Hadrón
Veterano
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Saludos, hijos de Gravitón.
No se trata de una película de Steven Seagal, no es un best seller de un nórdico muerto. Es el gran dilema. La búsqueda de lo primigenio. La única razón que el sapiens siga evolucionando. La ciencia subatómica.
En un planeta rocoso donde un cúmulo de casualidades han propiciado la vida inteligente, los mamíferos ya no dudamos que el tiempo es una mera percepción de la curvatura del espacio, pero seguimos buscando la fórmula mágica, la unión de las cuatro fuerzas fundamentales.
El instinto comunitario salta las barreras nacionales e idiomáticas en pos de la sabiduria colectiva, la salvación de la especie humana, la utopía energética, la teletransportación de partículas para la inevitable migración de los simios a otros planetas habitables.
El capitalismo ha generado acumulación de riqueza, inversiones en ciencia impensables en cualquier otro sistema económico que nos están posibilitando coquetear con el Código Final, hackear a “dios”, y a la SGAE.
Mas allá de las futilidades de la rutina, de las vidas mundanas de la plebe, una pequeña élite de cerebros discuten donde están las cuerdas elementales, las once dimensiones del espacio y la existencia de los multiversos.
La filosofía se vuelve a anteponer al empirismo.
PL no está perdido, el mundo no está perdido. Solo estamos confundidos.
Y ya están aquí.
No se trata de una película de Steven Seagal, no es un best seller de un nórdico muerto. Es el gran dilema. La búsqueda de lo primigenio. La única razón que el sapiens siga evolucionando. La ciencia subatómica.
En un planeta rocoso donde un cúmulo de casualidades han propiciado la vida inteligente, los mamíferos ya no dudamos que el tiempo es una mera percepción de la curvatura del espacio, pero seguimos buscando la fórmula mágica, la unión de las cuatro fuerzas fundamentales.
El instinto comunitario salta las barreras nacionales e idiomáticas en pos de la sabiduria colectiva, la salvación de la especie humana, la utopía energética, la teletransportación de partículas para la inevitable migración de los simios a otros planetas habitables.
El capitalismo ha generado acumulación de riqueza, inversiones en ciencia impensables en cualquier otro sistema económico que nos están posibilitando coquetear con el Código Final, hackear a “dios”, y a la SGAE.
Mas allá de las futilidades de la rutina, de las vidas mundanas de la plebe, una pequeña élite de cerebros discuten donde están las cuerdas elementales, las once dimensiones del espacio y la existencia de los multiversos.
La filosofía se vuelve a anteponer al empirismo.
PL no está perdido, el mundo no está perdido. Solo estamos confundidos.
Y ya están aquí.