Hyperman
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(Idea fusilada de ese lugar cuyas reglas #1 y #2 impiden hablar de él)
La cosa es contar chistes sin gracia alguna. Muchos gañanes de aquí no le verán en sentido ni pillarán la cosa, pero bueno.. es lo que hay.
En resumen, sería una mala cosa que este hilo no funcionara porque significaría que la gente no sirve para una de las tareas más fáciles jamás planteadas: "No ser gracioso".
Comenzamos.
En esto que entra un andaluz en un bar y dice:
"Jefe, me pone una cañita"
Y el camarero le sirve una caña, que el andaluz toma tranquilamente.
Erase una vez un francés, un inglés, y un español que están en una avioneta.
En esto que explota el motor y el piloto informa que solo queda un paracaídas, y salta con el que ya llevaba puesto.
Tras el shock inicial, los tres personajes concuerdan pactar que según los méritos del país de cada cual, sería entregado el paracaídas, por tanto la salvación.
Entonces, el francés habla de la grandeza de là france, los vinos, y las artes.
Los demás sueltan un Ohhhh, y piensan que sería el francés quien se llevará el paracaídas.
El inglés comenta su excelencia en la ingeniería, prueba de ello todas las máquinas por ellos realizadas o inventadas.
El resto aplaude, pensando que sería difícil superarlo.
Finalmente, el español, sevillano él, habla de los toros, la furia española, el sol y las playas.
El resto no considera tales razones suficientes y deciden que sería el inglés el agraciado con el paracaídas, que le entregan de inmediato, salvándose pues el de la Gran Bretaña.
Minutos más tarde el avión colisionaría con la ladera de una montaña, pereciendo en el accidente el francés y el español.
Érase una vez Jaimito que estando en casa su madre le encarga el ir a comprar unas salchichas a la carnicería.
Jaimito se dirige al establecimiento, y se encuentra con que no quedan.
Asustado ante la posible riña de su madre, decide cortarse su propio pene para hacerlo pasar por la salchicha encargada en el recado.
Mas justo al llegar a casa y entregar a la madre el paquete, que abre horrorizada, la sangre perdida que ya empapaba sus pantalones hasta los tobillos hace que Jaimito pierda el conocimiento, falleciendo horas mas tarde desangrado en el hospital infantil de la ciudad.
La cosa es contar chistes sin gracia alguna. Muchos gañanes de aquí no le verán en sentido ni pillarán la cosa, pero bueno.. es lo que hay.
En resumen, sería una mala cosa que este hilo no funcionara porque significaría que la gente no sirve para una de las tareas más fáciles jamás planteadas: "No ser gracioso".
Comenzamos.
En esto que entra un andaluz en un bar y dice:
"Jefe, me pone una cañita"
Y el camarero le sirve una caña, que el andaluz toma tranquilamente.
Erase una vez un francés, un inglés, y un español que están en una avioneta.
En esto que explota el motor y el piloto informa que solo queda un paracaídas, y salta con el que ya llevaba puesto.
Tras el shock inicial, los tres personajes concuerdan pactar que según los méritos del país de cada cual, sería entregado el paracaídas, por tanto la salvación.
Entonces, el francés habla de la grandeza de là france, los vinos, y las artes.
Los demás sueltan un Ohhhh, y piensan que sería el francés quien se llevará el paracaídas.
El inglés comenta su excelencia en la ingeniería, prueba de ello todas las máquinas por ellos realizadas o inventadas.
El resto aplaude, pensando que sería difícil superarlo.
Finalmente, el español, sevillano él, habla de los toros, la furia española, el sol y las playas.
El resto no considera tales razones suficientes y deciden que sería el inglés el agraciado con el paracaídas, que le entregan de inmediato, salvándose pues el de la Gran Bretaña.
Minutos más tarde el avión colisionaría con la ladera de una montaña, pereciendo en el accidente el francés y el español.
Érase una vez Jaimito que estando en casa su madre le encarga el ir a comprar unas salchichas a la carnicería.
Jaimito se dirige al establecimiento, y se encuentra con que no quedan.
Asustado ante la posible riña de su madre, decide cortarse su propio pene para hacerlo pasar por la salchicha encargada en el recado.
Mas justo al llegar a casa y entregar a la madre el paquete, que abre horrorizada, la sangre perdida que ya empapaba sus pantalones hasta los tobillos hace que Jaimito pierda el conocimiento, falleciendo horas mas tarde desangrado en el hospital infantil de la ciudad.