ninguna parte.

- Ademas a dia de hoy hay cosas que han desaparecido. Ya nadie sabe decir por favor, el otro dia estaba yo en la tienda (debe tener una tienda de arreglo de ropa o algo) y le di los pantalones a una chica que venia a recogerlos de la madre y encima le dije que le habia cambiado la cremallera porque estaba un poco gastada que no se la cobraba. Y me dijo vale y marcho sin decir ni gracias ni adios.

El resto fueron cosas sin sentido sobre la sanidad publica y las colas de espera mas propias de su edad.

Es dificil criar a un hijo y jodido ser joven pero yo me pregunto si compartis esa visión tan pesimista de la realidad. Yo en parte si la comparto pero en parte soy en alguna manera una porcion de esa juventud (salgo y bebo). ¿Como educariais a vuestro hijo si lo tuvieseis?, ¿Os parece que la juventud es una mierda, todo una mierda (el primero yo of course) y que no se puede cambiar nada?.

Debo decir que el contenido del post en relacion al titulo
Forochat, fotos de Admins y cintas de video
me ha dejado un poco perplejo.

Yo recomiendo a todo el mundo el libro "las brigadas del espacio" tambien en su titulo ingles "starship troopers".
Por favor, no me hableis de la pelicula, me refiero al libro, en concreto al capitulo en el que habla de la educacion de los niños.

Ya lo puse un dia (hace tiempo) en el foro libros, a ver si lo rescato y lo pego para disfrute del personal, pues en ese capitulo, Heinlein, tiene mas razon que un santo.
 
Esos vejestorios saben de lo que hablan. Yo con 27 años también pienso lo mismo, como la mayoría de los de mi quinta. Estas nuevas generaciones asustan. Nosotros con quince años estábamos en casa comiéndonos los mocos, y ahora ya los ves con 12-13-14 años con su teléfono móvil, las niñas más putas que las gallinas y los chicos quemando contenedores o metiéndose droja en los portales. Y luego están los moros, claro, la morralla. Pero eso es otra historia.
A la vejez viruelas, que se suele decir.
 
eres gilipollas angelito.. yo ya tenía la polla en la mano esperando la foto de creep y tu me vienes con ésto

muere
 
Tengo un colega que dice que lo primero que hará cuando tenga un hijo será comprarle la consola portátil que esté de moda, regalársela, y en ese momento, quitársela de las manos y romperla en su puta cara.

Mejor lección que esa empezando a vivir no hay. Que hoy en dia somos unos mimados que tenemos casi todo sin esfuerzo.
 
tibetano rebuznó:
eres gilipollas angelito.. yo ya tenía la polla en la mano esperando la foto de creep y tu me vienes con ésto

muere

Pero si está ahi, sale lamiendole el escroto a Nako. En realidad Creep es una mujer y su nick antes era Creepe, tiene unos ojos preciosos.
 
Napoleon Dynamite rebuznó:
Tengo un colega que dice que lo primero que hará cuando tenga un hijo será comprarle la consola portátil que esté de moda, regalársela, y en ese momento, quitársela de las manos y romperla en su puta cara.

Mejor lección que esa empezando a vivir no hay. Que hoy en dia somos unos mimados que tenemos casi todo sin esfuerzo.

Joder, tu amigo sí que sabe...


























a tocino rancio sabe. :?
 
Bob_Esponja rebuznó:
Esos vejestorios saben de lo que hablan. Yo con 27 años también pienso lo mismo, como la mayoría de los de mi quinta. Estas nuevas generaciones asustan. Nosotros con quince años estábamos en casa comiéndonos los mocos, y ahora ya los ves con 12-13-14 años con su teléfono móvil, las niñas más putas que las gallinas y los chicos quemando contenedores o metiéndose droja en los portales. Y luego están los moros, claro, la morralla. Pero eso es otra historia.
A la vejez viruelas, que se suele decir.

En realidad creo que la causa es debida a la caida del franquismo. Antes con el franquismo la educacion era recta , pero porque era recta antes del franquismo tambien. Sin embargo las familias confundieron términos y pensaron que con la democracia las libertades debian extenderse a todo, dejando campos tan sumamente delicados en pelotas. Un punto para los Hippies por cargarse el sentido común de las nuevas generaciones.
 
Napoleon Dynamite rebuznó:
Tengo un colega que dice que lo primero que hará cuando tenga un hijo será comprarle la consola portátil que esté de moda, regalársela, y en ese momento, quitársela de las manos y romperla en su puta cara.
Mejor lección que esa empezando a vivir no hay.

¿PERO ESO ANTES DE QUE EL MÉDICO LE CORTE EL CORDÓN UMBILICAL O DESPUÉS?
NO SÉ, QUIZÁ APRENDA MEJOR LA LECCIÓN DESPUÉS, QUE YA SERÁ ALGO MÁS MADURO.
 
Mi comentario de texto en el selectivo iba sobre esta mierda y saqué un 9,5 así que supongo que di con la clave del asunto. La culpa sigue siendo de los padres, no de los hijos.
 
Realmente yo veo muchos cambios en la gente muy joven de ahora.

Me suelo relacionar con gente desde mi edad hasta rondar los 33 como mucho. En plan colegas. Claro, en plan familia siempre tienes primos más mayores, pero no sales con ellos igual. Vale.

Es cierto que yo veo una pérdida importante de valores. Ya no refiriéndome al "por favor" o "gracias", que también son muy necesarios, a veces, sino en casos de "jovenes parásitos". Esos jóvenes que no llegan a los 20 y se pasan el día haciendo Dios sabe qué, mientras tienen unos padres que los mantienen, y lo que es peor, que les dan una vida que ellos no podrán llevar como no espabilen. Con una diferencia de dos o tres años menos de mi edad, veo a la gente muy cambiada. En gustos, la juventud ha cambiado muchísimo, en actitudes y preocupaciones.

Veo gente que con 22 años no hace nada. Se supone que van a la Universidad y se supone que tienen un trabajo los fines de semana, es el caso de un vecino tocapelotas que tengo. Sólo se supone, porque yo lo único que le veo hacer es llegar borracho, con los pantalones nuevos que le ha comprado su mami rotos, con el móvil de última generación olvidado en cualquier bar y con los huevos escaldados de tanto tocárselos.

Realmente me importan una mierda estos piltrafas que esperan que se les salve el culo en cualquier momento. No tendrán quien les ayude eternamente y al final, aunque ahora no den las gracias cuando alguien les deja pasar o les atiende con simpatía, al final acabarán en un curro puteados por ser unos vagos toda su vida, y ahí tendrán que dar las gracias hasta para respirar. El tiempo pone a cada uno en su sitio.
 
21a0eop.jpg


Quién es la otra?
 
Ya no se si contestar en serio, si dentro de otros post veo que merece la pena, pues ya si eso digo algo.
 
Ar-C-Angel rebuznó:
tibetano rebuznó:
eres gilipollas angelito.. yo ya tenía la polla en la mano esperando la foto de creep y tu me vienes con ésto

muere

Pero si está ahi, sale lamiendole el escroto a Nako. En realidad Creep es una mujer y su nick antes era Creepe, tiene unos ojos preciosos.

Vaya un juanker.

En realidad le he comido la polla a Picara, que la tiene más lustrosa.
 
que vá.

En realidad la culpa la tiene la liberación de la mujer,ahora los niños vas sin control por la vida,mientras las madres estan chupando pollas en sitios insospechados.

A la puta cocina de la que nunca deberian haber salido ¡¡
JAIIIIL.
 
Bueno, aqui está ese extracto del libro de Heinlein.
Aviso, es un buen tocho, el que quiera leerlo no se sentirá defraudado, al menos Arcangel deberia hacerlo pues es el creador del hilo.

Debo decir que yo opino de esta forma, como aparece en el texto, y que el tiempo traerá la razon.

Pd, estaba en el foro talante, no en el de libros, mil perdones.


Tambien el link del hilo original:
https://foropl.com/viewtopic.php?t=39318&postdays=0&postorder=asc&start=0


Recordé de pronto una discusión en nuestra clase de historia y filosofía moral. Dubois hablaba sobre los desórdenes que precedieron al colapso de la república de Norteamérica, allá en el Siglo XX. Según él, antes de que todo se viniera abajo hubo un período en el que crímenes como el de Dillinger eran tan corrientes como las peleas de perros. El Terror no sólo se hallaba implantado en Norteamérica; Rusia y las Islas Británicas lo sufrían también, así como otros países. Pero llegó al colmo en Norteamérica poco antes de que la civilización se hiciera pedazos.

Las gentes cumplidoras de la ley —nos había dicho Dubois— apenas se atrevían a ir a un parque público por la noche. Hacerlo suponía correr el riesgo de verse atacados por jóvenes salvajes armados con cadenas, cuchillos, pistolas de fabricación casera o porras, y como mínimo resultar herido, robado con toda seguridad o quedar inválido de por vida, o muerto incluso. Tal estado de cosas duró muchos años, hasta que estalló la guerra entre la Alianza ruso-anglo-americana y la Hegemonía china. El asesinato, el vicio, las drogas, el robo, los asaltos y el vandalismo estaban a la orden del día. Y no sólo ocurría en los parques, sino también en las calles y a plena luz del día, en los alrededores de las escuelas, incluso en el interior de las mismas. Pero los parques, sobre todo, eran tan peligrosos que las gentes honradas se alejaban de ellos en cuanto caía la noche.

Yo había intentado imaginar que aquello ocurriera en nuestras escuelas, y sencillamente me había resultado imposible. Ni en nuestros parques. Un parque era un lugar para divertirse, no para que te atacaran. En cuanto a que te mataran en uno de ellos...

—Señor Dubois, ¿acaso no tenían policía? ¿Ni tribunales?

—Tenían mucha más policía que nosotros. Y más tribunales. Y todos sobrecargados de trabajo.

—Entonces no lo entiendo.

Si un chico de nuestra ciudad hiciera algo semejante, él y su padre serían azotados, uno junto a otro. Mas esas cosas no ocurrían ahora. Dubois me pidió entonces:

—Defina a un «delincuente juvenil».

—Pues... uno de esos chicos que solían pegar a la gente.

—Mal.

—¿Cómo? Pero el libro dice...

—Discúlpeme. El texto lo dice así. Sin embargo, llamar rabo a una pata no hace que el nombre encaje. «Delincuente juvenil» es una contradicción de términos, que expresa la clave del problema y el fallo en resolverlo. ¿Ha criado alguna vez un cachorro?

—Sí, señor.

—¿Le enseñó a comportarse bien dentro de casa?

—Pues... sí, señor. Precisamente, mi lentitud en domesticarlo fue lo que hizo que mi madre decidiera al final que los perros debían estar fuera de casa.

—¿Sí? Y cuando su perrito cometía algún error, ¿se enojaba usted?

—¿Por qué? Él no sabía hacerlo mejor. Sólo era un cachorro.

—¿Qué hacía usted?

—Bueno, le reñía, le frotaba el morro con aquello y le daba unos golpes.

—Con toda seguridad él no comprendía sus palabras.

—No, pero sí veía que yo le estaba riñendo.

—Sin embargo, acaba de decir que usted no estaba furioso.

Dubois tenía un modo muy molesto de confundirle a uno.

—No, pero tenía que hacerle pensar que lo estaba. Había de aprender, ¿no?

—Concedido. Pero, si ya había quedado bien claro que usted desaprobaba aquello, ¿cómo podía ser tan cruel como para pegarle además? Usted dijo que el pobre animalito no sabía que obraba mal. No obstante, le bacía daño a propósito. ¡Justifíquese! ¿O acaso es un sádico?

No sabía entonces lo que era un «sádico», pero conocía a los cachorros.

—Señor Dubois, ¡el caso es que hay que hacerlo! Primero le riñes para que sepa que ha hecho algo malo, luego le metes el morro en la porquería para que sepa a qué te refieres y le pegas para que no vuelva a hacerlo otra vez. Y hay que hacerlo en seguida. No sirve de nada castigarle más tarde; eso sólo le confunde. Incluso así, el cachorro no aprende con una sola lección; de modo que se le vigila y se le coge otra vez y se le pega aún más. Pronto aprende. Pero limitarse a reñirle es una pérdida de tiempo. —Y entonces añadí—: Supongo que nunca ha educado cachorros.

—Muchos. Ahora estoy criando un pachón... según sus métodos. Volvamos a esos criminales juveniles. Los peores eran algo más jóvenes que ustedes, los de esta clase, y con frecuencia habían empezado de niños su carrera fuera de la ley. No nos olvidemos de ese cachorro. Los chicos eran capturados a menudo. La policía los arrestaba a puñados a diario. ¿Les reñían? Sí, y a veces con severidad. ¿Les frotaban el morro en lo que habían hecho? Raras veces. La prensa y los organismos oficiales solían mantener sus nombres en secreto; en muchos lugares, así lo exigía la ley para los criminales menores de dieciocho años. ¿Les pegaban? ¡Por supuesto que no! A la mayoría no les habían pegado ni de niños. Había una teoría, y muy extendida, según la cual los golpes, o cualquier castigo que supusiera dolor, causaban al niño un daño psíquico permanente.

(Pensé entonces que sin duda mi padre jamás había oído hablar de esa teoría.)

—El castigo corporal en las escuelas estaba prohibido por la ley —había continuado Dubois—. Los azotes, como sentencia de un tribunal, sólo se permitían en una pequeña provincia, Delaware, y únicamente por algunos crímenes, y rara vez se llevaban a efecto. Estaban considerados como un castigo «cruel y extraordinario». —Y Dubois había murmurado—: No comprendo esas objeciones al castigo «cruel y extraordinario». Aunque un juez haya de ser benévolo en sus propósitos, su sentencia ha de hacer que el criminal sufra o no hay castigo, y el dolor es el mecanismo básico, innato en nosotros merced a millones de años de evolución, que nos salvaguarda al avisarnos de que algo amenaza nuestra supervivencia. ¿Por qué ha de negarse la sociedad a utilizar un mecanismo de supervivencia tan altamente perfeccionado? Sin embargo, ese período estaba dominado por las teorías seudo-psicológicas y pre-científicas.

»En cuanto a lo de «extraordinario», el castigo debe ser extraordinario, o no sirve a sus propósitos. —Entonces señaló a otro chico con el muñón—: ¿Qué ocurriría si a un cachorro se le pegara cada hora?

—Pues... probablemente le volveríamos loco.

—Probablemente. Desde luego, no le enseñaríamos nada. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que el director de esta escuela tuvo que azotar a un alumno?

—No estoy seguro. Unos dos años. El chico había robado...

—No importa. Es suficiente tiempo. Significa que tal castigo resulta tan extraordinario como para tener un gran significado, e instruir. Volviendo a aquellos jóvenes criminales..., probablemente no les pegaban de niños; desde luego, no les azotaban por sus crímenes. La secuencia normal era: por una primera ofensa un aviso, una reprimenda, a menudo sin juicio. Después de varias ofensas, una sentencia de confinamiento, pero una sentencia que podía suspenderse mientras el chico quedaba en libertad a prueba. Podía ser arrestado varias veces. incluso condenado varias veces, antes de ser castigado, un castigo que consistía simplemente en encerrarlo con otros como él, de los que aprendía más hábitos criminales. Si no se metía en líos durante su encierro, generalmente podía librarse de más de la mitad de la condena saliendo a prueba «bajo palabra», según la fraseología de la época.

»Esta secuencia increíble duraba años y años, mientras sus crímenes aumentaban en frecuencia y maldad, sin más castigos que esos encierros esporádicos, aburridos pero cómodos. De pronto, al cumplir los dieciocho años, y según la ley, este llamado «delincuente juvenil» se convertía en un criminal adulto. Y a veces, en cuestión de semanas o meses, acababa en la celda de la muerte esperando su ejecución por haber cometido un asesinato. ¡Usted!

Me había señalado de nuevo.

—Supongamos que se limita a reñir a su cachorro sin castigarlo nunca, que le deja seguir soltando porquería por la casa, que de vez en cuando le encierra en un edificio exterior, pero vuelve a dejarle entrar pronto en casa diciéndole tan sólo que no lo haga de nuevo. Luego, un día, se da cuenta de que ya es un perro crecido y que sin embargo no está educado para la casa, y usted coge un arma y le mata de un tiro. Comentarios, por favor.

—¡Vaya! En cuanto a educar a un perro, ése es el modo más absurdo del que he oído hablar.

—De acuerdo. O a un niño. ¿De quién sería la culpa?

—Pues... mía, supongo.

—De acuerdo otra vez. Mas yo no lo supongo. Lo sé.

—Señor Dubois —estalló una chica—, pero ¿por qué? ¿Por qué no pegaban a los niños cuando lo necesitaban, y usaban buenas dosis de correa con los mayores que lo merecían, una lección que jamás olvidarían? Me refiero a los que hacían algo realmente malo. ¿Por qué no?

—No lo sé —había contestado él secamente—, excepto que el método aprobado durante siglos para instilar la virtud social y el respeto a la ley en la mente de los jóvenes no atraía a la clase precientífica y seudoprofesional, los que se denominaban a sí mismos «asistentes sociales», o a veces «psicólogos infantiles». Era demasiado sencillo para ellos, al parecer, ya que cualquiera podía hacerlo echando mano tan sólo de la paciencia y la firmeza necesarias para adiestrar a un cachorro. A veces me he preguntado si no tendrían intereses creados en aquel desorden, pero es improbable; los adultos actúan casi siempre por «razones elevadas», sea cual sea su conducta.

—¡Pero santo cielo! —rebatió la chica—. A mi no me gustaban las zurras, como a ningún niño; no obstante. cuando la necesitaba, mi madre me daba una. La única vez que me dieron azotes en la escuela recibí otra buena tanda cuando llegué a casa, y eso fue hace años. Confío en que nunca me veré ante un juez que me sentencie a ser azotada; una se porta bien, y esas cosas no ocurren. No veo nada erróneo en nuestro sistema, es mucho mejor que no poder salir a la calle por miedo a que te maten. ¡Cielos, eso es horrible!

—Estoy de acuerdo. Jovencita, el trágico error de lo que hicieron aquellas gentes bien intencionadas, en contraste con lo que ellos creían hacer, tiene raíces muy profundas. Porque ellos no tenían una teoría científica de la moral. Sí tenían una teoría de valores morales, y trataban de vivir de acuerdo con ella (no debería haberme burlado de sus motivos), pero su teoría era errónea: un cincuenta por ciento de sueños quiméricos y otro cincuenta por ciento de charlatanería racionalizada. Cuanto más ansiosos estaban de obrar bien, más se alejaban de la verdad. Verá, ellos suponían que el hombre tiene un instinto moral.

—¿Cómo, señor? Bueno, lo cierto es que sí lo tiene. ¡Yo lo tengo!

—No querida, usted tiene una conciencia cultivada, y muy cuidadosamente adiestrada. El hombre no tiene instinto moral. No nace con sentido moral. Usted no nació con él, ni yo, como no lo tiene el cachorro. Nosotros adquirimos el sentido moral, si es que lo adquirimos, mediante el adiestramiento, la experiencia y el sudor de la mente. Esos desgraciados criminales juveniles nacían sin sentido moral, igual que usted y que yo, pero no tenían oportunidades de adquirirlo; su experiencia no se lo permitía. ¿Qué es el sentido moral? Es una elaboración del instinto de supervivencia. El instinto de supervivencia está en la misma naturaleza humana, y todo aspecto de nuestra personalidad deriva de él. Todo lo que entra en conflicto con el instinto de supervivencia actúa, más pronto o más tarde, para eliminar al individuo, y por tanto deja de aparecer en las generaciones futuras. Esta verdad es matemáticamente demostrable, y comprobable en todas partes. Es el imperativo eterno que controla todo lo que hacemos.

»Pero el instinto de supervivencia puede cultivarse en motivaciones más sutiles y mucho más complejas que el instinto ciego y brutal del individuo por seguir vivo. Jovencita, lo que usted llamó «su instinto moral» no es más que lo que le enseñaron sus mayores: la verdad de que la supervivencia puede tener imperativos más fuertes que los de la suya personal. La supervivencia de su familia, por ejemplo. O de sus hijos, cuando los tenga. O de su nación si seguimos ascendiendo por la escala. Una teoría científicamente comprobable de los valores morales debe estar arraigada en el instinto de supervivencia del individuo, ¡y en nada más!, y debe describir correctamente la jerarquía de supervivencia, observar las motivaciones a cada nivel y resolver todos los conflictos.

»Nosotros disponemos ahora de esa teoría, y podemos resolver cualquier problema moral a cualquier nivel. El propio interés, el deber para con la familia, el deber hacia el país, la responsabilidad hacia la raza humana... Incluso estamos desarrollando una ética exacta para las relaciones extrahumanas. Pero todos los problemas morales pueden ilustrarse con esta cita: «Ningún hombre es capaz de más amor que una gata que muere por defender a sus gatitos». Una vez comprenda usted el problema al que se enfrenta esa gata, y cómo lo resuelve, entonces podrá examinarse y descubrir hasta qué punto de la escala moral está dispuesta a subir.

»Esos delincuentes juveniles estaban en el nivel mas bajo. Nacidos únicamente con el instinto de supervivencia, la moralidad mas elevada a la que llegaban era una débil lealtad hacia los grupos de sus pares, las pandillas callejeras. Pero aquellos «empeñados en hacer el bien» intentaban «apelar a sus mejores instintos» «llegar hasta ellos», «prender la chispa de su sentido moral». ¡Bobadas! Ellos no tenían «mejores instintos»; la experiencia les enseñaba que lo que hacían era su modo de sobrevivir. El cachorro jamás recibió su zurra; por tanto, lo que hacía con placer y con éxito debía de ser «moral».

»La base de toda moralidad es el deber, un concepto con la misma relación con respecto al grupo que el interés egoísta tiene con respecto al individuo. Nadie predicaba el deber a aquellos chicos de modo que pudieran entenderlo, es decir con una zurra. No obstante, la sociedad en que vivían les hablaba constantemente de sus «derechos».

»Y así los resultados hubieran podido predecirse, ya que un ser humano no tiene derechos naturales en absoluto.

Dubois había hecho una pausa. Y alguien mordió el anzuelo.

—¿Señor? ¿Qué opina entonces de lo de «la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad»?

—Ah, sí, «los derechos inalienables». Cada año hay alguno que cita esa poesía magnífica. ¿La «vida»? ¿Qué derecho a la vida tiene un hombre que se está ahogando en el Pacífico? El océano no se apiadará de sus gritos. ¿Qué «derecho» a la vida tiene el hombre que debe morir si ha de salvar a sus hijos? Si él prefiere salvar la suya, ¿lo hará por cuestión de «derechos»? Si dos hombres están muriéndose de hambre, y el canibalismo es la única alternativa frente a la muerte, ¿a cuál de los dos pertenece ese «derecho inalienable»? ¿Y es de verdad un «derecho»? En cuanto a la libertad, los héroes que firmaron aquel gran documento se comprometieron a comprar la libertad con su vida. La libertad jamás es inalienable; debe redimirse con regularidad con la sangre de los patriotas, o se pierde para siempre. De todos los llamados «derechos humanos naturales» que se han inventado, la libertad es el más caro, desde luego, y jamás será gratuito.

»Y respecto al tercer derecho, la «búsqueda de la felicidad», en realidad sí es inalienable, pero no un derecho; es, sencillamente, una condición universal que los tiranos no nos pueden arrebatar, ni los patriotas restaurar. Tanto si me meten en una celda como si me queman en la hoguera o me coronan rey, yo puedo seguir «buscando la felicidad» mientras mi cerebro viva; mas ni los dioses, ni los santos, ni los sabios, ni las drogas sutiles pueden asegurar que la consiga.

Entonces Dubois se volvió hacia mí:

—Dije antes que «delincuente juvenil» era una contradicción de términos. «Delincuente» significa que ha fallado en el cumplimiento del deber. Ahora bien, el deber es una virtud de adultos. En realidad, un joven sólo se hace adulto cuando adquiere un conocimiento del deber y lo abraza con afecto idéntico al amor que ha sentido por sí mismo desde que nació. Nunca hubo, ni puede haber, un «delincuente juvenil». Por otra parte, por cada criminal joven hay siempre uno o más delincuentes adultos, gentes maduras que o no conocen su deber o, conociéndolo, fallan en cumplirlo. Y ése fue el punto débil que destruyó lo que durante muchos años fuera una cultura admirable. Los gamberros que asolaban las calles eran síntomas de una grave enfermedad; sus ciudadanos (todos eran ciudadanos entonces) glorificaron su mitología de los derechos... y se olvidaron por completo de sus deberes. Ninguna nación así constituida es capaz de perdurar.
 
Hammett rebuznó:
Realmente yo veo muchos cambios en la gente muy joven de ahora.

Me suelo relacionar con gente desde mi edad hasta rondar los 33 como mucho. En plan colegas. Claro, en plan familia siempre tienes primos más mayores, pero no sales con ellos igual. Vale.

Es cierto que yo veo una pérdida importante de valores. Ya no refiriéndome al "por favor" o "gracias", que también son muy necesarios, a veces, sino en casos de "jovenes parásitos". Esos jóvenes que no llegan a los 20 y se pasan el día haciendo Dios sabe qué, mientras tienen unos padres que los mantienen, y lo que es peor, que les dan una vida que ellos no podrán llevar como no espabilen. Con una diferencia de dos o tres años menos de mi edad, veo a la gente muy cambiada. En gustos, la juventud ha cambiado muchísimo, en actitudes y preocupaciones.

Veo gente que con 22 años no hace nada. Se supone que van a la Universidad y se supone que tienen un trabajo los fines de semana, es el caso de un vecino tocapelotas que tengo. Sólo se supone, porque yo lo único que le veo hacer es llegar borracho, con los pantalones nuevos que le ha comprado su mami rotos, con el móvil de última generación olvidado en cualquier bar y con los huevos escaldados de tanto tocárselos.

Realmente me importan una mierda estos piltrafas que esperan que se les salve el culo en cualquier momento. No tendrán quien les ayude eternamente y al final, aunque ahora no den las gracias cuando alguien les deja pasar o les atiende con simpatía, al final acabarán en un curro puteados por ser unos vagos toda su vida, y ahí tendrán que dar las gracias hasta para respirar. El tiempo pone a cada uno en su sitio.

La educacion deberia impartirse en casa o en las escuelas?

He ahi el dilema la verdad. Mas que nada porque los jovenes achacamos la educación de los hijos a que ahora como no hay una madre en casa como antes, que te veia las notas, que te preguntaba por los rasgones en las rodillas cuando volvias, a quien le contabas tus problemas. Pues las cosas han cambiado y mucho. El esquema laboral español está matando a las familias y llenando a personas de 3º edad que bastante hicieron cuidando de sus hijos, volver a cuidar de los nietos.

Una vez escuché como unas psicóloga decía que lo ultimo que tiene que hacer un niño es embobarse frente a la televisión viendo los Lunnis o lo que sea que vean ahora. Debe salir al parque, conocer otros niños, jugar. Dentro de 10 años los parques seran la prehistoria, sino tiempo al tiempo.
 
Tengo que decir que el tema es polemico.
Cada época va con su mas mejor-mas peor.
Yo con 12 años me sentia afortunada de fabricar mis juguetes con cajas de carton y disfrutar con lo poco que me daban.
Ahora me encuentro con la tarea de educar y evito consentir con caprichos.No es nada facil en la era del consumismo, con tanta consola y modernidades.Las formulas del pasado ya no sirven.
Tambien mirando por mi, tener los adelantos que existen a tu alcance da la la posiblidad de estar al dia.
Todo cambia a un ritmo tan tremendo que se hace necesario encontrar nuevas vias para que no se pierdan ni los valores ni las formas..


:wink:
 
Atrás
Arriba Pie