El día que le lamí el ojete a una puta y se me durmió la lengua

Este reflote me viene al pelo, me cuenta un conocido que el domingo pasado mientras comía un coño en 69, y habiendo pagado el plus de 20€ por anal, le dio por estirar un poco el pescuezo y sacando la lengua como una culebra rozar el esfínter para empezar a prepararlo y que empezase a dilatar. Menudo calambrazo le metió, me comenta, dice que como si hubiese lamido una pila de petaca, ¿alguien sabe que hay ahí para que eso dé esas descargas ferrosas?

Bueno, el caso es que aquello tal, y que ahora, esta mañana ya nota el picor en la garganta y que tiene por seguro que está incubando la temida y molesta enfermedad del beso, o como yo la llamo, la enfermedad de los chochos de las putas.

Nada más, vosotros lamed culos y chochos (aunque no huelan ni sepan mal) que es una ruleta rusa.
Es que tratándose del ano de una poota, a quien se le ocurre hombre de Dios.
 
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