Sekhmet
Freak
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Este hilo se lo dedico a @ilovegintonic con todo mi cariño.
Como ya he contado en alguna ocasión, estudié en un colegio de monjas hasta los 18 años. En mi casa nunca se hablaba de sexo porque asumían que esa misión la tenía el colegio. Una vez cada pocos meses, una monja nos venía a hablar acerca de la castidad sexual y de lo útil y recto que era guardar la virginidad para el matrimonio, o bien, dedicarse a Dios. Cuando terminaba la charla, pedía que levantara la mano aquel o aquella que había pensado entregarse en cuerpo y alma al cristianismo de por vida y apenada aceptaba que NADIE.
Un día, con 15 años, en clase de música nos pusieron una película de castratti. El señor, impedido de lefa, aprovechaba la oscuridad y se intercambiaba con su hermano para poder rematar la faena. En ese momento le pregunto a la profesora que por qué hace eso de cambiarse y me dice: Hombre, Jimena, yo creo que eres bastante mayorcita ya para saberlo.
...
Pues ni idea.
No sabía lo que era una corrida.
Con esa edad conocí a un pedobear que tenía diez años más que yo y que me decía que cuando me veía se le llenaba el penis de sangre y se le volvía grande. Y yo le dije... a ver si es que vas a tener que ir al médico.
Mi inocencia era total y no tenía idea de absolutamente nada. Tenía la tele restringida y solo la podía ver hasta las 20h hasta que cumplí 17 años y con Internet fue peor aún: una hora el domingo y ya. Aunque con 13 ya empecé a conectarme mientras trabajaban.
El primer furor sexual lo sentí con 15 años cuando me gustaba un chaval del instituto. A día de hoy cuando me lo encuentro por la calle sigo quedándome alucinada con lo guapo que es. Tiene la cara de Jon Nieve o como se diga, con los ojitos azules. Aunque el pobre es plano mentalmente.
La primera vez que me toqué fue pensando en su pelito largo y su pecho lata sentada en el sofá de su portal. Porque iba yo a su edificio y hacía como la que esperaba a alguien para ver si él bajaba y me decía algo.
Contad vuestro despertar sexual.
Como ya he contado en alguna ocasión, estudié en un colegio de monjas hasta los 18 años. En mi casa nunca se hablaba de sexo porque asumían que esa misión la tenía el colegio. Una vez cada pocos meses, una monja nos venía a hablar acerca de la castidad sexual y de lo útil y recto que era guardar la virginidad para el matrimonio, o bien, dedicarse a Dios. Cuando terminaba la charla, pedía que levantara la mano aquel o aquella que había pensado entregarse en cuerpo y alma al cristianismo de por vida y apenada aceptaba que NADIE.
Un día, con 15 años, en clase de música nos pusieron una película de castratti. El señor, impedido de lefa, aprovechaba la oscuridad y se intercambiaba con su hermano para poder rematar la faena. En ese momento le pregunto a la profesora que por qué hace eso de cambiarse y me dice: Hombre, Jimena, yo creo que eres bastante mayorcita ya para saberlo.
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Pues ni idea.
No sabía lo que era una corrida.
Con esa edad conocí a un pedobear que tenía diez años más que yo y que me decía que cuando me veía se le llenaba el penis de sangre y se le volvía grande. Y yo le dije... a ver si es que vas a tener que ir al médico.
Mi inocencia era total y no tenía idea de absolutamente nada. Tenía la tele restringida y solo la podía ver hasta las 20h hasta que cumplí 17 años y con Internet fue peor aún: una hora el domingo y ya. Aunque con 13 ya empecé a conectarme mientras trabajaban.
El primer furor sexual lo sentí con 15 años cuando me gustaba un chaval del instituto. A día de hoy cuando me lo encuentro por la calle sigo quedándome alucinada con lo guapo que es. Tiene la cara de Jon Nieve o como se diga, con los ojitos azules. Aunque el pobre es plano mentalmente.
La primera vez que me toqué fue pensando en su pelito largo y su pecho lata sentada en el sofá de su portal. Porque iba yo a su edificio y hacía como la que esperaba a alguien para ver si él bajaba y me decía algo.
Contad vuestro despertar sexual.